Capítulo 45 - ¡Ni que fuera verdad!

HOLA!!! Gracias a quienes leéis y comentáis, ya sea como anónimo o con nombre como Ale (tu análisis... no me he podido reír más jajaja), Arii o Chari. Por cierto Chari, gracias por compartir siempre un trocito de tu vida.

Aquí os dejo un capítulo nuevo. Hoy antes porque os lo merecéis. Gracias, disfrutad y coo alguien me ha enseñado: leed despacito y disfrutando.

Capítulo 45

Escucho a varias personas hablar a mí alrededor. Pero no reconozco las voces… intento abrir los ojos pero soy incapaz de hacerlo… y de pronto todo vuelve al más absoluto silencio.

- Vamos Lali, nuestros bebés te necesitan – escucho la voz de Julia y siento que me agarra la mano.

Quiero preguntarle cómo están los bebés, como está Sonia… donde está Peter. Intento moverme, abrir los ojos, responder… pero vuelve a la oscuridad y al silencio.

- El golpe en la cabeza ha sido el que le ha provocado el coma, no es grave, y estamos seguro que en unas horas despertará – escucho una voz extraña.

- Gracias – dice otra persona y reconozco que es Peter. Se escucha la puerta y siento como él me agarra la mano – Chispita, venga anda, despiértate. Te necesito aquí conmigo.

Quiero gritarle que estoy bien, que lo necesito tanto como él a mí… pero de nuevo dejo de escuchar y sentir.

- Mi niña – es mi padre quien me acaricia la cara – venga anda, despiértate. Que sepas que conocí a Sonia y a Julia, y estoy orgulloso de ti y de los nietos que voy a tener.

Quiero sonreír, e interiormente lo hago. Pero sé que mi rostro no lo muestra.

- Llamé a tu madre, tiene que estar aquí, acompañándote.

La sonrisa se me borra… me siento mal, necesito estar bien, necesito ser yo quien le cuente todo lo que es mi vida ahora y cómo va a ser mi familia. Necesito que esté orgullosa de mí… si antes sonreía, ahora lloro de impotencia por no poder hacerles ver que siento y escucho lo que me dicen.

- Euge quiere venir pero sabes que no es bueno que con el embarazo que esté aquí – me decía Peter – pero te manda muchos besos y Nacho también.

- Lali soy Sonia, yo sé que me estás escuchando – siento como me agarró la mano y la llevó a su barriga – quiero que los sientas como los siento yo. Y los sentimos gracias a ti, gracias por salvarnos – dice.

Empecé a ver destellos de luz, primero veo a Peter con la mirada fija en algún punto, sigo su mirada y está puesta en mi mano sobre la barriga de Sonia, que se une a las de ellas.

- Los siento – digo al notar como dieron una patada.

- Lali, mi amor – dice Peter de seguida y me besó – estás despierta. Te amo, te amo, te amo… - repite una y otra vez.

- Yo también te amo – respondo como puedo.

- No hables Lali, tienes que recuperar fuerzas – me dice Sonia – Pitt, llama al doctor o a las enfermeras para avisar que despertó.

Peter sale y miro a Sonia, la veía llorar.

- No llores, estoy bien – le digo – a ti se te ve algo magullada – al ver algunos golpes en la cara y los brazos.

- Mira guapa, que llevas tres días en coma y no te has visto en el espejo - me contesta haciéndome reír – Ay Lali, gracias de verdad – dice mientras me abraza,

Quiero preguntarle por qué pero en ese momento entra un hombre que parece ser el doctor, y al oírle la voz supe que era a quien había escuchado estos días atrás.

- Necesito que salgan para poder revisarlo – ordena.

- Pero… - Peter quiso quejarse.

- Pero nada Peter, tiene que salir – repite el doctor y entra una enfermera – Susana ayúdame con la paciente.

Cuando Sonia y Peter salieron, doctor y enfermera se acercaron a mí.

- ¿Cómo se llama? – me pregunta el doctor mientras me revisa las pupilas con una lucecita incómoda y la enfermera comienza a quitarme algunos aparatos que tenía conectados.

- Mariana Espósito, me dicen Lali – contesto.

- ¿Cuántos años tiene y a qué se dedica? – continuó él preguntando.

- Casi 30 años y tengo mi propia academia de arte. – contesté – auch – me quejé cuando la enfermera me retiro un cable que tenía en la nariz.

- Lo siento, señorita – se disculpa y le sonrío.

- ¿Sabe por qué está aquí? – me preguntó el doctor.

- Sé que tuvimos un accidente en el coche, iba con Sonia.

- ¿Qué es lo último que recuerda?

- Que me desperté cuando Sonia me hizo poner mi mano sobre su vientre y sentí a los bebés. Estos días estuve escuchando a veces lo que hablaban y sentía cuando me tocaban.

- Eso es buena señal, el coma fue consecuencia del golpe en la cabeza pero afortunadamente no hay ningún tipo de derrame cerebral. Lleva tres días en coma señorita Espósito, así que tiene que acomodarse poco a poco a su vuelta.

- Estoy bien.

- Eso puede parecerle, pero además del coma, se fracturó un tobillo, se lastimó un par de costillas, y tuvo una luxación en el hombro derecho.

- ¿Pero me voy a poner bien no? – pregunto asustada.

- Siempre que se cuide y repose sí.

- Voy a poder seguir bailando ¿cierto?

- Con unos determinados cuidados continuos, sí. – me responde – se va a recuperar pronto si me hace caso en todo lo que le diga. Si sigue mis indicaciones, en un par de días puede estar fuera de la clínica y seguir con el reposo en su casa. Susana por favor, haz pasar al señor Lanzani.

Enseguida cumplió con la orden y Peter entra para ponerse a mi lado, agarrarme la mano y besarla continuamente.

- ¿Cómo está doctor? – pregunta Peter.

- No tiene ninguna secuela del coma, aunque va a estar dos días más aquí ingresada para observarla. La fractura del tobillo no es grave y en un par de semanas si hace reposo absoluto puede estar recuperada. La luxación de hombro tampoco es nada grave, es más que nada el dolor. Y las costillas no sufrieron mayor daño, es más el dolor que va a tener que el daño sufrido. Pero como ya les digo va a estar dos días más en observación para asegurarnos que el coma no dejó secuela alguna.

- Muchas gracias doctor.

- Es mi trabajo.

- Hija – la puerta se abre y entra mi padre – al fin te has despertado – dice abrazándome.

- Estoy bien papá.

- ¿Cómo está Carlos? – le preguntó al doctor, obviamente se conocían.

- Ya le dije que los daños físicos no son graves y que pronto va a recuperarse si hace reposo absoluto. Pero que va a estar dos días más en observación para asegurarnos que el coma no dejó secuela alguna.

- Me parece perfecto.

- ¿Mamá llegó? – pregunto recordando lo que mi padre me había dicho – te escuché cuando me lo contabas.

- Sí cielo. Está en el hotel descansando un poco.

- ¿Sabe toda la verdad? – pregunto mirando a Peter y a mi padre.

- No aun no le dijimos nada – contesta mi padre. – Peter me convenció que tenías que ser tú cuando despertaras la que se lo contaras.

- Gracias – le digo ambos, pero apretando la mano de Peter – necesito contárselo yo. Pero esta no me la perdona… seguro que ni siquiera se va a sentir abuela.

- No te adelantes chispita – me dice Peter y me besa – pasé tanto miedo.

- Yo os dejo, voy a buscar a tu madre al hotel para decirle que has despertado. Te quiero – deja un beso en mi frente.

- Yo más. Pero no traigas a mamá aun para acá por favor.

- Ya no puede mi amor, es de noche. Ya va a tener que ser mañana.

- Mejor, así tengo tiempo para prepararme para contarle toda la verdad sobre Sonia y nosotros – digo y vuelvo a besar a mi padre – descansa, que se te ve cansado.

- Ahora que sé que estás bien y con Peter cuidándote, voy a poder hacerlo – me responde y se va con una sonrisa.

Vuelvo a mirar a Peter y está llorando. Quiero decirle que no llore, que no quiero verlo así. Pero no me da tiempo, con cuidado entierra su cara entre mi pecho y mi cuello.

- Estoy bien Pitt – le digo.

- Perdón mi amor, perdóname por favor. Y gracias mi amor, gracias por proteger a mis… nuestros hijos.

- ¿De qué hablas?

- Me sentí tan mal cuando me llamó Julia de madrugada para contarme lo del accidente. Habíamos discutido y te había colgado. Te juro que todo el viaje estuve pensando en que si te perdía me moría, y mucho más porque lo último que habíamos hecho era discutir. Tenía una angustia…

- Pero todo está bien mi amor, estoy bien, mírame, tócame… estoy aquí Pitt.

- Cuando llegué acá, me contaron todo y quise verte y no me dejaron. Estabas en la UCI. Visité a Sonia y me contó todo lo que había pasado. No sé si eres consciente, pero has salvado la vida de los bebés Lali. Al sentir el golpe no dudaste en proteger con tu brazo la panza de Sonia, y eso ha sido la barrera entre ellos y el golpe.

- Por eso la luxación…

- Sí, por eso la luxación. Eres mi heroína – me dice aun con lágrimas en los ojos y me besa.

- No llores por favor, no me gusta verte llorar.

- Es de felicidad tontita. Feliz de tenerte de nuevo en mis brazos, de que nuestros hijos estén bien, que Sonia esté bien…

Le pido un beso con la mirada y no duda en dármelo. Seguidamente le pido que se fuera a casa a descansar pero se niega. Le pido entonces que estuviera conmigo en la cama, pero tampoco quiere para no lastimarme.

- Me quedo acá hermosa… ya tengo el hueco perfecto hecho en el sillón – dice mostrándome al primera sonrisa que vi desde que desperté.

- ¿Te quedaste todas las noches? – le preguntó muerta de amor.

- ¿Lo dudabas? – me dice él y me besa. – Descansa, que te lo mereces. Mañana va a ser un día largo. Te amo, Lali.

- Yo más – le digo y lo beso.

Después de un rato, se separa de mí y se coloca en el sillón pero extiende su mano hasta llegar a la mía, me mira y me pierdo en sus ojos, quedándome dormida poco a poco.