Capítulo 53

HOLA HOLA HOLAAAAAA!!!! ¿Qué tal el domingo? Yo busqué un poco de tiempo para subir y que al menos tengan un cap por semana hasta que termine los exámenes y ya después me pongo a escribir y subir más seguido =)

Gracias por todas las firmas y espero que disfruten de este capítulo =) BESOS!!!!!!

PD: aquí dejo la dirección de dos blog, dos chicas que están subiendo nove. No pude leer porque no tengo el tiempo suficiente, pero seguro que están bien =) BESOS! <3

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http://novelaslaliterxsiempre.blogspot.com.es/2013/05/capitulo-12.html

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Capítulo 53

- Amo a mi hermano – respondió Rochi.

- Yo también, pero te juro que llevo dándole vueltas a eso desde que me lo dijo.

- Hombre, original es – respondió ella mientras agarraba un conjunto de bebé y se lo mostraba a Lali – que cosita más pequeña.

- Demasiado pequeña me parece, te recuerdo que tu sobrina en la medida se está pareciendo al papá. Federico me dijo en la última ecografía que estoy más incómoda no porque se esté acercando la fecha, sino porque es un poco más grande de lo que debe ser – respondió Lali y  Rochi soltó el conjunto.

- ¿En serio llevas más de un mes pensando en lo que te dijo de ser “la señora Lanzani” y no volviste a sacarle el tema? – preguntó Rochi recordando lo que su cuñada le había dicho.

- Él no lo hizo, no tengo por qué hacerlo yo. Además lo de casarme embarazada no me gusta.

- ¿Y quién te dijo que se iban a casa antes del parto? Lali un casamiento lleva su tiempo planearlo.

- Sí ya sé. Debería estar feliz por lo que me dijo pero al contrario de eso, estoy insegura. ¿Por qué lo comentó en ese momento y no volvió a sacar el tema? – preguntó Lali mientras le pagaban a la vendedora las cosas que habían comprado.

- Te quiero mucho cuñadita, pero estás paranoica – respondió Rochi al salir de la tienda.

- No sé si darte las gracias o contestarte mal – respondió Lali riendo – en serio Rochi no sé qué me pasa. Además últimamente Peter anda muy en la suya, apenas está en casa.

- Está trabajando Mariana – defendió Rochi a su hermano suponiendo lo que pensaba su cuñada.

- Demasiado para mi gusto, le echo de menos – se sinceró Lali.

Caminaron sin decir nada más, se montaron en el coche de Rochi y fueron hasta casa de Lali.

- Ves, hoy tiene el día libre y no está acá. Me saca de quicio a veces – dijo mientras colocaba las bolsas en el sillón.

- Dale Lali, mi hermano te ama, ¿no pensarás que está con alguien no? No sé vos, pero yo no conozco a nadie que le insinúe a su novia que se quiera casar con ella y después se busque una amante – respondió Rochi riendo.

- No sé de qué te reís Rocío. Amo a mi hija, pero mira como estoy. Este mes engordé tres kilos.

- Que bueno. Te recuerdo que hace dos meses y medios que casi no coges peso amiga. 

Lali llevó las bolsas al armario y volvió para atender el teléfono.

- Hola – contestó seca.

- Epaa, ¿Qué pasó? – contestó Peter notando su tono de voz.

- Nada. Bueno sí, ¿se puede saber dónde estás? Hoy no tenes que trabajar y no estás en casa, y además no me decis donde vas, cuando vas a volver… - dijo Lali ofuscada.

- Sos mi novia, no mi madre – respondió Peter y Lali notó que estaba sonriendo, y eso le molestó aún más.

- Sos un tarado Juan Pedro Lanzani – respondió ella.

- Yo también te amo mi amor. Vamos a ver contesto a tus preguntas: no estoy en casa, voy de camino y llegaré en diez minutos pero no para quedarme.

- Así que te vas de nuevo – lo interrumpió Lali - ¿con quién si se puede saber?

- Con vos mi amor – contestó Peter.

- ¿Conmigo? ¿Y a dónde? – preguntó Lali algo más calmada.

- Es una sorpresa – respondió él – estoy llegando, no te cambies porque seguro que estás hermosa. Solo te diré que hoy no comemos en casa… o sí.

- No te entiendo, ¿comemos acá o no?

- No allá no comemos. Ya estoy acá abajo, te espero. Te amo – respondió el y cortó.

Rochi miraba a Lali quien en su mirada mostraba que estaba algo confundida.

- ¿Qué pasó?

- Me tengo que ir, tu hermano me invito a comer fuera hoy – dijo Lali buscando sus llaves y chaqueta.

- Ok – respondió Rochi levantándose del sofá y yendo hacia la puerta donde ya estaba Lali – que la pasen bien – se despidió de su cuñada mientras esta cerraba la puerta – y La, de verdad no te preocupes más. Y si después de la comida te quedan más dudas, habla con él. Te quiero – la abrazó – y a vos también sobri – respondió dejando un beso sobre la barriga de Lali.

Lali bajó y al salir Peter la estaba esperando frente al nuevo coche que hacía un mes habían comprado.

-Hola mi amor – la saludó Peter pasando sus manos por la cintura de Lali y después dejar un beso en sus labios - ¿la pasaste bien con mi hermana?

- Sí – respondió ella.

- No sé qué te pasa. Perdón por no estar en casa hoy ni estos días, pero todo tiene una explicación – le dijo Peter acariciando el rostro de su novia.

- ¿A sí? ¿Y me la vas a dar? – preguntó ella cruzando sus brazos y poniéndolos bajo su pecho.

- Dale Lali, dame un poco de tregua no me trates así – le pidió Peter.

- Peter es que me vas a volver loca – dijo Lali casi gritando – después del cumple de Dani dejaste caer lo de la propuesta de matrimonio y después no volviste a sacar el tema. A eso sumarle que todo este tiempo pasas muy poco tiempo en casa, me siento sola – estalló Lali.

- Perdón, lo siento hermosa. Te prometo que no volverá a pasar – dijo él mirándola fijamente a los ojos – mi amor te amo, las amo a las dos. ¿No pensarás que tengo a alguien más?

- Es lo único que se me ocurría mientras me pasaba los días sola en casa – se quejó Lali cual niña pequeña.

- Lali por Dios. Jamás me arriesgaría a perderte ni a vos ni Alma. Tu trabajo casi me hizo perderla en dos ocasiones y me niego a pasar de nuevo por eso. No soportaría perderlas y menos por algo que pudiera provocar yo.

- Lo siento Peter, pero es que no sé qué pensar de verdad.

- Que te amo, eso tenés que pensar – respondió él y la besó – Vamos a comer, y sabrás por qué no he estado con vos tanto tiempo como te lo mereces – respondió él acompañándola a subir al coche – toma.

- ¿Y esto? – preguntó ella preguntando por el pañuelo.

- Para que te tapes los ojos, es sorpresa lo que te voy a enseñar – respondió y la besó de nuevo para después cerrar la puerta y rodear el coche para montar a su lado.

- ¿En serio? – preguntó ella.

- Sí, ya sé que no sos muy amante de las sorpresas porque sos muy impaciente pero no te lo voy a decir, y si no te pones la venda vas a saber dónde vamos y se me estropeará la sorpresa.

- Al menos ya sé que conozco el lugar a donde vamos – sonrió Lali por haber conseguido averiguar algo.

- Ya averiguaste algo que no tendrías que saber. Y por cierto, estos cambios tuyos de humor me encantan – dijo Peter sonriendo.

- Gracias, creo – dijo Lali – y perdón por tener que bancártelos – dijo Lali – ¿me ayudas?

- Encantado de bancarme tus cambios de humor – respondió él inclinándose para vendar los ojos de Lali, besarla de nuevo y poner rumbo hacia la sorpresa.

El viaje comenzó y Peter conducía atento a la carretera, pero también vigilando que Lali no se destapara los ojos.

- Me aburro – canturreó Lali - ¿Podés poner música por favor?

- Sus deseos son órdenes señorita – contestó galante Peter y vio cómo su novia sonreía.

Peter puso la radio y saltó un cd que Cande había creado con una gran variedad de música.

- Me encanta esta canción – dijo Lali al escuchar la voz de Carlos Rivera y su canción Fascinación.

- ¿Por qué? – preguntó Peter.

- Porque me pasó con vos – respondió Lali y giró su cabeza hacia Peter a pesar de tener la venda en los ojos – Muerto y sin fe, me dolió quebrarme. En ti descubrí mil formas de levantarme, y me entregué al amor – cantó Lali y Peter se unió al estribillo - Quédate por siempre a mi lado,  es real lo que siento,  mi vida lo entendí  cuando te conocí.  Yo que no creía más en esto, fue el poder de tu amor,  lo que me hizo caer  en esta fascinación, en esta fascinación, en esta fascinación,  esta fascinación que me da tu amor. 

- A mí me pasó lo mismo con vos Lali. Te amo más que a nadie.

- Supongo que dentro de poco pasaré a ser la segunda – dijo ella riendo.

- Nunca, nunca serás segunda para mí. No me imaginaría mi vida sin Alma y sin vos, si me falta alguna de las dos no sabría vivir.

- Sos lo más lindo que me pasó en la vida Peter, ¿me dejas quitarme la venda para besarte?

- Casi lo conseguís Lalita – respondió Peter riendo – no te vas a sacar la venda amor. Ya queda poco.

- ¿Cuánto es poco?

- Unos diez minutos….Disfruta de la música mientras – dijo Peter y subió un poco el volumen.

- Sí porque del paisaje no puedo – añadió ella y sacó la lengua a su novio.

En ese momento comenzó a sonar Bésame de Camila.

- A mí me gusta más esta canción que la de Carlos Rivera – dijo Peter y a Lali se le escapó una leve sonrisa.

- Es hermosa si – contestó ella.

- Es hermosa, pero más hermosos son los recuerdos que traen a mi mente – dijo Peter y no pudo evitar mirarla por unos segundos – jamás se me irán esas imágenes de la cabeza, la primera vez que me permitiste amarte completamente.

- Y la primera vez que me sentí más amada que nunca – respondió ella para luego relajarse sobre el sillón y dejarse embaucar por la melodía que la transportaba a la primera vez que Peter y ella hicieron el amor.

Continuaron en carretera, y aunque tardaron más de los diez minutos que Peter había dicho, ella no volvió a quejarse aunque sí que estaba ansiosa por saber que sorpresa le tenía preparada Peter.

- Listo llegamos – dijo él – no te quites la venda, yo voy a ayudarte a bajar – y así lo hizo, se desabrochó el cinturón e hizo lo mismo con el de Lali, se bajó del coche y lo rodeó para llegar hasta la puerta del copiloto.

- Gracias – dijo Lali al agarrar la mano de Peter y bajar – se te olvidó cerrar el auto Peter.

- No le va a pasar nada, tranquila – respondió él y continuó llevando a Lali de la mano – llegamos. Ahora te voy a quitar el pañuelo y cuando cuente tres abres los ojos.

- Está bien – aceptó ella deseosa de poder descubrir la sorpresa.

- Uno, dos y tres – contó Peter mientras le quitaba la venda – sorpresa. Vamos a comer en casa – ambos estaban parados frente a la puerta de su nueva casa.

- Me dijiste que aún no nos la habían entregado Peter – se quejó Lali deseando de entrar en su casa.

- Bueno una mentira piadosa para poder prepararlo todo.

- Nuestra primera comida en nuestra nueva casa. Gracias mi amor. Ya podemos decir en las tiendas de muebles que no nos lo tiene que guardar más y los pueden traer – dijo ella adelantándose para entrar.

- Creo que no entendiste bien amor – dijo él alcanzándola y abrió la puerta.

- Peter – Lali pronunció su nombre asombrada.

- Bienvenida a casa cariño – contestó él dejando un leve y suave besos en sus labios.