Capítulo 15 - ¡Ni que fuera verdad!

¡SAN VIERNES! Hoy llega ese deseado día para muchísimas personas porque significa que comienza el fin de semana y se termina la rutina de todos los días. Disfrutadlo si sois de esas personas que adoran el viernes. Quien no, sea por lo que sea, disfrutadlo a vuestra manera, haya que hacer lo que haya que hacer, que sea con la mejor de las ganas y las sonrisas.

Hace poco escuché "Que lo urgente no te deje sin tiempo para lo importante". Pues lo dicho, que tengáis tiempo para todo lo que consideráis importante, y si leer es una de esas cosas, pues aquí va un capítulo más.

El de hoy dedicado a Moni, por su cumple. Disfruta mucho de tu día amiga, MUACKS!

CAPÍTULO 15

Óscar ve a Peter a sus espaldas y me suelta. Son de la misma altura, aunque Peter está un poco más fornido y musculoso.  No me suelta por miedo a que Peter pueda atacarlo, sino por el escándalo que se podría armar si van más allá de un enfrentamiento verbal.

- ¿Estás bien? – me pregunta Peter acercándose a mí.

- ¿Estás bien? – lo imita él antes de que pueda contestar yo. - ¿Quién te crees que soy idiota? ¿Piensas que soy capaz de hacerle daño?

- Sé, que hace unos años sí le hiciste daño al no apoyarla en un momento vital en su vida. Hay muchas formas de hacer daño a alguien.

- ¿Eras actor o filósofo? – pregunta riéndose.

- Te lo puedo poner con un ejemplo para que lo entiendas. – Dice Peter poniéndome detrás de él y quedando frente a frente a mi ex.- Si salgo ahí a la fiesta y digo que estabas molestando a Lali, te haría mucho daño, porque mis suegros jamás te lo perdonarían y perderías todo tipo de relación y privilegios que tienes por tener una amistad con esta familia. Y ya no contemos que los demás invitados empezarían a hablar y los rumores son muy malos, porque de un grano de arena la gente hace una montaña.

- ¿Me estás amenazando? Sería la palabra de un don nadie, contra la mía.

- Tener un apellido con renombre no te hace inmune, sino todo lo contrario, te hace más frágil. Y no es ninguna amenaza. Solo te di un ejemplo práctico.

Yo tomo la mano de Peter, estoy nerviosa, no me gusta esta situación y necesito que se dé cuenta. Me mira, me aprieta mi mano para tranquilizarme.

- Lo que te voy a decir ahora, tampoco es una amenaza pero sí una advertencia – vuelve a girarse hacia Óscar – no te vuelvas a acercar a mi novia.

Mi ex intenta decir algo, pero Peter no le da tiempo. Me pasa delante de él y poniendo un brazo en mi espalda, hace que nos encaminemos hacia donde está todo el mundo. Cuando nos hemos alejado del estanque, paro y él hace lo mismo. Sin más lo abrazo.

- Gracias.

- Me pediste que no te dejara sola con Óscar y es lo que he hecho. Además no me gusta que retengan a nadie contra su voluntad. – dice devolviéndome el abrazo. - ¿Estás bien?

- Sí, solo quería incomodarme. – respondo y lo miro a los ojos – y también se ofreció a darme una vida llena de lujos.

- Ah no, entonces tengo que ir y que hable con mis puños, no puede robarme la novia – bromea él para quitar la tensión que aun nota que tengo en el cuerpo.

- Siempre me haces sonreír, gracias.

- La gente necesita sonreír más, el mundo iría mucho mejor con más sonrisas.

- ¿Lo de ver las cosas con positivismo lo haces solo para con tu trabajo o lo aplicas también a tu vida personal? No me considero una persona negativa pero tu positivismo y buena predisposición para la vida como que me sorprende.- le digo mientras nos dirigimos donde están todos.

- Lo que te acabo de decir, lo he hecho como una opinión personal. – responde él – no sé si eso conteste a tu pregunta.

- Obvio que sí, y la verdad me vendría muy bien contagiarme de una actitud así como la tuya.

- Puedes estar todo el tiempo que quieras junto a mí, para ver si se te pega algo – responde sonriendo.

Llegamos donde están todos, y Óscar también ha llegado. Mi madre va colgada a su brazo como si fuera su hijo, y no me gusta, él sigue con la misma actitud provocativa y egocéntrica y ella se niega a verla. Peter y yo hablamos con varios invitados, hasta que Peter se va con mi padre, quiere presentarle a un amigo suyo que también cuando era más joven se dedicó a la actuación.

- Hija, ¿has saludado a Óscar? – dice mi madre acercándose a mí agarrada de él.

- Sí mamá, me educaste bien aunque a veces lo dudes.

- ¿Le has contado donde estás trabajando?

- Espera que lo adivino ¿en el despacho de abogados de tu familia? – digo con ironía.

- Sí, es un honor poder seguir con el legado de mi familia. – responde él, y a mi madre le falta un babero.

- Mi querida hija podría copiar algo de eso que dices, para ella trabajar en la empresa familiar es casi un insulto.

- No digas eso porque no es cierto – respondo y empiezo a cabrearme.

- ¿A no? Entonces no entiendo por qué no trabajas con nosotros, hay muchos puestos diferentes que ocupar en la cadena hotelera hija. Obviamente tendrías que escoger entre los puestos más importantes, estás capacitada y preparada para eso. – dice mi madre.

- ¿Sabes cuándo voy a trabajar con tus queridos hoteles? – le digo a mi madre y ella se sorprende – Cuando montes algún espectáculos y necesites de mis bailarines.

- No le hables así a tu madre Lali, por favor. – Interviene Óscar.

- ¿Pero por qué te metes? De verdad no sé cómo pude llegar a compartir dos años de mi vida con alguien como tú.

- Mariana Marella, un respeto.

- Vosotros dos sois los que no me estáis respetando a mí, como de costumbre. Dejadme en paz. Sois una dupla perfecta para sacarme de mis casillas. – protesto elevando un poco la voz.

- Lali – me llama mi prima a mi espalda y al girarme la veo acompañada de un muchacho alto, rubio con unos ojos verdes que hipnotizan.

- ¿Zac? – pregunto si poder creerlo.

- El mismo – responde él sonriendo y se acerca abrazándome - ¿Cuánto tiempo llevamos sin vernos?

- Un montón, más de diez años sin vernos.

- Mariana estábamos hablando – dice Óscar a mis espaldas.

- No – respondo y vuelvo mi cara para mirarlo a él y a mi madre – Estabais amargándome la noche, pero ahora voy a poder seguir disfrutando. Adiós. – sin darle oportunidad de que digan nada, me agarro del brazo de Zac y nos alejamos.

- ¿Problemas con tu madre? – pregunta él.

- Los de siempre – respondo - ¿Una copa? – él asiente y buscamos un par de copas y nos sentamos en uno de los bancos del jardín.

- ¿Qué es de tu vida? La verdad desde que empezaste a salir con O´kanna despareciste.

- ¿Es un reproche? – pregunto con el ceño fruncido.

- Te consideraba mi amiga – responde él y ambos reímos. – En serio, apenas sabía de ti y después menos, cuando te fuiste de Irlanda.

- Quizás tengas razón. Mi relación con Óscar me alejó de muchos amigos entre ellos tú. Pero por suerte, me di cuenta de cómo era y me escapé de él – respondo.- Ahora vivo en España, tengo una academia de baile, y también damos talleres y clases de actuación y canto.

- Lo que siempre quisiste.

- Sí, logré cumplir uno de mis sueños. ¿Y tú?

- Poco después que nos dejamos de ver, rompí con Cathy. Me centré en los estudios y me fui a Inglaterra a estudiar medicina. Ahora he vuelto por unos días, de vacaciones, pero estoy trabajando en París en un hospital.

- Wow, eres todo un héroe salvando vidas seguramente.

- Me encanta lo que hago, y al igual que tú he conseguido uno de mis sueños.

- A mí me quedan unos cuantos, como el de formar mi propia familia.

- Seguro que no tardas, estás guapísima. Siempre fuiste hermosa y no te faltarán amores.

- Faltan, faltan, te lo digo yo. – respondo sin pensar en lo que digo, obviamente.

- Hasta donde tenía entendido, has venido con tu novio.

- Sí, mi novio – respondo y quiero que la tierra me trague – Por suerte todos esos amores que faltaron este tiempo atrás, lo suple Peter con todo lo que me da - ¿He sido capaz de decir yo eso? Tengo que desviar el tema-   ¿Tú estás en pareja, tienes hijos?

- Soltero y sin hijos, al menos de momento. Creí que con Cathy llegaría lejos pero me equivoqué. ¿Te puedo decir algo?

- Sí.

- No me preguntes por qué, pero en todos estos años siempre que volvía me acordaba de ti, y de la amistad tan sincera que teníamos.

- Sí, eras uno de mis grandes amigos.

- A veces me he preguntado qué hubiese pasado si yo no hubiera tenido novia por aquél entonces.

- Era difícil que tú no tuvieras novia, eras muy codiciado en el instituto.

- Hablo en serio, después de mucho tiempo me he dado cuenta que sentía algo por ti, pero no sabía que es lo que era y pensé que te quería como una amiga, muy especial, pero ya está.

- ¿En serio? – pregunto.

- Muy en serio.

- Zac…. No sé qué decir. No te voy a negar que con 17 años, me volvías loca. En realidad me volvías loca desde los 14 más o menos.

- ¿Estabas enamorada de mí?

- Creo que sí. Pero tú tenías novia, no me hacías caso. Me contabas todos los días lo bien que te lo pasabas con Cat y yo os veía felices juntos. Entonces llegó Óscar, me dijo dos cositas bonitas y me encandiló, era una niña. Poco a poco me enamoré de él… - le confesé.

- Guau… si alguno de los dos se hubiera arriesgado y dicho al otro lo que sentía, quizás las cosas serían muy diferentes ahora.

- Pues sí, quizás. Pero ya no tiene sentido preguntarse algo así ¿no? – le pregunto. Lo que me acaba de decir, me ha movido todos los sentimientos que tuve durante mi adolescencia. Mi cabeza no puede evitar imaginar cómo habría sido una vida junto a Zac, a ese Zac que conocí que era mi amigo y que me enamoró con su paciencia, cariño, honestidad, humor.

- ¿Segura que no? – pregunta él acercándose, peligrosamente a mí.

No sé qué hacer, no me muevo, espero que sea él quien avance. Y cuando menos me lo espero me besa. Después de tantos años, llega ese beso que tanto anhelé cuando era una niña. Me dejo llevar por esa niña, que quiso probar sus labios en algún momento y comienzo a besarlo.