Capítulo 9 Segunda Temporada

Hola!!!! España campeona de Europa!!!! #NoHay2sin3

Bueno dejando temas futbolísticos aparte, les dejo el cap. Gracias por todas esas firmas, me da penita subir tan tarde, pero el día fue ajetreado y mi pc sigue dando problemas =( . Pero bueno, les dejo caìtulo, más vale tarde que nunca ¿no?

Capi dedicado a Taisg por ser la primera en firmar.

GRACIAS a todas las quiero =) ♥

TWITTER: @Inma_06

CAPÍTULO 9

Pasamos un anoche un poco agitada, Peter se despertó varias veces por pesadillas, y todas eran con que Bauti estaba muy mal. Incluso una de las últimas veces que se despertó tenía los ojos mojados de haber llorado. Por suerte cuando se daba cuenta que era un sueño y lo abrazaba se calmaba y volví a dormirse. Me desperté a las 10:00, no había dormido mucho pero estaba harta de estar en la cama. Así que me levanté y fui a preparar el desayuno para los dos, el estaba dormido y con la noche que había pasado me dio pena despertarlo.

Por suerte, Peter sí tenía todo lo necesario para que pudiera preparar un desayuno. Hice algo de café, zumo, tostadas. Cuando lo estaba poniendo todo en la mesa Peter apreció en el salón.

- Buenos días mi amor! – le dije y fue a el para besarlo.

 - Buenos días princesa – me dijo y volvió a besarme – ese desayuno que tiene parece estar muy rico lo tendría que haber preparado yo por la mala noche que te hice pasar – me dijo abrazándome por la cintura.

- ¿Mala noche? No, malas noches son las que pasé lejos de ti sin poder abrazarte, besarte… sino poder dormir contigo – le dije y volvió a besarlo – dale vamos a desayunar.

Empezamos a desayunar y a mi móvil (lo había puesto a cargar) empezaron a llegar varios mensajes, whatsapp´s y demás. Casi todos eran de mi hermana Bea, y de mi madre, y también había algunos de Lucas, Sofi y Julia. Sonó el móvil de Peter, era un mensaje.

- Mi amor, es Tato para que vaya yo al hospital para estar con Bauti y mis papás vayan a casa a descansar. Así el va a la hora de comer, yo me vuelvo y Pepo va por la tarde, hasta la noche que lleguen mis padres otra vez – me explicó.

- Ok, me doy una ducha y vamos – le dije levantándome del sofá y llevando lagunas cosas del desayuno para la cocina. Peter hizo lo mismo.

- Princesa, no hace falta que vengas, mejor quedate descansando… sé que dormiste muy poco y… - no lo dejé terminar.

- Y como recompensa, nos vamos a duchar juntitos y después vamos a ir al hospital, juntos – le dije acercándome a él y pasando mis brazos por su cuello.

- Sos hermosa… me gustó mucho esa idea de ducharnos juntos – me miró pícaro.

- Solo ducharnos – le aclaré.

- Solo ducharnos ya es genial preciosa, vamos a tener mucho tiempo para hacer más cosas dentro de la bañera – me respondió y me besó.

Entre besos llegamos a la habitación, agarré la ropa que me iba a poner y la coloqué en la cama. Peter hizo lo mismo. Después nos metimos en el baño, hacía tanto tiempo que no lo veía así. Y aunque solo era una ducha, pero fue una ducha con muchos besos, mimos y caricias. Salimos, me envolví en un albornoz y fui al cuarto a vestirme.

Cuando el salió estaba terminado de poner el sujetador.

- Hoy te voy a ayudar a ponértelo – me dijo acercándose por mi espalda y abrochándomelo – pero te juro que la próxima vez me acercó para sacártelo – me dijo al oído.

- ¿El no dormir te afecta no? Te despertaste un poco zarpadito que digamos – respondí entre risas y picos me separé de él para ponerme el conjunto que había elegido más un abrigo que sacó Peter del armario con un “tienes que abrigarte más”, y estuve lista. Me dejé el pelo suelto, me puse el gorro, y cuando el agarró sus llaves y su billetera salimos. Bajamos, esperamos el taxi (Peter tenía el coche donde había ido a jugar con Bauti, ya que el vino con Bauti en la ambulancia) y cuando llegó nos montamos. Peter le pidió que fuera al hospital donde estaba Bauti, le dio la dirección y en 20 minutos llegamos. Pero cuando llegamos y nos bajamos vimos algo que ninguno se esperaba.

En la puerta del hospital había varios periodistas, seguramente se habrían enterado de lo que le había pasado a Bauti. Me miró y vio mi cara de asombro.

- Mi amor, si querés entramos al parking del hospital y de ahí subimos, no hace falta que – lo interrumpí.

- Primero, sí hace falta, tarde o temprano voy a tener que hacerle frente porque quiero estar contigo, y eso es parte de tu mundo, me guste o no….y segundo creo que ya es un poco tarde, porque nos vieron – le señalé a unos cuantos periodistas que nos habían visto y se dirigían a nosotros.

- No hace falta que hables, le diré que Bauti está bien y entramos – me dijo, me sonrió dejó un corto beso en mis labios y echamos a andar. No mucho porque pronto nos alcanzaron los periodistas.

- Peter ¿qué pasó?

- ¿Estás bien?

- Nos contaron que tu hermano está internado, y si vos estás acá es porque es cierto ¿no?

Empezaron a hacer todo tipo de preguntas, incluso alguien llegó a mencionar algo con respecto a mí, pero no logré oír que fue. Peter aclaró que todo estaba bien, que había sido un accidente pero que por suerte todo estaba bien, tanto él como su hermano. Sin contestar a nada más, empezamos a caminar (no me había soltado mientras hablaba) y aunque los periodistas nos seguían, no dijo ni una sola palabra más, solo me puso delante de él y entramos al hospital.

- No fue para tanto – dije mientras llegábamos a los ascensores.

- Si le hubiera contestado algo sobre vos no habríamos podido sacárnoslo de encima – me respondió acariciando mi mejilla.

- No me molesta que no les hayas hablado de mí, no porque dejes de contarles lo nuestro a todo el mundo voy a dejar de querer estar contigo, sé que me amas y con que me lo digas y demuestres a mí me basta y me sobra – le respondí y lo besé.

El ascensor llegó y subimos a la planta que estaba Bauti. Tocamos la puerta antes de entrar y escuchamos un “pase” de Claudia.

- Buen día – dijo Peter saludando a sus padres con un beso a cada uno.

- Buen día hijo –contestó Claudia – hola Lali, que me gusta verlos llegar juntos – dijo mientras se acercaba a mí que estaba cerca de la puerta.

- Buenos días Claudia – y le di un beso – Hola Juan – y me acerqué a él para saludarle.

- ¿Y yo? ¿Estoy pintado acá? Soy el enfermo en!! – dijo Bauti incorporándose en la cama un poco.

- No cambias más enano – respondió Peter acercándose a él y revolverle los pelos con una mano - ¿Cómo pasaste la noche?

- Bien, dormí bien – respondió.

- Aunque a la mitad de la madrugada se despertó con pesadillas y las enfermeras tuvieron que venir para darle un relajante y se durmiera – completó Juan y Bauti pareció apenarse por eso.

- No eres el único que tuvo pesadillas mocoso – dijo Peter al darse cuenta que a Bauti no le gustó mucho que su padre diera ese dato – lo que pasa que yo no tuve enfermeras para que me administraran ansiolíticos.

- Gracias por la parte que me toca – dije.

- Bueno, no tuve eso, pero tuve una novia hermosa que me abrazaba y me ayudaba a dormirme otra vez – respondió y me guiñó un ojo cuando mis colores empezaban a adornar mis mejillas – Bueno ustedes dos – señalando a sus padres – se van para casa, que como seguro quieren quedarse esta noche acá de nuevo, con mis hermanos ya organizamos el día para que descansen y no vuelvan hasta la noche, y no se admiten quejas mamá.

- Está bien, pero con cualquier cosa que necesiten nos avisan – respondió Claudia.

- No te preocupes Claudia, vayan a descansar. Los sillones de los hospitales no son nada cómodos, y menos para dormir – respondí.

Nos despedimos Peter, Bauti y yo de mis suegros, Cuando estaba abrazándome Claudia me dijo “Gracias por venir hasta aquí y elegir a mi hijo, estoy segura que van a ser muy felices”. Yo le sonreí en agradecimiento a esas palabras.

Estuvimos allí en la habitación los tres hasta la 1:30 pm que llegó Tato y nosotros nos fuimos. Antes de llegar al departamento, fuimos a comprar comida. Así cuando llegamos preparamos para comer y nos sentamos juntos a la mesa.

Después de comer, lo recogimos y lavamos todo. Después nos acomodamos en el sofá: yo me senté y él apoyó su cabeza en mis piernas, quedando tumbado.

No tardo mucho en quedarse dormido: entre que había pasado mala noche y que yo le estaba haciendo “cosquillas” relajantes en la cabeza, cayó rendido.