sábado, 13 de septiembre de 2014

Capítulo 19 - ¡Ni que fuera verdad!

Buenas tardes!!!! Espero que estéis disfrutando del sábado y del fin de semana en general. Como espero que sea costumbre ya, aquí dejo el capítulo de hoy, para que (deseo) disfrutéis y me digáis que os ha parecido.

Sin más, leed y saborear el capitulo que hasta el martes no vuelvo. Un besazo!


CAPÍTULO 19

¿Qué mi madre ha mandado a investigar a Peter? No me lo puedo creer, es capaz de todo, sabía que no estaba siendo del todo sincera conmigo. Tengo que parar eso o si no descubrirá toda la verdad. Intento volver a la conversación.

- … ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? – le pregunta mi padre.

- Ayer estuve hablando con Óscar y…

- ¡Otra vez ese hombre! Estás obsesionada con él y con esa maldita familia. – Grita mi padre.

¿Maldita familia? ¿Mi padre acaba de llamar a los O´kanna “maldita familia”? Me estoy perdiendo.

- Martín no hables así por favor – le pidió mi madre.

- Estoy cansado, muy cansado de esta situación. Cuando pasó todo, te dije que no pasaba nada, pero se acabó, no aguanto más.

¿Qué es lo que pasó? Mi cabeza va a mil por hora pero escucho como mi padre grita.

- Te juro que si abres ese sobre, se acabó y esta vez de verdad.

No aguanto más, y abro la puerta.

- Lali hija. – dice escondiendo el sobre tras de sí.

- No haces falta que lo escondas. No sé qué es lo que te ha dicho Óscar para hacerte cambiar de opinión de Peter, pero me da lo mismo. Dame ese sobre ahora mismo o te juro que no me vuelves a ver el pelo en tu vida. – le advierto muy seria. Estoy confusa, porque le estoy pidiendo que me dé el sobre para que no me descubra pero también estoy muy dolida porque no tiene la suficiente confianza en mí para contarme sus dudas.

- Hija, te juro que no he visto nada. – Me asegura – y Óscar me ha jurado que toda la información que tenía me la ha pasado sin él leer nada de lo que pone en el informe.

- Me da igual mamá – le respondo, a sabiendas de que no lo ha visto porque si no, no estaríamos teniendo esta conversación. – Estoy harta de todo esto, por este motivo no vengo y por eso huyo de todo esto.

- Cariño, solo me preocupo por ti.

- Y estoy harta de que me mintáis ¿Qué pasa con los O´kanna? He escuchado perfectamente cómo te referías a ellos, papá.

- No pasa nada hija.

- ¡Queréis dejar de mentirme de una maldita vez! – grito sin aguantar más los nervios.

- Tranquilízate Mariana – me dice mi madre.

- Y una mierda – le digo, y por supuesto ella se escandaliza. – Me voy, seguid con vuestro mundo de mentiras, que yo me voy a mi realidad que por más dura que pueda llegar a ser, siempre va a ser mejor que vivir sin saber en quién puedes o no confiar.

Sin más, prácticamente le arranco el sobre de las manos y salgo del despacho pegando un portazo. De camino a buscar a Peter me cruzo con él.

- Nos vamos.

- Es temprano todavía – me asegura él, mirándome con cara de circunstancia al ver mi rostro.

- He dicho que nos vamos.

Doy media vuelta y me dirijo hacia nuestra casa. Entro y me dispongo a hacer mi maleta, mientras Peter sin preguntarme nada, hace la suya. Noto su mirada de vez en cuando, y sé que en el fondo está deseando saber que pasa, pero me respeta y se calla. Se calla hasta que ve el sobre que he puesto sobre la cama y en una de las esquina pone su nombre.

- ¿Qué es esto? – dice él cogiendo el sobre y mostrándomelo.

- Probablemente, toda tu vida desde el momento en el que naciste.

- ¿Cómo? – pregunta sin entender mientras lo abre.

- Mi querido ex – digo irónica mientras termino de meter la ropa en la maleta – te ha mandado a investigar y no ha tenido otra cosa más ingeniosa que hacer que mandarle toda la información recabada a mi madre.

- ¿Nos han descubierto? ¿Por eso estás así? – me pregunta con semblante serio.

- No, he llegado a tiempo para que mi madre no lo leyera. – Respondo y sin aguantar más todo lo que siento, me siento en los pies de la cama y mis lágrimas empiezan a correr mientras me tapo mi cara con las manos.

- Ey, Lali. Tranquila – dice soltando el sobre en la cama y poniéndose de rodillas delante de mí para quedar a mi altura.

No digo nada, cedo ante su intención de apartarme las manos de la cara y me dejo abrazar por él. Descargo todos los nervios y la tensión que me recorre el cuerpo. El vaivén de sus manos frotando mi espalda, me tranquiliza poco a poco y las lágrimas van cediendo, no sé si porque él está conteniéndome o porque no tengo más lágrimas para llorar.

- ¿Qué pasa, guapetona? – me pregunta sin soltarme.

- Me siento una cínica Peter – le digo y es él quien se separa del abrazo para secarme las lágrimas de la cara.- Me siento una hipócrita. Sí le he quitado el sobre a mi madre, rezando para que no hubiese leído nada y no descubriera todo este teatro.

- ¿Sólo por eso?

- No, también porque me duele que a estas alturas de mi vida, siga desconfiando de las persona que me rodean. Pero me mata que en este caso, tenga razón, porque en realidad no eres quien ellos creen que eres y empiezo a sentirme culpable de toda esta situación y… - no puedo más, y las lágrimas me vuelven a los ojos.

- Tranquila Lali, no eres ni cínica, ni hipócrita ni nada de eso. No te castigues a ti misma por favor. Esta situación que estás viviendo, la provocó tu madre por tratarte como te trató siempre.

- Pero es que además, algo pasa con la familia de Óscar. Mi padre se refirió a ellos de una manera no muy buena, y sé que algo pasa, pero no me lo cuentan. Estoy harta Peter, sé que mi madre es capaz de todo por guardar las apariencias frente a la sociedad y por culpa de eso, es que no cuenta lo que sienta, no habla conmigo de lo que le pasa. Y luego está mi padre, que la quiere y la adora, y que aunque la mayoría de las veces no le gusta ese comportamiento de ella, lo deja correr porque la ama. Ambos me mienten y estoy cansada de este maldito mundo de apariencias, un mundo en el que no sabes en quien puedes confiar, ni si quiera ya en mis padres.

- No digas eso, para todo hay una explicación. Quizás no quieren hacerte daño Lali, por eso no te cuentan todo lo que les pasa. Pero no puedes hacerte cargo de lo que hacen o dejan de hacer los demás, tienes tu vida y eres responsable de lo que tú hagas.

- Vámonos por favor, necesito llegar pronto a mi casa. A mi casa de verdad.

- Nos vamos, pero antes ve a enjuagarte la cara si no quieres que cuando salgamos todos te pregunten por qué esos preciosos ojos que tienes están rojitos y chiguatos.

Siempre tiene la palabra justa para hacerme sonreír, pero esta vez no conforme con las palabras me levanta de la cama me da un beso y me gira para que vaya al baño a hacer lo que me ha dicho.

Entro, me lavo la cara. Aprovecho para guardar mis cosas y las suyas en nuestros respectivos neceseres y salgo del baño.

- Iba a entrar a buscarlo – me dice cuando le doy su neceser, él guarda el suyo y yo el mío.

- Listo – digo cerrando la maleta y poniéndola en el suelo.

- Yo también. – Repite lo mismo que yo - ¿Estás mejor?

- Sí – respondo y cojo el dichoso sobre para guardarlo en el bolso.

- ¿Sabes qué? – dice y obviamente niego con la cabeza – No me creía tan importante como para tener a alguien husmeando en mi vida. – dice sonriendo y hace que yo también ría.

- Si lo lees, puede que sepas cosas de tu vida que ni tú sabes – digo con una sonrisa triste - ¿Sabes qué? – le digo atrayéndolo hacia a mí por el cuello de su chaqueta – No tienes idea cómo le agradezco a Euge que me convenciera para que te pidiera ayuda. Gracias – y sin esperar más, lo beso.

Ese beso dura unos minutos, y cómo va subiendo de intensidad él es quien se encarga de pararlo, y nos vamos separando con besos cortos. Agarramos nuestras maletas y salimos. Al llegar a la entada, están mis padres y mis abuelos.

- Lali cariño, es temprano aun para irte – me dice mi padre.

- Demasiado he durado aquí papá. Puede que Zac venga más tarde, darle mi número de móvil, por favor.

- Pequeña – me dice mi abuela mientras me abraza – prométeme que no vas a tardar en volver, por favor.

- No te puedo prometer algo que lo más seguro es que no cumpla abuela – le respondo y abrazo a mie abuelo – os quiero muchísimo, sabéis que cuando queráis podéis ir a verme, estaré encantada de recibiros.

- Lo sé chispita – me dice mi abuelo con su apodo cariñoso y dirige su mirada a Peter – cuida de mi nieta Peter.

- Tranquilo Mark, que la cuidaré. Se lo prometo. – le asegura él.

Les doy un beso a mis padres sin dilatar mucho el momento, y empiezan a llegar mis primos y mis tíos. Soy la primera de la familia que se va después del fin de semana que pasamos y los abrazos se hacen casi infinitos. Mike nos espera para llevarnos al aeropuerto, Peter guarda las maletas y nos metemos en el coche. Me ofrece su mano, pero me tomo la libertad de pasar su brazo por mis hombros y cobijarme en su pecho. 

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ahora de vuelta al mundo real .. me encanta mucho tu nove. segui

Chari dijo...

Le puso un alto bien grande a su madre.
K esconderá el padre con la familia d Oscarcito.
K buena dupla k hacen Peter y Lali.
Me encantaron esos abuelos tiernos y cariñosos.

Caparatodos dijo...

ayyy que ganas de darle una tunda a la madre por arruinar las cosas!!!!

Caparatodos dijo...

Ahora... quiero saber que hay entre la mamá y la familia de Oscar! para mí que la madre tuvo un affair con el padre de Oscar o algo así jajjaja y por eso tanto odio del papá y habla de perdonar una vez... etc!

Caparatodos dijo...

Muchas ideas vienen a mi cabeza Inmilla!!!!!!!!!!!!!!!!!!! quiero saber que pasó, pasa y pasará!

Caparatodos dijo...

#Ansiedad!!!!

Caparatodos dijo...

Cómo seguirá esta relación al volver a la realidad?! Será que se animan a darse una oportunidad y siguen???

Publicar un comentario