Capítulo 35 Segunda Temporada

GRACIAS!!! no tengo palabras, perdón por retrasarme en subir, pero aquí en España es fiesta y no dispongo de Internet solo a veces. Espero que les guste el cap, gracias a todas por firmar y muchas felicidades a Faty que va a ser tía de nuevo =) Quizás no pueda subir más en lo que queda de semana, pero si no puedo la semana que viene les subo los que les debo por este fin de semana =P

Felicidades a las Pilar =) Las quiero GRACIAS!!!! <3

PD: perdón pero no puedo avisaros por twitter =S

TWITTER: @Inma_06

___________________________________________________________

CAPÍTULO 35

- ¿Estás loca? ¿Cómo vas a traer el traje aquí Euge?

- Dale Lali, tampoco te lo vas a probar, solo lo traje para recogerte e irnos a comer a tu casa.

Ya octubre terminaba, y mi vestido de novia estaba listo. Eu me había hecho el favor de ir a recogerlo porque yo no tenía tiempo, y en vez de ir directa a mi casa, me vino a recoger con el traje incluido (obvio en un “saco” metido para protegerlo y que no le pasara nada).

- Está bien, 10 minutos y termino.

- Ok.

- EUGE!!! – gritó Martina mientras corría a verla – HOLA!!! – dijo abrazándola.

- Hola hermosa!!!! Que linda estás por favor – dijo dándole una vueltecita – dos semanas sin verte y creciste mucho – dijo y Martina rio.

- Tampoco tanto – dijo – vení, las chicas seguro quieren verte – le dijo halándole de la mano.

- Ten cuidado con el traje Eugenia! – le grité mientras subía a recoger mis cosas.

- Sí mamá – respondió con cierto humor y no pude evitar reir, por muchos años que tuviera, jamás dejaría de ser así, tan auténtica, tan impulsiva, tan… única.

Recogí mi bolso, y mi chaqueta y me despedí de mis compañeros y compañeras, mis vacaciones empezaban ya, para poder preparar los últimos detalles de la boda.

- Lali, te vamos a extrañar hasta que vuelvas – me dijo Grisci.

- En menos de lo que te esperas me tienes aquí guapa – le dije y le di un par de besos.

- Lali, Julián (el asisten social del hogar) me dijo que si podía hablar contigo antes de irte -  me dijo Clara.

- Sí, por supuesto… debe ser algo de Martina y Dani – y con Clara fuimos a la dirección del centro. Lo saludamos y le pedí a Clari que se quedara allí conmigo.

- Lali, es sobre la adopción de Martina y Dani… la familia se echó atrás, no quieren a Dani bajo ninguna circunstancia.

- ¿Eso significa que…? – preguntó Clara.

- Eso significa que tu solicitud con Peter sigue adelante… sois los siguientes, y tenéis preferencia por querer adoptar a los dos, y porque el trato, cariño y amor que los niños te tienen a vos y a Peter no se lo tienen a unos desconocidos.

- No me lo puedo creer – dije sonriendo - ¿Entonces hay posibilidades de adoptarlos?

- Sí, ahora mismo vos y Peter tienen muchísimas oportunidades de adoptar a Martina y a Dani.

- ¿Adoptarnos? – se abrió la puerta del despacho.

- ¡¡Martina!! – dije levantándome deprisa del asiento.

- ¿Vos y Peter nos van a adoptar? – volvió a preguntar entrando en el despacho.

- Mi amor – me acerqué a ella – no es seguro aun pequeña…

- ¿Por qué no nos dijeron nada? – preguntó enfadada.

- No podíamos Martina – habló Clara – no era seguro, no queríamos que se hicieran falsas esperanzas.

- PERO VOS Y PETER – hablaba mirándome – SABEN LO MAL QUE LA ESTABA PASANDO PORQUE LA OTRA PAREJA ME QUERÍA ADOPTAR A MÍ Y A DANI NO… Y SE QUEDARON CALLADOS – gritó y salió corriendo del despacho.

- MARTINA!! – le grité y cuando iba a salir tras ella Clari me paró.

- No Lali, es mejor que no vayas… está enojada y vos mejor que nadie sabés que cuando se pone así es mejor dejarla que se tranquilice.

- Puede que tengas razón… solo voy a ir a despedirme de ella, no quiero que se quede así – me volví a Julián – gracias por todo, mañana te llamo para concertar una cita con el juzgado y nuestro abogado. Gracias de verdad Julián, sé muy bien que hiciste todo lo que pudiste para lograr esto.

Repartí besos y abrazos y fui al cuarto de Martina

- Hermosa – estaba tirada en la cama y cuando me vio entrar se volvió hacia la ventana – Martu cariño sé que no te gusta hablar cuando te enojas, pero solo quiero decirte que te quiero muchísimo al igual que Peter y que queremos lo mejor para ti y tu hermano – Me acerqué y dejé un beso en su cabeza y salí a buscar a Euge.

- ¿Nos vamos? – preguntó y yo asentí – Ya me contó Clari lo que pasó, tranquila se le va a pasar… simplemente le agarró de sorpresa nada más.

Como siempre, mi amiga estaba ahí dándome el apoyo que necesitaba… para mí no hay mejores amigas que las chicas, no sé que haría sin ellas.

Me despedí de todas las chicas, y con Euge llegamos a casa. Entramos y mientras yo me cambiaba y dejaba el traje en uno de los dormitorios de invitados, ella miró en la cocina que podíamos comer.

Cuando salí cambiada, ya más cómoda, Euge estaba preparando sándwiches vegetales. Mientras ella hacía eso, yo preparé la mesa ratona para comer: dos manteles individuales, dos vasos, gaseosa, servilletas….

Comimos entre charlas, si bien estaba algo preocupada por lo de Martina, Euge me hacía que me olvidara… nuestro tema principal fue la boda: ya estaba prácticamente todo listo, solo faltaban algunos detallitos.

- ¿Hablaste con Julia hoy? – me preguntó Euge mientras terminábamos de recoger.

- No, aun no… me dijo que me iba a llamar ella para confirmar los invitados y algo más pero no recuerdo. Te juro que menos mal que Claudia tuvo la idea de contratarla, sino creo que no habría podido con todo.

Julia era una Wedding planner o para mí, mi salvación. Ella es experta en preparar bodas y celebraciones, y nos ayudó muchísimo en todo lo que pudo y más.

- Buenas – dijo Peter entrando en el salón.

- Hola bombón – se inclinó y me dio un beso.

- Hola cuñadito – y se acercó a él para dejar dos besos sonoros en su mejillas.

- Hola China, ¿Qué tal?

- Muuuy bien, y mejor después de una tarde con mi amiga. Ahora me voy yendo que quedé con Cande para vuestro regalito – dijo levantándose, repartió beso y cuando se dirigía a la puerta se volvió.

- Tú – ambos nos giramos pero le hizo señas a Peter – OJITO con entrar en el cuarto de invitados de la derecha... que está el vestido de la novia.

- Sí mamiiiii – dijo el y ella se fue riendo.

- ¿Y tú día? – le pregunté sentándome en sus piernas.

- Cansado… el personaje cobró algo más de importancia en los últimos capítulos y tengo más escenas.

- ¿Comiste?

- Sí comí, tuvimos un bache de hora y media a las 3:00 pm y comimos con Alejo, Nacho y Mery. Estás rara… ¿pasó algo?

- No estoy rara.

- Estás muy rara, con todo esto de la boda estás siempre inquieta, haciendo cosas sin parar, y ahora estás muy relajada… y ¿triste? – dijo apartando un mechón de pelo de mi cara.

- Es por el tema de la adopción.

- ¿Qué pasó? – preguntó preocupado.

- Martina se enteró.

- Por la forma en que lo dices parece que no le gustó – ahora su voz tenía un tinte de tristeza - ¿Qué pasó como se enteró?

Nos acomodamos en el sofá, uno frente al otro… el apoyando su brazo en el respaldo del sofá y su cabeza en su mano, y con la otra agarraba mi mano derecha, jugando a entrelazar nuestros dedos mientras yo le contaba lo que me había dicho Julián y la reacción de Martina cuando se enteró.

- ¿Deberíamos parar todo hasta hablar con ella? – me preguntó y yo negué – Pero se enojó, capaz no quiere.

- Yo creía eso, pero cuando fui a buscarla al cuarto, me despedí de ella y cuando le di el beso en la cabeza no se apartó.

- ¿Y por eso decis que no está enojada?

- Sí, se enfadó porque no le contamos antes que queríamos adoptarla, y según ella nos callamos a pesar de saber que lo estaba pasando mal.

- Pero no le podíamos decir, ella tiene que entender eso – dijo preocupado.

- Y lo va a entender, cuando se calme y se relaje ella va a entenderlo… es como tú.

- ¿Cómo yo?

- Sí como tú… a pesar de no llevar tu sangre tiene un carácter muy parecido al tuyo… cuando te enfadas no se te puede decir nada hasta que se te pasa un poquito el cabreo – dije sonriendo y el me insinuó un que hambre con su mano.

- Yo no soy así.

- Nooo para nada, tu no eres así son invenciones mías – a mi respuesta llevó un ataque de cosquillas por parte de él. Era algo que amaba de él, que hasta en los momentos malos te sacaba una sonrisa.