viernes, 4 de marzo de 2016

Capítulo 72 - ¡Ni que fuera verdad!

¡¡¡Buenas tardes!!!

El primer capítulo del día, por eso subo hoy más temprano que otras veces. Sobre las 18hs (España) subiré el último capítulo y sobre las 20hs (España) subiré el epílogo para así despedir esta historia.

Espero que os guste el final al menos tanto como el resto de capítulos. Ojalá por ser los últimos os animéis a comentar aunque sea para dejarme vuestras opiniones sobre el final. BESAZO!





CAPÍTULO 72

- Necesitas venir a Irlanda unos días, para que dejes ese vocabluario tan vulgar.

- Mi vocabulario vulgar me permite decirte que eres un ¡maldito cabrón! ¿Por qué estás empeñado en lastimarme? ¿Por qué?

- Tenía que vengarme de tu madre porque por su culpa, mi madre tiene tal depresión que no quiere ni vivir. Se ha intentando quitar la vida dos veces ya.

- ¿Y qué tengo que ver yo?

- Hacerte daño a ti era hacerle daño a tu familia y por ende a tu madre. Era el plan perfecto. Aunque estaba la posibilidad que quisieras volver conmigo y entonces podría hacer daño a la familia desde dentro llevándoos a la ruina. Pero estoy seguro que ya no hace falta, porque con el escándalo del divorcio ya tu madre tendrá suficiente castigo: se va a quedar sin marido y sin hija.

- ¡CABRÓN! ¡ERES UN MALDITO CABRÓN!

- ¡DEJA DE INSULTARME! Siempre me gustaste y te quise mucho Marella, hasta que descubrí lo que la zorra de tu madre estaba haciendo con el estúpido de mi padre… entonces decidí hacerte daño para que tus decisiones te alejaran de tu madre y la brecha que se creara entre vosotras fuera tan grande que vuestra relación fuera nula. Pero verte en Irlanda en verano me volvió loco – dice agarrandome por los brazos y acercando su cara a la mía – me volví loco de celos y quería hacerte mía una vez más antes de seguir con mi plan.

- ¡SUÉLTAME! – grito intentando evitar que me bese, me abrace, me roce.

- ¡LALI! – escucho el grito de Yari y eso alerta a los demás.

Escucho los gritos de mis amigos, al mismo tiempo que bajan. Pero sin embargo antes de que lleguen, alguien arranca a Óscar de mi lado. Es Peter.

- ¡No vuelvas a tocar a mi mujer, maldito hijo de puta! – dice Peter al mismo tiempo que los dos caen al suelo y él empieza a golpear a Óscar, que se defienden y terminan los dos revolcados en el suelo envueltos en una maraña de golpes y gritos.

- ¡Basta Peter! – es Dani quien grita mientras intenta agarrarlo y separarlos con la ayuda de Sergio, mientras mis amigas se dedican a abrazarme e intentar calmarme. – ¡Qué te estés quito ya joder! – le grita y cuando consigue soltarlo, lo arrincona contra la pared - ¡Ya vale, no le estás haciendo ningún favor a tu novia con todo este numerito!

- Eres un don nadie Peter Lanzani. Esta es mucha mujer para ti y se va a cansar, lo sé. – le dice Óscar intentando zafar del agarre de Sergio.

- Cállate cabrón – le dice Daniel dirigiéndose hacia él y le pega un puñetazo, mientras Charo y Yari agarran a Peter para que no vuelva a pegarle. – Cállate y vete o si no te juro que dejo que mi amigo te vuelva a pegar y yo mismo te sujeto para que te use como un puto saco de boxeo.

Veo como Sergio saca a empujones a Óscar de la academia, mientras Dani calma a Peter y le hace ver el ataque de nervios que tengo. Lloro sin parar. Lloro por dolor, por angustia, por nervios, por miedo… lloro desolada y nerviosa. Vuelvo a marearme y todo vuelve a ser negro.

- Chispas por favor – escucho la voz de Peter y comienzo a abrir los ojos – hola mi amor.

- Hola – digo y me toco la cabeza porque sigo mareada.

- ¿Te duele? Te has mareado abajo y te he subido a tu despacho. Pero no te has dado ningún porrazo. Pero si te duele vamos al hospital.

- Estoy bien Peter – lo tranquilizo e intento sentarme.

- Quieta ahí parada valiente – escucho la voz de mi prima Carla – creo que deberías ir a un médico Lali, acabo de hablar con tu padre y me ha dicho que en el hotel también te has desmayado. Tómate esto poco a poco, que voy a tranquilizar a los alumnos que están algo revoloteado.

- Gracias – digo sentándome en el sofá y Peter sigue arrodillado en el suelo frente a mí.

- ¿Por qué no me has llamado cuando has sabido lo de tu madre y lo de Óscar? – me pregunta Peter y no sé cómo se ha enterado. Ve mi cara de confusión y continúa hablando. -  Tu padre me ha llamado al ver que no le cogías el móvil y me lo ha contado todo, así que he pedido que me cubrieran en el trabajo cuando te he llamado y tampoco me contestabas. Pensaba que te podría haber pasado algo con el coche, otra vez.

- Está en el parking del hotel. No era capaz de conducir.

- Me alegro que no lo hicieras – dice y me besa – me deberías haber llamado. Cuando no me cogías el móvil, he llamado a todo el mundo hasta que Sergio me ha dicho que estabas aquí y me he venido a verte. Y menos mal que he venido sino ese hijo de puta podría haberte hecho daño Lali.

- No creo que tenga capacidad de hacerme más daño del que ya me ha hecho Peter. Convenció a mi madre para que lo ayudara a separarnos ¿sabes cómo duele que tu madre confabule contra tu felicidad?

- Ella no cree que yo te convenga Lali, para ella no soy tu felicidad.

- No la justifiques Peter, porque no puedo perdonarle esto.

- Eso dices ahora…

- Ahora y siempre. Esto que me ha hecho no voy a poder olvidarlo nunca. Quizás con el tiempo duela menos, pero sé que siempre me va a doler haber recibido tanto daño por culpa de mi madre.  – digo y comienzo a llorar.

- Tranquila chispas, no te pongas así o de los nervios puedes volver a desmayarte mi amor. Por favor, respira tranquila.

- Quiero irme a casa, por favor. No tengo ganas de dar explicaciones a todos de lo que ha pasado. Me da hasta vergüenza que sepan cómo mi madre ha sido capaz de lastimarme.

- No pienses en eso – me pide él. Me besa y se pone en pie – despacito, para que no vuelvas a marearte. ¿Estás mejor?

- Sí, aunque tengo un poco de fatiga.

- Venga vamos a casa, despacito, apóyate en mí – me pide agarrándome por los brazos y las manos.

- Eres mi mayor pilar – le respondo y lo beso antes de salir, despedirme de todos e irnos para casa.

Me despierto y corro al baño, vuelvo a vomitar. Los churros me han sentado con tres patadas en el estómago y nunca mejor dicho.

- Lali, no puedes seguir vomitando y no comer mi amor.

- No tengo hambre. Con el agua no me deshidrato así que no te preocupes. Detesto vomitar de verdad, me pone malísima.

- Gorda – dice Peter sentándose en la cama junto a mí – los mareos y los vómitos… quizás estés embarazada.

- Sería lo único bueno ahora mismo – le respondo sin dudarlo – pero no tengo retraso ni nada Peter, seguro ha sido el desayuno de esta mañana.

- Pero no te cuesta nada hacerte una prueba y salimos de dudas. ¿Puedes quedarte sola cinco minutos que vaya a la farmacia que está aquí al lado? O mejor le digo a Euge que venga.

- No. Ve tú y yo me quedo aquí. No quiero que lo sepa nadie.

- ¿Por qué?

- Porque estoy casi segura que no lo estoy y si Euge se entera, va a empezar con sus locuras.

- Pero es posible, recuerda que hace un tiempo no nos cuidamos mi amor.

- Pero ya te digo que no tengo retraso… creo – empiezo a dudar hasta yo.

- Voy y vengo volando. No te muevas de la cama. – dice, me da un beso y salta de la cama.
Cuando escucho la puerta cerrarse me llevo las manos de manera involuntaria a mi tripa. No sé si un hijo ahora nos ayudaría mucho, pero sé que es lo que más deseo porque sería el fruto de todo el amor que Peter y yo hemos conseguido consolidar. Inevitablemente lloro emocionada imaginando cómo va a ser el día que esté embarazada y empiezo a desear que todo sea verdad. Busco mi agenda y cómo yo creía no tengo retraso alguno, así que mis ilusiones se van desvaneciendo.

- Ya estoy aquí cielo – me dice – toma.

- Peter, mira mi agenda. Es imposible cariño.

- Pero la posibilidad está chispas. Imagínate, un hijo nuestro. Tuyo y mío. Con tu boca, pelo, mis ojos y tu carácter…

- Me lo hago, para que te quedes tranquilo, pero por favor no te hagas ilusiones.

- ¿Te acuerdas cuando encontré el test de Euge y me dijiste que era tuyo? Me prometiste que lo haríamos juntos, y quiero estar contigo en este momento cariño, salga lo que salga, te quiero. Si sale positivo, pues nos vamos a tener que aligerar porque sé que no te quieres casar toda barrigona. Y si es negativo, vamos a seguir intentándolo, para seguir aumentando la familia.

Me ayuda a levantarme y me acompaña al baño. Abro el test y sigo las instrucciones que pone en la caja. Cuando termino, abro la puerta y esperamos en el sofá, agarrados de la mano. Tres minutos después, Peter es quien se atreve a mirarlo.

- Acuérdate, dos rayitas es positivo. Una, es negativo.

- Vale – dice y se echa hacia adelante para agarrarlo - ¿Segura que han pasado los tres minutos? – me pregunta desilusionado y yo asiento – es negativo cariño.

- Lo siento – le digo y lo abrazo – sé las ganas que tenías.

- Ya vamos a tener tiempo. Estoy convencido que nuestro niño va a venir en un momento donde su mami esté muy fuerte para poder protegerlo aquí adentro – dice él poniendo sus manos en mi vientre.

- Te amo Peter.

- Yo más – dice - ¿Estás más tranquila?

- Sí, aunque todavía sigo impactada por todo esto que ha pasado. No dejo de pensar en cómo mi madre ha sido capaz de hacerlo Pitt, no me entra en la cabeza.

- No pienses más en eso Lali, no te hace bien. Necesito que estés bien por favor. Antes ha llamado tu padre, estaba preocupado por ti, quería verte pero le he dicho que estabas descansando.

- Mi padre… ¿Cómo se ha podido callar algo así después de saberlo?

- Solo quería evitarte el sufrimiento Lali, no querías que lo supieras. Y me ha dicho que en caso de que te enteraras él quería que fuera tu madre quien te lo dijera, que es para lo que ella te ha citado. Te lo quería contar para pedirte perdón.

- Cuando rompes algo, a veces por mucho pegamento que le pongas no se arregla. Pues en este caso es lo mismo. Lo que ha hecho mi madre, para mí, no tiene perdón, así que no va a poder arreglar nada.

- Lali cielo…

- Ni quiero seguir hablando Peter, me voy a acostar otra vez. ¿Me acompañas?

- Al fin del mundo voy contigo mi amor.

Me besa, me coge en brazos y me lleva al dormitorio.

- ¿Quieres seguir intentando que nuestra familia sea más grande? – le pregunto acurrucándome sobre él.


No lo duda, me besa y me abraza. A diferencia de anoche, esta vez hacemos el amor mucho más pasional, no solo me sirve para amarlo sino para desatar todo los sentimientos que me reconcomen por dentro.

0 comentarios:

Publicar un comentario