¡Buenas noches! Cómo es tarde, aquí al menos, os dejo dos capítulos como recompensa por la espera. Gracias porque sigue habiendo gente del otro lado que sigue leyendo. Estoy publicando la novela también en wattpad por si queréis leerla desde ahí porque os sea más fácil, voy a seguir publicando en ambas partes.
Gracias nuevamente y disfrutar de ambos capítulos.
CAPÍTULO
43
- No lo sé Lali – responde
mi padre afligido.
- ¿Pero ha vuelto a tener
algo con el padre de Óscar? – pregunto dolida.
- No, o al menos, no que yo
sepa. Pero no puedo estar con tu madre mientras siga con su actitud egoísta de
hacer siempre lo que ella quiere. Cuando se enteró que tenías pareja, tuvimos
también una discusión porque se empeñó en que fuera quien fuera el chico con el
que estuvieras, no te convenía y estaba dispuesta hacer cualquier cosa para
separarte. Le advertí que si lo hacía, no solo te perdería a ti sino también
que me perdería a mí y parece que la advertencia nos dio tregua, al menos
mientras estuviste allí. Conseguí mantenerla alejada de Óscar y sus ideas
absurdas y obsesivas contigo, pero ya viste que no me funcionó porque recibió
el informe de ese tipo…
- No me lo puedo creer papá,
lo siento mucho de verdad. No me imaginaba que llegara a tanto todo esto.
- Lo sé, y siento habértelo
ocultado pero tenías derecho a saber la verdad Lali. No quiero que te enfades
con tu madre, lo que pase entre ella y yo, como pareja solo nos afecta a
nosotros. Es tu madre y eso no debes olvidarlo nunca.
- Creo que sí que me afecta
papá, pero en temas de vuestra pareja no me voy a meter. Lo que sí tengo
derecho a estar muy enfadada es por esa manía de mantenerme controlada. ¿No se
da cuenta que cada vez que lo intenta me aleja más?
- Tiene miedo hija. Miedo a
quedarse sola. Tu madre siempre fue muy aprensiva y necesita a alguien junto a
ella. Por eso también le he pedido tiempo, porque yo sé que la quiero con toda
mi alma, pero necesito que ella se dé cuenta si está conmigo por miedo a
quedarse sola o porque de verdad me quiere.
Comemos en aquel bar y
seguimos hablando de todo ese tema. También mi padre se encarga de amenizar la
situación con chistes y contando las locuras que mis tíos y mis abuelos hacen
en casa. Yo intento sonreír, pero sigo pensando en todo lo que me ha contado.
En un momento, recibo un whatsapp de
Peter preguntándome donde estamos, le mando la dirección y le pido que se
venga. Llega a la media hora.
- Buenas tardes Martín – lo
saluda primero a mi padre con un apretón de manos – hola preciosa – me dice
para luego darme un beso en la boca - ¿todo bien? – me pregunta mientras mi
padre charla con el camarero.
- Después te cuento – le
digo resignada.
- ¿Un café Peter? – pregunta
mi padre.
- Café solo, por favor.
- Yo no quiero nada más,
estoy hasta arriba – respondo.
- ¿Ni un dulce hija? – me
pregunta mi padre.
- Creo que he comido hoy más
contigo que en todo el verano papá – bromeo – de verdad que no puedo más, si
como o bebo algo más, exploto.
- Exagerada – dice mi padre –
pues tráiganos un café solo y un café con hielo. – pide mi padre.
Seguimos charlando, aunque
mejor dicho, charlan ellos… creo que aún estoy asimilando la locura del
matrimonio de mis padres. Les sirven los cafés y siguen con la conversación,
hasta que mi padre se da cuenta de la hora. Vamos a recoger su maleta al hotel,
nos despedimos de los empleados y les pide que le tengan reservada la
habitación para dentro de un par de días, que regresará. En el coche de Peter,
llegamos al aeropuerto y esperamos a que mi padre embarque.
- Cuídala muchacho – le pide
mi padre y no puedo evitar sonreír cuando se abrazan – te quiero hija – se
despide de mí con otro abrazo.
- Yo también papá. Y cuídate
por favor – le pido preocupada después de todo lo que me ha contado.
- Eso dalo por hecho, aunque
sea solo por el placer de compartir mi vida con los nietos que me vas a dar –
me dice, me guiña un ojo y se va.
Me giro, buscando a Peter y
está atónito mirándome.
- ¿Estás embarazada? – me
pregunta directamente.
- No – respondo riendo - ¿por
qué?
- Por lo que ha dicho tu
padre, lo ha dicho con tanta certeza que … me ha dado que pensar.
- Pues no, no estoy
embarazada.
- ¿Qué pasa gorda? ¿Dónde
está mi chispitas? – me dice abrazándome y me salen las lágrimas sin
controlarlas.
- ¿Me llevas a casa por
favor? – le pido aferrándome a él, y sin preguntar más, nos montamos en el
coche.
El camino es largo, pero no
hace preguntas. Respeta mi silencio y me acompaña besándome la mano,
entrelazando sus dedos con los míos, poniendo su mano en mi muslo, acariciándome…
me hace sentir que está junto a mí sin necesidad de palabras. Aparcamos el
coche, llegamos a casa y subimos. Entro en el cuarto para cambiarme y al salir
está en el sofá.
- Mi madre tuvo una aventura
con el padre de Óscar – digo mientras me siento y se gira para mirarme – y mi
padre está enfermo – y ahora se asusta.
Le cuento toda la historia,
la misma que me ha contado mi padre y me desahogo con él. Sus brazos, besos y
caricias me hacen sentir protegida y me aferro a él.
- Prométeme que nunca me vas
a engañar, que si algo va mal entre nosotros lo vamos a hablar y antes de
hacernos daños vamos a separarnos. No soportaría perderte, y encima hacerlo de
mala forma.
- Ey, no digas eso ni en
bromas. Lali cariño, por supuesto que vamos a discutir porque si no, no
seríamos una pareja… en realidad si no discutiéramos no seríamos seres humanos.
Pero la discusión forma parte de la pareja. Lo que sí te prometo es que jamás
te voy a engañar o mentir, nunca. La mentira lleva a la desconfianza y sin
confianza no hay amor que sobreviva. Y jamás nos vamos a separar, y muchos
menos me perdonaría hacerte daño porque eres lo mejor que me ha pasado en la
vida.
- Nunca engaños, siempre la
verdad por dolorosa que sea. Prométemelo – y le pongo mi dedo meñique para que
me dé el suyo y sellemos la promesa como hace son sus sobrinos.
- Te lo prometo chispitas. –
hacemos la promesa y me besa – aunque habrá excepciones de secretos – dice y me
separo de él y lo miro seria – cuando sea por alguna sorpresa.
- Serás tonto – me quejo por
bromear en un momento así.
- Ven aquí anda – me hala
hacia él y me entierra en su pecho rodeándome con sus brazos. – Por tu padre no
te preocupes, ya te ha dicho que está bien y que con el tratamiento no hay por
qué preocuparse… y con respecto a tu madre… no la puedes dejar de querer, es tu
madre, y a su manera por muy extraña que sea, te quiere porque eres su hija. No
creo que tengas que reprocharle nada con respecto a la infidelidad, es un tema
que deben solucionar tu padre y ella.
- No sé, quizás lleves
razón. Pero me revienta que me critique y me taladre la cabeza con formar mi
familia cuando ella no ha sabido cuidar a la suya.
- Quizás es por eso que
quiere que formes tu familia, para que no cometas los mismos errores que ella.
- A ver qué es lo que me
dice cuando se entere que ya estoy formando esa familia – le digo y lo beso –
tengo muchas ganas que nazca tu niño. ¿Por cierto que tal tú hermana?
- Estupenda, dice que tiene
ganas de verte y que la semana que viene, tiene las invitaciones de la boda
listas, que te la mandará.
- Me parece estupendo, ¿era
en noviembre no?
- Sí, está muy nerviosa
nunca la he visto así. Es miss orden, y detesta no tener el control de lo que
sucede en su vida.
- Es normal, todas las
novias pasa por el momento estrés.
- ¿Tú también vas a pasarlo?
– me pregunta.
- Estás pesadito con el tema
boda, eh. Ayer en la fiesta, ahora…
- ¿No te quieres casar? – me
pregunta serio.
- Pues si te digo la verdad,
no es que haya sido el sueño de mi vida ponerme un vestido blanco y llegar al
altar vestida de blanco.
- Tú de chica en vez de ver
películas de Disney estaba recorriéndote Irlanda con tu prima Rocío jugando al
fútbol ¿no?.
- Idiota – le doy con un
cojín – pues no, porque mira ella, bien que se ha casado. La boda no es más que
firmar un papel. Antes lo entiendo, porque no se vivía con la pareja sino
estabas casado… ¿pero ahora? No tiene sentido. Además, para que te vas a casar
¿para terminar como mis padres?
- Tus padres siguen juntos
Lali. Y aunque llegaran a divorciarse, no todos los matrimonios terminan así.
Mira a mis padres, no pueden llevarse mejor después de más de 30 años de
matrimonio.
- Pues sí pero…
- Además, casarte si es algo más que firmar un
papel. Es dar un paso más de unión en la pareja, es celebrar con las personas
que quieres que el amor que tienes con esa persona va a ser para toda la vida y
estás tan seguro de ello que quieres gritarlo a los cuatro vientos, y que lo
sepa todo el mundo. – dice él mientras juguetea con mis dedos.
- Solo tú puedes conseguir
que yo me case.
- Es que no tenía pensado
dejar que te casaras con otro, te lo aseguro.
- Pero creo que no haría una
boda por la iglesia, así muy llamativa… No es que no sea creyente, pero me
gustaría más una boda en la playa o en el campo, en el mismo sitio lo vayamos a
celebrar… con nuestras familias, aunque la mía… vete tú a saber cómo está
cuando nos casemos, si es que nos casamos.
- Por supuesto que nos vamos
a casar, eso dalo por hecho – me responde muy seguro y me besa. Beso que lo
interrumpe su móvil – Es Sonia.
- Cógelo no vaya a ser que
necesite algo – le digo nerviosa.
- Hola morena preciosa, ¿cómo
estás? – le contesta – Si, estoy con ella. Vale un momento – pone el altavoz –
ya te escucha.
- Peter, antes que nada
estoy perfectamente bien. Bueno, estamos.
- Ya con esa entrada me
estás asustando Sonia, ¿Qué pasa? – pregunta nervioso.
- Estábamos en casa y me ha
dado una punzada y hemos venido al hospital, pero te repito que estamos bien.
- Algo tiene que pasar, si
no, no me contarías esto por teléfono – repone inquieto y paso un brazo
alrededor de su cintura para sostenerlo.
- Si pasa algo, pero algo
muy bueno Peter – dice ella y se nota emocionada. Se nota escucha un gemido de
llanto – Hola Pitt, hola Lali, soy Julia. Está todo más que bien, Sonia está
algo emocionada aun por la noticia.
- ¿Pero qué pasa Julia? Nos
tenéis en ascuas – digo yo porque Peter es incapaz de articular palabra.
- Pasa que menos mal que
somos tres madres y un padre, porque nos van a hacer falta todas las manos para
dar abasto – dice ella y yo sonrío. Peter se emociona.
- ¿Estas queriendo decir
que…? – Peter intenta hablar, pero no le salen las palabras.
- Si, Peter corazón, Sonia
está esperando gemelos. – nos confirma Julia la gran noticia.
- No me lo puedo creer –
digo alucinada - ¡Felicidades! – repongo yo.
- El médico nos ha dicho que
al haber sido inseminación que no es extraño que sean dos, que no se ha visto
antes porque hay uno más pequeño que otro y casi se tapan el uno al otro y
además los corazones van muy acompasados.
- ¿Cómo estáis vostras? –
pregunto mientras abrazo a Peter que se ha emocionado.
- Felices Lali, Sonia está
hecha un mar de lágrimas y a mí me falta muy poco.
- No es la única, te
comunico que el futuro papi está igual.
- Julia, gracias. Gracias
por darme esta oportunidad – consigue decir. – Quiero veros.
- Vamos para casa. Aunque
está todo bien, le han mandado reposo. Si quieres quedamos mañana para comer.
Hoy quiero que Sonia descanse.
- De acuerdo, mañana nos
vemos. En tu casa estaremos sobre las dos de la tarde. Cuando lleguéis avisadme
para hablar con Sonia – le pide Peter.
- Vale. Os quiero chicos –
se despide de nosotros y yo me encargo de colgar.
- Ahora sí que nos tenemos
que cuidar, no solo yo con la píldora sino poner más medios… yo creo que con
dos niños por ahora, nos basta ¿no? – bromeo para hacerlo reír. Aunque llora de
felicidad, no me gusta verlo llorar.
- Dos niños Lali,
¿entiendes? Dos – repite sin poder creérselo.
- Si mi amor, dos bebés.
Felicidades papá – le digo mientras lo abrazo.
- Gracias. Y felicidades a
ti también, porque también son tus hijos.
- Lo sé, y estoy más feliz
que nunca… ahora solo me queda decirle a mi madre que estoy formando esa
familia que tanto quería para mí. Pero seguro que me pone alguna pega porque no
es como ella quería – bromeo y ambos reímos.
Me tiro a sus brazos y
celebramos en el sofá, poniendo los medios necesarios para no seguir aumentando
la familia, que eran dos bebés los que venían en camino.
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CAPÍTULO
44
Al día siguiente fuimos a
visitar a Sonia y se nos unió Euge, que lloró emocionada y al mismo tiempo
dando gracias que ella no tuviera que pasar por eso, porque cree que con dos
hijos a la vez no sería capaz.
Peter tenía que viajar para
hacer el videoclip. Se grabaría en una casa rural, en la sierra de Madrid, le
mandaron fotos de las localizaciones que grabarían y eran espectaculares. El
rodaje estaba previsto que durara tres días y se hospedarían en un hotel
cercano a las distintas localizaciones que tenían para grabar.
Se había ido un par de días
pero me había llamado al menos tres veces al día, y a Sonia al menos cinco. Ella
me llamaba a mí para contarme todo lo que le decía y que se cuidara, y juntas
nos reíamos porque teníamos claro que no podía ser más protector porque no
tenía más horas el día, sino lo sería.
Con mi padre hablo todos los
días un rato, sobre todo porque cada vez que ve a uno de mis tíos y/o primos
ellos le insisten para que me llame y pueda hablar con ellos también. Me han
hecho prometer que en cuanto pueda tengo que ir a verlos, así que ya tengo casi
reservada una fecha para viajar, a principio de octubre que ya casi hablé con
los chicos y puedo permitirme dejar la academia unos días e ir junto con mis
primos Carla y Cristian a visitar Málaga y a mi familia, que si bien no es tan
extensa como por parte de mi madre, es grande también.
Estaba en el coche, yendo a
buscar a Sonia. Julia estaba trabajando, así que me ofrecí a acompañarla para
comprar los muebles de los bebés.
- Buenas tardes guapetona –
le digo a Sonia bajándome del coche para saludarla.
- Hola corazón de melón – me
dice ella y me da dos besos – ¿cómo estás?
- Echando de menos al papi
de estos dos bombones – dije tocando su panza - ¿tú?
- Pues muerta de calor – me
responde. Le abro la puerta y espero a que suba para cerrarla y montarme en el
lado del conductor. - ¿vamos a algún sitio en concreto?
- No, había pensado que
podíamos ir a algún centro comercial y después por el centro, y ya merendamos
por allí. Porque te aviso que yo tengo que merendar – dice mientras ambas nos
ponemos los cinturones de seguridad y arranco el coche.
Así, salí del aparcamiento
donde había estacionado y me dirigí primero a uno de los centro comerciales que
había aquí en Madrid. Paseamos un buen rato, pero ni a ella (principalmente) ni
a mí nos convenció nada.
- Una cosa es que vayan a
ser dos y los gastos se multipliquen, y otra es que me va a costar un riñón
todo si seguimos aquí – decía mientras salíamos del centro comercial.
Nos volvimos a meter en el
coche y nos dirigimos al centro. Allí nos paseamos por unas cuantas tiendas de
bebés, pero no vimos nada de muebles solo alguna ropita, que decidí comprar yo
para regalársela pese a su negativa puesto que aún no se sabía el sexo de los
bebés.
- ¿Cuándo tienes la próxima
ecografía? – pregunto mientras nos sentamos e una terraza a tomar algo
refrescante.
- La semana que viene. –
responde – hola – saluda al camarero – puedes traernos un par de zumos de
naranja, natural ¿por favor?
- Por supuesto, ¿algo más? –
pregunta el camarero.
- Yo voy a tomar un yogur
helado si seguís teniendo – respondo y él asiente – por favor, con sirope de
chocolate y m&m.
- ¿Y usted? – le pregunta el
camarero a Sonia y ella suelta una carcajada.
- Mira guapetón, aunque
tenga este casi barrigón, no tienes por qué hablarme de usted por favor que me
hace sentir que tengo 60 años – dice ella, sigue tan bromista como siempre e
incluso ahora multiplicado por 10. – Yo quiero algo que tenga chocolate, mucho
chocolate.
- Puedo ofrecerte – haciendo
hincapié en el “te” y sonriendo – una bomba de chocolate, rellena de chocolate.
- Eso suena muy bien
corazón, me la pido – responde ella.
El camarero se va y pronto
regresa con nuestra merienda.
- ¿Se supone que no debes
comer eso? – pregunto riéndome.
- Se supone, tú lo has
dicho. E intento cuidarme. Pero hay veces que no puedo evitarlo hija, el chocolate
me llama a gritos.
Ambas reímos ante su
comentario.
- ¿Cómo va todo con Peter? –
me pregunta.
- Genial. Te mentiría si te
dijera que es la primera vez que me enamoro, porque en mis dos relaciones
anteriores estuve muy enamorada. Pero con él todo es tan diferente. Obviamente
nos peleamos y discutimos, pero nunca a tal punto de dejarnos de hablar por
ejemplo, con Marcello hubo una vez que en tres días no nos dirigimos la
palabra.
- Eso es algo que pacté con
Julia – me contaba – pasara lo que pasara, no podíamos acostarnos sin charlar y
hablar el por qué estábamos mal. Es algo que necesitamos ambas. Es más, una vez
por semana como que nos sentamos y hablamos tranquilas de lo que nos pasó y no
nos pasó entre nosotras. Como una terapia particular.
- Quizás te copie la
dinámica – digo sonriendo.
- ¿Y en la academia todo
bien? – me preguntó ella nuevamente – no sé, te veo rara Lali.
- Es por el tema de mis
padres, ya sabes todo lo que pasa entre ellos y la complicada relación que
tengo con mi madre. La otra noche, cuando Peter me contó que había hablado con
Claudia de ti y del embarazo, pensé que en algún momento tenía que hablar con
mi madre. Sé que papá se lo va a tomar muchísimo mejor que ella, pero mi madre…
- me quedé callada porque no sabía cómo continuar.
- De esta te deshereda –
bromeó ella y consiguió hacerme reír.
- De eso que no te quepa la
menor duda – le dije, dije medio tristona.
- Cambiando de tema, que te
me vienes abajo. Tengo que hablarlo con Peter obviamente porque es decisión de
los tres, pero tanto a Julia como a mí nos gustaría primero casarnos y después,
bautizar a los bebés.
- Ten por seguro que Peter
se va a alegrar con ambas noticias, aunque no sé cómo está de complicado lo del
tema del bautismo.
- Hasta donde averiguamos,
es decisión final del párroco. De todas formas no se podrían negar, en
cualquier caso, Peter va a estar como padre reconocido, así que… - responde
encogiéndose de hombros y en la cara se le nota como la fastidia que a veces
haya opiniones un tanto retrógradas – la cuestión, es que los padrinos de la
boda decidimos que fueran Irene, ya que gracias a ellas nos conocimos y mi
hermano Raúl.
- Irene va a estar feliz –
respondo y sigo saboreando el yogur que me está sabiendo a gloria bendita.
- Y para los bebés,
acordamos que nosotras propondríamos nuestros padrinos, y Peter y tú los
vuestros – dijo.
- Creo que es más decisión
vuestra y de Peter que mía, pero daré mi opinión si la queréis – contesto y me
agarra.
- Tienes tanto que ver con
mis hijos, como nosotros tres. También van a ser tuyos – me recuerda y me
emociona –. Por eso que tienes el mismo papel que nosotras en esta familia,
decidimos con Julia que el padrino de un bebé fuera el hermano de Julia, y la
madrina de ambos fueras tú.
Me quedo sorprendida. Puede
que parezca una tontería, pero no lo es. Esto me hacía emocionarme más aun de
lo que ya lo estaba.
- Yo… Sonia… me hace tanta
ilusión – respondo sonriendo plenamente. – De verdad, no tenía ni idea de que
queríais esto. De verdad gracias – me levanto para abrazarla – es muy
importante para mí esta decisión.
- ¿Entonces aceptas? – me
pregunta.
- Por supuesto, va a ser un
honor.
- Sé que no quieres que te digan
mamá, por eso queremos que tengas ese papel Lali. El día de mañana, si a mí y a
Julia nos llega a pasar algo, cosa que no va a ser así, pero nadie sabe. Lo que
sí sabemos ambas es que nadie mejor que tú y su papá para cuidar y amar a
nuestros peques.
Se me salta las lágrimas y
la vuelvo a abrazar. Con la emoción en el cuerpo, pedimos la cuenta y nos vamos
a mi casa a dejar unas cosas que compré para mí.
- Pasa y ponte cómoda.
- Voy al baño, no aguanto
más – me dice y ambas reímos.
Suelto las bolsas que compré
en el cuarto y me suena el móvil. Voy al salón a buscarlo en el bolso y atiendo
al ver que es Peter.
- Buenas tardes don motes…
adoro que me llames pero no hace tanto que hablamos gordo.
- ¿Por qué me hiciste esto?
– me pregunta.
- ¿Qué te hice? – pregunto
sin entender a qué se refiere.
- ¿Cuántas veces te dije que
no te metieras en mi vida profesional Lali? – me pregunta y lo escucho
enfadado.
- Peter escúchame.
- No Lali, te lo he dicho
millones de veces. Quiero que me contraten por ser quien soy como actor, no por
ser tu novio.
- Es que no te han
contratado por ser mi novio.
- Lali me acabo de cruzar
con Yari. Ha tenido que venir a sustituir al fotógrafo que teníamos, y escuché
como la productora le agradecía por recomendarme.
- Peter te prometo que no…
- Que nada, me prometiste
que no te ibas a meter en mi trabajo. ¿Por qué no respetaste mi decisión? – me
dice decepcionado.
- Mi amor, tú mismo has
dicho que la productora le agradeció a Yari por recomendarte, así que está
contenta con tu trabajo, tú solo lo has conseguido.
- No, Lali. Se supone que ya
sabía cómo trabajaba.
- Gordo, por favor.
- Por favor nada. Obviamente
ya no puedo decir que no al trabajo, pero estoy muy enfadado, que lo sepas.
Mañana regreso. Adiós.
Ni siquiera me dio tiempo a
despedirme. Colgué y antes de dejar el teléfono vi un whatsapp de Yari.
Yari:
Lali, hermanilla… me acabo de cruzar con Peter. Perdón, pero me tuve que venir
porque el fotógrafo que tenían no podía seguir con el trabajo. Perdón de
verdad, pero creo que al verme acá se ha coscado de todo mi niña. Espero que no
se haya enfadado mucho, de última dile que fui yo la que lo recomendó, al fin y
al cabo es la verdad.
Lali:
sí hermanilla, se dio cuenta de todo. Se ha enfadado, pero bueno… mañana
hablaré con él cuando regrese. Ahora que estás ahí cuídamelo y ni intentes
hacer la responsable delante de él porque no lo eres ME ESCUCHASTE? (leíste en
su defecto)
Yari:
a sus órdenes mi generala. Voy a aprovechar que está enfadado contigo pa ver si
consigo tirármelo jajaja. Te quiero hermanilla MUUUUACKS
Lali:
si no te conociera…. Te quiero más. MUACKS
- Es difícil saber de qué va
una conversación cuando solo escuchas a una persona hablar – dice Sonia
entrando en el salón.
Le conté toda la historia
mientras colocaba lo que había comprado. Una vez terminé, agarré mis cosas y
ella la suyas y bajamos para montarnos en el coche.
- Tranquila que todo va a
estar bien Lali, ya lo verás. Peter es muy de prontos, cuando se le pase se va
a querer matar por haberte hablado así – me consolaba ella mientras salíamos
del aparcamiento.
No tenía ganas de hablar y
ella lo notó, así que Sonia se encargó de poner un poco de música. Íbamos en el
coche, yo conduciendo y ella cantando y me hacía reír. Pero de pronto la risa
se convirtió en un grito en el momento que otro coche, que venía a gran
velocidad, frenó con nosotras. Veo como Sonia llora y sin saber cómo estiro el
brazo para proteger su barriga. Poco a poco dejo de ver y escuchar.
5 comentarios:
Mierda mierda mierda, otro cap :)
Lali salió en lo sensata a su padre.
Ya quiero k Peter vuelva...y mas con ese accidente.
En una acción como la d Lali con Sonia en un accidente ,yo iba detrás ,y protegí a mi hijo Daniel (d la misma forma k ella),él iba en el centro...ahora me rio, jajajjaja , perdí los 4 piños delanteros x 1999,jajjaja,puse el brazo izq,y el derecho ni lo utilicé para sujetarme yo,mi prioridad fue mi hijo.
Y no preguntéis como lo hice ,fue puro instinto.
Estos maravillosos capítulo necesitan un riguroso análisis:
1. Lali es una genia va a ser madre sin tener que parir, ni dejar de dormir, ni todo lo malo
2. Me encantan Sonia y Julia
3. Comen helado con chocolate y m&m, que es lo más mejor del mundo
4. Don Montes se ha pasado y me ha tocado lo que no tengo, que mala persona que piense antes de hablar
5. Ahhhhhhh ese final de capítulo, espero que no les ocurra nada porque sería una gran pena
ayyy subi otrooooooo
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