Capítulo 86

Perdón por la hora pero hoy no pude subir antes, lo que no quería era dejar de subir y aquí estoy con un nuevo cap. Gracias por estar, paso rápido porque ya es tarde aquí en España.

GRACIAS!!!! <3 Vayan diciendo adiós, queda muy poquito =P 

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Capítulo 86

Un mes más tarde estaban de nuevo en la consulta de Federico para la ecografía de los tres meses.

- ¿Tienen nombres pensados, chicos? – preguntó el doctor.

- Pablo si es nene – contestó Lali.

- Judith si es nena – agregó Peter.

- Pues denle la bienvenida a Pablo – dijo Federico moviendo el ecógrafo y señalando en la pantalla el sexo del bebé.

- Muero de amor – acotó Lali con lágrimas en los ojos.

- Viene Pablo mi amor – y Peter la besó para celebrar juntos la felicidad de que su próximo hijo fuera un varón.

Después de ese momento, Federico terminó de revisar a Lali y al bebé y le mandó que continuara con su vida normal pero sin ningún tipo de estrés. Cuando salieron de la consulta, Lali, Peter y Alma – y Pablo – se dirigieron para un centro comercial donde pasaría el día, comerían y después se irían a mirar muebles y todo lo necesario para el cuarto del nuevo integrante. La tarde se les pasó rápido y cuando se quisieron dar cuenta tuvieron que regresarse porque tenían que cenar y acostarse ya que al día siguiente ambos trabajaban.

Esa mañana, la primera en salir de casa fue Lali mientras que Peter esperaba que su madre llegara para quedarse con la pequeña.

- Buen día – saludó Lali al entrar – Pero que grande que estás Diego – y casi corrió para besar al hijo de su compañero Javier y el pequeño lo abrazó - ¿qué haces acá? Hoy no tenes que trabajar – le dijo a su compañero y amigo mientras dejaba su cosa.

- Cierto no trabajo, por eso estoy con el peque – y ahora Lali ya lo tenía en brazos – pero vine a decirte algo.

- ¿Qué pasó? – preguntó ella preocupada.

- Anoche, en realidad esta madrugada, atrapamos a la banda que pretendía comprarle las chicas a Héctor – y a Lali se le encogió el pecho al escuchar aquel nombre, y casi instintivamente se abrazó en el pequeño.

- Una muy buena noticia – dijo ella.

- Sí. Vos no vas a tener que declarar nada porque en realidad apenas escuchaste sus voces, las chicas si van a tener que reconocerlos.

- Quiero estar ahí cuando tengan que hacerlo. No pueden estar solas.

- No lo van a estar Lali y no creo conveniente que vos estés ahí porque…

- Porque nada, quiero estar y voy a estar – dejó clara su decisión.

La mañana de trabajo fue tranquila: cubrió un par de citas que tenía previstas  con un pequeño de nueve años que residía en un centro de menores y otra con un hombre que había detenido por buscarse la vida de manera no muy honrada, pero lo único que pretendía era buscar de comer para su familia, y como el delito no había sido mayor lo habían condenado a trabajo social y a asistir todas las semanas a la comisaría a una charla con Lali durante una hora.

- Llegué – avisó Lali para que su suegra se enterara.

- Hola Lali – escuchó la voz de Claudia proveniente del salón.

- Apa – dijo ella al encontrarse a su suegra acompañada de su madre, su hermana mayor y su sobrino – Hola – las saludó – venía acá bombonazo de la tía – llamó a su sobrino que dejó de jugar con su prima para ir a abrazar a su madrina.

Lali besuqueó a su sobrino y él comenzó a reír por lo que Alma se puso celosa y no dudó hacerse notar con un breve grito.

- Me salió cantante – acotó Lali cuando su hija gritó – vení vos también – llamó para que se levantara pero aún no se atrevía hacerlo sola. Santino no dudó un segundo en ir en busca de prima y ayudarla a levantarse.

- Mida madina – dijo él cuando con sus casi 15 meses y ayudando a su prima Alma a sostenerse en pie.

- Dale mi amor – Lali la llamaba – mirá, el primo te ayuda – la animaba de Lali.

Poco a poco Alma comenzó a dar sus primeros pasos de la mano de su primo… aunque no fueron muchos porque al cuarto se desestabilizó ella, haciendo que Santino también y ambos cayeran de culo al suelo.

- Bien – se apresuró Lali a aplaudí para que no llorara por el golpe y no le diera miedo andar – mi gordita sos hermosa – y fue hacia ella para abrazarla mientras Ana se encargaba de Santino - ¿se quedan a comer?

Y no aunque fue una pregunta, también era casi una orden, Lali quería aprovechar a su familia allí presente para comenzar a preparar los detalles de la boda de Majo.

- Pero creo que están diciendo demasiado eh chicas – se apresuró a decir Majo.

- No es nada mamá – se quejó Ana – vamos a celebrar una fiesta en condiciones, con la familia y los amigos, pero una fiesta.

- Pero Ana, Carlos y yo…

- Carlos y vos quieren ser felices y compartir su felicidad con los que les queremos… y es lo que estamos haciendo – volvió a responder su hija mayor.

- Majo déjame que mi regalo de boda sea dejaros la quinta para que lo celebreis por favor – le pidió Claudia.

- Está bien – se dio por vencida.

- BRAVO – gritó Lali y Alma y Santino aplaudieron – ahora los vestidos – dijo Lali cambiando de página en su tablet – hay preciosidades mami.

En ese momento llamaron al timbre y Ana se encargó de abrir. Eran las dos mujeres de la familia que faltaban: Rochi y Dani, a quienes había llamado para que se unieran al “comité de fiestas” ya que se encontraban juntas comiendo en un restaurante con sus respectivas parejas.

- Mira Dani – le enseñó Lali un vestido.

- ¿Lo hay en más colores? – preguntó la pequeña de las Espósito y su hermana negó – pues entonces no, ese color es un poco triste.

- Sí tenes razón hermanita – dijo Ana asomándose a ver la tablet.

- Catering contratado – dijo Rochi volviendo de la cocina con Majo y Clau.

- Es de unos amigos – explicó Claudia – tienen una empresa que se dedica a eso y hacen una comida riquísima. En mi renovación de votos de los 25 años de casados fueron mis amigos los que se encargaron de preparalo todo.

- Perfecto, otra cosa más para tachar – dicho y hecho.

- ¿Ustedes cómo van con mi vestido? – preguntó Majo a sus hijas.

- En busca y captura – respondió Daniela bromeando.

- Tengo una idea – exclamó Rochi mientras tomaba a su sobrina en brazos - ¿y si nos vamos de compras?

- ¿Para mí? – preguntó Majo.

- Para vos principalmente y para que nosotras vayamos mirando modelitos – respondió Rochi.

- Claro nosotras mirando modelitos – la repitió Lali – como la señorita en agosto no va a tener una panza enorme pues puede buscar modelito.

- ¿Vos que sabes la panza que voy a tener en agosto?

- Jodeme – exclamó Daniela pero todas las presentes se habían quedado atónitas con la respuesta de la única mujer de los hermanos Lanzani.

- ¿Vos estás embarazada, hija?

- No má – se apresuró en responder – es joda, tranquilas. Igual no nos disgustaría a nignuno de los dos.

- ¿Están buscando? – preguntó Ana.

- No estamos buscando, pero sí que dejamos de cuidarnos un poco – les contó Rochi.

- Que bueno mi amor, tengo tantas ganas de otro nieto – y Claudia abrazó a su hija.

- Me voy a poner celosa eh – aclaró Lali bromeando – mi tu nieto también, abuela.

- Vos fuiste ayer a la ecografía y no nos dijiste nada de nada – se acordó Majo.

- Cierto no dijimos nada – rio Lali – y por eso se me ocurrió algo: nos vamos de compras y a mirar nuestros modelitos – y ahora fue Rochi la que rio – y también compramos algo de comida para preparar algo rico y todas ustedes llaman a sus respectivas parejas para que vengan a comer esta noche a casa, así Pitt y yo les contamos.

- ¿Y nos vas a tener en ascuas hasta la noche? – preguntó Ana y su hermana asintió – que mala hermana sos.

Mientras Lali se cambió la ropa que había llevado  trabajar, vistió a Alma para salir y preparó sus cosas; las demás se encargaron de asegurar que todo en la casa estuviera en orden para poder salir y llamar a los hombres de cada una para informarles de los planes para por la noche. Cuando todas estuvieron listas partieron en dos coches hacia el centro, donde irían por varias tiendas para mirar ropa, zapatos y todo lo necesario. Estuvieron toda la tarde mirando incluso Majo encontró vestido.

- Pitt – lo llamó Lali entrando en la habitación - ¿te queda mcuho?

- No, en dos minutos bajo mi amor.

- Ok – y lo besó – no te conté, Alma dio sus primeros pasos con Santino de la mano.

- ¿Posta? – preguntó él y ella asintió feliz – mi hija es una grosa.

- Sí, la mejor. ¿Te acordás de lo que hablamos de que vi a rochi con ganas de ser mamá? – y ahora se cambiaron las tornas, ella preguntaba el asentía – pues hoy nos dijo que no lo están buscando Gas y ella, pero que si viene, bienvenido sea.

- O sea, que de aquí a poco me convierto en padre por segunda vez, padrino por primera por parte de Euge y tío por parte de Rochi – pensó en voz alta – pues nada, nos montamos un equipo de fútbol – propuso él.

- Estás loco y me encanta – y lo volvió a besar – una cosita más. Estuve pensando y ya sé a quién quiero de padrino. Quiero que sea Chris. Él siempre estuvo conmigo desde que conoció a mi hermana, fue un hermano para mí.

- Me parece perfecto mi amor, lo sabes.

- ¿Se lo decimos a Ro y a Chris en la cena?

- Lo estás deseando – dijo Peter abrazándola – sos lo más te lo juro, pareces una nena con un caramelo.

- Es que tengo ganas de verles las carita cuando se enteren de que será un nene y que ellos serán los padrinos.

- Yo también. Mi papá va a morir de la emoción: su primer nieto.

- ¿Y Alma?

- Nieto varón mi amor, Alma es su princesita, como lo es para mí.

- Y yo – preguntó mimosa.

- Creo que su nuera preferida – y Lali le dio un leve codazo porque no quería oir lo que su suegro pensaba de ella y Peter carcajeó – Vos sos mi reina, el amor de mi vida, la madre de mis hijos, el mejor regalo que me pudo haber tocado.

- Creo que me voy a olvidar que tenemos invitados – bromeó Lali y comenzaron a besarse.

- No da gordita – dijo entre besos – además acordate que están esperando que le digamos que quien viene en camino es Pablo.

Un par de besos más y bajaron para comenzar a cenar y empezar a dar las noticias de la noche: presentar a Pablo y a sus padrinos.