Capítulo 78

BUENAS!!!! ¿Qué tal el sábado? Espero que bien y que disfrutéis del fin de semana =) Quizás (dependiendo de las firmas) suba un cap más tarde =)

Muchos besosss y si queréis más nove hoy ¡A COMENTAR! jajaja Os dejo un cap largo =) <3 GRACIASSSS!!!!!

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Capítulo 78

- Adelante – dijo Peter cuando alguien llamó a la puerta de su consulta.

- Hola papi – saludó Lali abriendo la puerta y con Alma en su coche.

- Pero que hermosas – dijo Peter y se levantó para besar a esas dos mujeres, cada una en su lugar correspondiente - ¿qué hacen acá?

- Con las chicas vamos a ir a comer. Mery ya volvió y Euge quiere contarnos algo, así que vamos a ir a comer. Y como Cande y Rochi están trabajando acá, vine a recogerlas y de paso te saludamos a vos.

- No sabes lo feliz que me pone que estés tan bien.

- Ya sé hermoso – le aseguró Lali - ¿te espero para cenar?

- Por supuesto… pero si se me atraviesa algo acá, te aviso para que cenes vos ¿Si?

- Ok.

- ¿Les queda mucho a las chicas?

- Apaa. Alma me parece que papá no nos quiere acá.

- No digas eso boba – sonrió Peter para después besarla – era una pregunta nada más. Sabes que no me gusta que la peque esté mucho tiempo en el hospital.

- Sí ya sé… a mí tampoco. Me dijeron que unos quince minutos como mucho… espero que no se tarde, quedamos con las chicas en el centro comercial a las tres y media y ya son las tres – señaló Lali mirando su reloj de pulsera - ¿Vos estás pasando consulta? Si molestamos nos vamos mi amor.

- Nunca molestan ustedes – respondió Peter agachándose para jugar con alma en su coche – debería ir a pasar la ronda, pero diez minutos más, diez menos no va a pasar nada.

- Pitt – lo llamó Lali y él la miró mientras seguí a la altura de su hija - ¿me harías un favor?

- Depende… me da miedo lo que vayas a pedirme – bromeó Peter.

- Tarado que sos – rio Lali - ¿Podría conocer a Delfina?

Peter se levantó y se apoyó en su escritorio. No sabía que responder a esa pregunta, no sabía cómo reaccionar porque no se esperaba que Lali le pidiera eso.

- ¿Conocer a Delfina? ¿Para qué? – intentó entenderla.

- Porque quiero conocerla… no sé, escuché mucho hablar de ella, y ya sé que no tengo por qué, pero en cierta forma me siento responsable de lo que le pasó – respondió Lali.

- ¿Te va hacer bien conocerla? – preguntó Peter agarrando las manos de su mujer.

- Sí quiero conocerla, me encantaría.

- Está bien – respondió Peter después de pensarlo y Lali aplaudió cual niña pequeña – cinco minutos ¿estamos? Si queres venir otro día sola, podes estar más tiempo, pero con la nena no.

- De acuerdo, doctor – aceptó Lali y lo besó.

Saleiron de la consulta de Peter y comenzaron a andar por los pasillos del hospital. Lali le mandó un mensaje a Rochi y Cande, de que la esperaran en la puerta no en laconsulta de Peter como habían quedado.

- ¿Se puede? – preguntó Peter entrando.

- Mi doctor favorito – contestó Delfina sonriendo.

- Me estoy empezando a poner celoso eh – intervino Fabián sonriendo – Voy a prohibirle que visite a mi novia, doctor Lanzani.

- Tranquilo, que estoy muy feliz con mi vida – respondió Peter – aun así, no niego que vos también sos mi paciente favorita. Tan, tan, tan favorita que te traigo una visita.

- ¿Quién? – preguntó ella y Peter abrió la puerta para que Lali y Alma pasaran.

- Ellas son mi mujer Lali y mi hija Alma – las presentó Peter – ella es Delfina, mi amor.

- No puedo creer que por fin tengo el honor de conocerte – dijo Delfina feliz – gracias por venir.

- No tenes nada que agradecer – respondió Lali y se acercó para saludarla – yo también estoy encantada de conocerte.

- Tienen una hija hermosa – apuntó Fabián cuando la pequeña comenzó a hacer ruiditos.

- Obvio nene, es igual a mí – se agrandó Peter.

- Perdón, pero aunque seas mi doctor favorito tu hija lo único que tiene de vos son los ojos, el resto es igual a Lali – contestó Delfina.

- ¿Y esto? Recién la conoces ya ya me cambiaste, que feo. – bromeó Peter – Pero llevan razón, es un calco de Lali y me encanta.

- Basta, me van a hacer poner roja. ¿Cómo te sentís? – preguntó Lali.

- Bastante bien… Claudia estuvo hace un rato, y me dijo que mañana después de la revisión para saber como está evolucionando el hígado, quizás me pueda dar el alta.

- Sí, hablé con ella. Mañana quizás vuelvas a casa – reiteró Peter.

- Me alegro mucho por vos.

- Yo también créeme. Me tratan muy bien acá, pero no aguanto más estar en el hospital.

- Delfina, yo quería pedirte perdón – dijo Lali después de haberlo pensado muchas veces.

- ¿Perdón por qué?

- ¿Ella no sabe por qué entró en coma? – le preguntó a Peter y a Fabián y ambos asintieron.

- Sí que lo sé. Pero no entiendo por qué me pedís perdón – respondió ella sin necesidad de intermediarios.

- Porque aunque Héctor quien te hizo eso, fue por mi culpa, para vengarse de mí lastimando a Peter.

- No digas tonterías Lali. No tenés la culpa de nada. Ese hombre era un psicópata sin remedio. Yo no te culpo de nada, y por tanto, no tengo nada que perdonarte.

- Gracias – respondió Lali sonriente – de verdad, gracias.

Después de esa charla, Peter le prometió a Lali y Delfina que si ellas querían volverían a verse, y lo más probable fuera de aquellas paredes. Pero que debían retirarse, no quería que la niña estuviera más tiempo en el hospital y además la paciente debía descansar. Se despidieron y prometieron que quedarían para cenar en casa de Peter y Lali, o en la de Fabián y Delfina, pero quedó una cena pendiente.

Salieron de la habitación y Peter acompaó a Lali a la salida.

- Chau mi amor – se despidió Lali al ver a las chicas acercarse – te veo esta noche en casa.

- Por supuesto. Te amo – y Peter la besó.

- Hola hermanito – se enganchó Rochi por detrás de Peter – Adiós hermanito – y dejó un beso en su mejilla y Peter no evitó la sonrisa.

- Hola y adiós Pedrín – lo saludó Candela también.

- Que se diviertan chicas. Te amo – volvió a besar a Lali – y a vos también – susurró en el oído de Alma antes de besar su frente. Un beso más a su mujer, y dejó que las cuatro mujeres se fueran a su comida.

Las chicas se montaron en el coche de Lali, y se encaminaron hacia donde habían quedado con Mery y Euge; y por la hora que era, ya llegarían tarde. Llegaron y saludaron a las que ya llevaba un rato esperando y ya se habían pedido algo para tomar en la terraza del bar. Por eso, las recién llegadas se acomodaron junto a sus amigas y pidieron sus bebidas, y para después también toda pedir que iban a comer.

- Una cosa – dijo Cande interrumpiendo a Mery, quién contaba cómo le había ido su último viaje - ¿Vos no nos tenías que contar algo? – preguntó mirando a Euge.

- Sí, tengo que contarles algo. Igual estaría mejor que dejemos a Mery terminar.

- Ni loca, me muero de la intriga – respondió la que había sido interrumpida – dale, ¿para qué nos citaste?

- Son varias cosas para contarles. La primera es que el unitario que estoy haciendo con el increíble de Miguel Ángel Silvestre lo vendieron a España por el éxito que está teniendo y después de las navidades nos vamos varios días para empezar las promociones allá.

- Felicidades – casi gritó Lali provocando que algunos de los comensales se volvieran – feliciten a la diosa que tengo por amiga che. ¿No la reconocen? preguntó a dos mujeres que estaban sentadas al lado de su mesa? Es la rubia más envidiada del país porque se está comiendo a Miguel Ángel Silvestre – y las mujeres comenzaron a reír.

- Lali, no pareces vos – se sorprendió Euge por su reacción.

- ¿Sabes qué no? Desde hace unos días, me levanté y me dije “vas a disfrutar de la vida sin importarte lo que los demás opinen”. Y lo estoy cumpliendo al pie de la letra – respondió ella y las amigas rieron.

- Ok, ya nos diste envidia con lo del bombonazo que tenés por compañero de trabajo. Ahora ¿Qué más nos tenés que contar? – preguntó la mediana de los Lanzani.

- No se enojen, pero… me casé.

- ¿QUÉ? – gritaron todas sin poder creerlo.

- ¿Cómo que te casaste?

- Hace dos días, Nico pidió turno en el juzgado y como tiene amigos dentro, nos consiguió un turno y nos casamos.

- ¿Y por qué no dijeron nada?

- Porque fue una locura todo, me lo propuso y acepté. Además queríamos estar nosotros nada más. Por favor, no se enojen, ya mis papás lo hicieron cuando ayer los vimos y les contamos.

- ¿Cómo no se van a enojar Euge? Es normal – dijo Mery – igual nosotras no nos vamos a enojar con vos, ¿o me equivoco chicas? – y el grupo asintió – felicidades – y de nuevo, se fueron sucediendo besos y abrazos para la famosa del grupo.

- Además nos sirvió para que la prensa no se enterara de nada y fue algo muy nuestro – añadió Euge feliz.

- Que lindo. Se nota la felicidad en tus ojos. ¿Y cómo te lo pidió? – preguntó Lali interesada.

- Ahí va la tercera noticia – acotó Euge y las demás no entendieron – nos casamos porque quisimos, porque Nico me lo propuso y me pareció una buena idea. Pero además, para asegurarnos.

- ¿De qué?

- De que todo vaya a estar bien con su sobrinito o sobrinita – respondió Euge tocándose la barriga, obviamente, plana aun.

- Jodeme – logró decir Cande y expresó el desconcierto y la sorpresa de todas las allí presentes menos la futura mamá.

- No, no es joda. Van a ser tías… estoy embarazada de nueve semanas – aclaró Eugenia. Y de nuevo todas la felicitaron, y por supuesto se felicitaron entre ellas por la noticia de que Alma tendría una primita y ellas serían tías.

Pasaron toda la tarde entre charlas y compras, incluso Cande se atrevió a comprar algún modelito para el nuevo pequeño/a del grupo. Sobre las ocho de la tarde, se despidieron, porque Mery, Cande y Rochi al día siguiente trabajaban. Sin embargo, Lali y Euge no, la primera seguía de baja y la segunda tenía libre ese día, y por eso la recién morocha del grupo -y es que esa misma tarde Euge se hizo un cambio de look- decidió aceptar la invitación a cenar de su amiga, y avisó a su marido de que también estaba invitado y lo esperaban cuando saliera del trabajo.

- Felicidades futuro papá – lo abrazó Lali tan solo abrió la puerta.

- Gracias enana – y Nicolás, aquel que era como ese hermano que nunca tuvo, la abrazó agradecido - ¿cómo estás?

- Feliz – respondió Lali.

- ¿Y mi mini-enana? – preguntó él, por Alma.

- Con tu mujer, está practicando para dentro de siete meses – contestó mientras se dirigían a la cocina.

- Hola mi amor – lo saludó Euge haciendo trompita con su boca para recibir su bes.

- Hola preciosa – la saludó él – pará… mi mujer era rubia, teñida pero rubia – bromeó Nico viendo el nuevo color de su recién estrenada mujer – estás hermosa.

Y así mientras esperaban a Peter para cenar –quién ya sabía que tenían invitados para cenar- Euge le dio de cenar su biberón a Alma, mientras Nico ayudaba a Lali a preparar la cena.

- Lali. ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Obvio.

- Vos sabes que hace poco tiempo que conozco a Peter – empezó a hablar Euge pausadamente – pero le tengo mucho cariño, es como un hermano para mí. Lo sabes.

- Sí, por supuesto que lo sé. Y me encanta que se lleven así. ¿Por qué lo decís? – preguntó Lali sin entender.

- Porque a pesar de que recién nos enteramos de que vamos a hacer papás – intervino Nico sabiendo por donde iba Euge – ya hablamos de los padrinos. La madrina será mi hermana Jaz, ayer se lo dijimos y está chocha.

- Estará feliz, seguro que se lo contará a mi hermana Daniela cuando la vea – dijo Lali.

- La madrina será Jaz, y además está feliz porque lo más seguro es que nazca muy cerca de su cumple, ella habrá cumplido sus 20 años y su ahijado nacerá poco después, seguramente – aclaró Nico.

- Y por eso, que Nico eligió a su hermana, yo quise elegir a Peter como el padrino de mi bebé, y a Nico le pareció una muy buena idea.

- Peter va a estar feliz – respondió Lali abrazándose a Euge.

- ¿No te enojás? – preguntó ella.

- No seas tarada. El teñirte te pegó mal eh – bromeó mal.

- ¿Qué sé yo? Vos sos mi amiga desde que éramos dos mocosas, no él… quizás te sentaba mal.

- Noooo, no tranquila. Estoy feliz por lo que decidieron. Feliz porque Peter va a estarlo cuando se lo digan, y feliz por la relación tan estrecha y tan hermosa que una de mis mejores amigas, tiene con mi marido – aclaró Lali y volvió a abrazarla.

Entre los tres pusieron la mesa, y juguetearon un poco con Alma para que no se durmiera y Peter pudiera verla antes de acostarla.

- Llegué – avisó él y entró en el salón – buenas noches chicos – saludó y repartió besos – vení con papá, princesa – la alzó en brazos y la abrazó - ¿estás cansadita? – le preguntó cuándo la pequeña bostezó.

- Sí, estuvimos entreteniéndola para que la viras antes de que se durmiera – le contó Lali.

- Entonces mejor, te llevamos a dormir ¿querés? – y Alma se limitó a cerrar los ojos como si fuera una respuesta a la pregunta de su padre – la llevo, me cambio y bajo – dijo Peter y después de besar a Lali subió a hacer lo que había dicho.

Unos quince minutos después bajó y se sentó en la mesa a comer con sus amigos y su mujer.

- Se nota que estaba cansada, se durmió en nada – dijo Peter sirviéndose ensalada.

- Como para no estarlo, se llevó toda la tarde despierta y jugando con nosotras – contó Euge – tendrías que haberla visto en el parque de juegos, decile a Rochi que les pase las fotos.

- ¿Vos te teñiste no? – preguntó Peter después de mirar largo rato a su amiga.

- No se nota ¿o qué? – respondió ella ante la obviedad del cambio de color y todos rieron.

Compartieron una cena con muchas risa y nuevas noticias –para Peter- porque Nico y Euge se encargaron de ponerlo al día de todas las novedades de su nueva vida.

- Hay algo más que no te dijimos Pitt – por fin pudo soltar Euge cuando estaban disfrutando de un helado en el salón con una leve música de fondo.

- ¿Hay más cosas? – preguntó Peter.

- Sí una más – respondió Nico.

- Soy todo oído.

- La madrina de nuestro bebé será mi cuñada, Jaz – y Peter sonrió – y como lo más parecido que tengo a un hermano, sos vos, quiero y decidimos los dos, que el padrino del bebé seas vos – logró decir ella.

- ¿Yo? – preguntó Peter con una sonrisa – No sé qué decir.

- Que querés serlo – dijo Euge.

- Por supuesto que quiero – se levantó para abrazar a Euge – gracias.

- De nada – respondió ella emocionada.

- Gracias Nico, gracias por dejarme ser alguien tan importante en la vida de su bebé – dijo Peter tocando la barriga de Euge para después abrazarse al que también era ya su amigo.

Pasada la medianoche, la pareja visitante se marchó a su casa para descansar. Y los dueños de la casa recogieron todo para después acostarse.

- Tenes mucho mejor las heridas – le dijo Peter poniéndole la crema.

- Apenas me duelen ya, y casi no se notan – dijo Lali feliz - ¿estás contento no?

- ¿Por lo de ser padrino? Obvio. La verdad, quiero a mucho a Euge y a Nico, y con ella tengo una relación muy linda. Pero nunca me imaginé algo así, es muy importante para mí esto ¿entendes?

- Claro que te entiendo mi amor – respondió ella y se puso derecha cuando Peter dejó de aplicarle la crema – y me alegra no sabes cuánto mirarte a los ojos y ver esa felicidad plena.

- Las tengo a ustedes dos, y ahora esto… es como que no caigo – dijo Peter.

- ¿Sabes que me preguntó Euge en el camino del centro comercial acá? – preguntó Lali acercándose a Peter (aclarando que ella vestía su pantalón corto de pijama y solo el sujetador, porque Peter la había estado curando.

- No ¿el qué? – él la abrazó por la cintura y la pegó más a su cuerpo.

- Me preguntó si era lindo estar embarazada. Y además me dijo que para cuando le vamos a dar un hermanito a Alma.

- ¿Y vos que le respondiste? – preguntó Peter inquieto.

- Que era muy pequeña. Apenas tiene seis meses y unos días.

- Sí.. ¿es muy chica no? – preguntó Peter algo desilusionado – cuando ella cumpla un añito, podemos buscarlo ¿querés?

- ¿Sabes que pasa? – y el negó – estuve pensando. Alma tiene seis meses, y vos con tu hermana Rochi te llevas un año. Es decir, tu mamá se quedó embarazada de ella y vos eras muy chiquito.

- ¿Entonces?

- Además, que busquemos un hermanito para Alma no significa que me vaya a quedar embarazada ya mismo ¿no?

- Por supuesto… aunque mis chiquitines conocen tu cuerpo a la perfección.

- No seas asqueroso Peter – le golpeó Lali el brazo riendo.

- Ahora en serio. ¿Querés que tengamos otro hijo? – le preguntó Peter mirándola a los ojos.

- Quiero que comencemos a buscarlo y que venga cuando tenga que venir – respondió Lali pasando sus brazos alrededor del cuello de Peter – Te amo, y tener otro hijo tuyo me haría muy feliz.

- Yo también te amo. A vos, a Alma… y a lo que vamos a buscar – dijo Peter y comenzó a besarla.

Y es que tanto se amaba, que tener otro hijo era tener otra muestra de cuando se amaban y poder sumar y aumentar la felicidad de la hermosa familia que ya tenían. Por eso desde esa misma noche, comenzarían a intentar que esa familia de tres, creciera.