Capítulo 39

MIL PERDONES!!!!! De verdad lo siento mucho por no subir en 11 días, pero me quedan tres semanas de exámenes y terminar trabajos para la facultad y no puedo subiros capítulos porque no los tengo escritos, y ahora mismo no tengo tiempo para escribirlos. Os dejo este cap, que es más largo que los demás para recompensaros por el tiempo que llevo sin subir.... por cierto el tema Carlos y Majo, o yo soy muy obvia, o vosotras muy intuitivas o las dos cosas jajajaja  

En este descansito de estudiar, lo dedico a subir el cap y agradeceros por estar, leer y firmar ¡¡¡siempre!!! Bienvenida a la nueva lectora =) que disfrutéis mucho! millones de gracias y miles de besos... espero poder subiros muy pronto, cuando termine los exámenes me pongo a escribir para poder subiros un capítulo diario =) MUACKS! <3

PD: Perdón por no poder avisar por twitter =S

TWITTER: @Inma_06

________________________________________________________________

Capítulo 39

- Hola bombón de la madrina – tomó Lali a Santino en brazos y comenzó a darle besos.

- Si, vos saluda a tu sobrino los demás de adorno estamos – se quejó Ana cerrando la puerta de casa de su madre.

- ¿Qué estas celosa hermanita? – bromeó Lali y le dijo un par de besos a Ana, sin soltar a Santino.

Unas semanas de vida tenía el nuevo miembro de la familia, y como Ana estaba de baja maternal, decidió irse a comer a casa de su madre con sus hermanas y ella para pasar el día allí. Ana llegó justo para comer.

- ¿Cómo pasó la noche? – preguntó Majo.

- Hoy ya la pasó más tranquilo, con el medicamento que me mandó la pediatra me dijo que se le pasará en unos tres días – explicó Ana.

- ¿Pero llora mucho? – esta vez fue Daniela la que preguntó.

- No llora mucho, pero cuando llora lo hace a un volumen increíble… pero aunque no llora mucho, sí pasa bastante tiempo despierto – respondió la mamá del bebé.

- Pobrecito él, tiene que estar incomodísimo con los gases. Ayer lo tenía en brazos y se encogía de vez en cuando… me daba penita verlo – dijo Lali con ternura.

- Vas a ser una madre muy consentidora Mariana – se quejó Ana bromeando.

- ¿Qué decís nena? – insinuó Lali un que hambre.

Terminaron de comer y recogieron la mesa, Lali agarró en brazos a Santino cuando se puso a llorar y Ana  hablaba por teléfono con Christian.

- ¿Así estás mejor? – le “preguntó” poniéndolo boca abajo, con la panza en su antebrazo y el nene dejó de llorar – Así te gusta eh – sonrió ella.

Ana dejó de hablar por teléfono y ayudó a Dani y Majo a recoger todo mientras Lali seguía con Santino en brazos.

- ¿Me lo pasas La? – le pidió Ana cuando se acomodó en el sofá – le toca comer.

Lali se lo dio y fue en busca de una tarrina de helado de chocolate y almendras, se sentó en el suelo del salón junto con Daniela y ambas se pusieron a comerse el postre, mientras veían como su sobrino comía plácidamente.

- Yo atiendo – dijo Daniela levantándose y cogiendo el teléfono – Buenas buenas, ¿quién es? – preguntó al no reconocer el número en la pantalla del teléfono inalámbrico – Ah sos vos, sí espera que te la paso – se acercó a su madre – Es para vos mami, es Carlos – dijo sonriendo y Majo se sonrojó.

- No lo digas con ese tonito Daniela – le quitó el teléfono de la mano y se fue a la cocina a hablar.

- Me muero de amor – dijo Ana.

- Sí, se puso roja ¿vieron? – agregó Daniela divertida.

- Es joven mamá chicas, para mí todo bien si encuentra a un tipo que la ame y la cuide… ya va siendo hora de que sea completamente feliz – intervino Lali, sin soltar el helado.

- Tenes toda la razón hermanita – confirmó Ana y pasó su mirada de la puerta de la cocina a Lali - ¿Te dio por el chocolate o por el helado a vos?

- Por el chocolate en todas sus formas y sabores – bromeó Lali – te juro, me da igual si es un bombón, una chocolatina, una tableta, helado… me entran unas ansias – intentó explicarse.

- A mí me dio por los frutos secos – dijo Ana riendo – Chris me decía que era un antojo muy raro, pero aun así siempre teníamos en casa por si me daban los ataques de antojo – y a la risas de Ana se unieron Dani y Lali.

Estuvieron charlando un poco más mientras Ana le terminó de dar de comer a Santino y después hizo que expulsara los gases. Para cuando lo estaba poniendo en el coche para dormirlo, Majo salió de la cocina.

- ¿Y? – le preguntó Ana a su madre.

- Y nada – contestó Majo colocando el teléfono en la base y haciéndose la desentendida.

- Dale maaaa – se quejó Daniela y fue a sentarse junto a ella - ¿qué quería Carlos? – preguntó canturreando.

- Son unas chismosas – las acusó su madre.

- Chismosas, metiches, cotillas… llámanos como quieras, pero cuenta que hablaron los dos tanto tiempo – fue el turno de Lali de pedir a su madre explicaciones.

- Está bien – Majo cogió aire y valor – me pidió de quedar esta noche para cenar – dijo rápidamente.

- AAAAHHH!!! – comenzó a dar saltitos Daniela mientras sus hermanas reían por su espontaneidad – que bueno mami – y la abrazo.

- Si mamá, que buena idea. Es genial que salgas con amigas y amigos, y ya si es Carlos mucho mejor – dijo Ana.

- ¿Qué pasa con que sea Carlos? – preguntó Majo desinteresada.

- Dale mamá que nos conocemos de toda la vida… se nota que te gusta, y eso es lindo. Además yo veo mucha onda entre los dos – aclaró Lali.

- Están locas las tres… ¿Qué onda? Nada que ver, es un amigo.

- Sí, y yo me quedé embarazada del aire – ironizó Lali – por favor mamá.

- ¿Qué pasa mami? ¿Estás nerviosa?

- Sí estoy nerviosa… hace años que no tengo una cita chicas – respondió Majo tapándose la cara – Me falta entrenamiento: no sé qué ponerme, de que vamos hablar…

- Pero para eso están las grosas que tenes por hijas – dijo Lali.

- Obvio hermanita – asintió Daniela – mira, ahora vos te vas a relajar, nos vamos a poner a ver una peli, y en un rato te vas a dar un baño relajante mientras nosotras nos encargamos de elegirte el modelito.

- Y por el tema del que van hablar… mamá, lo de las citas es como lo de montar en bicicleta, nunca se olvida – la animó Ana.

- No sé chicas – dudó ella y sus tres hijas la echaron una mirada “riñéndole” – está bien, vamos hacer lo que dicen.

Y como Dani había armado su plan, las cuatro vieron una película mientras Santino dormía plácidamente en su coche. Sobre las 6, después de una pequeña merienda, Majo se fue a bañar y mientras Lali, Dani y Ana elegían modelito.

Unos tres cuartos de horas después, Majo salió e hicieron una representación de Pretty Woman, esa parte donde Julia Roberts va de compras y se prueba mil y un conjuntos.

- Hermosa mamá – exclamó Dani – para mí debe quedarse con este – miró a sus hermanas.

- Sí yo opino igual – dijo Ana y Lali asintió.

El conjunto consistía en vestido y zapatos negros y un bolso rojo, con chal para cubrirse de las noches refrescantes de febrero.

- Ok, entonces ahora te sentás acá – y Lali llevó a su madre frente a su tocador – Daniela te peina y yo te maquillo.

- Pero no mucho maquillaje Lali por favor – pidió Majo y ella asintió.

La hija pequeña la peinaba rizándole los pelos mientras la mediana la maquillaba de forma suave, resaltando sus ojos y labios. Un rato después, cuando estaban terminando de preparar a su madre sonó el timbre y Ana fue a abrir.

- Buenas noches Carlos – lo saludó Ana con un par de besos – Pasa, mi mamá está terminando de alistarse.

- Hola Ana – entró Carlos - ¿Y el más pequeño de la familia? – preguntó acercándose al coche de Santino que estaba en el salón.

- Muy tranquilo está, lleva una media hora o poco más durmiendo – le dijo Ana.

- Es hermoso Any – admirando a Santino.

- Sí, lo amo… es mi hijo supongo que es normal – respondió riendo.

- Buenas noches – salieron Lali y Daniela del cuarto de su madre.

- Hola preciosa – saludó Carlos a Lali – buenas noches princesita – y después a Dani.

- Ahora sale mi mamá – le contestó Dani.

- Perfecto – respondió él.

- ¿Dónde van a cenar? – preguntó Ana.

- A un restó italiano, espero que le guste a tú mamá – le explicó sonriendo.

- ¿Sólo van a cenar? – insistió Daniela y Lali le dio un codazo, amaba a su hermana pero era algo indiscreta – Auch – se quejó - ¿Qué tiene? Quiero saber simplemente.

- Supongo que después de cenar, daremos un paseo… hace una noche hermosa. Prometo traerla a casa sana y salva – levantó Carlos la mano para materializar su promesa.

- Confiamos en que así va a ser… sino no la dejaríamos salir con vos – bromeó Lali.

- Perdón por el interrogatorio que recién te hicimos, pero sabes que la historia de mi madre no fue fácil y queremos cuidarla – se justificó Ana por ella y sus hermanas.

- Chicas, les juro que yo quiero lo mismo. Quiero cuidar a Majo, de verdad que no tengo la más mínima intención de hacerle daño.

- Ya estoy lista – dijo Majo apareciendo en el salón.

- WOW Estás hermosa – se levantó rápidamente Carlos para saludarla y halagarla.

- Gracias – respondió Majo - ¿Vamos?

- Sí. Voy a cumplir con todo lo que les dije, la devuelvo a su casa sana y salva – volvió a repetirle a las chicas.

- Segurísimo que sí – respondió Ana – chau má, chau Carlos – y repartió besos.

- Mamá, Daniela se viene a dormir a casa con Peter y conmigo – dijo Lali y le dedicó una sonrisa pícara a ambos – que la pasen bien.

- Chau mami, divertite – se despidió Daniela.

Majo y Carlos se fueron, las hijas Espósito recogieron la casa y después Lali ayudó a Ana a colocar a Santi en el coche, para después subirse al suyo junto con Daniela para su casa, hacía dos semanas que vivía con Peter.

- Amor llegué! – avisó Lali abriendo.

- Hola hermosa – respondió él asomándose por la cocina – mejor dicho hermosas – sonrió al ver también a su cuñada.

- Tenemos visita gordo.

- Ya veo.

- Hola cuñadito hermoso – saludó Dani dándole un beso y sentándose en el taburete de la cocina – ¿qué vamos a cenar?

- ¿Qué le parece a la señorita tortilla española y este picadito que estoy preparando?

- Me parece que me está entrando hambre con solo oírlo – respondió ella abriendo los ojos – me voy a bañar.

- En el cuarto de invitados dejé tu bolso con ropa, ya sabes dónde está todo en el baño… igual, si necesitas algo, avísame – le pidió Lali – y no vayas a ce…

- A cerrar el pestillo del baño, por si me resbalo… ya sé Lali – continuó Daniela riendo – En un ratito vuelvo – y desapareció por el pasillo hacia el baño.

Lali entró a la cocina y se sentó de un salto en la encimera, al lado de dónde estaba Peter.

- Perdón por presentarme así con Dani pero mi mamá salió y no me gusta dejarla sola, lo sabes – se disculpó Lali.

- Primero, no des esos saltitos te recuerdo que estás embarazada – y Lali no puedo evitar poner los ojos en blanco – y segundo, no me tenes que pedir perdón mi amor, ésta es tu casa también – le contestó con una sonrisa.

- Te amo – le dijo ella. Él dejó el cuchillo con el que cortaba el queso, separó las piernas de Lali y se colocó frente a ella.

- Yo te amo a vos – le respondió y otro besó más le dio – y a este hermoso bebé lo amo más todavía – continuó acariciando la panza plana aun de Lali para después volver a besarla - ¿Cómo es eso de que mi querida suegra salió?

- Cuando te lo cuente – sonrió Lali, Peter continuó preparando la picada, mientras las papas se hacían – Mi vieja salió con Carlos – soltó Lali de sopetón robando un poco de lo que Peter cortaba.

- ¿Posta? – preguntó sin poderlo creer.

- Sí

- ¿Y cómo lo tomaron ustedes? – le preguntó Peter.

- Bien, cómo lo vamos a tomar… me parece que Carlos es un tipazo, un hombre de los pies a la cabeza ¿Me ayuda a bajar señorito? – le preguntó Lali ironizando por el regaño anterior de Peter.

- Con mucho gusto – aceptó Peter - ¿Podes mirar las papas?

- Sí – Lali fue a mirarlas y después de moverlas un poco las sacó – cómo te decía, estamos chochas amor. Hacía muchísimo tiempo que no veía a mi mamá así de feliz.

- ¿Nunca estuvo con otros hombres que no fuera tú papá? – preguntó Peter mezclando las patatas con el huevo.

- No que yo sepa – respondió Lali y buscó algo para tomar – Estamos felices de verla así.

- Me imagino… Majo se merece ser feliz – respondió Peter mientras vertía las patatas ya empapadas en el huevo, en la sartén.

- Sí va siendo hora – contestó Lali con nostalgia y un deje de tristeza.

- ¿Cómo está Santino? – preguntó Peter al notar el cambio de humor de su novia, mientras la abrazaba por detrás.

- HERMOSO – respondió alegremente – no sabes lo lindo que está te juro.

- ¿Por qué no llamas a Any y le decis que mañana se venga a comer con nosotros a casa de mis papás? – le propuso Peter.

- Primero avisa a tu madre Peter – le contestó Lali – no me parece bien que la invitemos sin que ella lo sepa.

- Dale Lali, sabes que mi mamá ama al bebé, no va a tener problema – argumentó Peter.

- Está bien, la llamo y ahora preparo la mesa – le dijo, girándose para besar sus labios y salir a llamar a su hermana.

Quedó con Ana en que a las dos de la tarde tenían que estar en casa de los suegros de Lali para comer. Después de preguntarle por Santino, colgó y preparó la mesa. Cuando estaba terminando de ponerla, Daniela salió del baño, duchada y con pijama.

- Voy a ponerme el pijama y vuelvo – dijo Lali a Daniela.

 Cuando se había cambiado, volvió al comedor y cenaron entre risas y elogios al cocinero por su buen trabajo. Después recogieron entre los tres, vieron un poco la TV y más tarde se fueron a dormir.

- Que descanses hermosa – le dijo Peter atrayendo a Lali entre sus brazos y dando un beso en su cabeza.

- Vos también mi amor – respondió ella, acariciando el torso desnudo de su novio y poniendo una pierna en medio de las de él.