El primer capítulo del día, por eso subo hoy más temprano que otras veces. Sobre las 18hs (España) subiré el último capítulo y sobre las 20hs (España) subiré el epílogo para así despedir esta historia.
Espero que os guste el final al menos tanto como el resto de capítulos. Ojalá por ser los últimos os animéis a comentar aunque sea para dejarme vuestras opiniones sobre el final. BESAZO!
CAPÍTULO
72
- Necesitas venir a Irlanda
unos días, para que dejes ese vocabluario tan vulgar.
- Mi vocabulario vulgar me
permite decirte que eres un ¡maldito cabrón! ¿Por qué estás empeñado en
lastimarme? ¿Por qué?
- Tenía que vengarme de tu
madre porque por su culpa, mi madre tiene tal depresión que no quiere ni vivir.
Se ha intentando quitar la vida dos veces ya.
- ¿Y qué tengo que ver yo?
- Hacerte daño a ti era
hacerle daño a tu familia y por ende a tu madre. Era el plan perfecto. Aunque
estaba la posibilidad que quisieras volver conmigo y entonces podría hacer daño
a la familia desde dentro llevándoos a la ruina. Pero estoy seguro que ya no
hace falta, porque con el escándalo del divorcio ya tu madre tendrá suficiente
castigo: se va a quedar sin marido y sin hija.
- ¡CABRÓN! ¡ERES UN MALDITO
CABRÓN!
- ¡DEJA DE INSULTARME!
Siempre me gustaste y te quise mucho Marella, hasta que descubrí lo que la
zorra de tu madre estaba haciendo con el estúpido de mi padre… entonces decidí
hacerte daño para que tus decisiones te alejaran de tu madre y la brecha que se
creara entre vosotras fuera tan grande que vuestra relación fuera nula. Pero
verte en Irlanda en verano me volvió loco – dice agarrandome por los brazos y
acercando su cara a la mía – me volví loco de celos y quería hacerte mía una
vez más antes de seguir con mi plan.
- ¡SUÉLTAME! – grito
intentando evitar que me bese, me abrace, me roce.
- ¡LALI! – escucho el grito
de Yari y eso alerta a los demás.
Escucho los gritos de mis
amigos, al mismo tiempo que bajan. Pero sin embargo antes de que lleguen,
alguien arranca a Óscar de mi lado. Es Peter.
- ¡No vuelvas a tocar a mi
mujer, maldito hijo de puta! – dice Peter al mismo tiempo que los dos caen al
suelo y él empieza a golpear a Óscar, que se defienden y terminan los dos
revolcados en el suelo envueltos en una maraña de golpes y gritos.
- ¡Basta Peter! – es Dani
quien grita mientras intenta agarrarlo y separarlos con la ayuda de Sergio,
mientras mis amigas se dedican a abrazarme e intentar calmarme. – ¡Qué te estés
quito ya joder! – le grita y cuando consigue soltarlo, lo arrincona contra la
pared - ¡Ya vale, no le estás haciendo ningún favor a tu novia con todo este
numerito!
- Eres un don nadie Peter
Lanzani. Esta es mucha mujer para ti y se va a cansar, lo sé. – le dice Óscar
intentando zafar del agarre de Sergio.
- Cállate cabrón – le dice
Daniel dirigiéndose hacia él y le pega un puñetazo, mientras Charo y Yari
agarran a Peter para que no vuelva a pegarle. – Cállate y vete o si no te juro
que dejo que mi amigo te vuelva a pegar y yo mismo te sujeto para que te use como un puto
saco de boxeo.
Veo como Sergio saca a
empujones a Óscar de la academia, mientras Dani calma a Peter y le hace ver el
ataque de nervios que tengo. Lloro sin parar. Lloro por dolor, por angustia,
por nervios, por miedo… lloro desolada y nerviosa. Vuelvo a marearme y todo
vuelve a ser negro.
- Chispas por favor –
escucho la voz de Peter y comienzo a abrir los ojos – hola mi amor.
- Hola – digo y me toco la
cabeza porque sigo mareada.
- ¿Te duele? Te has mareado
abajo y te he subido a tu despacho. Pero no te has dado ningún porrazo. Pero si
te duele vamos al hospital.
- Estoy bien Peter – lo tranquilizo
e intento sentarme.
- Quieta ahí parada valiente
– escucho la voz de mi prima Carla – creo que deberías ir a un médico Lali,
acabo de hablar con tu padre y me ha dicho que en el hotel también te has
desmayado. Tómate esto poco a poco, que voy a tranquilizar a los alumnos que
están algo revoloteado.
- Gracias – digo sentándome
en el sofá y Peter sigue arrodillado en el suelo frente a mí.
- ¿Por qué no me has llamado
cuando has sabido lo de tu madre y lo de Óscar? – me pregunta Peter y no sé
cómo se ha enterado. Ve mi cara de confusión y continúa hablando. - Tu padre me ha llamado al ver que no le
cogías el móvil y me lo ha contado todo, así que he pedido que me cubrieran en
el trabajo cuando te he llamado y tampoco me contestabas. Pensaba que te podría
haber pasado algo con el coche, otra vez.
- Está en el parking del
hotel. No era capaz de conducir.
- Me alegro que no lo
hicieras – dice y me besa – me deberías haber llamado. Cuando no me cogías el
móvil, he llamado a todo el mundo hasta que Sergio me ha dicho que estabas aquí
y me he venido a verte. Y menos mal que he venido sino ese hijo de puta podría
haberte hecho daño Lali.
- No creo que tenga
capacidad de hacerme más daño del que ya me ha hecho Peter. Convenció a mi
madre para que lo ayudara a separarnos ¿sabes cómo duele que tu madre confabule
contra tu felicidad?
- Ella no cree que yo te
convenga Lali, para ella no soy tu felicidad.
- No la justifiques Peter,
porque no puedo perdonarle esto.
- Eso dices ahora…
- Ahora y siempre. Esto que
me ha hecho no voy a poder olvidarlo nunca. Quizás con el tiempo duela menos,
pero sé que siempre me va a doler haber recibido tanto daño por culpa de mi
madre. – digo y comienzo a llorar.
- Tranquila chispas, no te
pongas así o de los nervios puedes volver a desmayarte mi amor. Por favor,
respira tranquila.
- Quiero irme a casa, por
favor. No tengo ganas de dar explicaciones a todos de lo que ha pasado. Me da
hasta vergüenza que sepan cómo mi madre ha sido capaz de lastimarme.
- No pienses en eso – me
pide él. Me besa y se pone en pie – despacito, para que no vuelvas a marearte.
¿Estás mejor?
- Sí, aunque tengo un poco
de fatiga.
- Venga vamos a casa,
despacito, apóyate en mí – me pide agarrándome por los brazos y las manos.
- Eres mi mayor pilar – le
respondo y lo beso antes de salir, despedirme de todos e irnos para casa.
Me despierto y corro al
baño, vuelvo a vomitar. Los churros me han sentado con tres patadas en el
estómago y nunca mejor dicho.
- Lali, no puedes seguir
vomitando y no comer mi amor.
- No tengo hambre. Con el
agua no me deshidrato así que no te preocupes. Detesto vomitar de verdad, me
pone malísima.
- Gorda – dice Peter
sentándose en la cama junto a mí – los mareos y los vómitos… quizás estés
embarazada.
- Sería lo único bueno ahora
mismo – le respondo sin dudarlo – pero no tengo retraso ni nada Peter, seguro
ha sido el desayuno de esta mañana.
- Pero no te cuesta nada
hacerte una prueba y salimos de dudas. ¿Puedes quedarte sola cinco minutos que
vaya a la farmacia que está aquí al lado? O mejor le digo a Euge que venga.
- No. Ve tú y yo me quedo
aquí. No quiero que lo sepa nadie.
- ¿Por qué?
- Porque estoy casi segura
que no lo estoy y si Euge se entera, va a empezar con sus locuras.
- Pero es posible, recuerda
que hace un tiempo no nos cuidamos mi amor.
- Pero ya te digo que no
tengo retraso… creo – empiezo a dudar hasta yo.
- Voy y vengo volando. No te
muevas de la cama. – dice, me da un beso y salta de la cama.
Cuando escucho la puerta
cerrarse me llevo las manos de manera involuntaria a mi tripa. No sé si un hijo
ahora nos ayudaría mucho, pero sé que es lo que más deseo porque sería el fruto
de todo el amor que Peter y yo hemos conseguido consolidar. Inevitablemente
lloro emocionada imaginando cómo va a ser el día que esté embarazada y empiezo
a desear que todo sea verdad. Busco mi agenda y cómo yo creía no tengo retraso
alguno, así que mis ilusiones se van desvaneciendo.
- Ya estoy aquí cielo – me
dice – toma.
- Peter, mira mi agenda. Es
imposible cariño.
- Pero la posibilidad está
chispas. Imagínate, un hijo nuestro. Tuyo y mío. Con tu boca, pelo, mis ojos y
tu carácter…
- Me lo hago, para que te
quedes tranquilo, pero por favor no te hagas ilusiones.
- ¿Te acuerdas cuando
encontré el test de Euge y me dijiste que era tuyo? Me prometiste que lo
haríamos juntos, y quiero estar contigo en este momento cariño, salga lo que
salga, te quiero. Si sale positivo, pues nos vamos a tener que aligerar porque
sé que no te quieres casar toda barrigona. Y si es negativo, vamos a seguir
intentándolo, para seguir aumentando la familia.
Me ayuda a levantarme y me
acompaña al baño. Abro el test y sigo las instrucciones que pone en la caja.
Cuando termino, abro la puerta y esperamos en el sofá, agarrados de la mano.
Tres minutos después, Peter es quien se atreve a mirarlo.
- Acuérdate, dos rayitas es
positivo. Una, es negativo.
- Vale – dice y se echa
hacia adelante para agarrarlo - ¿Segura que han pasado los tres minutos? – me
pregunta desilusionado y yo asiento – es negativo cariño.
- Lo siento – le digo y lo
abrazo – sé las ganas que tenías.
- Ya vamos a tener tiempo.
Estoy convencido que nuestro niño va a venir en un momento donde su mami esté
muy fuerte para poder protegerlo aquí adentro – dice él poniendo sus manos en
mi vientre.
- Te amo Peter.
- Yo más – dice - ¿Estás más
tranquila?
- Sí, aunque todavía sigo
impactada por todo esto que ha pasado. No dejo de pensar en cómo mi madre ha
sido capaz de hacerlo Pitt, no me entra en la cabeza.
- No pienses más en eso
Lali, no te hace bien. Necesito que estés bien por favor. Antes ha llamado tu
padre, estaba preocupado por ti, quería verte pero le he dicho que estabas
descansando.
- Mi padre… ¿Cómo se ha
podido callar algo así después de saberlo?
- Solo quería evitarte el
sufrimiento Lali, no querías que lo supieras. Y me ha dicho que en caso de que
te enteraras él quería que fuera tu madre quien te lo dijera, que es para lo
que ella te ha citado. Te lo quería contar para pedirte perdón.
- Cuando rompes algo, a
veces por mucho pegamento que le pongas no se arregla. Pues en este caso es lo
mismo. Lo que ha hecho mi madre, para mí, no tiene perdón, así que no va a
poder arreglar nada.
- Lali cielo…
- Ni quiero seguir hablando
Peter, me voy a acostar otra vez. ¿Me acompañas?
- Al fin del mundo voy
contigo mi amor.
Me besa, me coge en brazos y
me lleva al dormitorio.
- ¿Quieres seguir intentando
que nuestra familia sea más grande? – le pregunto acurrucándome sobre él.
No lo duda, me besa y me
abraza. A diferencia de anoche, esta vez hacemos el amor mucho más pasional, no
solo me sirve para amarlo sino para desatar todo los sentimientos que me
reconcomen por dentro.
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