Capitulo 17

Lo prometido es deuda... pasaro los 12 comentarios y va otro capitulo. Muchas gracias por firmar... MILLONES de GRACIAS.

Me gustaría saber quienes son las anónimos, un nombre aunque sea inventado para poder referirme a ustedes. Y si es la misma persona gracias porque hizo casi todas las firmas.

Gracias también a Chari que lee siempre y firma, y también firmó doble. Y también a LovexLaliyPeter.

Y también a Faty... espero haberte hecho menos pesado el viaje =D

Y por ultimo darle la bienvenida a Flor autora de Estoy con Vos, una nove laliter que promete mucho. Aquí su blog http://novelaslaliter-caporsiempre.blogspot.com/

Espero que disfruten del cap.. y mañana más. BESOS y GRACIAS!!!!!!!!!!

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CAPÍTULO 17

- Bueno yo creo que lo de novios les viene un poco grande ¿no? – dijo mi padrino.

- ¿Qué dices papá? – preguntó Euge sin entender nada, al igual que todas.

- Que no me creo que en 10 que lleváis allí os hayáis enamorado – dijo respondió él.

- Mariana perdóname pero ahí Jose lleva razón – dijo mi madre refiriéndose a lo que acababa de decir mi padrino – no os ha dado tiempo a enamoraros… además dentro de poco volvéis. ¿Pesáis mantener vuestros “noviazgos” a distancia?

- Tata si son nuestros novios, os guste o no – dijo Euge un poco molesta por lo que acaba de decir mi madre – y además no los conocemos de 10 solamente papá.

- Euge lleva razón, no los conocemos de 10 días solamente. Y mamá si no te importa preferiría no hablar del momento en el que Euge y yo tengamos que volver.

- ¿Cómo que no los conocéis de 10 días? – intervino mi padre

- Un momentito – dijo Bea – ¿Lali son los chicos de…? – Euge y yo asentimos. Mi hermana Bea era la única que sabía que cuando Euge y yo fuimos a Tarifa tuvimos ALGO con dos chicos argentinos – No me lo puedo creer, que chico es el mundo.

- ¿Podéis decir de que estáis hablando? – preguntó Clara.

- Es una historia un poco larga mamá… que queda resumida en que los conocemos desde este verano que Lali y yo fuimos a Tarifa – respondió Euge, nerviosa por la reacción de su padre.

- ¿Entonces estáis con estos chicos desde verano? – preguntó su padre.

- No exactamente así… pero creo que tampoco es el momento para explicárselo, tenéis que cenar y todo aun. Si nos prometéis que no los vais atosigar con preguntas os los presentamos. – dijo Euge más relajada.

- De acuerdo… no los vamos atosigar con preguntas, pero si me voy a asegurar que no estáis con dos pervertidos – dijo mi padre.

- PAPÁ!! Si es así no te lo presento entonces… mamá te dijo que confíes en mí – respondí enfadada… no tenía por qué tratarme como si tuviera 6 años.

Después de un silencio por parte de todos (incluidos los chicos que habían dejado de jugar al escucharnos a nosotras levantar la voz un poco) mi hermana Lucía relajo un poco el ambiente.

- Venga chicas… que como sigamos así ni los conocemos, ni cenamos. – dijo Lucía y no pudimos reírnos.

- Está bien – dijo Euge y se giró hacia los chicos – vengan.

Peter y Nico se acercaron con cuidado, después de haber escuchado nuestra conversación era normal que tuvieran más respeto del adecuado por nuestros padres. Cande y Rochi se hicieron un lado para dejarnos a los cuatro solos. Los chicos llegaron y Euge y yo nos levantamos de las sillas para que ellos se sentaran y ponernos nostras en sus piernas.

- Él es Peter y el Nico – los presenté.

- Buenas Noches – dijeron los dos al unísono.

- ¿Cuántos años tenéis; trabajáis estudiáis, fuman, beben, viven solos…? Empezaron mi padre y el de Euge a tirar preguntas como locos.

- BASTA!!!!! – gritamos Euge y yo - ¿en qué quedamos?

- AAAAHHH – gritaron María y Lucía casi al mismo tiempo - ¿Esos son nuestros  cuñados?

- Si enanas… ¿os gustan no? – dijo Euge.

- Pero…. –dio María nerviosa – tío Gonzalo si quieres te digo yo quienes son.

- ¿Cómo? Ahora eres detective privado María – dije yo.

- No, no soy detective privado… Son Peter Lanzani y Nicolás Riera.

- ¿Y tú como sabes eso? – preguntó Bea, aunque todos se quedaron perplejos ante lo que dijo la hermana de Euge.

Nosotros 4 reímos ante lo que acaba de decir María... Sabíamos que María y Lucía habían visto muchas series argentinas y esas cosas, pero nunca pensamos que habían visto algo de ellos. Aunque por lo que María acababa de decir, parecía que sí.

- Ésta – señalando a María - que lo sabe todo de vuestros novios, y vosotras os reís… ¿alguien me explica que pasa? – dijo mi padrino.

- Tito – dijo Lucía – como para no conocerlos!!! Son actores, muy buenos actores… Además también cantan y bailan. Son geniales y ultra-conocidos en toda Sudamérica, Italia e Israel.

- Woww eso es una presentación y lo demás son tonterías –dijo Peter – Las voy a contratar para que sean mis representantes, vende muy bien las cosas

- No me lo puedo creer – dijo mi madre

- Sí mamá créetelo porque lo que acaba de decir mi hermana es muy cierto – respondí.

Aunque al principio nuestros padres no estaban muy convencidos de que nuestras relaciones fueran a funcionar, lo aceptaron. Los chicos conforme iban charlando se iban relajando más y más y mostrándose tal cual son.

Dejamos la charla porque tenían que cenar antes de comerse las uvas. Antes de que la charla terminara Euge y yo no nos libramos del “Antes de volver, tenemos que hablar con vosotras… queráis o no” por parte de mi madre y la de Euge. Mi madre quería hablar sobre el tema de volver y mantener la relación a distancia… seguía sin parecerle buena idea.

Las chicas estaban alucinadas porque Peter y Nico fueran sus cuñados, y aunque querían contárselo a sus amigas, les dijimos que no podían, al menos no hasta que nosotras volviéramos.

Tampoco Peter y Nico se libraron de las advertencias protectoras por parte de sus suegros, ya oficiales. El padre de Euge repitió como unas 100 veces antes de que termináramos la charla “Si no las cuidáis, vais a pasarlo mal vosotros dos. Si mi hija y mi ahijada vuelven y las veo sufrir por vuestra culpa el que va a Argentina soy yo.” Dijo Jose medio en broma, medio en serio.

Terminamos la conexión con nuestras familias. Los chicos y las chicas se fueron para arreglarse porque íbamos a salir a disfrutar de la noche de fin de año.

Peter estaba en el cuarto buscando la ropa que se iba a poner para salir después de darse una ducha. Yo me quedé en la puerta del dormitorio mirándolo. A pesar de mis temores después de que conociera a mis padres, él siguió igual que antes.

- ¿Qué me mirás tanto, amor? – dije mientras soltaba la ropa encima de la cama y se acercaba a mí, pasando sus brazos por mi cintura.

- A ti te miro… ¿No vas a decir nada después de haber conocido a tus suegros y cuñadas? – pregunté tímidamente.