Capítulo 17 Segunda Temporada

VOLVÍ!!!!!!!!! Capi dedicado a Yesenia por ser la primera en firmar y a Cami por esas 12 firmas (sino conté mal jajajaaja)

Espero que disfruten el cap, perdón por subir a esta hora pero estuve un rato peleándome con mi PC porque se me iba Internet, o se quedaba bloqueado... =S Pero bueno ahora parece que me está dando un tiempito para subirles la nove así que lo aproveché =) 

También capi dedicado a Faty... que haría yo sin nuestras "conversaciones copadas" por BBM =)

BESOS para todas y millones de GRACIAS!!!!!

- Gracias – le dije a Peter cuando se estaba acostando y yo ya estaba entre las mantas.

- Nada que agradecer mi amor, soy feliz con verte así a vos…. No sabes cómo se te ilumina la cara cada vez que miras a tus hermanas o a tus padres – me respondió.

- Eso mismo me dijo mi madre esta tarde cuando me vio observándote a ti – le contesté abrazándolo – Y sí, ahora soy plenamente feliz lo tengo todo completamente todo.

- Te amo – me dijo y me buscó para darme un beso.

- Yo también te amo bombón – le respondí y fui yo quien lo besé. Y así nos quedamos dormidos los dos, entre besos, mismos y abrazos.

CAPÍTULO 17

- Buen día hermosa – dijo Peter entrando en la cocina y me giré para besarlo.

- Buenos días amor – le respondí y le robé un pico.

- Por lo que veo llevas despierta un ratito – dijo señalando el desayuno que estaba preparando, y que casi estaba todo ya en la mesa del salón.

- No mucho – dije sonriendo – es que hace mucho que no consiento a mis hermanas y quería prepararles el desayuno.

- Me parece perfecto, pero me hubieras llamado y te habría ayudado – me dijo mientras terminaba de llevar lo que faltaba a las mesas.

- Es que me desperté y te vi tan a gusto en la camita que me dio penita despertarte.

- Aun no me creo que puedas ser tan linda de verdad, demasiada suerte tengo teniéndote a mi lado – respondió mientras se acercaba y me agarraba de la cocina.

- ¿Porque te cocino, y te preparos unos desayunos que te mueres de lo rico que están? – dije haciéndome la que no entendía, adoraba cuando se ponía así de lindo y tierno.

- Nooo, porque sos tremendamente hermosa por fuera, pero por dentro eres tres veces más…. Me encanta verte así de feliz te lo juro.

- Sé que te gusta verme así, y te debo a ti esta felicidad – respondí mientras acortaba la distancia entre nosotros – te amo – y lo besé.

- YO también te amo princesa – me respondió sobre mis labios.

- Mejor – pico – despertamos a las niñas – pico – si no se va a enfriar las tostadas, el café… todo – pico.

- Sí va a ser mejor – me respondió y yo salí de la cocina el me siguió hasta los cuartos.

Las despertamos, Peter a Lucía y yo a Bea, ambas salieron de las habitaciones con unas sonrisas en las caras.

- WOWWW cuando estabas en casa estas cosas no las preparabas – dijo Bea mientras se sentaba en la mesa y miraba el desayuno.

- No porque era mamá la que nos consentía a las tres y a papá… pero mientras estén aquí las voy a consentir yo – respondí.

Y nos pusimos a desayunar, las chicas no paraban de contar cosas que habían pasado allí con sus amigos (a la mayoría los conocía) o incluso cotilleos “recién salidos del horno” como los tituló Bea sobre mis amigos, al parecer hacía una semana Julia y Marcos habían empezado algo… me quedé un poco paralizada porque aunque ellos se llevaban muy bien, nunca me habían hablado de más de una mistad. Es más, Julia le gustaba Marcos y Lucas moría por Nuria, pero según me contó Bea, en el último mes habían salido juntos y la mayoría de las veces solos: iban a la playa, después un paseo por la noche, cenas, cines… Pero me gustaba esa parejita, se son muy parecidos por eso siempre se llevaron tan bien.

Lucía nos contó que tenía un medio novio, y después de que Peter la celara un poquito (parecía la hermana en vez de la cuñada) algo a lo que ella quedó encantada.

Cuando terminamos de desayunar, lo recogimos todo y nos fuimos a vestir. Cuando estaba escogiendo la ropa, el teléfono de casa sonó. Era mi madre, que quería recorrer un poco Buenos Aires. Obvio que Peter aceptó, y me dijo que después de que conocieran un poco podíamos comer en la calle.

Avisé a mi madre que iríamos a recogerlos al hotel, obviamente sin el coche, no tendría mucho sentido recorrer la ciudad en auto.

Cuando colgué volví a mi habitación, seguí buscando algo lindo para ponerme y me vestí. Como Peter terminó antes, fue él quien se encargó de hacer nuestra cama, mientras yo me maquillaba. Cuando Bea y Lucía estuvieron listas, también hicieron sus camas y salimos de casa a buscar a mis padres.

Llegamos y después de saludarlos fuimos a recorrer un poco Buenos Aires. Peter les contaba un poquito de cada osa que íbamos viendo, y la vedad yo también conocía al más de aquella hermosa ciudad, porque a pesar de que lleve un tiempo aquí no lo conozco todo.

Después de eso, fuimos a almorzar. Peter nos levó un restaurante conocido para él y comimos de lujo, estaba todo riquísimo. Más tarde quedamos con La familia de Euge, ella y Nico para que vinieran a casa y la conocieran. Primero fuimos a casa de los rubios para que mis padres y mis tíos la conocieran, y después de un rato fuimos a nuestra casa a que también al conocieran.

Llegamos y se la mostramos, todos quedaron maravillados. Después mientras yo preparaba la merienda, Peter con Nico, mi padre y el de Euge fueron a comprar facturas. Preparé café y cola cao.

- Lali hija, la verdad que esto es una maravilla – dijo mi madre que estaba viendo algunas fotos que estaban en la estantería que había sobre la TV.

- Sí mamá, mi cara cuando la vi por primera vez fue un show – dije – pero la verdad que estamos muy bien aquí. Además como aún no tengo trabajo, y todavía no tengo que estudiar pues todos los días limpio la casa entonces no hay ningún día que me tenga que hartar de limpiar.

- Es muy bonita cariño – dijo mi tía Clara.

- AH Euge me dijo Rochi que mañana salen las publicidades – dije.

- ¿Publicidades? – preguntó mi madre.

- Sí tata, es para marca de ropa. La ropa es genial me hicieron algunos regalitos, la verdad que me encanta trabaja de modelo.

- Me alegro, y menos mal que no es ropa interior sino tu padre se muere – comentó mi tía y todas empezamos a reírnos.

-. Que de risas – dijo Peter cuando entraron y llegaron al salón – aquí tienen las facturas, creo que compré bastante y de varios tipos, espero que les guste a todas – aclaró Peter y después se inclinó un poco .buscando mi boca para darme un beso.

- Seguro que sí amor, a merendar se ha dicho – respondí yo.

Y así pasamos dos horas más en mi casa. Después pedimos de taxis, uno para mis padres y los de Euge que iban para el hotel y otro para los rubios y María que iban para casa de ellos.

Lo recogimos todo y con Peter empezamos a preparar la cena, cuando Bea salió me metí yo en la ducha. Cuando salí y me puse el pijama bien calentito, fui hasta el salón y ya estaba la cena hecha y la mesa preparada. Peter estaba en el sofá haciéndoles cosquillas a mis hermanas, me encantaba verlos así.

- ¡Me tengo que poner celosa? – pregunté cuando después de un rato interrumpí esa escena y me acerqué al sofá.

- ¿Celosa? – dijo el poniéndose derecho y acercádnosle a mí y mis hermanas seguían con las risas – No mi amor – y puso sus manos en mi cintura – para vos también tengo cosquillas – no me dio tiempo a reaccionar ya me había agarrado y estaba haciéndome cosquillas a mí.

- Para Peter, para para para por favor – dije de corrido aunque casi sin entenderse porque no podía parar de reírme.

Y me hizo caso, después de un par de besos nos sentamos a la mesa y cenamos.  Cuando terminamos recogimos entre todos, y mientras Peter se duchaba nosotras tres nos sentamos en mi cama a ver una peli y a comer palomitas.

Cuenta Peter

La verdad la estaba pasando genial, me encetaba ver a Lali así de feliz. Después de cenar con mi novia y mis cuñadas, recoger todo lo de la cena yo me fui a duchar y las dejé en nuestra cama comiendo pochoclos y viendo una peli “A tres metros sobre el cielo” Bea la había traído, las tres eran fanáticas de esa saga… me quedé boquiabierto cuando fue Lucía la que saltó diciendo “Mario Casas está muy bueno” y yo le contesté a Lali al oído “estas generaciones vienen demasiado adelantas” lo que provocó risas en mi novia.

A los 20 minutos de entrar en la ducha, me salí, me sequé y me puse el pijama. Cuando salí a nuestra habitación estaban las tres dormidas en nuestra cama. Obvio que lo primero que hice fue buscar mi celular e inmortalizar ese momento con una fotografía… era tan lindo ver como Bea y Lucía estaban dormidas abrazando a su hermana cada una por un lado, y los brazos de Lali en las espaldas de mis cuñadas.

Las tapé para que no tuvieran frío, quité los pochoclos y apagué la TV. Me fui al cuarto en el que estaba durmiendo Lucía y dormí ahí. Era demasiado linda esa escena como para romperla.