Capítulo 14 Segunda Temporada

HOLA!!!! me alegra todas las firmas que me dejaron. Paso rápido (y no puedo avisar en twitter) porque voy a ver a Carlinho Brown que está aquí en Cádiz y voy a disfrutar de esos ritmos latinos que tanto me gustan =)

Capi dedicado a todas las que firmaron por leer y dedicar unos cuantos segundos a comentar, gracias de verdad.

CAPÍTULO 14

Y el mes de julio se hacía presente y con él, el frío también aparecía en Buenos Aires… se me hacía extraño estar en pleno mes de julio y abrigada hasta las cejas. Era sábado me desperté y comprobé que Peter no estaba a mi lado en la cama.  Miré el reloj y eran a las 10 am. Comencé a llamarlo pero no respondía, así que decidí levantarme y buscarlo por la casa, pero no lo encontré. Cuando entré en el salón vi una nota en la mesa ratonera.

“Buenos días hermosa, tuve que acompañar a Nico bien temprano y no quise despertarte, lo más seguro es que llegue para recogerte e irnos a comer con mis padres y mis hermanos. Te amo ♥”

¿Dónde iba a un sábado tan temprano? ¿Y con Nico? Pues nada nuestro palan de levantarnos y desayunar juntitos se desboronó. Me parecía muy extraño así que agarré el teléfono y llamé a casa de Euge y Nico.

- Amiga!! – dijo Euge muy contenta y despierta para ser sábado y las 10.

- Buenos días… ¿tú un sábado despierta ya? Sí que te cambió el vivir con Nico.

- Sí, crecí soy toda una ama de casa – dijo entre risas – y ¿necesitas algo?

- No. En realidad sí, quería preguntarte si sabías donde han ido Peter y Nico tan temprano un sábado.

- Ni idea, Nico me dejó una nota diciendo que salía con Peter pero no dijo ni donde, ni por qué…

- Peter tampoco.

- Pero tranquila seguro que está todo perfecto. Nos vemos después, Nico me dijo que comemos con tus suegros y los míos.

- Sí, en casa de los padres de Peter… ¿te vas a arreglar mucho? La verdad que tengo 0 ganas de ponerme a buscar ropa y demás.

- No, algo sencillo pero abrigado hace mucho frío.

- Dímelo a mí, que anoche dormí abrazada todo el tiempo a Peter por todo el frío que tenía.

- Sí claro por el frío – dijo la rubia con un tono sarcástico y las dos reímos.

- Bueno te dejo, que recojo un poco esto, y empiezo a prepararme. ¿Te vienes y hacemos la tarta de tres chocolates que nos enseñó a hacer tu padre?

- Dale, me terminó de preparar y voy. Besos te veo ahora guapa.

- Hasta ahora. Besos!!!

Y colgué el teléfono después de despedirme de Euge. Como le dije, recogí la casa. Después comprobé que había todo los ingredientes necesarios para hacer la tarta de tres chocolates y cuando comprobé que estaba todo, me fui a la ducha. Una ducha relajante de agua caliente me sentó de maravilla. A la media hora me salí, y estaba buscando que ponerme cuando llamaron al portero automático.

- ¿Quién?

- ¿Quién va a ser? Tu loquilla – respondió Euge.

- Dale te abro.

3 minutos más tarde, en la puerta del departamento.

- Hola rubia!! – dije plantado un par de besos en su mejillas.

- Hola, acabas de ducharte ¿no? – me miraba envuelta en el albornoz.

- Sí, estaba por elegir la ropa….

- Yo te dije que me iba a poner algo informal y cumplí – dijo dando una vueltecita sobre sí misma, después de haber dejado un abrigo en el perchero de casa.

- Estás loca – dije dirigiéndonos a mi habitación – por cierto ¿Qué tal te fue en la campaña?

- Rebien, no te conté antes porque me lo dijeron ayer a la noche y no quería decírtelo por teléfono.

- Por eso estabas tan contenta esta mañana cuando te he llamado ¿no? – pregunté

- Pues claro, bueno por eso y porque anoche después de que me dijeran que la campaña sale este mes a la calle pues, tuve una noche llena de amor y pasión con mi bonito.

- OHH – dije mirándola - que lindos – y junté mis manos para formar un corazón.

- Que tarada eres a veces en – dijo riéndose – date un poco más de prisa porque no sabemos a qué hora llegan los chicos.

- Sí, Peter me dijo que sobre las dos llegaba a recogerme, y le dije que venías para casa, así que nos recogen a las dos aquí.

- Bueno pues más a mi favor guapita – y se levantó – nos quedan 2 horas para hacer la tarta.

Y sí, entre recoger la casa, esa ducha tan buena que me había dado y la charla con Euge se me había pasado la mañana volada.

Y recordando viejos tiempos, Euge rebuscó en mi armario el conjunto que llevaría hoy para comer con mis suegros y los de ella. Era genial cuando nos juntábamos todos… los padres de los chicos se llevaban súper bien entre ellos, y era lógico se conocían hacía un tiempo ya. Cuando Euge escogió mi ropa, me la puse, me dejé el pelo suelto, con algunos rizos que se habían formado solos en las puntas del pelo. Cuando estuve lista, nos fuimos a preparar la tarta, nos pusimos los delantales para no macharnos y empezamos a hacerla. La verdad no era nada difícil. Terminamos poco antes de las dos de la tarde, aunque los chicos no llegaron a la hora que habían dicho sino media hora después.

- Mi amor – escuché a Peter abriendo la puerta de casa.

- Aquí, en la cocina – respondí.

- Hola hermosa – se acercó a mí y me dio un beso – hola Euge – la saludó a ella también - ¿están listas?

- Sí, porque alguien – dije irónica – dijo que llegaría a las 2 no a las 2 y media.

- Que tontita que sos – dijo acercándose a mí.

- Ah! Encima tonta – respondí haciéndome la enfadada.

- Pero sos mi tontita, a la que yo amo – respondió y me volvió a besar.

- No es por molestar no, pero creo que deberíamos irnos porque llegamos tarde chicos. – dijo Euge abriendo el frigorífico para sacar la tarta que habíamos hecho.

- Sí… ¿y eso? – preguntó Peter cuando vio la tarta.

- Yo lo llamo tarta, tú lo llamas torta – respondí y cuando me miró serio me reí.

- Que tarada que sos, ya veo que es una torta… pero no hacía falta que la hicieran chicas.

- Antes tonta y ahora tarada – dije mientras agarraba las llaves y cerraba la puerta de casa – esta noche duermes en el sofá Juan Pedro.

- Sabes que te lo digo con cariño mi amor - dijo y me besó mientras entrábamos en el ascensor.

- EHH que lo que te dije que duermes esta noche en el sofá también es con cariño bombón – respondí mientras apoyaba mi cabeza en su pecho y Euge y yo estallamos de risa.

- Estás graciosa hoy – afirmo él, y los tres empezamos a reír.

Bajamos del ascensor y salimos a la calle, Nico estaba esperando un poco más adelante con el coche.

- Menos mal que aparecieron – dijo el rubio cuando entramos en el coche (Peter de acompañante, Euge y yo detrás).

-- Mira ex-rulitos son ustedes los que se fueron sin decir nada, y volvieron sin dar explicaciones y además tarde…. Así que ahora me apresures eh – respondí dejando caer el tema de que se hayan ido sin decir nada, pero ambos parecieron obviarlo.

- Bueno mejor vamos que llegamos tarde – dijo Peter.

Así salimos de casa y fuimos hacia casa de Peter donde nos esperaba la familia de mi novio y también la de Nico. No tardamos mucho en llegar, aparcamos y entramos en casa de Peter.

- Hola chicos – dijo Claudia.

- Hola má – respondió Peter y saludamos los cuatro a Claudia – ya estamos aquí!!! - gritó Peter entrando en el salón lo seguimos.

- Por fin llegáis – dijo alguien y me quedé sin habla al escuchar esa voz.