miércoles, 6 de junio de 2012

Capítulo 43

Volví!!!! No tengo perdón, lo sé... pero no he podido subirles. Ayer decidí despejarme un rato de los estudios y me puse a escribir la nove. Capi dedicado a @diosalali1 por ser la primera en firmar, a la persona que firmo tantas veces =) y a todas que siempre están ahí, esperando capi, aunque yo no suba muy seguido. Tengo una propuesta que hacerles, pero se las dejo al final del capítulo para que lo lean YA. En un rato (o a la noche, según las firmitas) subo otro, como recompensa en no subir en dos semanas.

GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!




TWITTER: @Inma_06


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Y así terminamos el día, después de ir a cenar con todos nuestros amigos y despedirnos de ellos, con alguna que otra lagrimita, Euge y yo nos fuimos al hotel ella con Nico, y yo con Peter. Y no sé como terminaría Euge, pero yo acabé desnuda, abrazada al cuerpo de Peter, rodeada de besos, abrazos mimos y “Te amo”.

CAPÍTULO 43

Cuenta Peter

Me desperté con Lali durmiendo, apoyada en pecho, un brazo rodeando mi cintura y nuestras piernas entrelazadas. Como me gustaba despertarme así, y pensar que lo iba a tener así entre mis brazos por mucho tiempo.

Con cuidado me separé de ella, dejándole miles de besos en la espalda, y sin despertarla me levanté. Esta vez quería ser yo quien la sorprendiera con el desayuno. Y eso hice, pedí nuestro desayuno y me vestí. En cuanto tocaron la puerta, abrí y la camarera quiso poner el desayuno en la terraza, pero le dije que no hacía falta. Lo llevé con cuidado a la cama e hice lo mismo que ella el día anterior: dejar el desayuno a los pies de la cama, y despertarla con un ristra de besos desde el final de su espalda hasta su cuello, y de él hasta su boca.

- Princesa – beso – despertate dale hermosa, quiero disfrutar con vos este tiempito que nos queda juntos.

- Buenos días bomboncito – me respondió mientras me besaba y se acomodaba en la cama – que rico huele.

- Y… hoy me tocaba a mí consentir a mi niña hermosa – respondí.

- Sí, pero no me refería a ese olor…sino a tu aroma en mi piel – se acercó a mí y me beso. Ese beso mañanero que nos llevo a enredarnos de nuevo en las sábanas. No sé cómo pero el desayuno estaba intacto, no se cayó al suelo nada.

- Como voy a echar de menos despertarme así mi amor – le contesté abrazándola más fuerte aun.

- Yo también – levantó un poco la cabeza y me besó – pero no quiero ponerme triste. Mejor vamos a desayunar juntitos, acá en la cama…. Te recuerdo que hoy prometiste ibas a comer a mi casa.

- Y yo mis promesas las cumplo – le respondí mientras acomodaba la bandeja del desayuno a nuestro lado y empezábamos a desayunar – pero recién son las 10:30 de la mañana, ¿dónde me vas a llevar mientras no estamos en tu casa para comer? – pregunté acercándome a ella pidiendo un beso y me lo concedió.

- Pues mira, primero preparamos tu maleta, nos duchamos juntitos – se acercó y me besó de nuevo – y después vamos a mi casa para que y me pueda cambiar de ropa, y nos vamos a dar un paseo. Y aunque el colegio de Lucía y María está al lado de casa y ellas van y vienen solas, podríamos ir a recogerla los Euge, Nico, tú y yo… ya me estoy imaginando sus caras.

- Me parece un plan perfecto, hermosa… y tu hermana Bea, ¿no está en el mismo colegio? – le pregunté.

- No, Bea ya está en el instituto, este año termina la secundaria y pasa a Bachillerato, aunque lo que de verdad le gusta es el modelaje y las fotos… parece más hermana de Euge que mí – ella sonrió y yo no pude evitarlo. Cuando hablaba de su familia  o de la de Euge lo hacía feliz, la sentía pletórica, radiante…. Orgullosa de estar rodeada de toda esa gente a la que tanto amaba. – ¿Qué tanto miras?

Cuenta Lali

Me había despertado con el desayuno, pero a pesar de haber estado con él por la noche, necesitaba volver a sentirlo, a tenerlo dentro de mí. Después de hacer el amor con Peter, desayunamos…. Empezamos a planificar el día y después de hablarle de mis hermanas y de María se me quedó mirando muy fijamente.

- ¿Qué tanto miras? – no pude evitar preguntárselo. Me estaba mirando tan intensamente que me daba incluso vergüenza.

- Lo hermosa que sos… y lo feliz que te ponés cuando hablás de tus hermanas, tus papás, o de la familia de Euge – me respondió y morí de amor.

- ¡Que dulce que ere Dios mío! – apartando un poco el desayuno lo besé. Pasé por encima de él y me caminé hasta la puerta del cuarto de baño, la abrí y me giré.

- Empieza nuestro día – le dije y dejé la puerta entre abierta y me metí en la ducha. No tardé en sentir sus manos rodeando mi cuerpo.

Aunque no me importaba volver a estar con él, nuestra ducha no pasó de besos, caricias y muchas risas por tonterías que decía Peter.

Después de esa ducha juntos, nos vestimos y lo ayudé a guardar su ropa. No estaba feliz, pero no quería  mostrarle mi tristeza por nuestra separación, el tenía que lidiar con la suya propia, no era justo que también me consolara. Aunque la verdad creo que nos consolamos y apoyamos mutuamente, con besos, miradas y silencios que lo decían todo sin falta alguna de pronunciar una sola palabra.

Después de recoger todas sus pertenecías y guardarlas, llamé a la habitación de Nico y le pregunté si estaban listos para irnos. Euge , que fue quien respondió, me dijo que aun, que a penas estaban desayunando. Le conté lo que teníamos pensado hacer antes de ir a comer, y me dijo que cuando estuvieran listos y cerca de casa me llamaría al móvil para que nos encontráramos en algún sitio. Así que Peter y yo nos fuimos a mi casa en taxi (mi padre se había llevado el coche la noche anterior) y nos fuimos a mi casa. Llegamos a mi casa y subimos, Peter dejó su maleta en mi habitación y le ia a enseñar la casa cuando escuchamos una voz.

- Lali, ¿eres tú? – preguntó mi madre desde el fondo de la casa.

- Sí mamá, somos Peter y yo – respondí mientras íbamos entrando hasta llegar a la cocina.

- Buenos días hija – me dijo y me saludó con un beso. – Buenos días Peter – y repitió la misma acción que conmigo.

- ¿Y papá?  - le pregunté.

- Ya lo conoces, no puede vivir sin el diario, así que fue a comprarlo.  – me respondió.

- Bueno amor, ven que te enseño la casa – le dije y así hice, pasé por todas las habitaciones (la cocina, el baño, el dormitorio de mis padres, el de Bea, el de Lucía y el mío, la biblioteca/estudio y el salón-comedor. Cuando estábamos en el salón escuché la llave en la puerta.

- Buenos días papá – dije asomando mi cabeza al pasillo.

- ¿Ya estáis aquí? Creí que ibais a disfrutar el estar solo más tiempo.- contestó mi padre mientras dejaba un beso en mi mejilla y le daba la mano a Peter.

- Y no voy a estar dos días con la misma ropa no papá – pregunté y el sonrió.

- Ahora vengo, me voy a cambiar y nos vamos. – me volví, le di un pico a Peter y me fui a mi habitación a cambiarme.

Elegí un conjunto de diario, un poco abrigado porque aunque parezca asombroso, a pesar de que este fin de semana parecía pleno verano, hoy hacía un poco de frío. Después de que estuve vestida, fui a la cocina.

- Maaa – dije entrando – me voy con Peter a dar un vuelta, después voy a recoger a Lucía y María al cole con Peter, Euge y Nico.

- Entonces me voy preparando para escucharlas gritar cuando lleguen ¿no? – respondió mi madre y las dos nos echamos a reír, me despedí de ella, le di un beso y fui al salón a buscar a Peter. Pero no entré, lo escuché hablar con mi padre y no pude evitar quedándome escuchando.

- Ahora vamos a dar n paseo y después a recoger a tu hija Lucía y a María a la escuela con Euge y Nico. - le dijo Peter- Es increíble me encanta escucharla hablar de ustedes, de su familia… le brillan los ojos de una manera tan linda.

- Sé cuál es ese brillo del que hablas, el mismo que tenía ayer cuando estaba contigo…. O el que desprendió sus ojos cuando te vio en el cumpleaños de Eugenia – le contestó mi padre. La verdad me encantaba verlos así a los dos - ¿Qué van hacer que su relación?

- Yo amo a tu hija, Gonzalo… pero ella decidió no seguir con la relación, no sé si es la mejor decisión, pero tengo que respetarla me guste o no. Pero te lo digo sinceramente, nunca la voy a olvidar, la vuelva a ver no… siempre voy a tenerla presente. – tras esas palabras de Peter, agradecí mi genial idea de no maquillarme, porque sino las lágrimas que recorrían mis mejillas habrían echado a perder todo la pintura.

Volví al baño, me lavé la cara y volví al comedor como si no hubiese escuchado nada.

- Ya estoy lista – dije entrando. - ¿vamos? – dije estirando mi mano para que Peter la tomara y se levantara del sofá, y eso hizo.

- Vamos, hasta dentro de un rato Gonzalo. – dijo Peter despidiéndose de mi padre. Yo me acerqué y le di un beso.

- Hasta luego chicos – respondió mi padre.

Estuvimos dando un vuelta, fuimos al parque, al paseo de la playa, lo llevé a que conozcas varios barrios típicos de aquí, por supuesto nos hicimos un montón de fotos… hasta que Euge me llamó. No me había dado cuenta, pero casi era al ahora de la salida del cole de las chicas, así que le dije que se fuer directamente para allá. Llegamos y solo tuvimos que esperar 5 minutos para que sonara el timbre y empezaran a salir  los chicos.

- Lucía!!1 – le grité un poco porque salió hablando con las amigas y ni siquiera nos vio. Cuando tanto ella como María vieron a los chicos, corrieron hasta nosotros, gritando.

- CAROLINA! – Gritaron las dos a la vez - ¿Ves que no te engañábamos, que eran ellos dos? – le decían a una compañera de clase. La chiquilla se quedó un poco cortada, los chicos le dieron un beso cada uno y después de saludar a unas cuantas amigas más, nos fuimos. Le mandé un whatsapp a Bea por si quería que fuéramos a recogerla, y me dijo que sí, que tenía gana de presumir de cuñado. “ Así le doy un poquito de envidia a Isabel” Se lo enseñé a Peter y él respondió: “No soy un trofeo eeehhh!!!. Firmado: tu cuñado preferido”

Las niñas iban encantadas de la vida charlando y riendo con Nico y Peter. Llegamos a la puerta del instituto de Bea y, tal y como me había dicho por el móvil presumió bastante, de cuñado. Cuando terminó de hacerlo, volvimos a casa para comer. Enteramos y ya estaban los padres de Euge allí también. Entre todos pusimos la mesa, mientras mi madre y mi padrino terminaban de preparar la comida.

Entre risas, charlas, algún que otro beso entre Peter y yo o Euge y Nico, burlas de Bea hacia nosotros, según ella “que tal si dejamos esos besos y miradas empalagosas para después de comer”, a lo que Lucía le contesto que decía eso, pero en realidad estaba muerte por tener un novio que la quisiera tanto como los chicos a nosotras. Esa discusión entre la dos provocó más risas aun, Lucía hablaba como toda una experta, yo simplemente alucinaba.

A eso de las 16:30, después de recoger todo, los chicos se despidieron de nuestras madres y Bea, ya que nuestros padres nos acompañarían a nosotras a llevar a los chicos al aeropuerto, y María y Lucía querían venir. Peter y Nico agarraron sus maletas de mi cuarto, y con mi padrino mi padre, Euge las niñas fuimos a buscar los coches. Lucía, Peter y yo íbamos con mi padre; y Euge, Nico y María con el padre de ellas.

Yo me monté en el asiento de atrás con Peter, mi padre conducía y Lucía iba de copiloto…. Aunque estaba cada dos por tres vueltas mirándonos y hablando con Peter. Estuve todo el viaje abrazad a él, no podía evitar sentirme triste… nos volvíamos a separar. El acariciaba mi espalda suavemente y besaba mi cabeza con mucha ternura.

Después de un largo rato en carretera llegamos al aeropuerto. Mi padre aparcó cerca de donde lo hizo mi padrino, que había llegado pocos minutos antes. Nos bajamos y sacamos la maleta del maletero del coche. Cuando mi padre cerró el coche, entramos al aeropuerto. Nico y Peter se despidieron de mi padre, el de Euge, de María y Lucía.

- Os esperamos en ese bar – nos dijo mi padrino.

Con Euge acompañamos a los chicos al mostrador de facturación y después nos fuimos a los sillones a esperar que los llamaran para embarcar. Me senté encima de Peter, solo nos abrazábamos, nos besábamos, nos decíamos con miradas y gestos cuando nos íbamos a extrañar. Estaba abrazada a él, cuando empezó a susurrarme al oído:

“Yo no te olvidaré, siempre te querré,
nada nos podrá separar jamás.
Dentro de mí, cuando me acuerde de ti,
Tu luz me guiará y me iluminará”

Llevaba evitando todo el día llorar, pero después de susurrarme esos versos no pude evitarlo, lágrimas salieron sin control de mis ojos, me separé de él para mirarlo y besarlo. Un beso que duro bastante tiempo y del que solo nos separábamos para tomar aire.

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Espero que hayan disfrutado del capi, aunque se vienen momentos tristes. La propuesta es la siguiente: o después del siguiente capítulo empezar una segunda temporada de esta novela, o bien terminar esta en unos cuantos capítulos más y empezar una nueva. Decidan y voten en la encuesta que voy a poner (primero tengo que averiguar como ponerla en el blog ^^).
Voy a dejar unos 5 días o una semana para que decidan, eso sí... hasta que no voten no puedo subir, porque dependen de lo que decidan, escribo para continuarla, o para terminarla.

GRACIAS, MILLONES de GRACIAS a todas por estar siempre de verdad son GENIALES


Besos
Inma =)

5 comentarios:

Arii dijo...

Yo quiero saber como seria lo de una segunda temporada?
Espero maas
Besitoos



Arii
@AriadnaAyelen

laliter08 dijo...

Decir que me encanto es quedarme corta.
Son muy tiernos los 2.

ME encanta la relacion que tiene peter con sus cuñadas.

besos.Espero mas!!

Anónimo dijo...

me encanta la novela como seria lo de la segunda temporada

adriana

CHARI dijo...

Las hermanas presumieron d cuñados,jajaja,pero ellas d novios.

Caparatodos dijo...

ayyyyy no! pobrecitos! Inmaaaaa no quiero que se separen! :S

MAS NOVE y ya sabes que voto por la segunda temporada :D woohoo! besos y para poner la encuesta en editar diseño//agregar gadget y en esa lista busca la que diga encuesta de ahi es solo rellenarla con los datos que quieras ;) besos y espero te sirva!

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