Capítulo 16 Segunda Temporada

Paso como un rayo... les dejo cap, espero que lo disfruten. Mañana subo otro seguroooo!!!! y puede que suba dos por no haber subido ayer ^^ BESOS gracias por leer y firmar las quiero MUACKS ♥


PD: perdón pero no puedo avisar en twitter =(

CAPÍTULO 16

Cuenta Lali

- Papá – dije cuando reaccione y noté que mis ojos empezaban a humedecerse.

- LALI! – gritó Lucía desde detrás de mí y pude notar cómo se acercaba a mí corriendo y me abrazó por detrás.

- Hola hija – dijo mi madre mientras se acercaba a mí, intentado no llorar (no le gustaba llorar delante de los demás) y me abrazó.

- No me lo puedo creer – dijo Euge mientras ella era abrazada por su familia.

- Un huequesito por favor – escuché a Bea que pedía paso entre mis padres para llegar a mí, y después que consiguió separarlos de mí nos abrazamos las tres hermanas – Cuanto echaba de menos esto de estar así las tres juntas.

- Yo también enanas – dije entre sollozos, estaba feliz.

- QUE LINDO!!! – escuché decir a Pato – nosotros no nos decimos eso ni en pedo – bromeó refiriéndose a él y a sus hermanos.

- Mentira si te quiero mucho hermanito – dijo Bauti y se acercó a él para abrazarlo y escuchar como los dos empezaban a bromear.

- Pero ¿cuándo vinieron, como vinieron… por qué no nos dijeron nada? – dijo Euge algo más calmada.

- Bueno mejor nos vamos acomodando y no explican todo – dijo mi suegra y así hicimos, nos colocamos entre los sofás, sillones y sillas del salón-comedor.

- Bueno, llegamos hace unas cuantas horas – contestó mi padre - aquí en casa de mis consuegros – me sorprendió tanta confianza – llevaremos casi una hora.

- ¿Cómo vinimos? – continuó le padre de Euge – pues… de Cádiz a Jerez en coche, de Jerez a Madrid y de Madrid a Ezeiza en avión y del aeropuerto aquí en coche… con chóferes de lujo y que no nos cobraron por el viaje – dijo mi padrino y todos reímos.

- SIIIIII unos chóferes que fueron nuestros increíbles cuñados – dijo Lucía corriendo de mi lado hacia Peter.

- Claro – dijo Euge – asó madrugaron ustedes dos hoy – y corrió a los brazos de Nico, quien aceptó su abrazo sin problemas.

- Y creo que el madrugar sirvió, porque están felices ¿no? – preguntó Peter con una sonrisa que iluminaba su cara.

- Por supuesto, como no voy a estar feliz si tengo a mi lado a mis padres y a mis hermanas y también al novio más lindo y tierno del mundo – contesté mientras me acercaba a él – gracias – dije sobre sus labios y lo besé. No importó que todos estuvieran mirando. Y sí, normalmente me daba cierto respeto (vergüenza según Peter) besarlo o que me besara delante de mis suegros o mis padres.

- BUENO!!!! Menos mimos, que las habéis tenido mucho tiempo pa vosotros, ahora compartirla un poquito – dijo Bea y de vuelta volvimos a reír.

Y después de eso, hicimos lo que habíamos ido a hacer a casa de mis suegros: comida familiar. Lo que nunca me imaginé es que íbamos a estar todos, por primera vez, todos juntos.

El almuerzo fue GENIAL, compartimos risas, charlas, las familias que conocían un poco más de las otras familias… y también muchas, muchísimas miradas cómplices entre Peter y yo. No podía creer lo que él y Nico habían hecho por nosotras. Lucía y María fueron las encargadas de hacernos conocer a Euge y a mí como lo habían preparado todo: el tiempo que costó convencer a mis padres, el que llevó convencer a los de Euge, que nosotras dos no nos enteráramos. A eso último Bea añadió que fue lo más complicado, puesto que ellas dos – por María y Lucía – solían meter la pata cuando hablaban con nosotras por Skype, suerte que siempre había alguien que pudo salvar la situación.

Después de la comida recogimos entre todos, y seguimos con la charla. Cuando busqué a Peter en el salón no lo vi, hasta llegar a la puerta que comunicaba dicha habitación con la entrada de la casa…. Estaba apoyado en el marco de la puerta, observándolo todo y hablando con mi padre. Fui hacia ellos.

- Hola – respondí colándome en la conversación - ¿Qué hacen aquí solos? No te estará haciendo un interrogatorio de tercer grado ¿no?- pregunté a mi novio y miré a mi padre.

- Que mal pensada hija – dijo mi padre y me abrazó. Abrazo interrumpido por mi suegro que lo llamó para enseñarle algo y el acudió a la llamada.

- ¿Estás contenta no? – dijo posando sus manos en mi cintura.

- No – y esa sonrisa hermosa que tiene se le borró de la cara – estoy FELIZ – aclaré y él volvió a sonreírme y me abrazó.

- Y yo estoy feliz por vos hermosa – contestó.

- Gracias – dije mirándolo a los ojos – gracias por convencer a mis padres para que vengan, por ayudarlos con los billetes, el hotel…. Gracias.

- No me tenés que agradecer tanto – respondió e inclinó su cara hasta que nuestras narices se rozaron – lo hago porque te amo – y acorté esos pocos milímetros que nos quedaban para terminar pegando nuestros labios.

La verdad que la tarde fue sobre ruedas, mi madre congenió mucho con la de Peter, es más acordaron pasar un día de consuegras (junto con mi tía Clara y la madre de Nico). Sobre las 9 de la noche, la familia de Euge junto con ella y Nico, se fueron, en el coche del rubio. Primero dejarían en el hotel a mis tíos, y después ellos dos junto con María irían para su casa. Peter sin embargo hizo un par de viajes, primero para llevar a mis padres al hotel, y después volvió por nosotras tres (yo y mis hermanas) para ir a casa.

En el camino, Lu y Bea me contaron que no sabían que se quedaban en casa hasta que llegaron aquí, y que el encargado de darle la noticia fue el “GENIO que tengo como cuñado” palabras textuales de mi hermana menor.

- Llegamos – dije abriendo la puerta, entrando y dejando nuestros abrigos ene l perchero y las llaves en la mesita de la entrada. Peter dejó las maletas en la entrada.

- ¿Les gusta? – preguntó él mientras ellas dos hacían una panorámica del salón-comedor y la cocina.

- Es increíble – dijo Lucía.

- Las fotos no le hacen justicia ehh es mucho más fascinante así – aclaró mi hermana Bea.

- Me alegro que os guste, venid que os enseño vuestras habitaciones – les dijo Peter y fuimos los cuatros juntos con las dos maletas de ellas.

- AAHHH me encanta – gritó Lucía al ver la que sería su habitación esta semana.

- Son geniales, gracias por dejar que nso quedemos aquí.

- Nada de dar las gracias petarda – le contesté – mientras nosotros dos preparamos la cena ustedes se duchan ¿sí?

Y así fue, con Peter hicimos pizzas mientras ellas se duchaban. Después me duché yo (Lucía se duchó en nuestro baño mientras Bea utilizaba el otro) y cuando yo salí fue Peter quien entró a bañarse.

Cuando todos estábamos bien abrigados con los pijamas de invierno, nos pusimos a cenar y lo hicimos entre risas y piropos entre cuñados. Después lo recogimos todo, y nos fuimos a dormir.

- Gracias – le dije a Peter cuando se estaba acostando y yo ya estaba entre las mantas.

- Nada que agradecer mi amor, soy feliz con verte así a vos…. No sabes cómo se te ilumina la cara cada vez que miras a tus hermanas o a tus padres – me respondió.

- Eso mismo me dijo mi madre esta tarde cuando me vio observándote a ti – le contesté abrazándolo – Y sí, ahora soy plenamente feliz lo tengo todo completamente todo.

- Te amo – me dijo y me buscó para darme un beso.

- Yo también te amo bombón – le respondí y fui yo quien lo besé. Y así nos quedamos dormidos los dos, entre besos, mismos y abrazos.