Buenas tardes. ¿Que tal está yendo el jueves? Espero que bien de verdad. Yo voy organizándome poco a poco ... me siento rara, es el primer año que no estoy en clases por las mañanas, después de terminar el Grado universitario de Magisterio en Educación Primaria y tengo más tiempo para escribir pero también estoy buscando trabajo -aunque ni que decir tiene que es complicado-, en breve empezando a preparar las oposiciones para el año que viene...
En fin, organizando mi vida un poco. Y en esa organización entra el seguir subiendo caps de esta historia y aquí os dejo uno nuevo. Gracias Giu por leer y comentar, me alegro que te haya gustado =). Disfrutad este nuevo capítulo que os dejo. Besazo!
CAPÍTULO
68
Al
día siguiente tal y como Peter había acordado por teléfono, vamos a ver la
casa. Es aún más increíble que en fotos y los tres estamos flipando mientras
recorremos cada una de las habitaciones de nuestra, ya, nueva casa.
Leemos
el precontrato de compraventa y lo firmamos, mientras acordamos una cita con el
dueño y los abogados para la firma del contrato. Salimos de la casa y nos vamos
juntos a comer para celebrar que ya es nuestra. Cuando estamos terminando de
comer, suena mi teléfono. Mi teléfono suena y es mi suegra, que me manda un
mensaje diciéndome que está aquí con su marido para darle una sorpresa a Peter.
Le contesto diciéndole que estamos comiendo con las niñas, Sonia y Julia y que
vayan a mi casa que vamos para allá.
-
Chicas – digo terminando mi postre - ¿nos podemos llevar a las peques a casa
para pasar la tarde con ellas?
-
¿De verdad Lali? – me dice Sonia asombrada – Os íbamos a pedir que si podíais
pasar lo que queda de día con ellas y la noche también para ir de cenita
romántica y cine nosotras dos.
-
No tienes que pedirlo Sonia no digas tonterías – dice Peter.
-
Creo que tenéis de todo en casa pero de todas formas os traía un bolso con
cosas preparadas, lo tengo en el coche.
-
Tenías claro que íbamos a decir que sí.
-
Pues sí, más que nada por dos motivos: adoráis estar con ellas y además tenemos
derecho a nuestra intimidad y que su padre cargue con la responsabilidad que le
corresponde.
-
Encantado de hacerlo – responde él.
-
No se diga más, vosotros váis pagando mientras Julia y yo vamos por las cosas
al coche. Os vemos en la puerta.
-
Que prisa te ha entrado – dice Peter, a veces soy malísima mintiendo.
-
Las ganas que tengo de estar con mis niñas y contigo, así vas cogiendo más
práctica para cuando las tengamos todo el día con nosotros… y para cuando vengan
más – soy mala mintiendo a veces, pero también soy la mejor para camelármelo.
Le
tiro un beso a Peter, me agarro del brazo de Julia y nos dirigimos al coche.
Allí le cuento que los padres de Peter están yendo para mi casa que es una sorpresa
para Peter. Recogemos el bolso de las niñas con todo lo necesario para que se
queden con nosotros y regresamos a la puerta del restaurante. Allí nos
despedimos, las chicas se van por un lado y nosotros nos vamos caminando a mi
casa.
-
Gracias por la idea de quedarnos con las niñas, me hacen mucha falta. Las echo
mucho de menos con el trabajo – dice él mientras empuja el carrito y las mira
embobado.
-
No digas tonterías – respondo y me agarro a su brazo – hoy vamos a pasar el día
con tu familia.
-
La mejor que tengo – dice y me besa. Cuando gira la cabeza y frena en mi
portal, ve a sus padres en la puerta - ¿Pero qué hacéis aquí?
-
Visita sorpresa – dice Claudia – hola hijo mío – corre a abrazarlo – pero si
vienen mis princesas – y se agacha para hacerle monerías y saludar a sus
nietas.
-
Me quieres un montón eh mamá – se queja Peter bromeando por el corto saludo de
su madre.
-
Te quiero mucho hijo, pero a ti llevo 30 años viéndote y a mis niñas hace mucho
que no las tenía conmigo – dice Claudia sonriendo – hola Lalita de mi corazón –
dice y me abraza.
-
Hola Clau, hola Juan – digo mientras los abrazos - ¿Subimos? Hace algo de frío
sobre todo para ellas – digo señalando el coche.
Saco
las llaves de mi bolsillo y abro el portal, Peter sube en un ascensor con las
niñas mientras Claudia, Juan y yo subimos en el otro. Llegamos, abro la puerta
de mi casa y entramos.
-
¿Queréis café, té…? También tengo algo de zumo, batido, infusiones… - les
ofrezco mientras me voy quitando el abrigo y lo cuelgo.
-
Yo quiero un café gorda.
-
Nosotros también – dice Claudia.
-
Juan tu eres solo, y tú Claudia manchado ¿no? Ambos una cucharada de
azúcar - digo mientras voy a la cocina y
ellos en el salón.
-
Sí, te acuerdas perfectamente.
-
Os veo muy poco, y cuando os veo os tengo que tener cuidados para que me sigáis
queriendo tanto como lo hacéis.
-
Yo con que cuides a mi hijo y mis dos princesitas me doy por servida hija – me
dice Clau y se viene a la cocina conmigo a ayudarme. Mientras miramos a padre e
hijo con las pequeñas – se les cae la baba.
-
Es inevitable – digo sacando las tazas del microondas – son únicas las dos. Eva
es más revoltosilla que Lucila.
-
Aun no me creo que tengan ya la cuarentena – dice mi suegra colocando las tazas
en la bandeja.
-
Está preciosas, ¿quieres galletitas? – le pregunto y saco la caja – en ese
mueble de ahí hay algunos pastelitos, sácalos por favor – le pido y ella los
coge.
Cada
una con una bandeja llegamos al salón y nos sentamos con nuestros hombres que
siguen embobados haciéndoles tonterías a las niñas.
-
Se os enfría el café – les dice Claudia – además dejadlas en el coche que
igualmente le podéis hacer monerías ahí, que las vais a acostumbrar a los
brazos y ya veréis la gracia que les va a hacer a las madres, ¿o no Lali?
-
A mí también me dan ganas de tenerla siempre en brazos – me declaro culpable y
mi suegra se ríe – además, a Peter no lo defiendo pero a Juan sí. Pasáis muy
poco tiempo con ellas y es normal que cuando las veis tengáis ganas de
achucharlas.
-
Pues a mí también deberías defenderme – dice Peter dejando a Eva en el coche
mientras Juan hace lo mismo con Lucila.
-
Hijo, ve asumiendo que una vez llegan los hijos pasas a un segundo lugar.
-
Te vas a quejar tú de mí – le dice Claudia.
-
No para nada. Pero algo está claro: están tus hijos, tus nietos y después yo.
-
Son cariños distintos – respondemos Claudia y yo al mismo tiempo y todos
reímos.
Estamos
un rato hablando de cómo les van las cosas por Cádiz. Nos cuentan todas las
novedades, las mil y una travesuras de mis zipi-zape particulares y nos enseñan
fotos de los trajes que llevarán en la función de Navidad del cole.
-
Mamá – le dice Peter para llamar su atención – tengo que contarte algo. En
realidad los dos os tenemos que contar algo.
-
Lali hija, dime que estás embarazada – dice ella ilusionada.
-
De momento no – le digo un poco apenada por quitarle la ilusión – Te prometo
que el día que esté embarazada vas a ser la primera en saberlo Clau.
-
Después de mí – interviene Peter – es otra cosa que también te va a gustar.
Venimos de ver una casa con Julia y Sonia porque nos vamos a vivir todos
juntos.
-
Enhorabuena cariño – nos dice Claudia.
-
Yo no sé si felicitarte Peter, te vas a vivir con tres mujeres y cuando crezcan
estas dos van a ser cinco. Así que ponte las pilas y más te vale que los hijos
que tengas con Lali sean varones – bromea Juan.
-
Hay algo más – les digo yo a los dos. Peter asiente para animarme a que sea yo
la que se lo diga. Es raro, pero siento como si también fueran mis padres y él
lo sabe – ayer le pedí a Peter que se casara conmigo – les suelto – así que
para el año que viene tenemos boda.
Sin
decir nada Claudia me abraza emocionada y yo me dejo envolver por sus brazos y
me pongo a llorar sin poder evitarlo. Ella al darse cuenta me abraza más fuerte
mientras Juan felicita a Peter y después se intercambian.
-
Pero ya está criaturita no llores más que te vas a quedar seca – me dice Juan
secándome las lágrimas.
-
Es que con vosotros es todo tan fácil – digo y saben bien a lo que me refiero.
-
Chispita – me dice Peter y viene a sentarse junto a mí. Pero en vez de eso me
levanta, se sienta él y me sienta en sus piernas – no te pongas así. Estoy
seguro que cuando se lo cuentes a tus padres van a reaccionar igual que los
míos.
-
Que los hijos encuentren a la persona que los hace feliz y decidan compartir su
vida con ellos siempre es motivo de felicidad Lali – lo apoya Claudia.
-
A fin de cuentas, es lo que mi madre siempre ha querido, que me case.
-
Ya verás que sí. Verte feliz la va a hacer feliz a ella – interviene Juan.
Estamos
un rato más hablando, y contándole cómo fue toda la pedida cuando suena mi
móvil. Leo que es mi padre y lo cojo, apartándome un poco para escucharlo
mejor.
-
Hola papá – lo saludo contenta – ¿cómo estás? Hace varias semanas que no
hablamos más que por mensajes.
-
Hola hija. Es que he estado muy ocupado. Estoy en Madrid cariño, saliendo del
aeropuerto. Vengo a conocer a mis queridas nietas.
-
¿Vienes solo? – pregunto un poco triste.
-
Si hija, tu madre está muy ocupada. Ha habido problemas en uno de los hoteles
que tienen en Londres y está intentando solucionar el tema.
- No
tienes que excusarla, no me coge por sorpresa que no quiera a las niñas como
mis hijas.
-
Lali es la verdad lo que te estoy contando.
-
Vale, lo que tú digas. ¿Te voy a recoger?
-
No, voy ya en un taxi para dejar la maleta. Y después voy para tu casa si te
parece bien.
-
Claro que sí. Es más están aquí los padres de Peter, así os podéis conocer.
-
Perfecto hija, pues en un rato os veo. Te quiero.
-
Yo más – digo y cuelgo. Regreso al salón y Peter me mira preguntando quien era
– Era mi padre, acaba de llegar a Madrid ha venido a conocer a las niñas. Va al
hotel a dejar las cosas y después viene para acá. Les he dicho que estabais
vosotros aquí así podéis conoceros.
-
Perfecto.
-
Parece que vamos a seguir pasando el día en familia – dice Peter y tira de mi
sentándome a su lado – sonríe anda, hace un tiempo que tenías ganas de ver a
tus padres.
-
Viene solo mi padre, mi madre está solucionando un tema en uno de los hoteles
de Londres o no sé qué. Pero aunque venga él solo quiero que le digamos que nos
vamos a casar.
-
Como tú quieras chispas – me dice él y me besa y escucho un tierno suspiro de Claudia
que me hace sonreír y sentirme en familia.
3 comentarios:
Que linduras
Ayy me han encantado estod dos ùltimod capítulos,son tan tiernos y me encanta la familia que todos forman
Ayyyy estoy mas feliz que ellos ajajaj. Me encanta la verdad..la familia que tienen, que van a tener y lo que juntos tienen. El cap fue mas tierno! Un beso! Giu
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