Capítulo 11 - ¡Ni que fuera verdad!

¡¡¡¡¡HOLA LUNES!!!!!! Un nuevo comienzo de semana y de nuevo por aquí, y hoy de manera doble. Ya dije la semana pasada que subiría antes del viernes, pero no tuve tiempo así que hoy va doble capítulo. 

Ahora subo el 11 y en un par de horas, el próximo que correspondería al fin de semana. Y ya mañana subo el que sería hoy.... en resumen, que esta semana va llenita de capítulos =) Espero que os de un poquito de alegría y mientras leáis os distraigáis de la rutina, y quizás, los problemas que cada persona pueda tener. 

Sin más, espero que os guste mucho. En un rato, cómo dice una amiga, "nos leemos". MUACKS!

CAPÍTULO 11

- Cada vez me caes mejor Peter – dice mi madre – voy a felicitar a los futuros abuelos, me alegro mucho por ti y por Nico, Rocío.

- Gracias tata. – Responde a mi madre – voy a buscar a mi marido, que está con mi padre y no quiero que me lo asuste y me pide el divorcio – bromea con nosotros y se va.

- ¿Estás loco? – le susurro a Peter apartándolo un poco de todo el barullo.

- ¿Por qué? – me pregunta como si no supiera a que me refiero.

- ¿Cómo vas a decirle nada de la boda? ¿Además qué boda? En algún momento vamos a tener que terminar una relación que ni siquiera existe, así que no le des más vuelo a todo esto.

- Ok, perdón. Quizás me haya entusiasmado. Aun así no te veo casándote sin tu familia. Además, no son tan malos como los pintas – me dice él.

- No digo que sean malos, simplemente que con mi tía y mi madre no suelo compartir muchas opiniones. Aunque a decir verdad, no me esperaba esta reacción por parte de ninguna de las dos.

- Todo el mundo tiene derecho a cambiar, Lali. Además ya te he dicho que quizás se hayan dado cuenta que aceptaros como sois y cambiar sus actitudes para con vosotras, hará que no os alejéis tanto de ellas. Sois sus hijas, y os quieren.

- Y nosotras a ellas, son nuestras madres. Pero es muy atosigador que te obliguen siempre a todo, por eso tú estás aquí, para que no me agobien con mi vida sentimental.

- Pues lo estás consiguiendo.

- Y tú les estás cayendo demasiado bien, así que por favor, no hagas muchos méritos que cuando rompamos, no quiero causarles un trauma.

- Está bien – me responde él riendo - ¿vamos a seguir disfrutando de la fiesta?

- Por supuesto – le digo, el me tiende la mano y juntos volvemos con todos.

Bailamos un rato al son de la música que mi prima Rocío se ha encargado de hacer sonar, y cuando estamos por sentarnos, mis primos invitan a Peter a jugar al billar que mi abuela tiene. Me mira, como pidiéndome permiso y cuando sonrío, se acerca a mí, me da un beso en la boca y se va con ellos sonriendo.

- Que buen novio te has echado Lali – me dice la mujer de mi primo John.

- No me puedo quejar, he tenido mucha suerte Gaby.

- Además es guapísimo prima – es mi prima Julia quien dice eso sentándose a mi lado.

- Tampoco te lo voy a negar. Pero tú no puedes decir esas cosas que eres muy chica aun – le digo riéndome y haciéndole cosquillas.

- Por favor, yo no tendría ningún problema en hacerlo padre si él quiere.

- Pero Julia – digo alucinada por su respuesta y las tres reímos.

- Que es broma, que soy muy joven para ser madre – responde ella.

Estamos hablando un rato y sin darme cuenta sigo bebiendo, sin acordarme lo mal que me sienta el alcohol. Cuando son casi las dos de la madrugada, voy a buscar a Peter para decirle que me voy a la cama. Cuando llego, escucho que están hablando de mí, y por supuesto quiero escuchar el qué.

- La verdad Peter me alegro mucho que estés con mi prima. Creo que es el primer novio que tiene que me cae bien – se callan y todos se ríen.

- Creo que no es muy difícil, hasta donde sé soy el segundo que conocen.

- Yo conocí al italiano – dice mi primo David – y no era mal tío, pero sabía que no iban a durar. Era muy egoísta – abro la puerta un poco y veo como mi primo le palmea la espalda a Peter – tú… se nota que la quieres. Cuando se miran, se nota que tienen algo especial.

- La quiero mucho David, te lo aseguro. Y estoy convencido que ella siente lo mismo por mí. Es genial tener la oportunidad de tenerla a mi lado.

- Pues no desaproveches esa oportunidad chaval y no la hagas sufrir – es John quien habla – o te la verás con nosotros. Es lo que tiene que te haya presentado a la familia.

- Te aseguro que no voy hacerlo.

¿Será verdad lo que dice? Me estoy haciendo ilusiones que no quiero… antes de escuchar algo que no quiero, decido entrar.

- Espero que lo estéis tratando bien. Si no, os voy a dejar de presentar novios.

Todos me miran con cara de sorprendidos y me doy cuenta de lo que acabo de decir.

- Gracias por la parte que me toca – dice Peter haciéndose el ofendido.

- No quería decir eso Pitt, es que he bebido y no pienso lo que digo.

- Entonces podemos aprovecharnos de tu estado ebrio para sacarte información de tu vida  ¿no Lali? – bromea, Ryan, el marido de mi prima Carol.

- No te pases de listo chaval, que todavía atino a darte una colleja – le respondo – solo venía a avisarte que me voy a dormir – le digo a Peter.

- Está bien, vamos – dice él dejando el taco en su sitio.

- Me voy yo, si quieres seguir jugando no tienes por qué venirte Pitt – le digo al ver lo que hace.

- No, estoy casando La. Me voy a dormir también.

- Está bien, iros. Pero cerrar bien la puerta para que no se os escuche. – dice mi primo y me quedo sin entender

- ¿Qué no se nos escuche? – pregunto sin entender, pero todos se empiezan a reír y caigo a lo que se refiere - ¡David! – le grito.

- Mejor vámonos mi amor – me dice Peter, y yo me doy cuenta que es la primera vez que me llama así, y al ver mi mirada él también. Me guiña un ojo, me da un beso en la comisura de los labios y me pone la mano en la parte baja de la espalda – hasta mañana.

- Hasta mañana – responden ellos.

Yo saludo con la mano y salimos de allí. Me quita la mano de la espalda, y agarrados de la mano llegamos a “nuestra casa”.

- ¿Serás capaz de cambiarte sola? – me pregunta.

- Qué simpático. Que tampoco estoy tan borracha, joder – me quejo.

- Espero que no tanto como para quedarte dormida como la primera vez que nos quedamos solos – me hace recordar.

Prefiero no contestar porque me muero de vergüenza; me voy al cuarto y me quito la ropa, y me pongo el pijama.

- ¿Se puede? – pregunta desde el otro lado de la puerta.

- Sí – respondo y entra.

- Me cambio en el baño – dice buscando su pijama.

Se mete en el cuarto de baño y cuando sale, está ya con el pijama. Aunque estamos en Irlanda, hemos tenido suerte de tener un fin de semana con buen tiempo y temperaturas propias del verano. Por eso Peter solo lleva puesto el pantalón del pijama.

- Pensaba que estarías dormida ya – bromea.

- No hace gracia – me quejo de la misma bromita de siempre – cierto que como dice el refrán: cría fama, y échate a dormir – y al terminar de decirlo, me doy cuenta que no era el más adecuado para mí y los dos empezamos a reírnos. - ¿Lo has pasado bien hoy? – le pregunto cuando se está acostando.

- Sí. Pero lo importante no es como me he sentido yo, sino como te has sentido tú. – me dice él apoyando su espalda en el cabecero de la cama y mirándome a los ojos.

- Bien – respondo con una sonrisa – la verdad que no me esperaba nada de lo de mi prima, y mucho menos la reacción de mi tía. A eso sumándole que a toda mi familia le has caído bien.

- Creo de verdad que son geniales todos. Y tu madre… no es tan fiera como la pintas.

- No la has visto en su pleno apogeo – me acerco un poco a él y le cojo las manos – muchas gracias por lo que estás haciendo Peter. Todo esto sería muy diferente.

- No me tienes que agradecer nada Lali, lo hago encantado. Me gusta ayudar a quien puedo hacerlo,  y más si esa persona a la que ayudo es especial para mí.

- ¿Especial? Tampoco para tanto.

- Sí, especial. Eres alguien increíble y me alegro mucho de que Nacho nos presentara y podamos ser amigos.

Cada palabra me derrite más, y me voy acercando más a él.

- ¿Solo amigos? – pregunto con tono sugerente.