sábado, 30 de enero de 2016

Capítulo 60 - ¡Ni que fuera verdad!

BUENOS DÍAS!!!!!

Os deseo un buen fin de semana a todos!!!!! BESOS!!!





CAPÍTULO 60
La celebración de la boda terminó, temprano o tarde según se mire. Llegamos a casa de los padres de Peter y dormimos hasta la tarde, que nos levantamos para despedir a los recién de casados que empezaban su luna de miel. Por la tarde merendamos con los padres de Peter hasta que Yari me llamó, Peter quería seguir durmiendo así que me fui al hotel a ver a mi amiga.
Sabía cuál era su habitación así que directamente subí por el ascensor, cuando mis puertas se abrieron vi como de la habitación de mi amiga salía Daniel el amigo de Peter que se dirigía al ascensor de la otra parte del pasillo. Cuando llegué, llamé a la puerta y me abrió Yari.
- ¿Se te olvid…?
- A quién se le ha olvidado el qué – pregunto sonriendo y levantando una ceja.
- ¿Por qué has llegado tan rápido? ¿Has venido sola? Se supone que me esperabas abajo – decía mientras se metía en la habitación y seguía hablando sola.
- Sabía cual era tu habitación y he subido directamente, y sí querida hermanilla, he visto a Dani salir de aquí. ¿Te has liado con él? – pregunto emocionada.
- Bueno… tampoco estaba muy bien para hacer nada – intenta justificarse – él, yo estaba perfecta. Pero me gusta que un tío se acuerde de mí cuando me acueste con él.
- Venga ya, cuéntame que ha pasado Yari.
- Puff… ay hermanilla que encoñamiento más malo tengo pa horas que he estado con él mi niña – dice tirándose en la cama y tapándose la cara con las manos.
- ¿En serio?
- Joder y tan en serio, ¿tu ves que me esté riendo?
- Cheeee relaja canaria – le digo y me siento junto a ella – Vamos a ver, que ha pasado.
- Pues anoche, bueno en realidad esta mañana, después de bailar y bailar con él durante unas cuantas horas y tontear un montón con algún que otro beso, se ha ofrecido a traerme al hotel. He terminado conduciendo yo porque el muchacho no estaba pa mucho. Aun no sé cómo ha sabido indicarme el camino. A lo que iba. Hemos llegado y se ha autoinvitado a subir. Hemos bailado algo más, nos hemos seguido besando pero cuando la temperatura ha ido subiendo lo he parado.
- ¿Por qué?
- Joder, te lo acabo de decir, me gusta que un tío se acuerde cuando me acuesto con él. Aunque a decir verdad cuando nos hemos levantado me he dado cuenta que se estaba haciendo el borracho más de lo que estaba.
- ¿Por qué?
- Pues porque ha empezado a dar ciertos detalles que yo normalmente cuando la cojo grande no me acuerdo ni de coña.
- ¿Así que solo habéis dormido?
- Sí. Hemos dormido y nos hemos metido un poco de mano, pero no más. Y me ha despertado con un desayuno tía…
- Lo ha hecho el hotel – le recuerdo y me tira un cojín provocando mi risa. – A ver conozco a Dani, poco pero lo conozco, y tiene pinta de chulillo pero es muy buen tío, de verdad.
- El desayuno es del hotel pero me ha llevado a comer a su casa, cocina que te mueres.
- ¿Tiene algún defecto?
- Que probablemente no lo vuelva a ver nunca más – dice con ironía y vuelve a tirarse – es que han sido unas horas tan perfectas. Hemos comido y hemos ido a pasear por la playa, agarrados de la mano. ¡Agarrados de la manita! – repite alterada – Yo, agarrada de la mano con un tío. ¿De cuándo?
- Encoñaísimas estás – digo y ella asiente - ¿Habéis quedado en algo?
- ¿En qué voy a quedar nena? Lo conozco de hace apenas un día, y probablemente no lo vuelva a ver. A mí no me puede gustar alguien con quien sea sencillo estar. No yo a lo complicado.
- Pero él es periodista, va mucho por Madrid.
- Y te recuerdo que soy fotógrafa y voy donde trabaje – espeta ella – ay madre mía que complicado es todo.
- Venga anda anímate.
- ¿Ya se ha ido Irene? – me pregunta cambiando de tema.
- Sí, hace una hora y pico. Estaban de contentos.
- Les voy a regalar un álbum digital además de darles todas las fotos tanto físicas como digitalizadas.
- Les va a encantar. – Me quito las botas y cruzo mis piernas en la cama – por cierto enana, ¿estás dispuesta a ser la fotógrafa de mi boda?
- ¿Qué? – grita sentándose de una vez en la cama - ¿Tu boda? ¿Te casas?
- Bueno… a ver no es algo que vaya a ser ya. Pero ayer en la boda y por la mañana estuve hablando con Peter. Tía tengo 30 años. Y sí, hace poco tiempo que estamos juntos. Pero… estoy segura que quiero estar con él. Así que se me ha ocurrido pedirle que nos casemos.
- ¿A qué se lo vas a proponer tú? – dice alucinada – se nota que no estás acostumbrada a la brisa marina cariño, te afecta. ¿Dónde está la Lali que conozco?
- Se quedó en Irlanda en el viaje que hice con Peter – digo sonriendo.
- ¿Es enserio? ¿Tú casarte?
- Joder que tampoco soy antiboda, cualquiera que te escuche.
- No, bueno casi. Pero no es eso, es que me imaginaba que sería Peter quien te lo pidiera.
- Ha hecho mucho por nosotros. Es muy romántico y quiero sorprenderlo. Se me ha ocurrido, hacerle una pedida muy yo.
- Muy tú no cielo, que el romanticismo lo tienes pendiente de primero de carrera.
- Idiota eres a veces eh – le lanzo un cojín yo a ella – me refería a con un baile.
- ¿Tipo flashmob?
- Exacto. Seguro que los chicos aceptan en cuanto se lo proponga, se merece que por una vez él sea el sorprendido. Tía te juro, ayer estaba en la boda con Lucila en brazos y… sentí que con Peter lo quiero todo, absolutamente todo.
- ¿De aquí a poco soy madrina y tata entonces? – pregunta sonriendo.
- El tiempo no es ya, ya.. y lo de madrina hay que discutirlo porque hay demasiadas candidatas.
- Que feo, tengo que ser tu primera opción – dice indignada – aunque permito que el padre opine – ahora se ríe. -  Lo dicho, la brisa marina te pega mal. Esta conversación la tenemos mañana en Madrid a ver qué me dices.
- Gilipollas – la insulto pero me tengo que reír. Ni yo me reconozco.
- ¿Me ayudas a hacer la maleta? – pregunta con cara de niña buena.
Pone música en su portátil y mientras arreglamos la maleta, esta noche tenemos el vuelo para Madrid. Así que cuando termina, bajamos a recepción entregamos la llave y nos dirigimos a casa de Peter para hacer también mi maleta. Llego, saludo a mis suegros y me voy con Yari a la habitación tras saber que  Peter ha salido aunque no saben nada. Primero arreglo mi maleta y después la de Peter porque en breve tenemos que irnos al aeropuerto. Estoy cerrándola cuando aparecer por la puerta del dormitorio.
- Perdón, perdón, perdón. Es que se me ha pasado la hora gordita – dice abrazándome y dándome besos por toda la cara.
- Tampoco es que haya hecho gran cosa, solo la maleta. Lo único que nos tenemos que ir ya porque en dos horas sale el avión.
- Sí, sí vamos. – dice agarrando su maleta y yo la mía – hola canaria – saluda a Yari con dos besos.
- Hola Petersín – le contesta ella. Salimos de la habitación.
- ¿Nos lleva alguien Peter? – le pregunto por el pasillo – O cogemos un taxi.
- No gorda, nos lleva Dani – responde cuando entramos en el salón y Dani está sentado en el sofá – he ido a despedirme de él y se ha ofrecido a llevarnos.
Miro a Yari y el tono más rojo que exista, lo tiene en su cara cuando los ojos de Dani se posan en ella.
- Hola Dani – le digo dándole dos besos.
- Hola chiquitilla – me saluda.
- Vais a llegar tarde Peter – dice Claudia saliendo de la cocina con Pedro – tened mucho cuidado ahora por la carretera, va a empezar a llover en breve cielo.
- Sí mamá.
- Daniel más te vale no correr porque te mato – le asegura Claudia y se despide de nosotros al igual que Pedro.
- Los cuido a todos Clau, de verdad. – asegura él - ¿Nos vamos? – pregunta. Aun no le ha dirigido la palabra a Yari y ella a él tampoco.
Bajamos y mientras Dani mete las maletas en el maletero, Peter y yo nos despedidomos de Lorena, Miguel y los niños. Antes de acercarnos al coche, freno a Peter.
- ¿Has ido a despedirte de Dani? ¿O él te ha llamado? – le pregunto curiosa.
- Ambas cosas – responde sin querer contarme mucho.
- Gordo, dime que te ha dicho.
- No te voy a decir nada.
- Peter, ¿Qué te ha dicho? Es mi amiga tengo derecho.
- Qué te ha dicho ella de él – me pregunta.
- He preguntado primero – me defiendo con un argumento muy sólido.
- No te voy a decir qué me ha dicho. Pero sí te voy a decir, que no lo ha pasado bien en el amor. Tuvo una historia complicada hace poco más de dos años y ahora está muy bien. Y desde que se terminó su última relación, nunca lo había visto hablar así de una chica.
- Yari en realidad solo ha tenido una relación en serio hace unos cuantos años ya. Pero también te digo que fue la única vez que la vi como la estoy viendo ahora.
Le doy un beso y nos dirigimos al coche, ellos están montados y Dani nos pita para que aligeremos el paso. Yari, para mi sorpresa está de copiloto. Estoy segura que mientras que no estábamos han hablado. Nos montamos en la parte de atrás del coche y nos dirigimos al aeropuerto. Durante el camino, los que más hablan son Peter y Dani, yo casi me quedo dormida y Yari más o menos igual. Tres cuartos de hora después llegamos al aeropuerto, bajamos las maletas y entramos. No tenemos que facturar, porque no es necesario las maletas que llevamos son de mano –aunque según Peter lo mío es un maletón al lado de la suya-. Nos sentamos a tomar algo hasta que nos llaman por megafonía avisando la puerta de embarque.
- Espero verte pronto – dice Peter abrazando a Dani.
- Sabes que me vas a ver pronto – le responde él – morenaza – me abraza y me hace girar – me gusta ver a mi amigo así de feliz y eres directamente culpable de ello. Nadie había conseguido convencer a Peter de hacerse un tatuaje y te conoce y hasta eso hace.
- Ambos hemos cambiado en muchas cosas desde que nos conocimos – le digo y lo abrazo – cuídate Dani, espero que vengas pronto a visitarnos.
- Prometido – me da un beso en la mejilla. Peter y yo nos adelantamos un poco para que se despidan solos, pero es inevitable pararme para curiosear – canaria – dice él halando de su brazo y abrazándola – nos veremos muy muy pronto, ya lo vas a ver.
- ¿Tienes tu agenda libre Willy Fog? – le pregunta ella haciéndose la desinteresada.
- Hago lo que haga falta con mi agenda, para volver a ver a mi Romy particular.
Sin darle tiempo a que ella conteste, la abraza y le planta un beso en la boca. Pero un señor beso, al que estaba muy segura que Yari no iba a poner ninguna resistencia. Cuando se separan del beso, ella lo vuelve a abrazar y nos da el encuentro.
- Me parece que llevo mucho tiempo sin pisar una ciudad con mar y la brisa marina a mí también me ha afectado a mí – me dice y ambas nos reímos. Peter sonríe aunque no sabe de qué hablamos.

Me abrazo a él, que pasa un brazo por mi hombro y los tres embarcamos. Un rato después, ya estamos camino a Madrid.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

+++++++++++++

Arii dijo...

Otroooo :)

Unknown dijo...

que lindo

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