Capítulo 36 Segunda Temporada

VOLVI!!!!! son espectaculares, alucino ... siempre al pie del cañón =) Capítulo dedicado pa todas por leer y por dedicar unos segundos para firmar =) pero especialmente a Cele que está internada para que se recupere pronto... sé que el tweet de Peter te va ayudar a seguir pa delante =)

Espero que les guste la nove.... disfruten, se viene el final. Lo más seguro que esta semanita termine. Aunque si queréis subo otra que tengo pensada y estoy empezando a escribir =)

BESOS!!! OS QUIERO! <3

PD: los niños (Martina y Dani) los representé con las fotos de Priscila y Gabriel Delgado, actores españoles (por si tenían curiosidad de saber quiénes eran jaja)

TWITTER: @Inma_06

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CAPÍTULO 36

Último viernes de octubre y con Cande y Rochi fuimos a la última prueba de maquillaje y peinado para mí. Euge no podía venir porque tenía una entrevista en un canal de televisión, y Nico la acompañó como hacía siempre que su trabajo le permitía.

Las chicas me habían pasado a recoger a media mañana por casa, de la cual salí después de despedirme de Peter, quien no tenía que trabajar y le tocó recoger la casa. Era todo un amo de casa como le decía cuando quería cargarle un poquito.

Estuvimos un par de horas fuera, y cuando decidí que peinado llevaría y el maquillaje, nos fuimos de nuevo para mi casa. Cande y Rochi iban a mirar ropita para el bebé de Cande. Las chicas me dejaron en la puerta del edificio, subí y cuando llegué al salón.

- Martina – dije algo sorprendida.

- Hola Lali – me respondió cortada.

- Hola mi niña – dijo Peter apareciendo en el salón, venía de la cocina y en su mano traía un jugo para la niña.

- ¿Qué haces aquí? ¿No te habrás escapado no? – cuando dije eso ella agachó la cabeza y al mirar a Peter comprendí que sí, que se había escapado.

- Tranquila, ya avisé al hogar.

- Perdón – esas seis letras salieron de esa pequeña en apenas un susurro.

- Bueno, ya está… no está bien lo que hiciste, pero lo que quiero que me prometas es que no lo vas hacer más – dije acercándome a ella y poniéndome de rodillas en el suelo para quedar a su altura.

- Te lo prometo, a los dos… les prometo que no lo voy hacer más.

Después de eso, no pude evitar abrazarla… solo dos días habían pasado sin verla, desde que la dejé en su cama enfadada porque se había enterado de la adopción. Los tres nos acomodamos en el sofá y Peter le dio el vaso de jugo y ella bebió un poco.

- ¿Lleva mucho tiempo acá? – pregunté a Peter mientras ella bebía.

- No, recién llegó – contestó si dejar de acariciar su pelo.

- ¿Por qué te escapaste?

- Porque… - se quedó callada, se levantó y se sentó en la mesa ratona, en frente nuestro – porque tenía que hablar con ustedes.

- Así que la señorita quería hablar – dijo Peter con una media sonrisa en su rostro – pero hermosa, hay muchas formas de hacer las cosas… se lo podrías haber dicho a… - interrumpió a Peter.

- Sí, se lo podría haber dicho a Clara o alguna de nuestras tutoras, pero tenía miedo – la miramos sin entender a que ser refería – miedo de que ustedes se hubieran enojados conmigo y no quisieran verme, y menos adoptarme.

- ¿Enojarnos? – pregunté sorprendida – No bonita… jamás nos enojaríamos contigo. Fuiste tú la que se enfadó el otro día.

- Sí, me dio bronca que no me dijeran nada, y los dos sabían que la estaba pasando mal, no quiero separarme de Daniel. Pero bueno, las chicas, sobre todo Clara y Julieta (otra chica del hogar de 16 años que tenía adoración por Martina) me hicieron entender que no me dijeron porque no podían.

- Así es, no queríamos que te ilusionases y al final no resultara – contestó Peter agarrando sus manitas.

- Bueno, ahora que lo entendí todo… vine hablar con ustedes – le di pie para que siguiera, 6 añitos pero hablaba como toda una mujercita… desde chiquita tuvo que cuidar de su hermano, y eso se notaba con solo verla en como lo cuidaba a Dani y al hablar… tenía mucha labia - ¿Siguen queriendo adoptarnos?

- Por supuesto que sí mi amor, eso no lo dudes – le respondí.

- ¿Y hay muchas posibilidades de que todo salga bien? – preguntó cabizbaja.

- Sí, hay muchas posibilidades… ¿vos querés entonces que Lali y yo los adoptemos?

- Claro que sí, los quiero mucho y Dani también… GRACIAS – se tiró encima nuestro pasando sus brazos por nuestros hombros y abrazándonos – Gracias por querernos tanto, y por no dejar que nos separen a Dani y a mí.

- Mirame Martina – le dije Peter – no tienes nada que agradecer, tanto Dani como vos nos hacen muy feliz a nosotros dejándonos ser sus papás.

- Papás – repitió ella varias veces  con un sonrisa.

- Sí, tus papás y los de Dani… si todo sale bien, y estoy segura que va a salir bien, tu hermano y tú van a ser nuestros hijos – respondí con una sonrisa.

- ¿Le podemos contar a Dani? – preguntó.

- Vamos hacer una cosa – dije sentándola encima de mí – vamos a llamar a Clara para que le diga a Dani que se prepare y vamos los cuatro a comer algún sitio juntos y le contamos. ¿Quieren? – les pregunté a los dos.

- SIIIII – gritó ella  y Peter asintió con una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras yo alistaba mi bolso, y le enseñaba la casa a Martina, Peter llamó a Clara para pedirle que tuviera listo a Dani. Cuando colgó, bajamos a buscar el coche, nos subimos y fuimos a recoger a Dani.

Después nos fuimos los cuatro juntos a comer… ellos eligieron un McDonald´s y no se lo íbamos a negar, era un lugar donde había también una zona de juegos para que ellos se distrajeran un rato. Llegamos al lugar después de aparcar y entramos. Pedimos y cuando nos dieron la comida, nos sentamos. Durante la comida le intentamos explicar a Dani todo lo que sucedía… era pequeño, pero lo entendió todo y estaba encantado con la idea. Fue increíble la sonrisa que se le dibujó a Martina en la cara cuando su hermano aceptó que con Peter los adoptáramos.

Cuando terminaron de comer, nos pidieron permiso y se fueron al pelotero a jugar, mientras Peter y yo terminábamos de comer y los veíamos jugar.

- Es genial – dijo él – son geniales… se les ve tan felices – dijo pasando de su asiento al banco que yo estaba.

- Sí, sentí una paz y una alegría inmensa cuando ambos aceptaron que siguiéramos con el trámite de adopción.

- Yo también mi amor – me respondió. Pasó su brazo izquierdo por mis hombros y con su mano derecha, agarro mi mentón para que lo mirara – te prometo que esta va a ser la primera de muchas salidas en familia que vamos hacer los cuatro juntos… hasta que dejemos de ser cuatro y la familia se agrande – con una sonrisa, acercó mis labios a los suyos y nos besamos.

Después de un rato, fuimos a sacar a los chicos de los juegos para llevarlos de vuelta al hogar. Nos costó un mundo dejarlos allí, pero le prometimos a los dos, que los día que no pudiésemos ir, los íbamos a llamar por teléfono al menos.

Del hogar fuimos a casa de mis suegros y le contamos todo lo avanzado que iba el trámite. Desde allí Peter llamó a Carlos, nuestro abogado y le pidió que agilizara el trámite todo lo que pudiera; sabíamos que iba a ser difícil, pero tanto Peter como yo queríamos tener a los niños con nosotros el día de la boda.

Después de tomas un café con mis suegros, Bauti bajó el portátil para hablar con mis padres y mis hermanas por skype, ya que Lucia y Bauti habían estado hablando por internet y mi madre le pidió a mi hermana hablar con nosotros. Estuvimos poco más de una hora hablando con ellos, les contamos lo de Dani y Martina, hablamos sobre la boda y sobre el tema de su llegada al país… solo quedaba seis días para verlos. Los padres de Euge llegarían tres días antes de la boda, el trabajo de mis tíos no les permitió venir antes. Tuvimos suerte con que mi padre pudiera pedir vacaciones, mi madre habló con la tutora del colegio de mi hermana Lucía, (que conocíamos de toda la vida, había sido el colegio de nosotras tres) y no hubo problemas… y Bea, con su curso de diseño se las apañó sola para que sus compañeras le pasaran todo lo que dieran en el tiempo que ella no estaba. Me enteré que llevaba unos días sin hablar con Sergio porque habían discutido, y él no vendría a la boda. Pero ya me las ingeniaría para que sí viniera… sabía perfectamente que ella quería que el estuviera acompañándola y se nota a leguas que se aman.

Cuando terminamos de hablar con ellos, nos despedimos de mis suegros y mi cuñado y fuimos a casa de Cande, donde hoy nos juntábamos todos a cenar y aprovecharíamos para contarles a los chicos como había avanzado el tema de la adopción de los niños.

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Por sus comentarios y como aumentan las visitas al blog sé que la nove les gustó y sigue gustando, solo espero estar a la altura y no defraudarlas con el final. GRACIAS por estar siempre =)