viernes, 26 de febrero de 2016

Capítulo 69 - ¡Ni que fuera verdad!

HOLA!!!!! Se viene el último capítulo de la semana, y la semana que viene termina la novela ya.

Gracias por comentar chicas sois geniales. Y gracias a toda persona que se decida poner detrás de esta pantalla para leer esta historia, la tercera que escribo.

Espero que os guste este nuevo capítulo. BESOS!






CAPÍTULO 69

- ¡Bienvenido Papá! – le digo al abrir la puerta de mi casa y abrazarlo - ¿Por qué has tardado tanto?

- Porque cuando he llegado al hotel me ha pillado Héctor por banda, nos hemos puesto a charlar…

- Y te has liado cómo siempre que os veis. Aunque es normal, os veis poco así que tenéis que poneros al día.

- Sí. Además me ha comentado que ya está todo listo para la convención de medicina que van a dar, pero quiere mi visto bueno.

- Así que no vienes a ver a las niñas – me hago la molesta y enfadada – solo has aprovechado que estás aquí.

- Claro que sí. Sólo que a última hora me ha salido este tema de la conferencia… - empiezo a reírme y sabe que estoy de broma – Hija no me hagas estas cosas que me haces sentir mal.

- Cuando quiere es muy buena actriz – dice Peter apareciendo en la puerta del salón – Pasad ¿no? Aquí hay dos pequeñajas que quieren conocer a su abuelo.

- Te lo acaban de decir ¿no? – bromeo al tiempo que llego y lo beso.

- Perfecto, porque yo también quiero conocerlas. Supongo que seréis Claudia y Juan – dice mi padre saludándolos – encantado. Soy Martín el padre de Lali.

- No hay duda de eso, sois muy parecidos – dice Claudia dando un beso a mi padre – la madre de Peter.

- El padre de Peter – rie Juan estrechando la mano de mi padre – tienes un hija maravillosa.

- No lo dudo  - dice sonriendo y mira a las niñas – pero que dos hermosuras más chiquititas por favor. ¿Puedo cogerlas? – nos pregunta.

- Eres su abuelo – le responde Peter y mi padre le devuelve una sonrisa.

- A ver si adivino, ella es Eva y ella Lucila – dice señalando correctamente.

- Muy bien papá – le digo y verlo con Eva en brazos me causa una sensación indescriptible que provoca que se me salten las lágrimas.

Pasamos el resto de la tarde juntos. Los padres de Peter se van a casa de Peter, porque él les ha dicho que no tienen que pasar la noche en ningún hotel. Peter los lleva en coche a su casa para no tener que cargar con las maletas. Mi padre se ofrece a acompañarme mientras Peter va a dejarlos, aunque rechaza la oferta de cenar con nosotros porque tiene una cena pendiente.

- Lali cariño – me llama cuando estoy en la cocina colocando en la encimar los biberones y todo lo de la comida de las niñas – las cunas ya las tienes puestas.

Con Peter decidimos hace un par de días comprar un par de cunas de viaje para mientras no vivíamos juntos poder tener bien cuidadas a las niñas el tiempo que estuvieran en casa.

- Gracias papá – le digo.

- Tengo que contarte algo – me dice sentándose en el banco que tengo en la cocina y apoyándose en la encimera – ven siéntate aquí conmigo.

- ¿Es mamá a qué sí? – pregunto sin saber si quiero conocer la respuesta.

- Si hija. Lo que pasa es que… tu madre no ha venido conmigo porque no estamos juntos. Nos vamos a divorciar. – me suelta sin pensarlo dos veces – Después de todo lo que ha pasado, no puedo seguir con ella Lali.

- ¿Todo lo que ha pasado? – pregunto y él cambia la actitud.

- Me refiero a su actitud para la vida y sobre todo tu relación con ella. Además ha vuelto a tener un acercamiento con el padre de Óscar me lo dijo hace un par de semanas.

- Por eso no querías hablar conmigo por teléfono.

- Me conoces y sabía que me lo notarías en la voz.

- Lo de mamá es muy fuerte. Con el miedo del qué dirán pero se permite el lujo de tener un amante.

- No son amantes Lali… pero él la besó y ella no lo apartó y me lo contó. Pero eso son temas nuestros, yo siempre voy a querer a tu madre porque gracias a ella te tengo a ti hija.

- Papá mi relación con mamá dudo que cambie… mira la actitud que tiene con el tema de las niñas. Va a seguir cuestionándome lo que me queda de vida.

- No digas eso. Intenta acercarte a ella.

- No papá. Estoy cansada de luchar por algo que debería darse de manera natural. Pero no, a mí me critica por la vida que llevo y ella se da el lujo de ponerte los cuernos.

- Si vas a juzgarla por eso, también debes hacerlo conmigo.

- ¿Qué? – pregunto muy sorprendida - ¿qué coño dices papá?

- Estoy conociendo a una mujer Lali. Hace un mes di una conferencia en una universidad de Alemania y conocí a Lola.

- Qué fuerte – digo asumiendo todo lo que me acaba de soltar – no me lo puedo creer… ¿fue antes entonces que pasara lo de ese beso del padre de Óscar y ella?

- Sí, fue antes. Lali sabes que con tu madre hace tiempo que no estamos bien y prácticamente era todo apariencia.

- Joder, es que todavía no me lo puedo creer. Nunca hemos sido la familia modelo precisamente pero todo esto… es muy fuerte papá.

- Ya lo sé cielo. Pero es justo que si juzgas a tu madre lo hagas conmigo también.

- ¿Pero tienes una relación con esa mujer? – pregunto con las lágrimas saltadas.

- No, una relación formal de pareja no. Pero antes de fin de año firmaremos los papeles del divorcio, así que para entonces sí.

- ¿Estás enamorado?

- Sí cielo. La quiero mucho. Lola ha sido un gran apoyo en un momento muy complicado para mí.

- Vale no puedo escuchar más papá. Perdón pero no puedo. No te juzgo. En realidad creo que a mamá tampoco tengo derecho a hacerlo en ese aspecto si tú la perdonaste no tengo que meterme y si ahora habéis decidido separaros por el bien de los dos, lo acepto. Pero no estoy preparada para escuchar como rehaces tu vida con otra persona.

- Lali cariño yo… no quiero defraudarte.

- No lo haces papá – le digo y le agarro las manos – solo que es un shock tanta información junta.

En ese momento se escucha la puerta y Peter entra.

- Ya he vuelto.

- Entonces yo me voy – dice mi padre.

- ¿De verdad no te quieres quedar a cenar? – le pregunta Peter.

- No, tengo una cena apalabrada – responde él y ante mi expectativa me mira y aclara – con mi abogado.

Peter me mira sin entender nada y yo le hago señas para que sepa que más tarde le cuento.

- Espero que el tiempo que estés aquí lo disfrutes con tu hija y tus nietas Martín.

- Yo también Peter. Nos vemos. Adiós. – lo saluda – adiós hija, te quiero – me da dos besos y se va.

Peter me mira pero no tengo ganas de hablar. Así que se va al baño para prepararlo para bañar a las niñas. Sabe cuándo necesito estar sola sin que nadie me diga ni me haga nada y me respeta. Y lo quiero más por eso.

- El baño está listo, ¿me ayudas? – dice unos minutos después.

- Claro.

Él se encarga de Eva y yo de Lucila para el baño, y después les preparo la comida e intercambiamos lugares. Cuando terminan de comer, las acostamos en las cunas que mi padre colocó en nuestra habitación y mientras yo recojo todo él hace la cena.

- Tus pizzas caseras me encantan nene. Está buenísima.

- Gracias chispita – me responde y me da un beso – aunque he de decirte que desde que se fue tu padre la chispa la tienes apagada. ¿Quieres hablar?

- Se van a divorciar – respondo y sin pensarlo sigo o no me desahogo – y mi padre tiene una relación con otra mujer.

- Lo del divorcio me lo suponía, lo de tu padre no me lo esperaba para nada. Qué fuerte.

- Pues imagínate como me ha sentado a mí.

- Lo siento cariño.

- Joder, es que vale que se divorcien, ¿pero que ya tenga mi padre a otra persona? Es un shock importante.

- Te entiendo. – me tira del brazo y me sienta sobre sus piernas para abrazarme y besarme – siempre me vas a tener para lo que necesites cielo. Y ahora necesitas que te mimen para hacerte olvidar.

Me dejo hacer por él lo que quiere. Me dejo besar, acariciar y amar. Hacemos el amor en el sofá lenta y pausadamente disfrutando de cada embestida como si fuera la última. Cuando terminamos, estamos acostados y el me envuelve entre sus brazos mientras mis piernas se entrelazan a las suyas.

- Prométeme algo Peter – le pido y él me alza la barbilla para que lo mire – si algún día todo esto se nos acaba, por favor no permitas que lleguemos a odiarnos. Si algún día a alguno de los dos se le acaba el amor, prométeme que vamos a saber hablarlo y aceptarlo pero que nunca vamos a llegar a la traición.

- Mírame y escúchame. Te lo prometería pero no quiero. No quiero prometerte algo que no va a servir para nada porque esto que tenemos no se va a terminar nunca, es demasiado lo que nos amamos para que se nos acabe. Puede que sea muy poco tiempo lo que ha pasado desde que nos conocemos y estamos juntos pero han sido cosas demasiado intensas las que hemos vivido y eso nos ha hecho más fuerte. Quiero que sepas que estos últimos seis meses han sido los mejores de toda mi vida, no tengo duda de ello. Y no solo porque soy padre de unas gemelas preciosas sino porque puedo vivirlo contigo, porque te amo como jamás pensé que se podía querer a una persona y porque has afrontado todos tus miedos por mí. Te quiero y nunca voy a dejar de hacerlo.


Tras sus palabras, las cuales me han hecho llorar, él me seca las lágrimas a besos y esta vez soy yo la que quiere amarlo para devolverle un poco de lo que antes me ha dado.

3 comentarios:

Arii dijo...

Pobre Lalu, son siempre situaciones dificiles

Unknown dijo...

Estaba convencida de haber comentado ya! Pues...que decirte? me llorè todo ajajaj, me encanta este peter tierno.. pero ahora falta un bebè de ellos no te parece? Quiero bebèèèèè ajajja! Un beso! Giu

Alejandra dijo...

Ay es un choque duro pero sin duda todo va a ser para mejor, la separación duele pero al final es para bien y ya se sabe lo mejor siempre por llegar

Publicar un comentario