Capítulo 21 Segunda Temporada

LLEGARON!!!! y les dejo el cap... en realidad este cap lo había dejado programado para que se subiera una hora después que el de ayer, llegaran o no a las firmas... porque se lo merecían por estar casi una semana sin yo aparecer por aquí y sin nove. Por estar ahí siempre GRACIAS!!!

Pero por lo que se ve lo programé mal, y hoy, hasta esta hora, no pude entrar a publicarles el cap. Se los dejo, y tranquilas no van a llorar con la despedida... y quien sabe lo del bebé laliter jajajaja XD

Espero que disfruten el cap, yo subo este y me pongo a escribir más =).Capi dedicado a ruizirene897

BESOS!!!!!!!!!!! las quiero gracias por estar =) 

TWITTER: @Inma_06

- Lali – dijo Lucía entrando en nuestra habitación – ¿me ayudas a terminar mi maleta? Es que no puedo sola y Bea está preparando la suya ahora, porque acaba de terminar de vestirse.

- Voy yo Lu, me visto y voy ¿si? Tu hermana se tiene que duchar y vestir también, ahora voy hermosa – respondió él y ella salió del cuarto.

- Me voy a duchar mejor que se nos va hacer tarde – le dejé un beso, un te amo sobre los labios y me metí en la ducha.

No paré de darle vueltas al asunto, la verdad que éramos jóvenes yo camino de cumplir los 20 y él los 22, yo terminando mis estudios y el con su carrera… pero a pesar de que quizás ahora no era el momento, me había gustado mucho oír esas palabras de su boca. 

CAPÍTULO 21

Ya estábamos por irnos del aeropuerto, mis suegros también estaban porque habían sido los encargados de traer a mis padres hasta aquí, ya que como yo iba en el coche con Peter y mis hermanas no entrábamos todos.

Estaban entrando a la sala de embarque, ya nos habíamos despedido con promesa de que iba a volver pronto por casa y con lágrimas y abrazos. Y no solo yo, sino Euge con su familia había sido igual.

Ahora íbamos camino a los coches, Euge abrazada a Nico, yo envuelta por el brazo de mi suegra y Peter delante con su padre hablando pero sin quitarme la vista de encima.

- Bueno hermosa, ahora sube al auto y duerme un ratito que te va a hacer bien – me dijo mi suegra, se acababa de ir mi madre, pero Claudia le prometió que me iba a cuidar como a una hija.

- Gracias Claudia – y nos abrazamos.

- Dale mi amor, vamos – me dijo Peter abriendo la puerta del lado del copiloto y entré después de despedirme de mis suegros y de Euge y Nico, quienes ya estaban montándose en el coche para salir delante nuestro. – Después te llamo má, chau papa – los saludó a los dos, y dio vuelta por delante del coche para llegar hasta el asiento del conductor.

- ¿Qué? – pregunté por qué seguía sin arrancar.

- No me gusta verte así llorando – se acercó a mí y secó mis lágrimas con sus manos.

- Ya se me va a pasar, tranquilo – dije intentando sonreír para que se tranquilizara, sabía que cuando me veía mal por estar lejos de todos ellos se sentía culpable, porque había dejado toda mi vida y a mis seres queridos en Cádiz por él, y se ponía mal al verme así. – Te amo.

Se acercó a mí, dejó un beso en mi boca y después cerró mis ojos con sus manos para dejar otros besos más suaves en ellos. Sonreí, abrí los ojos y con ese “yo te también te amo” me acomodé en el asiento y el arrancó para llegar de nuevo a casa

Cuenta Peter

Me ponía mal verla así, solo esperaba que pronto se le fuera esa tristeza. La verdad en todo el viaje de ida al aeropuerto y en el de vuelta no dejé de pensar en lo que le dije a Lali con que iba a ser una gran mamá. Pero más que en eso, no podía quitar de mi cabeza la reacción de ella, no contestó nada, no sé si habría respondido porque apareció Lucía y ya no volvimos a hablar del tema.  Después de eso, mientras estaba con Lucía arreglando su valija, me vino a la cabeza un recuerdo de cuando estuvimos juntos por primera vez… ella me pidió el postre porque se le antojó, y yo le prometí cumplirle todos los antojos cuando estuviera embarazada.

Estábamos por llegar a casa, ella seguía en su asiento, medio tirada y con la vista fija en la ventanilla. ¿Le habría sentado mal eso que le dije sobre ser madre? Obvio que no planeo tener hijos ya… pero si de algo estoy seguro es de que quiero que ella sea la madre de mis hijos, de formar nuestra familia.

Estacioné el auto, y subimos al departamento.

- Mi amor – le dije frenándola porque iba directa al sillón – ve date un baño bien largo, para que te relajes y puedas olvidarte un poquito de todo… mientras yo preparo algo para comer – iba a decir algo pero no la dejé – me da igual que no quieras comer, en el aeropuerto me dijiste que no querías comer allí, que comíamos en casa así que ahora…

- Está bien – respondió – te amo – me besó y se fue hacia el baño de nuestro cuarto.

Como le dije preparé algo para comer, unos sándwiches vegetales. Los coloqué en dos platos, agarré dos vasos, la gaseosa y lo puse todo en una bandeja para llevarlo a la mesa ratonera. Fui al cuarto a cambiarme y estar más cómodo: me puse un pantalón de hacer deporte, un buzo porque a pesar de estar en casa se notaba el frío del invierno y fui a fijarme cómo estaba Lali. Estaba secándose el pelo con una toalla pequeña, y su cuerpo la cubría otra toalla más grande.

- Mi niña – dije entrando al baño – ya está la comida lista, te espero en el salón ¿sí?

- Ahora voy – respondió, dejé un beso en su frente y ella me regaló una sonrisa. Salí del baño y me fui al salón para esperarla. A los 10 minutos apareció.

- Ya estoy aquí – dijo sentándose a mi lado. Yo estaba sentado en el suelo, frente la mesa ratona y apoyado en el sillón.

- Que linda! – dije y besé sus labios.

- Con el pijama, el buzo y los ojos rojos de llorar dudo que este muy guapa Pitt – dijo  sonriendo.

- Sos hermosa, y más cuando sonreís como ahora – y fue ella la que me besó -  además quien te regalo ese pijama tiene muy buen gusto – dije, era yo quien se lo había regalado.

- Que tonto – dijo riendo.

- Un tonto que te ama, te sacó un par de sonrisas y con el que vas a compartir estos sándwiches – le dije.

- Y yo estoy encantada de estar con este tonto – y me volvió a besar.

- Estás melosa ¿no?

- Un poquito quizás, vamos a comer – dijo y empezamos a comer.

Prendimos la TV pero no había nada, así que Lali se levantó para apagar la TV y prender el equipo de música, y sonó su amor platónico, Pablo Alborán y su “Solamente tú” y recordé esa noche en Punta, cuando la tuve en mis brazos por primera vez… cuando entramos en la habitación donde nos esperaba la cena y sonaba esa misma canción.

- Parece que hoy todo me lleva a Punta – le dije.

- ¿Por qué?

- Esta fue la canción que sonaba cuando entramos en la habitación y… - no me dejó terminar.

- Y nos esperaba una cena riquísima preparada por ti… y no solo una cena, sino una noche inolvidable – yo asentí sonriendo -… pero dijiste que hoy todo te lleva a Punta, ¿te acordaste hoy de ese viaje?

- Sí, esta mañana, mientras ayudaba a Lucía a preparar su valija, me acordé de cuando te dije que cuando estuvieras embarazada te cumpliría todos los antojos – y ella agachó la cabeza – Lali mírame – y me miró - ¿qué pasa?  Lucía entró después de que te dijera que ibas a ser una gran mamá y vos no dijiste nada… ¿no querés ser mamá? ¿No querés una familia conmigo?