CAPÍTULO
70
Estoy dormida pero escucho
el timbre sonar. Miro el reloj y las gemelas hace cuestión de dos horas que se
han dormido tras su última toma. Hago el intento de ignorar el timbre, pero
escucho cómo la puerta se abre y las voces que van entrando las voy
diferenciando. Peter se remueve en la cama pero sigue durmiendo, yo busco mi
pijama medio dormida aun y me lo pongo. Me recojo el pelo en un intento de moño
y salgo bostezando al salón para encontrarme con Sonia, Julia y la culpable de
que estén dentro, mi amiga Euge.
- Eugenia te prometo que te
voy a quitar las llaves aunque no sea mucho más el tiempo que voy a vivir aquí.
- Buenos días malhumorada –
me saluda ella riendo y tocando su panza – lo siento pero bajaba de tender ropa
cuando me he cruzado con las chicas en mi piso. Manuela está muy revoltosa hoy
y no me deja dormir. Así que si no duerme la madre, no duerme la madrina, por
consideración.
- No te creas que he dormido
mucho.
- ¿Las gemelas han pasado
mala noche? – pregunta Sonia.
- No, se han portado muy
bien.
- Así que la noche te la ha
dado el padre en cuestión ¿eh? – pregunta Julia riendo – que fuerte madre mía,
hasta con las niñas aquí guarreáis.
- Mira bonita, que me las
dejaste para hacer lo mismo – le aclaro y ambas ríen para después besarse –
Espero que hayáis tenido la decencia de traerme un buen desayuno ya que me
habéis despertado a las nueve y media de la mañana de mi día libre.
- Aquí os traemos croissants
recién hechos, churros y un buen chocolate caliente también recién hecho.
- Yo me voy a preparar una
infusión – dice Euge – estoy muy
revuelta y aunque me muero por un churro con chocolate mi niña me parece que no
quiere.
- Tú lo que quieres es otro
churro – dice Sonia sin pelos en la lengua y todas reímos.
- Pues también. Pero Nacho
se ha empeñado que no me toca ni un pelo hasta que vayamos a la próxima
revisión y hable con la doctora.
- ¿Has vuelto a sangrar? –
le pregunto preocupada tocando su barriga ya de seis meses y medio.
- ¿Sangrar? – preguntan las
chicas preocupadas.
- Es que la semana pasada
estuvimos juntos y al día siguiente me levanté sangrando, prácticamente era
mínimo el sangrado. Pero ambos nos asustamos. Me obligó a ir al médico y me
dijeron que hiciera un poco de reposo, así que casi no me deja salir de casa y
de besos y caricias no pasa. Me tiene a dos velas hasta primero de año que
tengo la siguiente revisión.
- Pues cielo, tirar de
inventiva e imaginación.
- No quiere tía, es muy
frustrante porque a veces pienso que no quiere estar conmigo y esto solo es una
excusa.
- No digas tonterías
chiquilla, si se ve que esta coladito por tus huesos.
- Ya lo sé, después se me
pasa la paranoia. Él me ve seria y molesta, le digo cómo me siento, me come la
oreja un poquito con unos cuantos besos y ya me tiene otra vez donde él quiera.
- Son las hormonas hija, que
aquí la amiga chico embarazo me dio. Menos mal que mis niñas decidieron salir
antes de tiempo sino hubiera sido mi peor calvario. – dice Julia.
- Eres una exagerada de
cuidado vamos, que fuerte me parece lo tuyo – protesta Sonia. Julia ríe y la
busca para besarla y acariciarla.
- Ves, eso hace Nacho
conmigo, igualito. Y no me puedo resistir.
- Ahora en serio Euge, es
mejor que te cuides pero de verdad proponle otras cosas. Hay muchas formas de
tener placer sin necesidad de que él te penetre. Si quiere te doy unas cuantas
clases – dice Sonia y Julia ríe por la poca vergüenza de su mujer.
- Espero que eso que he
escuchado sea una pesadilla – dice Peter apareciendo sin camiseta solo con los
pantalones, en el salón.
- A ti también te puedo dar
unas clases para que satisfagas a tu novia.
- ¿Te has quejado de mí? –
pregunta él indignado.
- Para nada, ellas dan
consejos así porque quieren – digo riendo y tiro de él para sentarlo junto a mí
y besarlo – yo estoy muy bien atendida Sonia, te lo aseguro.
- ¿Os importaría no dar
envidia? Gracias – agrega Euge y todos reímos.
Desayunamos todos juntos,
hasta que las gemelas se despiertan pidiendo su propio desayuno. Julia se
encarga de Lucila mientras Sonia anima a Euge a que se anima a practicar con
Eva, y ésta acepta encantada. Peter y yo mientras recogemos las cosas del
desayuno, entre besos, caricias y palmadas en el culo.
Estoy en la cocina regando
cuando suena el móvil y Peter me lo acerca sin atender cuando ve que es mi
madre con número de España. Me seco las manos y lo cojo.
- Buenos días mamá.
- Hola Mariana, buenos días.
- Estás en España por lo que
puedo ver.
- Sí, he solucionado el
problema que hemos tenido en el hotel de Londres y he venido a coordinar unas
cuantas cosas en los que tenemos aquí. Me gustaría verte, he hablado con tu
padre y…
- Y sí, me lo ha contado
todo. Así que puedes ahorrarte ese mal trago.
- No quiero que me odies.
- No te odio, al fin y al
cabo eres mi madre. Si estáis mejor divorciados, lo prefiero así, ya no soy
ninguna niña por la que tenéis que aparentar nada.
- Me alegro que pienses así.
A mí me duele mucho de verdad terminar con tu padre, lo quiero mucho.
- Pero no lo suficiente como
para respetarlo…
- Mariana me has dicho…
- Te he dicho que no te odio
mamá; no te he dicho que me parezca bien que hayas vuelto a engañar a papá.
- ¿Te ha contado él que
también está con una mujerzuela?
- Ups, doña correcta se está
desinhibiendo con el lenguaje. Y sí, lo sé. Y lo que le tenía que decir ya se
lo he dicho.
- Me gustaría verte,
necesito hablar contigo.
- Perfecto. Hoy tengo el día
libre así que tú dirás.
- Al mediodía tengo un hueco
de una hora, ¿te veo en la cafetería del hotel?
- Perfecto, allí nos vemos.
- De acuerdo, adiós hija. Te
quiero.
- Adiós mamá, yo también –
respondo sorprendida de ese gesto de cariño hacia a mí. – Sí que la afectado
todo esto, me ha dicho que me quiere.
- Quizás este golpe le ha
hecho darse cuenta que no ha sido justa contigo – dice Peter abrazándome – me
gustaría acompañarte, pero tengo turno de tarde cielo, de doce a ocho.
- No te
preocupes, además seguro que antes quieres ver a tus padres – le digo y el
asiente – pues manos a la obra porque se nos hace tarde a los dos.
- Yo creo que nos da tiempo
de echar a las tres marías que tenemos en el salón y disfrutar de una ducha
juntos.
- ¿Sonia te ha dado algún
consejo al final y no me he enterado?
- No me hacen falta consejos
de nadie para hacerte llegar al séptimo cielo. – presume y yo me río para
después fundirme en un beso con él.
Nos despedimos de nuestras
amigas, y tal y cómo había dicho, nos metemos en el baño y me hace disfrutar al
máximo con solo sus manos y su lengua. Después nos duchamos, nos vestimos. Él
se va a su casa y yo me quedo terminando de arreglarme cuando vuelve a sonar mi
móvil con un número que no conozco.
- ¿Diga? – pregunto.
- Hello honey – escucho la
voz de Óscar al otro lado – no me cuelgues.
- No te quiero escuchar.
- Creo que sí, que te va a
interesar. Te llamo para decirte que te va a llegar un correo con una
información que te va a impactar… sobre tu madre. Tengo entendido que has
quedado con ella.
- ¿Cómo coño lo sabes? Óscar
te juro que cómo me vuelvas a llamar, escribir.. ponerte en contacto conmigo te
denuncio.
- No te preocupes, ya vas a
venir a mí por ti misma.
Sin más le cuelgo. No quiero
escuchar ninguna estupidez más. Escucho como al móvil me llega el correo pero
no sé si abrirlo. Si tiene alguna foto de mi madre y su padre puede filtrarla a
la prensa y eso a mi madre la mataría, me preocupa. Busco la tablet y la
enciendo, abro la aplicación y busco el correo que me ha mandado. Pico sobre él
y aparece una carpeta para descargar. Lo hago y cuando se abre hay fotos de
Óscar y mi madre en una cafetería, charlando. Hay capturas de conversaciones
por correo y por móvil donde él le cuenta que me ha visto, ha estado conmigo y
que el fotógrafo que habían contratado ha sacado muy buenas fotos. Mi madre le
pide que se asegure de alejar a Peter de mi lado y en ese momento siendo cómo
casi se me para el corazón.
Mi madre ha sido cómplice de
Óscar en todos sus acercamientos de él hacia mí. Lo que no entiendo es por qué
ahora me manda todo esto. No sé si quiere solo quiere hacerme daño, o quizás
haya descubierto lo de su padre con la mía y quiera joder a mi madre por
venganza. No entiendo nada.
En la carpeta también hay
audios. Los abro y escucho como barajan diferentes planes para intentar
separarme de Peter y que vuelva con él a Irlanda. En el último mi madre le dice
que le ha fallado y él le grita que es una zorra, después se corta la
comunicación.
No doy crédito a lo
sucedido, necesito escuchar de los labios de mi madre que no es cierto. Me
enjuago la cara, termino de arreglarme, cojo mi bolso y salgo de casa dispuesta
a pedir explicaciones a esa persona que debe quererte incondicionalmente y
buscar tu felicidad, no poner la zancadilla cada dos por tres.
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