Capítulo 8 - ¡Ni que fuera verdad!

Hola!!! Para mí es un poquitín tarde, pero quería dejar esta noche el capítulo porque quizás mañana no pueda subirlo.

Veo (por el número de visitas) y por quienes comentáis que la historia os gusta, y a mi me gusta que os guste =). Lo que cada protagonista siente, sentía o sentirá, se va a ir descubriendo en cada capítulo aunque ya sé que no es ningún misterio para nadie que mínimo, hay una atracción. Espero que os siga gustando más cada capítulo. 

Mil gracias por estar, leer y comentar. Yo feliz de que algo que hago guste =). Hasta la semana que viene. MUACKS.

CAPÍTULO 8

- ¡Prima! ¡Lali, Peter! – sigo acostada y hasta ahora dormida, pero empiezo a escuchar la voz de mi prima Rocío.

- ¡Shhhh!– la mando a callar incorporándome. Peter está dormido, así que me levanto sin mover mucho la cama.

Me levanto, y voy lo más ligera que puedo a abrir la puerta.

- Menos mal hija, me iba a quedar afónica.

- Perdón, veníamos muertos del viaje y nos hemos quedado dormidos – digo y ella no para de mirar para dentro buscando a Peter.- Sigo acostado Ro – añado sonriendo.

- Tremendo bombón tienes por novio primita, ¿por qué no me habías contado nada? – me pregunta.

- Anda pasa – digo y cierro la puerta – Pues porque no lo veía necesario. Llevamos poco tiempo, y te aseguro que si no hubiera surgido esto no os hubierais enterado.

- Muy mal Lali, somos tu familia.

- Ya, pero no os voy a contar algo si no estoy segura de que vaya a funcionar.

- ¿Y por qué no iba a funcionar? Se le ve buena gente.

- Pues… - nota mental: Lali cierra la boca, no estás acostumbrada a mentir y te estás metiendo en un berenjenal importante - … por lo que te he dicho, llevamos poco tiempo. Supongo que vienes para avisarnos que está la comida, voy a llamar a Peter.

- Lali, son casi las siete de la tarde – dice ella sonriendo y yo alucino como hemos dormido sin darnos cuenta.

- ¿Y por qué no nos habéis llamado? – pregunto asombrada de cómo ha pasado el tiempo sin que ninguno de los dos nos diéramos cuenta.

- Pues porque la abuela y la tata han dicho que estabais muy cansados y que os dejáramos tranquilos, que ya os despertaríais cuando estuvierais en condiciones.

- Tengo que llamar a Peter.

- Pues sí, porque tenéis dos horas para acomodaros aquí y arreglaros, a las nueve es la cena y a las ocho y media empiezan a llegar la familia que falta y los primos que decidieron algunos quedarse en un hotel.

- Vamos, que lo que tenemos es hora y media ¿no? – pregunto sonriendo y ella ríe. – Antes de ir a llamar a Peter, ¿te puedo preguntar una cosita Ro?

- ¿Para qué os he llamado a todos? – se adelanta ella.

- Sí, porque la verdad no lo entiendo mucho. Mi madre me dijo que había hablado con la tuya y que te vas a casar.

- ¿A casarme? No. Mi madre como siempre suponiendo y hablando más de la cuenta.

- ¿Entonces?

- La única que lo sabe es la abuela. Pero en parte mi madre lleva razón.

- ¿Por qué?

- Ya me casé.

- ¿Qué? ¿Qué te has casado?

- Sí, me casé. Fue algo muy sencillo donde solo estuvimos nosotros dos y dos testigos. Fue hace cinco meses.

- Estoy flipando ahora mismo.  ¿Estás casada? Felicidades primita – digo y la abrazo – pero no te voy a perdonar nunca que te hayas casado y no me lo hayas dicho, y mucho menos que te hayas casado antes que yo – bromeo - ¿sabes lo que voy a tener que aguantar ahora de mi madre?

- Bueno, al menos ahora tienes a Peter y ya con eso te libras de algo – dice riendo y yo asiento. – Pero hay algo más.

- ¿Qué más? ¿Estás bien?

- De maravilla – dice sonriendo – estoy embarazada Lali

- ¿Qué estás qué? – preguntando y mi cara de alucinación va aumentando.

- Que estoy embarazada.

- Felicidades, supongo – le digo y la abrazo – la verdad no me lo esperaba. Con lo de la boda ya estaba flipando. No creía que te fueras a casar, y ahora esto.

- Pues no, no creía mucho en el matrimonio. Pero fue todo una locura, cuando Nico me lo propuso me sentí feliz de que lo hiciera y no dudé en decirle que sí. Y ya lo del embarazo le pone la guinda al pastel – dice sonriendo.

- Me alegro mucho Ro, de verdad. ¿Qué dice Nico?

- Está súper contento.

- Es una locura ¿lo sabes?

- Sí, pero no lo hemos buscado ha venido y ya, pero vamos a hacernos cargo.

- Me alegro mucho en serio. De los primos adultos, eres la más chica y no me lo esperaba la verdad.

- Nosotros tampoco, pero cuando me enteré hace dos meses, sentí una alegría y un miedo inexplicable. Te juro que no llega a estar Nico y no sé lo que hubiera hecho.

- Es el padre de tu hijo, y la persona a la que quieres. Además sabes que siempre me ha caído muy bien, es una persona increíble. Pero no estoy de acuerdo con que no se lo hayas dicho a tus padres. A la tía María le va a dar un soponcio. Enterarse que estás casada y embarazada al mismo tiempo.

- Sabes que mi madre no estaba de acuerdo con mi relación con Nico. Él no es de una familia con dinero ni mucho menos. Si llego a decirle que me casaba con él, me hubiese obligado a venirme para acá y controlar ella mi boda, aunque creo que antes me hubiese preguntado mil veces si de verdad quiero a Nico. A la abuela se lo conté cuando me enteré del embarazo. Me dijo que esperara hasta los tres meses para decirlo, y así he hecho.

- Manda narices que nuestra abuela tenga una mente más abierta que nuestras madres.

- Pues sí, así que lo pensé y creo que tiene razón. Es más seguro a partir de ahora el embarazo, y creo que al decírselo a mi madre al mismo tiempo que a todos no se va a atrever a enfadarse.

- Tienes razón, pero después en privado no te libras del sermón, que lo sepas.

- Ya. Solo espero que la noticia de mi embarazo la alegre más que el enfado que se pille al a enterarse de todo.

- Yo creo que sí. Es el primer nieto que va a tener y eso no va a opacarlo ningún enfado.

- Estoy feliz – dice ella elevando la voz y nos abrazamos.

- Perdón por interrumpir – aparece Peter – hola Rocío.

- Hola Peter y no te preocupes que no interrumpes nada – se levanta y lo saluda – tienen poco tiempo para arreglarse chicos. Los dejamos dormir para que recuperaran fuerzas para la cena de esta noche.

- Sí ya vi la hora y no puedo creer cuanto dormimos – se está disculpando.

- No pasa nada, no los quisimos despertar para eso. Pero ahora os empezáis a arreglar por favor, que quiero que estéis muy guapos, pero sobre todo mi primita.

- Ella siempre está guapa – me halaga Peter y yo sonrío.

- Por favor, pero si es hasta piropeador. Que completo es prima, ¿tiene algún defecto? – me pregunta.

- Yo aún no lo he encontrado – digo y me pongo junto a él para abrazarlo de costado – cuando se lo encuentre te aviso Ro.

Yo sonrío y mi prima al verme feliz sonríe también. Peter nos observa y deja un tierno beso en mi cabeza.

- Bueno, tanto deciros a vosotros que os tenéis que arreglar, pero yo que soy quien os ha invitado a todos, estoy aquí aun sin arreglar ni nada. En un rato nos vemos. – se despide dándonos besos y se va.

- ¿Segura que no quieres ser actriz? – me pregunta él poniéndose frente a mí.

- No gracias – digo yo.

- Actuaste con mucha naturalidad y eso es muy bueno – me responde él – así nada parece forzado entre nosotros.

- La verdad no lo pensé, simplemente me salió hacerlo así y lo hice.

- Mejor así sale más natural y cotidiano – me guiña un ojo, me da un golpecito con su dedo en mi nariz y se va al cuarto.

Estoy alelada. Mi atracción por él cada vez es mayor y su actitud para conmigo no ayuda a que yo me calme. Me está empezando a gustar y me asusta. Desde que estuve con Marcello no he estado con un hombre más de una noche, y no creo estar preparada para hacerlo.

- Lali – me llama Peter y voy al cuarto, lo veo sacando nuestra ropa de las maletas y poniéndola en el armario y la cómoda - ¿Dormiste bien?

- Sí – respondo y lo ayudo con mi maleta, sobre todo porque está llegando al fondo de la maleta donde está mi ropa interior – El masaje me ayudó muchísimo a relajarme.

- Me alegro, yo también. No puedo creer como dormimos tanto tiempo.

- Yo sí: tu masaje me dejó en el paraíso y mientras he dormido no pensaba en todo esto – digo y él sonríe.

- No te enfades pero he escuchado la conversación con tu prima Rocío.

- No me enfado – digo y le guiño el ojo ¿he sido capaz? – a mí todavía me cuesta creerlo. Casada y embarazada… es mi tumba – y ambos reímos.

- No exageres. Ten en cuenta que ahora no vas a ser el centro de atención y no solo porque hayas venido acompañada.

- Puede que sea así, o puede que mi madre lo aproveche para echarme en cara que ella es la única de los hermanos que no tiene nietos.

- Quizás no por mucho tiempo – bromea él y vuelve a dejar un beso en mi cabeza – Es mejor que te vayas duchando tú y después entre yo, así mientras termino de colocar la ropa.

- Gracias – respondo pensando en su broma.

Busco la ropa interior que voy a ponerme y me meto en el baño. Me mata su actitud: esas bromas que gasta me da que pensar y cada vez me engancho más a él. Pero acuérdate Lali que te está ayudando porque lo has contratado, y como mucho porque sois amigos. Nada más.

Enciendo la radio que hay en el baño y suena la música, me dejo llevar por ella y me olvido de todo y de todos, mientras me desnudo y me meto en el baño.