sábado, 2 de agosto de 2014

Capítulo 6 - ¡Ni que fuera verdad!

Y aquí estoy de vuelta como ya avisé en el post anterior. Voy avanzando escribiendo así que esto de subir más de una vez en una misma semana espero que cada vez sea con más frecuencia.

Espero que disfrutéis de este nuevo capítulo, ya van a llegar a Irlanda jajajaja pero creo que el viaje os va a sorprender, lo único que espero es que sea para bien.

Espero vuestros comentarios, gracias por leer y dejad vuestras opiniones. Besos y hasta la semana que viene.


CAPÍTULO 6

- Señorita, vamos a aterrizar. Deben poner sus asientos en posición vertical – me dice la azafata.

- Gracias – respondo y miro a Peter cuando ella también lo hace – yo me encargo de despertarlo. Gracias.

Coloco mi asiento derecho y me giro para llamar a Peter. Sigue dormido y lo ha hecho durante casi todo el viaje.

- Peter – lo llamo bajito – Peter – lo zarandeo suavemente – vamos a aterrizar.

- ¿Ya hemos llegado? – pregunta girando la cabeza hacia mí y abriendo poco a poco los ojos.

- Sí – digo sonriendo – los viajes suelen hacerse más cortos si duermes durante el trayecto.

- Perdón, te he dejado un poco bastante sola – dice él – Pero es que es la primera vez que viajo en primera clase y es de lujo.

- Para todo hay una primera vez – digo sonriendo - Yo también he dormido un rato, no te preocupes. Me han despertado los nervios de saber que estábamos llegando. Hace once meses que no veo a mi familia, a mi padre lo he visto en varios viajes que ha hecho a España en estos once meses pero al resto no.

- Tranquila – dice agarrándome la mano – todo va a salir bien.

- Eso espero. Pero a la vez lo dudo mucho porque mi madre es demasiado lista y además no nos va a quitar el ojo de encima.

- Solo te digo que después de este fin de semana nos nominan a un Óscar. – dice apretando mi mano y yo me aferro a él.

- Gracias – respondo – Pon el asiento derecho que vamos a aterrizar.

Él hace lo que le digo y nos preparamos para pisar tierra firme… y yo intento prepararme para lo que se me viene encima. El piloto empieza la maniobra de aterrizaje y siento esa sensación que tanto me gusta: sentir como si estuviera flotando, como mi cuerpo sube mientras el avión baja… me encanta. Unos quince minutos después aterrizamos.

- Llegamos – me dice Peter mirándome fijamente – si no te desabrochas no podemos salir.

- ¿Sabes esas rabietas que montan los niños pequeños cuando no quieren hacer algo? Me encantaría hacerlo ahora mismo – digo mordiéndome el labio.

- Piénsalo así: le has dicho a tu madre que veníamos y estamos aquí. Ya no te queda otra salida, que no sea la del avión. Vine a ayudarte y es lo que voy a hacer, ahora no puedes echarte atrás.

Sonrío, su manera de ver las cosas hace que la gente que tiene a su alrededor se contagie de su buen humor y su sonrisa constante. Asiento como respuesta a lo que ha dicho, me quito el cinturón de seguridad y me levanto, y él hace lo mismo. Sacamos nuestro equipaje de mano (una maleta con ropa de ambos por si nos pierden el equipaje) y salimos del avión. Una vez ya en el aeropuerto nos dirigimos a buscar nuestras maletas. No son muy grandes, solo venimos a pasar el fin de semana, y hemos venido con lo justo. Así si mi madre intenta convencernos para quedarnos más tiempo tengo la excusa de la ropa…. Aunque se muy mala excusa, pero todo vale para no quedarme mucho tiempo aquí. No es que no quiera a mi familia, los quiero y mucho. Pero me acostumbré a vivir lejos, sin tener la presión y el atosigamiento del apellido de mi madre sobre mis hombros y no quiero volver a sentirlo.

Cuando por fin aparecen nuestras maletas, las cogemos y nos dirigimos a la salida. Nos dirigimos a coger un taxi pero cuando llegamos a la puerta veo el coche de la familia y a Mike, el chófer esperándonos.

- No puede ser – digo cuando Mike nos ve y se acerca a nosotros.

- ¿Viene por nosotros no? – me pregunta Peter al verlo y asiento. Ve mi cara de disgusto y me echa un brazo por los hombros – tranquila, no estás sola.

Le sonrío para agradecerle y caminamos al encuentro de Mike.

- Señorita Marella, encantado de tenerla de vuelta aquí – me saluda – permítame que les lleve el equipaje – dice quitándonos las maletas de las manos.

- Mike, ¿siempre que vengo nos tenemos que pelear para que me llames Lali no “Señorita Marella”?

- Es la costumbre, perdón Lali – dice sonriendo.

Mike es el chófer de la familia desde que tengo uso de razón, y creo que desde antes. Es como un tío para mí. Cuando llegamos al coche, mete el equipaje en el maletero.

- Ahora salúdame en condiciones por favor – le pido acercándome a él y le doy un abrazo – estas cosas si las echo de menos cuando no estoy aquí.

- No estás más porque no quieres – me reprocha él.

- Ya lo sé, es mayor a mí lo sabes – le digo sonriendo y veo como mira tras de mí – No los he presentado, perdón. Mike él es Peter mi… – me quedo callada durante unos segundos, aun no estoy acostumbrada a decirlo - … mi novio. Peter, él es Mike, chófer de la familia y para mí como un tío más.

- Encantado de conocerlo Peter – dice Mike estirando su mano para saludarlo.

- Lo mismo digo, pero tutéame por favor Mike – saluda Peter.

- Por supuesto. Espero que la señora Annah no os atosigue mucho, me ha mandado desde temprano aquí porque no le dijiste a qué hora llegabas – ahora me habla a mí.

- Lo siento si has tenido que esperar mucho tiempo – entramos en el coche y Mike arranca – pero le dije a mamá que no hacía falta que vinieras a por mí.

- Es tu madre Lali, se preocupa por ti y es normal.

- No es que se preocupe, es que tiene que tenerlo todo bajo control, sino, no sería mi madre – digo riendo de los nervios que van creciendo en mi interior.

- Ahora cuando lleguemos, Rose os tiene preparado un desayuno estupendo.

- Nos va a venir bien para coger energía – digo y los tres reímos.

Yo intento relajarme, mientras Peter me acaricia la mano con la suya. Sabe que estoy nerviosa y está intentando relajarme. Un rato después, llegamos a casa. Mike abre la reja con el mando y entramos en el camino.

- ¿Hay alguien casa? Aparte de mis padres y mis abuelos, claro.

- Sí, ayer llegaron algunos de tus primos y tu tío Nick con su mujer.

- Así que tenemos comitiva de bienvenida – digo – la cosa se pone más seria de lo que creía. Es raro que el tío Nick viaje.

- Tu tía María casi lo obligó a venir – me responde Mike.

- Y seguramente se unió a mi madre… pobrecito el tío Nick que tuvo que aguantarlas complotadas contra él – respondo y ambos reímos.

Peter está callado, observándonos… aunque ahora en vez de observarnos a Mike y a mí está alucinando con la casa de mis abuelos. Es una villa enorme. Le he enseñado fotos antes de venir pero la primera vez impresiona. Como le he enseñado en fotos a Peter antes de venir, además de estar la casa principal, alrededor hay otras casas, no tan grandes como la principal pero tampoco escatiman en lujo. Son tres casas que se comunican con la principal.

- Llegamos – dice Mike.

- Sí, ya no hay marcha atrás – digo mirando a Peter.

- Sabes que no – me responde él y cuando Mike baja para sacar las maletas del coche me dice – todo va a salir bien, recuérdalo.

Nos bajamos del coche y nos dirigimos los tres a entrar en casa. Cuando abrimos la puerta, no se escucha ruido. Es raro, son casi las doce de la mañana y que no se escuche a nadie en casa me resulta raro.

- ¿No estaban aquí? – le pregunto a Mike.

- Sí y están. En la parte de atrás, en el jardín, desayunando. Anoche estuvieron hasta la madrugada charlando y dándoles la bienvenida a tu tío Nick, con su familia y a algunos de tus primos que llegaron. – Dice Rose saliendo de la cocina – Mi niña hermosa, estás aquí en casa – no tarda en abrazarme.

- Sí estoy acá, aunque lamento decirte que no por mucho tiempo Rose.

- Tienes que venir más a menudo. Estas hermosa, pero delgada. Seguro que no comes bien con tanto trabajo.

- Siempre que vengo me dices lo mismo y te contesto igual: como muy bien pero también me muevo mucho – respondo sonriéndole.

- Bueno, yo habla que te habla y este muchacho tan guapo aquí esperando. Soy Rose, y tú debes ser Peter – el asiente y le das dos besos – espero que estés cuidando bien de mi niña, porque si no me voy a España a buscarte y me vas a conocer.

- Nana, no lo asustes – le digo riendo al ver la cara de asombro de Peter.

- Encantado de conocerla Rose. Y tranquila, que a su niña la cuido con mi vida – responde él y ahora la sorprendida soy yo. “Baja de la nube Lali, estará acostumbrado a soltar esas frasecitas”, me digo a mi misma.

- A mí háblame de tú, muchacho. Os están esperando para desayunar.

- Antes mejor vamos a ir al cuarto a dejar las cosas. ¿Te importa? Parece que no nos oyeron llegar, así que no les digas nada aun. Quiero cinco minutos de tranquilidad y asentamiento antes de que aparezca mi madre con su energía – le digo a Rose y ella asiente.

- Por supuesto cariño. Tu cuarto está preparado – me dice Rose.

- Gracias guapetona – le digo y le doy un beso – gracias Mike, ya llevamos nosotros nuestras cosas – digo cogiendo mi maleta y Peter hace lo mismo.

Caminamos por uno de los pasillos que comunica la casa principal con las otras, y allí llegamos a una de ellas. Siempre me gustó ser independiente y cuando mi abuelo me dio a elegir cuarto cuando fui una adolescente, escogí irme a la casa más pequeña, en la que había solamente un dormitorio y una gran sala que convertí en mi estudio para bailar.

- Wow – exclama Peter al ver el cuarto –¿no te pierdes en la cama cuando duermes?

- Que simpático. Es un capricho que me dio mi abuelo. Siempre me han gustado estas camas enormes que salen en las películas.

- Si de las que tienes que saltar para poder acostarte ¿no? – bormea él soltando las maletas.

- Casi, sí – continuo con la broma – pues me la mando a hacer. Eso y la sala de estudio que después te voy a enseñar, son lo mejor de esta casa para mí.

- ¿Lo mejor? ¿Pero hay algo malo? Es increíble Lali.

- Sí, es precioso todo, y no sabes la tranquilidad que hay por la noche en el jardín trasero. Es un lujo.

- Te gusta estar aquí… Rose tiene razón, deberías venir más a menudo – me recuerda él.

- ¿Y aguantar más reproches de mi madre por mi fracasada vida amorosa? No gracias – le digo y me siento en la cama.

- ¿Cómo que fracasada? Tienes un novio simpático, alegre, guapo… - dice acercándose a mí.

- Y muy creído – termino yo la frase por él y nos echamos a reír.

- ¿Y sólo viven aquí tus abuelos y tus padres? – me pregunta él.

- No. En la casa principal, que es enorme viven mis abuelos mis padres y mis tíos: María y Carl; David y Sarah; Will y Emily. Mi tío Nick, no trabaja dentro de G&G en ninguno de los trabajos posibles que se pueden desempeñar dentro de la cadena hotelera. Nunca le gustó nada relacionado con eso, sino con la música. Después de estudiar, se fue a Estados Unidos y es productor musical. Con él puedo contar siempre que necesito abrirle camino a mi academia en algún lado y por no ser alguien con mucho renombre, me lo cierran. – le cuento detalles sobre mi familia, algo que debería haber hecho antes de salir de España - Está divorciado de Vanessa. Se llevaban muy bien pero dejaron de quererse, y no querían seguir juntos solo por el hecho de tener dos hijos. Imagínate como su divorcio fue nombrado por la prensa y encima, mi madre junto con mi tía María se lo reprocharon a mi tío durante mucho tiempo. Hace unos años, conoció a Felicity y se casaron unos pocos meses después, y tienen tres hijos.

- ¿Siempre han vivido aquí? – me pregunta.

- Sí, el único que no ha vivido aquí desde que se casó con Vanessa es mi tío Nick. Los demás viven aquí. Esto es enorme como vas a poder comprobar por ti mismo, y tienes la misma intimidad que si vivieras en una casa aparte.

- Yo creo que no lo aguantaría.

- Yo tampoco lo aguanté y esa también es una de las razones por las que me fui. De mis primos ninguno vivimos aquí. Bueno, los pequeños aun sí. Pero los que ya somos mayores y tenemos nuestras vidas armadas, estamos desperdigados. Los únicos que viven aquí en Irlanda son mi prima Megan, hija de mi tío David; y mi primo John, el hijo mayor de mi tío Will. Los demás mayores, estamos viviendo algunos en Latinoamérica, aunque la mayoría estamos repartidos por Europa. Algunos trabajando dentro de G&G y otros trabajando y/o estudiando; cada uno haciendo lo que nos gusta.

- Sois muchos – dice él - ¿Estás lista?

- Dame cinco minutos a que me lave la cara, porque necesito espabilarme. El vuelo me ha dejado atontada.

- El tiempo que necesites, pero no tardes. Tu madre en algún momento va a ver a Mike y va a saber que estamos aquí.

- Ven – le digo y me dirijo al baño que tiene la habitación – este es el baño.

- Jacuzzi ¿me vas a dejar utilizarlo? – me pregunta como si fuera un juguete y él un niño.

- Si tú quieres usarlo, puedes hacerlo – le digo mientras abro el grifo y me lavo la cara y me recojo el pelo en una cola alta – Lista – le digo girándome para verlo a él apoyado en la puerta del baño.

- Pues vamos allá – me dice ofreciéndome su mano y la acepto encantada.

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Llegaron!! ¿Qué pasará?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

amo amo amoooooooo la novee . .subii massssssssss

Ari dijo...

promete promete el siguiente capitulo
Peter actua como si de verdad fuesen novios
me encanta, porque este viaje tambien promete
besos

Chari dijo...

Jajajjajaja,espero k estrenen el jacuzzi!!!.
k lío d familia

Caparatodos dijo...

yo voto por la idea, aunque ninguno de los dos la haya propuesto, de que usen el jacuzzi juntos jajajjajjajaa Me encantó, amiga!!!! Cada vez se pone mejor y mis ganas de querer leer más se hacen insoportables!

Dale, dale que espero el próximo! :D besos!

Te quiero y subo prontitoooo

Unknown dijo...

Maravilloso capítulo ya quiero ver como va a ser todo esto de ser novios hay delante de toda la familia, espero más pronto

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