Capítulo 79

Miles de gracias por estar comentando siempre y pidiendo mas nove =) Sois lo mas de verdad os lo digo.... no subí porque tuve unos días raros... buenos, pero raros jajaja no sé como explicarlos =) 

Espero que disfrutéis de la nove, se van acercando los últimos caps =) GRACIAS es poco para deciros porque estáis siempre... mañana vuelvo con otro cap, y perdón por no subir antes =S BESOS!!!! Y GRACIAS! <3

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Capítulo 79

La Navidad de 2013 se hizo presente: celebraron las fiestas entre amigos y familias y cuando recibieron el año nuevo y pasaron los primeros Reyes de Santino y Alma, el grupo de amigos decidió irse unos días a la playa, aprovechando que todos pudieron conseguir días libres en sus trabajos, reservaron una casa lo bastante amplia para poder ir todos juntos y disfrutar de los últimos días de las navidades en la playa y con amigos.

- FOTO! – gritó Rochi cuando se disponía hacer una foto a sus amigas que estaban sentadas en las toallas y cobijadas por un par de sombrillas – listo. Euge tenes una pancita muy graciosa, mirá – dijo mostrándole la foto.

Y ese que la panza de tres meses y días ya se hacía notar en el perfecto cuerpo de Eugenia.

- Mi amor – llamó Peter a Lali acercándose – vamos al agua, dale.

- ¿Está fría? – preguntó Lali y él negó – no me fío de vos – dijo Lali riendo ante la cara de Peter.

- Te lo prometo – intentó no reír mientras se acercaba a ella.

- En un ratito voy – respondió Lali.

- No te venís ya – agregó Peter agachándose para abrazarse a ella y mojarla.

- PETER! – le gritó Lali quejándose.

- Listo ya estás mojada. ¿Chicas, cuidan a Alma mientras nos bañamos? – preguntó Peter que levantó a Lali pero no le soltaba la mano.

- Por supuesto hermanito – respondió Rochi que se sentó en la arena para jugar con su sobrina que estaba en la piscina hinchable.

Peter llevó corriendo a Lali hacia el mar, y es que parecía un niño pequeño. La navidad había sido unos días de total relax después de haber pasado por esos días tan difíciles para todos.

- Te amo – le decía mientras la besaba – vení acá – tiro de un brazo y Lali se subió al cuerpo de su marido.

- Yo también – respondió ella y agradeció que el la tomara entre sus brazos porque estaba comenzando a no hacer pie en el agua – y estas son las mejores vacaciones de mi vida.

- Las mías también hermosa, pero solo de momento – beso – porque van a ser las primeras de muchas que vamos a pasar en familia.

Siguieron mimándose un rato más, hasta que a ellos se les unieron sus amigos.

- ¿La nena? – preguntó Lali al verlos entrar a todos, o eso creía ella.

- Con la futura mamá – respondió el futuro papá, es decir, Nico.

- Yo me voy a salir, ya para que Euge no esté sola con ella.

- Mi amor, está bien con ella.

- Sí lo sé, pero Euge está embarazada y Alma es muy nerviosa – le recordó Lali.

- Ok, ahora salgo yo también hermosa – respondió Peter para después besar a su mujer.

Lali salió del mar y se fue a donde estaban situados en la arena, estuvo junto con Euge jugando con Alma y charlando ellas dos, así como aprovecharon para echar fotos, tanto a la pequeña como a ellas.

- Tengo hambre, lo siento pero no los espero para comer – dijo Euge buscando en el bolso que llevaban la comida para la playa – No te rías mala amiga.

- Es que es raro verte así tan ansiosa por algo – dijo Lali riendo – paciencia es una palabra que te define, o te definía – añadió y Euge le reboleó un vaso de plástico vacío.

- MALA! Tu sobrino es el que está ansioso por comer, no yo.

- Mira, una cosa que echo de menos estar embarazada: tenes una excusa para comer y que nadie te diga nada – acotó Lali y ambos rieron.

Las chicas comenzaron a preparar las cosas para comer ellas y para que cuando los demás salieran del mar se les unieran. Pasaron toda la tarde en la playa y después cuando estuvieron lo bastante cansados, se fueron a la casa.

- Me toca a mí el baño ahora, Nicolás – se quejó Rochi, y es que había cedido su turno a Euge porque estaba muy cansada y estaba embarazada, pero no lo haría con el marido de la susodicha.

- Dale rubia – le pidió él.

- Rubia las pelotas nene. Ya te dije que no. La dejé a Euge porque está embarazada, cansada y con fatiga. A vos no. Chau – dijo y cerró la puerta.

- Uff, Gastoncito ¿está en sus días? – preguntó Nicolás por Rochi.

- No Nico, pero hicimos los turnos para algo – la defendió su novio.

- ¿No nos pudimos buscar las casa con más baños? Yo ya avisé que dos iban a ser pocos – se volvió a quejar Nicolás.

- Tampoco somos tantos, somos cinco parejas y la nena – le recordó - ¿Por qué tanta prisa?

- Como me conoces petisa. Hay fútbol y quiero verlo, ¿me cedes tu turno? – le pidió a su amiga de toda la vida prácticamente.

- Me da igual, si queres pasá vos por mí – dijo Lali.

- ¿Por qué gritaban? – preguntó Peter llegando al salón, saliendo del otro baño – se escuchaban desde allá.

- Tu hermana que es una rubia tarada.

- ¿Qué decis nene? – preguntó Peter con el ceño fruncido – con mi hermana nada, ¿me escuchaste? – y sí, se había ido Gastón porque era su turno para ducharse, pero estaba el hermano de la “rubia tarada” para defenderla.

- No me quiso ceder su turno para ducharme, y hay fútbol en la TV quiero ver el partido.

- ¿Pero no dijimos que un cuarto de baño para hombres y el otro para mujeres? Te esperás a tu turno y se acabó – respondió Peter acercándose a Lali y a su hija.

- No te preocupes amor, que cuando salga Rochi se va a meter él, porque yo le cedí mi turno. Así deja de quejarse cual nene.

- Gracias amiga hermosa – y Nico se acercó para levantarla en brazos mientras la abrazaba.

- Primero te metés con mi hermana, y ahora te acercás a mi mujer… vos no querés salir vivo de esta casa ¿no? – preguntó Peter.

- Salió el celosito. Mira Peter, no te niego que en algún momento de pendejos, Lali me gustó. Tampoco te niego que si no estuviera con Eugenia, quizás le daría a tu hermana. Pero la piratería se acabó para mí, amigo – se explicó el futuro padre, provocando la risa de los allí presentes.

- Más te vale haber dejado el parche a vos – dijo Eugenia sentándose en el sofá – El único pirata que existe para vos a partir de ahora será el Capitán Garfio de Peter Pan – advirtió la embarazada.

- Obvio mi amor – aceptó él cual enamorado y la besó.

- Terminé Lali, podes entrar – ahora era Rochi la que hablaba.

- No rubia, es mi turno. Lali si me quiere no como vos – le sacó la lengua saliendo hacia el baño provocando que Rochi riera.

- ME MUERO – dijo Cande – Victorio, mi amor – llamó la atención de Vico que estaba mirando un programa en la TV – tenes que regalarmela.

- ¿El qué loquilla? – preguntó él sin entender nada.

- ESTO – gritó y giró una revista que tenía en sus manos – viene a Buenos Aires, Pablo Alborán en el Gran Rex. La vez pasada me lo perdí, esta vez ni LOCA me lo pierdo.

- ¿Posta viene? – preguntó Lali – Ruth, mi amiga de España, y yo fuimos a verlo dos de las veces que actuó en Madrid. Una fue en el 40café, un acústico hermoso. La segunda fue al Palacio de los deportes, un señor concierto con artistas invitados.

- No me des más envidia, guacha – se quejó Cande – Yo a esta voy sí o sí.

Y ese día de vacaciones, para ser más exactos el cuarto día de vacaciones,  continuó con los turnos de los baños y las chicas buscaban algún lugar para salir a pasear, mientras los chicos planeaban que comerían al día siguiente.

- Que bien me sentó la ducha – dijo Lali entrando en su habitación.

- Shh, se durmió – dijo Peter con la cuna de su hija al lado – está hermosa.

- Y vos embobado – añadió Lali y lo abrazó por detrás – sos un papá muy baboso.

- ¿Celosa? – preguntó el girándose para abrazarla de frente.

- Jamás, nunca celosa de ella. Me encanta cuando estás con ella, cuando le hablás, cuando la dormís – y lo besó.

- Me pasa lo mismo con vos y con ella, son lo mejor que me pasó en la vida.

- ¿No querés ir a dar un paseo por la playa? Los chicos decidieron que se quedarían acá, no tienen ganas de salir, se pueden quedar con Alma.

- Por supuesto, con vos voy a cualquier lado. Pero esperá – y Peter la soltó para buscar algo en la cómoda en la que estaba la TV – Toma.

- ¿Qué es esto? – preguntó con el sobre en la mano.

- Si lo abris, sabes lo que es.

Lali lo abrió: era un sobre en blanco, con algo dentro, pero algo que no abultaba nada, era como un papel.

- Leelo – le ordenó Peter.

- “Vale por dos entradas de Pablo Alborán” – Leyó Lali en voz alta - ¿Posta? – preguntó sonriendo.

- Posta – respondió Peter con la misma sonrisa.

- Sos lo más – y Lali se tiró a sus brazos para besarlo y abrazarlo – te amo.

- Ya veo que te gustaron.

- Me encantaron mi amor. ¿Vas a venir conmigo?

- ¿No me querés de acompañante?

- Nadie mejor que vos.

- Esperaba que dijeras eso.

- Gracias, te amo. Sos lo más te juro. Un concierto de Pablo y además con vos ¿entendes lo que es eso? – hablaba Lali nerviosa y rápida.

- Sí lo sé. Igual no podés decir nada.

- ¿Por qué? – preguntó ella sin entender.

- Nada de momento. Es que Vico y yo estábamos ayer en internet mientras ustedes se fueron a comprar. Entonces no saltó la publicidad del concierto y encargamos las entradas por internet, por eso lo del papelito, porque aun no las tengo. Y Vico también las compró para él y para Cande.

- Va a morir Candela cuando se entere – agregó Lali riendo.

- Esperemos que no, al menos no antes del concierto – dijo él divertido – No sé cuándo se lo dirá, porque pretendía hacerlo cuando volviéramos pero ahora que ella vio la revista, capaz que se lo diga estando acá. Así que vamos los cuatro juntos ese día.

- Muchas gracias mi amor, de verdad. Te amo – y Lali lo volvió a besar.

Lali guardó de nuevo el sobre que le había regalado Peter. Dejaron un beso a su hija, y salieron para avisar a los demás que darían un paseo por la playa, que no tardarían y que cuidaran de Alma. Los demás asintieron y ellos se marcharon.

- Que tranquilidad se respira acá – rompió Lali el silencio, cuando ya llevaban ella y Peter un rato, sentados en la arena, observando el mar. Aunque no veían mucho debido a la oscuridad.

- Sí, está hermosa la noche. Pero no más hermosa que vos – respondió él apretándola más contra su cuerpo. Y es que no hacía frío, pero a Lali le encantaba estar abrazada a Peter, y él también lo adoraba.

- Gracias por todo Pitt. Este año que pasamos juntos, fue increíble. Es cierto que pasaron muchas cosas malas, pero muchas más fueron las hermosas, y lo mejor el nacimiento de nuestra hija.

- Nuestra primera hija – la corrigió él y le giró el rostro desde el mentón para besarla - ¿Sabes algo que nunca hice y siempre quise hacer? – preguntó aun sobre los labios de Lali y ella negó – Hacer el amor en la playa – susurró.

- ¿Estás loco? Nos pueden ver Pitt.

- Si casi apenas nos vemos nosotros las caras La – contestó el riendo – No hay nadie y además está todo totalmente oscuro mi amor.

- No sé Pitt, me da no sé qué – dijo ella con vergüenza.

- No te voy a obligar si no querés, pero quería que mi primera vez en una playa fuera con vos.

- Eso es chantaje – aclaró ella sonriendo – y te digo más: yo tampoco lo hice nunca en una playa.

- ¿Me dejas ser tu primera vez en algo? – preguntó Peter mientras hacía que Lali se sentara a horcadas sobre él.

- Ya fuiste mi primera vez en algo: vos me hiciste por primera vez mamá – le respondió ella, aunque no había necesidad de aclararlo.

- Entonces, sigamos intentado ser papás por segunda vez – añadió él para después abrazarla y besarla.

Besos, abrazos y caricias se fueron sucediendo sobre la arena, para una vez más mostrarse el uno al otro cuanto se amaban.