Capítulo 82

Buenas chicas!!!! En España son casi la una de la madrugada pero es que me costó escribir el cap, porque no me terminaba de gustar como quedaba además volví algo agotada del curro jajaja.

Espero que hayáis pasado un buen domingo, y a las que aun os quede domingo, disfrútenlo y ojalá que septiembre venga con todo =) GRACIAS por estar siempre, me gusta leer comentarios de gente que leía y ahora se está animando a comentar, así como leer a esas personas que siempre es´ta comentando capítulo tras capítulo =) Y creo que hace pocos días se añadió una nueva lectora.

GRACIAS de <3 por estar siempre leyendo y comentando ya sea por aquí o por twitter =) BESOSSS!!! <3 Hasta mañana <3 Que tengáis buen comienzo de semana y suerte para quien están de exámenes - o por hacerlos mi #cuchumedioandaluza- <3.

TWITTER @Inma_06

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Capítulo 82

Dos días después a Lali le volvió la fiebre y por tanto no se pudo negar ir al médico, porque Peter le repitió miles de veces que si tenía fiebre es porque quizás tuviera infección en la garganta y eso solo se le podía curar con antibióticos. Por eso, después de comer con Cande y Alma –ya que Peter estaba trabajando en el turno de tarde- se vistió y cuando Daniela llegó a casa de su hermana para cuidar de su ahijada junto con su amiga Mimi, Cande y Lali se fueron para el médico.

- Buenos días Clara – saludó a su doctora de toda la vida.

- Hola Lali – respondió la doctora – siéntense por favor.

- Gracias.

- Mala carita que traes eh – acotó la doctora.

- Es que hace dos días me levanté mal, y tuve fiebre, pero me tomé un antitérmico y se me quitó. Ese mismo día, ayer me dolió la garganta, pero ayer no tuve fiebre. Pero hoy el dolor no lo aguanto más y me volvió a subir la fiebre. Esta mañana tenía 39, y Peter me obligó a que sacara turno.

- Hizo muy bien. Es lo que tiene tener un médico en casa, que a veces somos pesados pero lo somos cuando realmente es necesario. Sentate en la camilla ye te voy a explorar.

- También me dan dolores abdominales, pero sobre todo por las noches.

- ¿Hace cuánto estás con los dolores abdominales? – preguntó Clara.

- Hace una semana más o menos.

- ¿Puede ser algo malo? – preguntó Candela.

- No creo, tranquila Cande – es que no era la primera vez que las dos amigas iban juntas a la consulta, de ahí el conocimiento y confianza entre la amiga y la doctora de la paciente – La garganta la tenes inflamada y roja, pero además tenés un poco de placas, no mucho per sí. ¿Los oídos o acá – le tocó el ceño a Lali – te duele o te molesta?

- No, en realidad a veces me siento los oídos algo cargados.

- Dejame ver – y cogió el instrumento necesario para revisar ambos oídos de Lali – no tenes nada, pero es de la misma mucosidad de la garganta.

- ¿Y los dolores abdominales? – preguntó Lali.

- Túmbate – le pidió Clara y comenzó a presionar con sus dos manos distintos lugares de la barriga de Lali.

- ¿Qué es esa cara? ¿Pasa algo?

- Pasar pasa, pero no es nada malo, al menos no tiene por qué serlo. Ya te podés incorporar Lali.

- ¿Qué pasa Clara? – preguntó Lali sentándose en la camilla y bajándose la camiseta.

- ¿Cuándo tuviste la última regla?

- ¿Perdón? – preguntó Lali sin responder.

- Como te dije pasa algo, pero en un principio no es malo. ¿No sabes que estás embarazada no?

- ¿Embarazada? – preguntó Candela atónita al tiempo que se levantaba de la silla.

- ¿Em… ba…? – Lali intentó repetirlo pero no pudo.

- Para mí no hay dudas, igualmente te vamos hacer un test para asegurarnos, la analítica tardaría demasiado. ¿Es posible que estés embarazada? Solo hay que hacer cálculos y saber cuándo tuviste la última regla.

- El mes pasado no la tuve, pero no le eché mucha cuenta porque me ha pasado más de una vez, no soy muy puntual. Y este mes aun no me vino.

- Estamos a 27 de marzo Lali, ¿no te diste cuenta que tenías un atraso?

- Dos – corrigió Clara – ahora vengo, voy a la farmacia de acá de la clínica para conseguir un test chicas – dijo saliendo de la consulta.

- Amiga, estás embarazada – la abrazó Cande – otro bebé.

- Otro bebé, otro hijo – dijo Lali emocionada.

- Posta córtenla nenas, dejen algo para las demás che! – agregó Candela para que Lali riera y pudiera salir del shock de la noticia.

- Acá está – Calara entró en su consulta – tomá Lali, en frente de acá está el baño. Si querés puedo ir yo, puede ir Candela…

- No, voy sola – respondió.

Lali salió de la consulta para cruzar la sala en cinco pasos y entrar en el baño de mujeres. Entró en uno de los cubículos y se hizo el test. Agarró el palito y volvió a salir del baño para dirigirse de nuevo a la consulta.

- ¿Y? – preguntó Candela.

- Aun no salió nada – respondió Lali y lo sostuvo en la mano.

- Pasaron dos minutos solo, esperemos un par más – dijo Clara – lo más seguro es que de positivo Lali, porque al explorarte pude notar tu abdomen algo extraño interiormente.

- ¿Qué dice las instrucciones?

- Dos rayitas no, una que sí –leyó Clara el prospecto- ¿Y?

- Parece ser que Alma en unos meses tendrá un hermanito – respondió Lali después de mirar el test y casi como un acto reflejo se tocó su vientre plano.

- Felicidades Amiga – la abrazó Candela emocionada y a Lali se le saltaron las lágrimas.

- Felicidades Lali – añadió Clara – OK, sabiendo esto no te puedo mandar cualquier medicamente, porque algunos hacen daño al bebé. Las placas de la garganta hay que eliminarlas y te voy a recetar amoxicilina, una cada ocho horas durante una semana. Con eso la infección disminuirá y no debe de darte más fiebre. Si la fiebre vuelve un antitérmico no le hará daño a tu feto, pero intentá antes bajar la fiebre con paños de agua fría ¿sí?

- Muchas gracias Clara – dijo Lali despidiéndose de ella.

- Acordate de sacar turno con tu ginecólogo – recordó la docotra y Lali asintió – felicidades y suerte Lali. En una semana, cuando hayas acabado el tratamiento, te pasas de nuevo por acá para revisarte y asegurarnos que estás bien del todo.

Las chicas se despidieron y salieron y partieron para casa de Lali.

- Can, no digas nada porfa. Esta vez quiero que Peter lo sepa antes nadie, pero no porque se lo diga un doctor, sino porque yo se lo diga – le pidió Lali a Cande.

- No diga nada a nadie, tranquila.

Lali aparcó el coche en el garaje, y ambas entraron por la puerta que comunicaba con la casa.

- Hola Dani – saludó Lali a su hermana que estaba en el salón – hola Mimi.

- Hola Lali – respondió la amiga de su hermana.

- Vení con mami mi amor – se sentó en la alfombra y Alma gateó hasta alcanzarla – hola preciosa – y la besuqueó por ambos mofletes - ¿Cómo se portó?

- Bien hermanita, si es un angelito.

- Sí, ya veremos cuando el angelito comience a andar y hablar – respondió Lali  rieron.

- Pues ve acostumbrándote que esto solo ha hecho empezar – añadió Candela y Lali la miró para que se callara sin que su hermana y la amiga de su hermana se percataran de todo.

- Mimi fue a comprar antes, unos dulces a la pastelería que está acá a la vuelta ¿Merendamos? – propuso Daniela.

Mientras Lali le daba de merendar a su hija y merendaba ella junto a su hermana y las amigas de ambas, charlaron de todo, sobre todo del próximo examen de nivel que tenían tanto Dani como Mimi para subir de curso en el conservatorio en el que llevaban estudiando un par de años, además de la academia de baile, la cual llevaba y en la que se conocieron hace trece años. Cuando la noche comenzó a caer, Vico pasó a recoger a Candela porque ella no había llevado coche, y de paso acercaron a Daniela y a Mimi a sus respectivas casas.

Lali bañó a Alma y después le dio de cenar. Cuando ya había terminado con su hija, la colocó en su cuco para llevársela con ella a su baño, y así tenerla a su lado mientras ella se daba un baño. Intentó aguantarla despierta, pero no lo logró, estaba muy cansada. Por eso, cuando se había dormido jugueteando con un gusano de peluche –regalo de Tía Rochi- la metió en su cuna y la arropó dejando un beso en su frente. Salió del cuarto de la pequeña para entrar en el suyo y vestirse, con algo lindo pero sencillo y un maquillaje natural: había encargado la cena a un italiano y pretendía preparar un velada romántica para ella y para Peter.

- Llegué – se escuchó la voz de Peter y ella salió del salón al pasillo.

- Hola gordito – lo saludó con un beso en los labios.

- Hola mi amor – y él la volvió a besar - ¿Por qué está todo a oscuras? ¿Y Alma?

- Está todo a oscuras, porque mirá – lo agarró de la mano cuando Peter había soltado sus pertenencias en el recibidor de la casa y lo llevó al salón – tenemos cenita solos vos y yo.

- Sos la mejor te juro – se besaron – venía recansado, y solo quería estar con vos y con Alma, pero viendo esto, se me quitó el cansancio.

- ¿Pasó algo en el hospital?

- Nuevos pacientes con historiales algo complejos, y demasiados pequeños algunos para pasar por algo así. Pero ya dijimos que el trabajo se queda en el trabajo, que esta casa es sagrada – recordó Peter una de las tantas charlas que tuvieron después de lo que pasó con Héctor y Lali - ¿Mi princesa?

- Cierto, el trabajo en el trabajo. Y tu princesa estaba hoy agotada. Estuvo con vos jugando por la mañana antes de que te fueras, después llegó Candela e igual. Y cuando volví del médico, Dani me dijo que no había querido dormir siesta, que estuvo gateando y jugando por el jardín un ratito aprovechando los rayos de sol y después acá con los peluches que trajo el otro día tu hermana – contó Lali.

- Ok, ¿Qué te dijo Clara?

- Varias cosas. Me dijo que tengo placas en la garganta y me mandó un tratamiento de amoxicilina cada ocho horas durante una semana. Que la fiebre se debe a la infección – Peter no pudo evitarlo y la miró con cara de “te lo dije” – sí ya sé que me avisaste, pero bueno ella lo confirmó. Que con el tratamiento no me debe dar más fiebre porque la infección irá cesando, pero si me vuelve a dar, me dijo que me puedo tomar el antitérmico que me estaba tomando.

- Ok, mañana si queres me paso por la farmacia y te lo traigo, vos no deberías salir y tomar mucho frío, o te quedas sin concierto.

- Ni loca me quedo sin concierto – respondió Lali rápidamente – te prometo que me voy a cuidar.

- Por cierto, ¿Cande sabrá que lo cambiaron del Rex al Luna verdad? – preguntó Peter mientras ambos ya comían.

- Obvio que sí, ella lo sabe todo de Pablo Alborán, puede escribir un libro contando su vida – bromeó Lali y los dos rieron.

- No puedo más – dijo Peter echándose hacia atrás en el sofá mientras Lali terminaba de comer sentada en el suelo, y apoyada en la mesa pequeña del salón – estoy lleno, estaba todo muy rico.

- Lo pedí porque sabía que te iba a gustar – agregó ella – Pitt te tengo que contar algo más.

- ¿Lo qué? – preguntó el interesado, girándose hacia Lali quien se había sentado junto a él, y para verla mejor apoyó su cabeza en su brazo el cual descansaba en el respaldo del sofá.

- Creo que por primera vez en nuestra relación algo va a suceder de una manera “normal”.

- ¿Eh? Lali no estoy para adivinanzas, amor.

- Estás muerto del cansancio – dijo ella acariciándole la mejilla que no tenía cubierta por su mano y él cerró los ojos mostrando relajación y seguridad cona aquel gesto. Cortó la caricia para agarrar la mano que no tenía apoyada en el sofá y la llevó a su panza plana – me parece que nuestra fantasía de la playa surtió efecto.

- ¿Posta? – preguntó él incorporándose rápidamente en el sofá, los ojos los había abierto desde que Lali le había puesto la mano de él sobre la barriga de ella.

- Por supuesto que es posta Pitt – respondió ella sonriendo porque sabía por qué reaccionaba así.

- Vamos a ser papás de vuelta – exclamó feliz – felicidades mi amor – la abrazó.

- Felicidades a vos también, papi – y ella lo apretó contra su cuerpo.

- ¿Pero cómo lo supiste? ¿Te hiciste el test? ¿De cuánto estás? – y las preguntas por parte del padre preocupado y ansioso por saber comenzaron a llover.

- Lo supo porque Clara me reconoció. Le dije que hacía unos días tenía pequeños dolores abdominales. Ahí me palpó la panza y me dijo que íbamos a ser papás. Me hice el test para asegurarnos. Y no, no sé exactamente de cuanto estoy, pero el mes pasado no me vino la regla y haciendo cuentas me sale que fue cuando la vez de la playa en vacaciones.

- ¿Pediste ya cita para el ginecólogo? – preguntó Peter.

- No, porque si hablaba con Federico te ibas a enterar, el hospital es un hervidero de cotillas – bromeó Lali – pero mañana llamo para que me den cita.

- ¿Alma sabe?

- Y te puede parecer una tontería, pero yo se lo estuve contando. Que va a ser la hermana mayor dentro de unos meses porque en mi panza estaba creciendo un hermanito. Pero, no sé si me entendió mucho – y Peter rio cuando Lali contó eso.

- Seguro que sí. No sabes lo feliz que me haces, La – y volvió a besarla.

- Sí lo sé… vos me haces igual de feliz a mí, Pitt.

- Te amo – y después de besarla, la tomó en sus brazos y subieron las escaleras para llegar hasta la cama del dormitorio principal y una vez más amarse en cuerpo y alma.