Nueva novela: Capítulo 1 de ¡Ni que fuera verdad!

¡¡¡¡Hola!!!!

Espero que estéis pasando un buen domingo, aquí es verano pero aun no termina de llegar y hoy el día estuvo nublado... aun así, la playa no podía faltar.

Para quién preguntó, la novela es mía no es ninguna adaptación todo surgió a partir de una idea que se me vino a la mente, y en esa idea la protagonista justamente decía la frase que da título a la historia. Quería hacer algo más divertido y distinto a las dos anteriores, espero conseguirlo.

Gracias a quienes firmaron, y espero que poco a poco se vayan animando a firmar más =). Este primer capítulo va dedicado a Fati que hoy cumple años. Espero que disfrutes mucho de tú día.

Chari, el diseño del blog es gracias a @caparatodos =) me alegro mucho que te guste, fue ella quien me ayudo a colocar esta nueva plantilla =).

Sin más os dejo el capítulo, espero que lo disfrutéis. MUACKS!

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CAPÍTULO 1

- Vamos a salir a bailar porfa, Lali. Tienes vacaciones en la academia de danza, aprovéchalas amiga. Hazlo por mí al menos ¿no te da pena no salir con tu amiga que acaba de discutir y romper con su novio, y que necesita urgentemente volverse loca? – me pregunta Euge juntando sus manos a modo de súplica.

- Tú misma me lo has dicho, me han dado las vacaciones de la academia hoy, déjame descansar un día aunque sea – le pido mientras recojo la ropa que está tendida.

- Si esta noche termino en casa de Gonzalo es tu culpa, que lo sepas.

- ¿Perdona? No es mi culpa, es tuya que estás tonta perdida.

- Con amigas como tú, no hacen faltas enemigas, cariño.

- Para eso estamos las amigas, para decir las cosas a la cara y dar buenos consejos. Sabes que desde que empezaste con esa relación no estoy de acuerdo y… - me callo porque suena el teléfono de casa.

- Salvada de tu octogésimo sexto sermón por la campana – dice ella sonriendo.

- Hola mamá – saludo después de haber visto quién era.

- Hola cariño. ¿Cómo estás?

- Muy bien, recogiendo aquí en casa mientras Euge me taladra la cabeza – le saco la lengua a mi amiga cuando veo que se hace la ofendida – Hoy empiezo las vacaciones y estoy muerta, necesito descansar.

- Pues sí, necesitas descansar porque la semana que viene tienes que venirte para casa. Tu prima Rocío nos ha pedido que si nos podíamos reunir todos, que tiene una noticia que contarnos.

- Está bien, iré. No me queda más remedio. Pero ¿sabes para qué quiere reunirnos a todos?

- Pues aunque ella no lo sabe, tu tía María me ha contado que es para contarnos que se va a casar.

- ¿Mi prima Rocío se va a casar? – pregunto sorprendida.

- Sí hija sí.

- Mamá, pero si tiene 23 años, es una locura.

- ¿Qué locura? Si está enamorada que se case. ¿Qué pretendes? ¿Qué siga tus pasos?

- No vayamos a empezar mamá, no tengo ganas de escucharte una vez más lo mismo.

- Es que no es normal hija. Te has dedicado a viajar por todos lados y nunca te has echado un novio.

- Mira por si te quedas tranquila, alguno ha habido, pero nada serio como para presentártelo. Además, si lo hubiera hecho seguro que mis relaciones hubiesen durado menos aun.

- Mariana, no te columpies, que soy tu madre.

- Te estoy diciendo nada más que la verdad. Además aquí el tema es mi prima Rocío no yo. Ella nunca ha querido casarse, estoy casi segura que mi tía María está detrás de todo esto – le digo a mi madre. A estas alturas de la conversación, ya tengo a Euge pegada a mi lado escuchando todo.

- Sí claro, ¿cómo va a estar tu tía detrás de todo? – me dice mi madre como ofendida.

- Pues porque es igual de pesada que tú – le respondo con sinceridad.

- Mariana…

- Mariana nada mamá. Es la verdad, voy a ir, pero voy a hablar con mi prima porque no es normal lo que está haciendo. Ella no es así. Seguro que algo pasa.

- El amor le pasa. Pero como tú repeles a todos los hombres que se te acercan, pues no aceptas que los demás no puedan sentirlo.

- Sí, sobre todo a los hombres que se me acercan cuando conocen mi apellido.

- ¿Ahora reniegas de la familia?

- No mamá, reniego a los aprovechados que se acercan a mí solo para ser parte de una familia con renombre.

- Que sepas que Óscar vendrá.

- ¿Qué? ¿Y también lo ha invitado Rocío?

- Por supuesto – dijo muy convencida.

- JA – le espeto y Euge se echa a reír – venga mamá que nos conocemos. Que desde que soy una niña has estado haciendo mis planes de futuro con Óscar. No me gusta, déjame en paz de una vez; es un egocéntrico.

- Mariana cariño, está muy cambiado. Ahora es más maduro y un abogado de mucho prestigio.

- Y vuelta a lo mismo, que pesadita estás. Que no quiero ver a Óscar, que nunca me ha gustado, si salí con él casi dos años fue por tu culpa. – le echo en cara.

- De verdad que contigo no gano para disgustos, ¿por qué no puedes ser como tus primas? Casadas, con niños, con sus casas…

- Mamá de verdad, no tengo ganas de escucharte.

- Pues yo si quiero que me oigas. Tú procura la semana que viene, estar aquí y ser amable con Óscar. Está deseando verte.

- Pues yo no. Joder mamá, que pesadita eres.

- Mariana ese vocabulario por favor.

- Cierto que te escandalizas, perdón. – Finjo arrepentimiento – Mamá si Óscar está, yo no voy. Hablaré con Rocío y le diré que… - intento decirle pero ella me interrumpe.

- ¿Cómo que no vienes? – me grita y Euge que sigue a mi lado me quita el teléfono de las manos porque me conoce, y sabe que vamos a terminar peleadas.

- Hola Annah, soy Euge. Tranquila que tu hija irá, yo me encargo de eso. Lo que si te aviso es que si vais a organizar una comida o algo así, tienes que poner un plato de más. – dice Euge y me extraño ¿a qué se refiere? – Porque irá acompañada – mi madre le pregunta algo y ella responde – No, yo no iré. Es una reunión familiar y aunque casi paso más tiempo con Lali, que con mis hermanos, no voy a ir. Pero quizás convenza a tu hija de que lleve a alguien especial que hay en su vida. Te dejo que nos tenemos que ir, un beso.

Yo estoy alucinando ¿qué está haciendo?

- ¿Para eso están las amigas? ¿Para qué me metas en más problemas? – le pregunto casi a gritos.

- No te alteres que te va a dar un síncope hija. Me acabas de decir que las amigas están para dar consejos.

- ¿Y qué consejo me das? Ahora que le has dicho eso a mi madre, sino voy acompañada sufriré un interrogatorio de tercer grado – respondo.

- Tranquila amiga, que no irás sola. Peter, el amigo de Nacho ¿te acuerdas de él? – me pregunta.

Para no acordarme. Nacho es amigo nuestro y compañero en la academia. Está enamorado de Euge, aunque la torpe de mi amiga no se da cuenta. Algunas veces Peter y yo hemos hecho de gancho en sus citas, preparadas por Nacho, pero nunca se decide a dar el paso y decirle lo que le pasa con ella.

- Sí, me acuerdo de él.

- Vale. Pues lamento comunicarte que no es informático.

- Mucha pinta de informático no tenía la verdad – digo sonriendo al recordarlo.

- Yo tampoco. Hace poco estuve en casa de Nacho viendo una peli y me encontré una tarjeta, dónde estaban los datos de Peter y era de trabajo, en la que ponía Sol@ no, conmigo.

- ¿Y eso qué es? ¿Una empresa?

- Sí, una empresa que ofrece compañía a aquellas personas que solicitan sus servicios.

- ¿Peter es un gigoló?

- No hija no, que exagerada eres. Te estoy diciendo que ofrecen acompañamiento, no sexo. Te aseguro que de ser así creo que habría contratado sus servicios – bromea ella y me hace reír a mí. – La empresa le arma un perfil, adecuado al perfil de la persona que lo solicita e interpreta ese papel durante el tiempo que se le contrate.

- ¿Quieres que contrate a alguien para que me acompañe a ver a mi familia? Euge por favor, que no tengo 18 años.

- Cierto, tienes casi los treinta. Ese es el problema, que casi con 30 años  nunca le has presentado un novio a tu madre. Hazla callar esta vez Lali.

- Es una mala solución Euge. ¿Y para la próxima que hago? ¿Contrato a un nuevo novio? ¿Por cuánto tiempo voy a poder sostener esa mentira?

- Te lo repito, ves a tu familia de año en año casi. Ya veremos la próxima vez que se nos ocurre. El problema lo tienes ahora: la semana que viene, tienes una reunión familiar en la cual tu prima, una de las pequeñas se va a casar agreguémosle el “antes que tú” que te va a repetir tu madre como una doscientas mil veces en el tiempo que estés allí. Tú decides, Lali. O recibir por no sé qué vez ya, los gritos histéricos de tu madre o librarte de ellos, tan solo llamando a Peter – dice mostrándome la tarjeta de la que anteriormente me había hablado.

- Es patético lo que voy a hacer – afirmo y me acerco a ella – pero voy a hacerlo – sigo quitándole la tarjeta de la mano.

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Espero que os guste, a lo largo de la semana iré subiendo. GRACIAS POR LEER!!!