Capítulo 66

TWITTER: @Inma_06

Capítulo 66

Dos días más, y dos días que para Lali supusieron la misma rutina. Al igual que para Peter, levantarse estar con su hija e irse a trabajar, o si trabajaba de mañana se iba temprano y cuando volvía estaba un rato con Alma, y después se acostaba a dormir.

La discusión de que habían tenido noches atrás a ambos los tenía bastante enfadados y el orgullo no es buen consejero de nadie. E incluso hay a veces que ni el amor puede contra él.

Peter llegó a trabajar y pasó la ronda, después sin ninguna novedad se fue a su consultorio. Y allí pasó toda la mañana, exceptuando los momentos que sus compañeros requerían su presencia para algo.

Decidió que antes de irse, pasaría de nuevo a ver a Delfina. Cuando llegó, vio ajetreo en la habitación y aceleró el paso.

- Claudia – dijo a una doctora - ¿Qué pasó?

- Acaba de entrar en coma – respondió ella.

- ¿Qué?

- No sabemos qué pasó, solo que el monitor empezó a pitar y vinimos. Estaba en parada, y la reanimamos pero entró en coma.

- MIERDA – maldijo Peter.

- Hay que avisar a la familia – dijo Claudia.

- Fabián su pareja debe estar en la cafetería, lo busco. Enmanuel – llamó a un enfermero – quiero un tac y un análisis de sangre – le ordenó Peter para que le hicieran las pruebas – y el traslado a UCI ya, por favor.

Peter buscó a Fabián y lo encontró en la terraza.

- Fabi, necesito hablar con vos.

- Decime.

- No es fácil lo que te voy a decir, y aunque es grave hay solución.

- ¿Qué carajo pasa Peter?

- Delfina entró en coma.

- ¿Qué?  ¿Dónde está? ¿Qué pasó? Quiero verla – comenzó a balbucear nervioso.

- Tranquilo, por favor. No la podes ver, ahora no. Pedí que le hicieran unas pruebas para tenerla controlada y para saber a qué se debió la parada cardiaca que tuvo y responsable de que esté en coma.

- La dejé con mi suegra, por eso vine para acá.

- ¿Están sus padres aquí? – preguntó Peter.

- No, solo la madre de Delfina. El padre viene de Mar de Plata de hace negocios.

- Ok hay que encontrarla y decirle a ella.

- Yo la busco, pero necesito ver a Delfina.

- Subi a la sexta planta dentro de media hora, allá podrás verla.

Peter se fue para buscar y apurar los resultados. Necesitaban saber que había pasado. Los resultados se demoraron más de lo que creían. El tac no había dado fallo cerebral ni renal alguno, necesitaban el análisis de sangre para ver si había alguna anomalía. Y cuando obtuvieron los resultados Peter vio que lo causante de la parada había sido una sobredosis de la ampolla que se le estaba administrando como tratamiento.

- No puede ser – dijo tirando los papeles en la mesa.

- Hay que averiguar qué ha pasado Peter – dijo Claudia.

- Sí, pero antes hay que administrarle anticoagulante para que no vuelva a producirse otra parada y suero, para intentar que de alguna manera expulse la dosis de la medicina. Como no la puede expulsar por sí misma, tenemos que contrarrestarla – dijo Peter. Las enfermeras hicieron lo que pidieron.

- Me acabo de enterar – dijo Ballesteros entrando en la UCI - ¿Qué ha pasado?

- Hace unos días dijo que quería rendirse, y hoy casi lo consigue – señaló Peter – tuvo una parada que fue provocada por una sobredosis del tratamiento que se le está suministrando.

- ¿Qué?

- Lo que escuchas

- Hay que informar a la dirección del hospital ya, y también a los familiares.

- Yo me encargo de ellos – dijo Claudia.

- Voy a hablar con dirección, hay que investigar que ha pasado – dijo Ballesteros.

- Yo me quedo un rato con ella – respondió Peter.

Cada doctor hizo lo que había dicho. Lo único que Ballesteros se le olvidó mencionar, es que cuando dijo lo de hablar con dirección para que iniciaran la investigación, es que estaba sospechando de que Peter podía haber sido el causante de esa parada, o lo que es lo mismo, que él le hubiese administrado más cantidad de la medicina indicada para que de una vez por todas, pudiera descansar. Cuando esa posibilidad llegó a oídos del director, no tuvo más remedio que convocar una investigación interna del hospital para que pudieran averiguar lo que de verdad había pasado.

- Peter – dijo Lali cuando atendió el teléfono.

- ¿Es importante? – preguntó él – sé que no te gusta esto, pero tengo trabajo Lali.

- Solo necesito decirte que me pedí unos días de vacaciones y … - intentó explicarle per Peter la interrumpió.

- Lali ahora no puedo hablar de esto, cuando llegue a casa hablamos, Por favor. Chau.

Esa llamada era un aviso de lo que Lali pensaba hacer, no era una petición. Necesitaba alejarse unos días de Peter o una de esas discusiones terminaría muy mal, diciéndose a la cara cosas que ninguno de los dos sentía de verdad pero que el enfado, la ira y el distanciamiento que había entre ellos les haría decir.

- Doctor Lanzani – lo llamó el director – pase, por favor.

Peter entró y se sentó.

- Necesito que me diga lo que ha sucedido.

- Cuando llegué a la habitación de la paciente, la doctora Claudia Costa me informó que había sufrido una parada y que la reanimación había sido positiva porque la habían recuperado pero la paciente Delfina Torres había entrado en coma. Después de realizar las pruebas pertinentes, en el análisis de sangre se ha descubierto una sobredosis del tratamiento que se le ha estado administrando a la paciente desde hace seis días.

 - ¿Tratamiento nuevo?

- Sí doctor. Después de mucho estudiarlo e investigarlo con la doctora Claudia llegamos a la conclusión de que aunque era arriesgado teníamos que probar con este tratamiento. Es cierto que no se suele aplicar, pero así lo creímos conveniente. Hablamos con la paciente y le informamos que no era un tratamiento muy experimentado y que aún había pacientes que lo rechazaban, pero su organismo lo aceptó.

- Doctor Lanzani, ¿si usted estuviera en la situación de la paciente se habría rendido?

- ¿A qué viene esa pregunta? – preguntó Peter.

- Me han hecho saber y más de una persona lo ha corroborado, que usted ha dicho que si fuera la paciente desearía morirse.

- Sí es cierto, soy persona, y como persona creo que reaccionaría igual que ella reaccionó al principio de su situación y hace varios días cuando decidimos cambiarle el tratamiento.

- Lo reconoce.

- Me ha preguntado si lo dije y le digo que sí, es cierto. Pero como médico, sé que tengo que hacer todo y más para que mi paciente se salve, y creo que lo he intentado hasta el cansancio.

- Teniendo en cuenta lo que me ha contado usted, y lo que me han dicho sus compañeros, tengo que pedirle que se retire del caso de la señorita Delfina Torres.

- No lo puedo creer, ¿ahora?

- Sí, ahora. Y hasta que no se aclare lo sucedido.

- Está bien, pero quiero que la doctora Claudia Costa se haga cargo de ella.

- Usted no exige nada. Aun así, la doctora lo hará porque ha estado ayudándolo a usted con la paciente. Puede retirarse, gracias.

Peter salió del despacho y vio que Fabián y Claudia lo estaban esperando.

- Claudia a partir de ahora te ocupas vos sola del caso de Delfina, a mí me apartaron por ser el principal sospechoso de haber querido matarla. Esto es ridículo.

- No me lo puedo creer – dijo Fabián – Peter, puedo hablar con ese señor y decirle que vos fuiste quien siempre alentaste a Delfina a continuar luchando.

- No va a servir de nada, se abrió la investigación y cuando todo se descubra, podré ocuparme de ella.

Peter le pidió a Claudia que lo acompañara a su consulta a recoger sus cosas, se marchaba a casa. Por el camino le pidió que le realizara a Delfina una resonancia y una ecografía. Al observar de nuevo los análisis de sangre vio que ciertos valores podrían indicar que el tumor había cesado en crecimiento. No quería decirlo delante de Fabián para evitar desilusiones. Recogió todo y pasó a despedirse de Fabián encontrándose también con los padres de la joven.

- Fabi toma mi tarjeta, ahí tenes mi celular y el teléfono de casa por si necesitas cualquier cosa – se ofreció Peter – me retiraron pero por favor, mantenerme informado.

- ¿Le retiraron? – preguntó el padre de Delfina – Así que sos vos el doctor Lanzani. Mira imbécil, voy a encargarme que no vuelvas a ejercer la medicina en tu vida.

- Lorenzo cálmese – le pidió Fabián, no se llevaba bien con su suegro pero la situación no estaba para armar escándalos – Yo creo a Peter.

- Vos sos igual que él, querés la guita de mi hija, y estoy convencido que te ayudó para deshacerte de ella – le gritó.

- Lorenzo, cariño calma – le pidió Sonia, su mujer y madre de Delfina.

- Crea lo que quiera de mí. Pero si su hija siguió luchando contra su enfermedad es porque este hombre – señaló a Fabián – estuvo con ella en todo momento, ayudándola a luchar. Me voy ya, Fabi cuando Claudia hable con vos, avísame por favor. Todo va a salir bien – lo abrazó y se fue.

Peter salió del hospital y se fue hacia su casa.

- Lali llegué – avisó al entrar, pero no recibió respuesta – mi amor.

Entró en la cocina y en la isla vio un papel.

“Te llamé para decírtelo, pero como es costumbre últimamente, todo es importante para vos menos nosotras. Nos vamos unos días, lo necesito o vamos a terminar tirándonos los trastos a la cabeza. Si queres ver a Alma, llamame y te la traigo. Estoy en una casa a las afueras, pero no tardo en llegar. Te dejo la dirección por si necesitas algo urgente. No sabe nadie de nuestras familias que me vine para acá, no me parece que estén en el medio de algo que solo podemos arreglar nosotros dos. Espero que a los dos nos sirva este respiro. Enojada y confundida, te ama, tu hasta ahora, mujer.”