Capítulo 67

HOLA!!!!! Volví =) Antes que nada GRACIAS! Vale eres la mejor, gracias por subir los caps del miércoles y jueves, gracias a ella tuvieron nove =)  Sé que dije la semana pasada que publicaría todos los días, pero como saben (y también Vale) les hizo saber con el posteo que subió de felicitación, el martes fue mi cumple y surgió de improvisto irme con mi amiga, y me fui. GRACIAS POR ESE POSTEO!!! Y Gracias a todas por las felicitaciones =)

 Le pedí a la genia de Vale que suba los caps por mí y lo hizo, lo único que subió los que tenía, que eran para miércoles y jueves. El viernes volví pero estaba un poco bastante cansada, y por eso no subi ayer, lo siento.

Pero TRANQUILIDAD!!! jajajaja hoy subo uno. Si de acá a que me acueste hay bastantes firmas, subo uno más. Si no - porque aquí en España van a ser las 10 pm - mañana subo uno por la mañana sobre las doce y otro por la tarde, así es como si hubiese publicado todos los días.

Ahora voy con la nove, algunas entienden a Lali y otras decis que exagera un poco... incluso dicen que esos niveles de exageración son porque está muy sensible porque está embarazada... ADORO los comentarios. Os digo que se vienen capítulos fuertes, bastante. Espero que os siga gustando tanto la nove como hasta ahora.

Gracias a todas por comentar siempre y estar ahí. Estoy contenta porque hay gente que lee hace bastante y ahora está empezando a comentar y eso me pone feliz =) Igual que cuando llegan nuevas lectoras =) GRACIAS!!!!!!!!!! a TODAS! <3

Pasen por http://otrolugarmagico.blogspot.com.es un nuevo blog de Abril quizas os seuen porque ya subió noves geniales a otro blog =)

También pasen por http://novesdepeterylali.blogspot.com.es/ 

Espero que os guste y disfrutéis del cap!!!! Comentad mucho y nos leemos después y si no es así, mañana seguro que sí =) GRACIAS!!!! y BESOS! <3

TWITTER: @Inma_06

Capítulo 67

- Joder – se quejó Peter al terminar de leer la nota.

Era consciente que no había hecho las cosas bien, y que había roto una de sus propias reglas: no involucrar los sentimientos en su trabajo. Pero con el caso de Delfina no había podido evitarlo, hasta el punto de convertirse en un reto persona y profesional el poder curarla. Estaba demasiado nervioso para llamar a Lali y hablar con ella, así que decidió que comería algo, lo necesitaba, llevaba dos días que apenas probaba bocado, y después de darse una ducha llamaría a su mujer. Algo tenía claro: tenía que pedirle perdón a Lali, y cuando se duchara y tranquilizara un poco iría a buscarla.

Mientras Lali llegó a esa pequeña casa que había alquilado. Estaba en un barrio bastante tranquilo, y sin muchos vecinos alrededor: necesitaba alejarse un poco para poder pensar y reflexionar como solucionar este problema con Peter, lo amaba y no tenía duda de que Peter la quería tanto a ella como a Alma, por eso necesitaba hacerle recordar su amor por ellas y la mejor forma que se le ocurrió es alejándose un poco.

No quería preocupar a nadie por eso no llamó ni a su familia ni a la de Peter, no creía justo que ambas familias se vieran envueltas en una discusión en la que solo tenían cabida las opiniones y sentimientos de los recién estrenados marido y mujer.

- Hola Vico – saludó Lali atendiendo el móvil.

- Hola La – respondió él - ¿No están en casa ni vos ni Peter?

- Yo no, y Peter debe estar trabajando aún – contestó ella mientras miraba su reloj de pulsera.

- Hubo un problema con Delfina y lo apartaron del caso porque creían que la había ayudado a quitarse la vida, tenes que hablar con él, te necesita – contestó Vico – A mí me llamó Claudia porque sabe que somos muy amigos.

- Ok, lo llamo ahora. Gracias por avisar. Un beso – respondió Lali rápidamente y colgó sin dejar a Vico ni si quiera despedirse.

Lali sabía que a pesar de estar peleada con Peter, en un momento así no podía dejarlo solo, y menos aun después de cómo se había implicado con esa chica. No se explicaba como en el hospital podían pensar eso de él, con todo lo que había luchado para salvarla. Su lucha había sido ininterrumpida desde el principio, hasta el punto que había dejado a su familia un lado ¿Pensarían lo mismo en el hospital de Peter, si supieran las consecuencias que le había acarreado el centrarse tanto en el trabajo?

Llamó a su casa pero nadie atendió el teléfono. SI lo habían apartado del caso, el enojo de Peter sería tanto, que no habría aguantado estar en el hospital sin estar con Delfina, lo conocía demasiado. No entendía por qué no estaba en casa. Por eso decidió llamar a su móvil pero no le atendió,  probó dos veces más, hasta que por fin…

- ¿Dónde estás? – preguntó Lali preocupada – llevo un buen rato llamándote.

- No fui yo el que se fue de casa – respondió Peter defendiéndose sin saber que Lali no pretendía atacarlo, sino que estaba preocupada por él.

- Eres un imbécil. Llamo para preguntarte cómo estás y me respondés así – sentenció Lali perdiendo la paciencia.

- Perdón no debí decirte eso.

- Pero lo dijiste.

- No estoy bien La, por eso respondí así. Perdoname. Recién salgo de la ducha, necesitaba relajarme porque tuve un problema en el hospital.

- Me llamó Vico y me contó ¿Cómo estás? – preguntó Lali algo preocupada por como el tono de la voz de Peter había pasado de reproche a tener un deje de tristeza mezclado con enfado.

- Por favor, decime que vos no crees que yo hice algo para intentar matar a Delfina – casi imploró Peter, necesitaba el apoyo de Lali auqnue estuvieran lejos.

- Por supuesto que te creo. Y no te enojes porque no te lo digo como reproche, pero me parece que si en el hospital supieran lo que supuso tu ansiada concentración con Delfina, ni si quiera te tendrían como un posible sospechoso - refiriéndose a la situación personal que pasaban.

- Gracias, que vos me creas es algo esencial para mí – contestó Peter más relajado – te necesito. Las necesito a las dos conmigo.

- Esto no funciona así Peter – contestó Lali – yo te creo, y sabes que tenes todo mi apoyo. Pero eso es una cosa, y nuestra situación personal es otra – respondió Lali.

- Lali por favor, necesito tenerte acá conmigo.

- Y estas semanas que te necesitamos Alma y yo, ¿dónde estuviste? Tu actitud sigue siendo igual de egoísta.

- No Lali, no son así las cosas.

- Sí lo son. Estás mal, y estás acostumbrado a que cuando estás mal siempre estoy. Pero ahora soy yo la que está mal, y llevo así bastantes días y vos no estuviste.

- ¿Es una venganza esto? – preguntó Peter perplejo.

- No digas estupideces quieres. No quiero volver, necesito aire, descansar, alejarme de todo lo que me pone mal.

- ¿Yo te pongo mal? – preguntó Peter y el deje de dolor logró traspasar el teléfono hasta llegar a Lali.

- Ahora sí – contestó Lali sincera – vos estos días necesitabas estar centrado en tu trabajo. Yo ahora necesito estar sola, con Alma nada más.

- Está bien, si es lo que querés – contestó Peter sin alternativa – pero me gustaría ver a la niña.

- Ok. Hoy ya no, pero mañana la llevo para que la veas, pero te la dejo y me voy.

- ¿Me la vas a dejar? – contestó Peter con algo de felicidad.

- Por unas horas. Lo siento pero no voy a arriesgarme a dejártela y que de un momento a otro tengas que irte al hospital por cualquier razón.

- ¿Tan mal padre soy?

- No, si de algo estoy segura es que amas a Alma, pero estos días no son los mejores para vos y… - quiso continuar pero Peter la cortó.

- ¿Solo estas segura de que mi amor por Alma? ¿Dudas que te amo?

- A veces me cuesta creerlo un poco, la verdad.

- No dudes nunca de eso, de cualquier cosa, menos de mi amor por ustedes dos. Son lo mejor que me pasó en la vida, y sé que últimamente no me comporté como debí de hacerlo – se explicó Peter.

- No quiero ser un “debí de hacerlo” Peter. Quiero ser un, ”tengo ganas de”, o un “quiero que”.

- Lali a veces las cosas se complican y no podemos hacer todo lo que queremos, mi amor, no trates así.

- Quizás tengas razón y no sea objetiva, pero me duele que me hayas dejado de lado, a mí y a nuestra hija.

- No quise, de verdad que no quise. Necesitaba salvar a Delfina, necesitaba devolverle la vida, si no, no podría estar bien.

- ¿Y ahora estás bien? ¿Le salvaste la vida? – preguntó Lali dolida.

- Puede que sí, que haya señales de que está mejorando – respondió Peter y Lali sintió una punzada porque no quería escuchar esa respuesta sino otra – Pero no estoy bien – y eso hizo que Lali se sorprendiera – puede que le haya salvado la vida a ella, pero a la costa de la mía… o mejor dicho, de nuestra vida – continuó Peter – No dudes de mi amor por vos, te amo.

- Ahora era yo la que necesitaba escuchar eso – dijo Lali algo reconfortada.

- ¿Podemos hablar esto frente a frente? Siempre hicimos así las cosas, cara a cara.

- Está bien, vamos hablar pero no hoy por favor, Pitt.

- Está bien, mañana tengo el día libre. Te llamo y voy a buscarlas. ¿Te parece bien?

- Ok, mañana hablamos. Espero que se solucione lo del hospital.

- Gracias Lali. Mañana voy a verlas. Las amo – se despidió Peter.

- Hasta mañana Pitt, un beso – cortó Lali la comunicación.

Peter tenía claro que su vida se había vuelto un caos desde que Delfina ingresó en el hospital. Sabía que si Lali se había alejado se debía a que fue él el primero en alejarse de ella y de su hija, y centrándose en su vida laboral. Pero no había podido evitar comportase de esa manera. Sin embargo se prometió a sí mismo, y se lo haría a Lali y a su hija, que nunca volvería a comportarse de esa manera. Llegar todos los días a casa y verlas le reconfortaba y aseguraba que estaban ambas bien y con él: pero al llegar esa tarde a casa y leer la nota de Lali, sintió como si una parte de él también se hubiese ido.

Se fue a vestir, después de esa conversación con Lali necesitaba pedirle perdón ya mismo.

- Como te vas a enojar princesa – dijo Peter  sonriendo al coger las llaves del coche y ver una foto de Lali en la misma mesa donde estaban las llaves – lo siento, yo metí al pata y yo lo voy a solucionar ya, aunque vos no quieras verme hoy.

Pasó la mano suavemente por el vidrio del cristal, le dejó un beso y salió de la casa, cerrando la puerta tras él para montarse en su coche y salir en busca de Lali.

- Pero que grande que estás ya vos mi amor – dijo Lali tirándose al suelo para jugar con Alma – mañana vamos a ver a papi, y le vamos a enseñar como andas ¿quuerés? Toma mi amor – le acercó el oso de peluche que Alama sin moverse intentaba agarrar – mañana vamos a estar con papá de vuelta.

Lali estuvo unos minutos más jugando con Alma hasta que sonó el timbre.

- Ya va – contestó ella y al abrir no había nadie – que raro.

Cerró la puerta y al ver la hora fue a por un poco de fruta para darle a Alma para que merendara. La pera era algo que a la pequeña le gustaba y por los meses en que estaban de verano, a Lali le convenía que comiera porque tenía bastante agua y era fresquita. Agarró un plató, peló la pera y la cortó en pequeños trozos para que la pequeña pudiera comerla. Después de agarrar un tenedor pequeño, volvió al comedor y sentó a Alma en el sofá y ella al lado.

- Que linda imagen – se escucharon esas palabras con voz masculina, una voz que Lali al instante reconoció y se giró hacia la puerta del pequeño jardín agarrando a Alma – sorpresa.

- ¿Vos?