Capítulo 33 - ¡Ni que fuera verdad!

Jueves y nuevo capítulo =).

Espero que lo disfrutéis. Nunca llueve a gusto de todos, y sí es una situación difícil a la que Lali se enfrenta pero, creo que es importante mostrar valores como la empatía y la tolerancia. Es muy complicado, yo no sé cómo lo tomaría pero se me ocurrió la idea y creí que era buena mostrarla, algo distinto, nuevo que sorprendiera. GRACIAS por leer y por dejar vuestros comentarios sinceros y respetuosos, gracias de verdad.

Espero que os siga gustando la historia, un besazo.

CAPÍTULO 33

Todavía no me puedo creer en esta relación de locura que tengo, pero aunque por una parte tengo miedo estoy feliz. Peter está más que feliz con la idea de ser padre, y a mí me da una gran alegría al verlo tan feliz, aunque no puedo negar que a veces siento celos o envidia de Sonia, que mi novio vaya a tener un hijo con otra no es que sea gusto de nadie pero intento comprender que no es una  situación normal de un hijo de una antigua relación, sino que son y siempre van a ser amigos. Cuando me da por pensar esas idioteces me sumerjo de nuevo en la preparación de la fiesta de apertura, por eso hoy me he levantado y me he venido a la academia a comprobar cómo va todo, y a ensayar, he quedado con Maripaz para seguir creando algunas coreos.

- Lalita – me llama Sergio – todos los invitados y artistas famosos confirmados, creo que ya se pueden mandar a que nos hagan todo el tema de cartelería.

- Perfecto, gran trabajo – le digo y me da un beso antes de salir corriendo por la puerta.

- Ya estoy aquí – dice Maripaz mirando hacia atrás – que muchacho más guapo, me lo tienes que presentar – refiriéndose a Sergio.

- Cuando vuelva, te lo presento encantada. La academia ya la conoces así que vamos arriba a una de las salas de ensayo.

Vamos subiendo y nos encontramos a Yutuel quién se une a nosotras para ayudarnos con las coreografías.

- Maripaz él hace bailes latinos pero también sabe de danza clásica – le digo mientras los presento.

Sin más nos metemos en la sala de ensayo, y Maripaz nos muestras las ideas que ha traído y vamos creando una de las coreografías de danza clásica.

- Ahora toca un poquito de latino – digo y meto el pendrive en la radio – eso sí, me tienes que ayudar a elegir una canción porque no sé con cual quedarme Yutuel.

- Hacemos una cosa – acercándose a la radio – le doy a orden aleatorio y nos quedamos con la canción que salga ¿trato? – me dice a punto de darle.

Cuando asiento, le da al botón y la música que empieza a sonar es la de “Darte un beso” de Prince Royce. Se acerca a mí y me dejo llevar en sus brazos. Tenemos una coreografía base con esta canción pero le va metiendo pasos nuevos, que Maripaz va apuntando para recordarlos, aunque además nos grabamos. Disfruto bailando y más cuando bailo con alguien que lo hace de maravilla como es mi amigo.

- Tengo una idea – me dice Yutuel mientras descansamos un rato y nos refrescamos – puedo hacer un mix de canciones de todos los tipos de bailes latinos que tenemos y así en una misma coreografía mostramos esta rama del baile.

- Me parece bien, me gusta. Así la gente no se cansa de ver siempre lo mismo.

- ¿Has pensado en montar algún miniconcurso o algo así? – me propone Maripaz y yo niego – Podéis montar un concurso de bailes, de una especialidad o de todas como creáis conveniente, y buscar un premio para quien gane. No sé, si quiere ser alumno pues podéis pagar la matrícula del primer año; si no quiere matricularse podéis sortear la entrada para algun festival de danza que haya… algo así.

- Muy buena idea esa – le digo y la abrazo – tengo las mejores amigas del mundo mundial – digo sonriendo – se lo diré a Moni que ella se maneja muy bien con estas ideas.

Seguimos ensayando un poco más, hasta que nos cansamos. Yutuel tiene que regresar a casa y Maripaz tiene que trabajar. Así que ellos se van y yo me quedo a preparar algo de contemporáneo, y se me viene a la cabeza la sensualidad de las canciones de Zenet, y la canción que Peter me cantó cuando estuvimos juntos por primera vez. Me pongo a bailar y cuando estoy terminando, escucho unos aplausos y al mirar a la puerta veo que es Peter quien aplaude.

- Es increíble verte bailar – me dice a la vez que se acerca.

- Gracias – sonrío – no me abraces que estoy sudando, me doy asquito hasta yo.

- Tú nunca me das asco – me dice – además, vengo de correr, también estoy sudado – añade al tiempo que llega a mí me abraza y me besa. – Por cierto Sonia dice que cuentes con ella y con Julia para tu fiesta, que conocen a gente interesada en esto del baile y va a intentar a traerte nuevos alumnos.

- Perfecto, cuantos más seamos mejor – le digo aunque me vuelven a aparecer celos.

Me separo de él y me dirijo a la música para pararla, pero no llego a hacerlo porque me detiene abrazándome por detrás.

- ¿Qué pasa? – me pregunta mientras me mueve al ritmo de la música “All of me”.

- Nada.

- I got my head spinning, no kidding. I can´t pin you down. What´s going on in that beautiful mind (me da vueltas la cabeza, no logro saber que pasa por tu bella mente). – me canta al ritmo de la canción.

- En inglés tampoco me pasa nada – le digo sonriendo.

- Si quieres le digo a Sonia que no venga.

- No de verdad, no me molesta.

- Algo te pasa con ella. – me dice mientras me gira.

- Soy una idiota eso me pasa. Es absurdo lo que siento a veces.

- ¿Y qué sientes? – me pregunta mientras me pega más a su cuerpo.

- Celos, envidia de que vivas con Sonia algo tan especial y que yo me quede afuera de todo eso. Querer ser Sonia… no sé Peter – le digo confusa.

- Creí que estaba todo hablado – me dijo él, agarrando mi mentón y subiendo mi cara para mirarlo fijamente a los ojos - ¿Escuchas la canción? Tu éres mi final y mi principio – va traduciendo al mismo tiempo que se va escuchando la canción – incluso cuando pierdo, estoy ganando porque te doy todo lo mío y tú me das todo lo tuyo.

- Sé que es una estupidez sentirme así, pero a veces no puedo evitarlo. Me da miedo.

- ¿De qué? – me pregunta.

- De meter la pata y que todo esto se vaya a la mierda.

- Yo ya no puedo hacer más de lo que hago. Te demuestro día a día que te amo, y que quiero estar contigo pase lo que pase. Ahora te toca a ti poner de tu parte. Yo ya te quiero, ahora te tienes que querer tú y confiar en ti misma, confiar en este amor que tenemos.

- Yo también te quiero – le digo y lo beso – te juro que no quiero sentirme así, y que voy a intentar por todos los medios que esto no vuelva a suceder.

- Me gusta oír eso – dice – pero espero que sea verdad La.

- Te lo prometo, no quiero ser yo quien estropee lo que tenemos. ¿Cómo está Sonia? – le pregunto.

- ¿Quieres hablar de eso? – me pregunta y asiento – Pues esta noche nos ha invitado a cenar para enseñarnos la primera ecografía que se hizo hace una semana antes de decírmelo.

- Perfecto, diles que vengan a casa. Aun no conozco a Julia y eso no puede ser así.

- No hace falta forzar las cosas, si no estás preparada no hace falta que estés.

- Quiero estar. Es tu hijo, y voy a quererlo como si fuera mío. Es tuyo y ya eso es un motivo suficiente para quererlo – le digo.

- No dejas de sorprenderme – me dice sonriendo.

- Espero no dejar de hacerlo nunca. Te quiero y tienes razón, has hecho todo lo posible para que confíe en ti. Te mereces que esté contigo en todo este proceso, te mereces que te acompañe en esta felicidad. Quiero ser feliz contigo.

- Encantado de que me acompañes siempre – y con una sonrisa me besa.

Un rato de mimos y besos que interrumpe el sonido del móvil.

- Uff – resoplo al ver que es mi madre y se lo enseño, él se ríe y yo atiendo – Hola mamá – digo sonriendo.

- Hola Mariana, ¿Dónde estás?

- En la academia, trabajando.

- Quiero hablar contigo – me dice.

- Habla, te escucho.

- No, te estoy esperando en tu casa si no te has mudado y no nos has dicho nada.

- ¿Qué estás dónde? – le pregunto y mi cara cambia por completo.

- En tu casa. Te espero en la puerta del edificio, no tardes – me dice y me cuelga.

- ¿Qué te pasa? – me pregunta Peter al ver la cara.

 - Mi madre, está aquí. En mi casa más precisamente – le digo.

- ¿Y?

- Que mi madre no viene por cualquier cosa. Seguramente sabe quién eres de verdad, o eso o viene a que me reconcilie con Óscar – le digo y él se ríe.

- Pues si viene a lo segundo, lo siento por ella porque Óscar no tiene nada que hacer. Si viene por lo primero, hablamos con ella y se lo explicamos todo – me dice con la tranquilidad que lo caracteriza.

- ¿Vienes conmigo? – le pregunto sorprendida.

- Por supuesto, no te voy a dejar sola nunca, métetelo en la cabeza Lali – me dice y me besa – además, ¿perderme la cara de tu madre cuando me vea llegar? Ni de coña – bromea.

Ambos reímos, nos besamos, recojo mis cosas y nos vamos a buscar a mi madre.