Capítulo 46

HOLA!!!! ¿Qué tal el sábado? Yo un sábado de escribir llevo =P tengo capítulos para unos días, creo que se alegrarán de saber eso =) Perdón por dejaros con la intriga estos días, pero disfruté en la calle de las pocas procesiones que han podido salir porque ha estado lloviendo por aquí.

Mejor dejo de contar mi vida, y paso a agradeceros por las firmas =) MUCHAS GRACIAS A TODAS!!!!!!!  Silvia!!!! te echaba de menos ya, ¿que tal tu vida como universitaria? jajaja XD . Por último os dejo este blog, que está posteando una nueva adaptación =) http://mymemoriesold.blogspot.com.es/ . Que disfrutéis de lo que queda de Semana Santa y por ello de vacaciones MUACKS! <3

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Capítulo 46

- Vete de acá – elevó Lali la voz.

- Ahora que te encontré no. Creí que no me reconocerías – dijo abriendo la puerta y quedando frente a ella.

- Lali cariño ¿quién es? – preguntó Peter aligerando el paso hasta llegar a la puerta, sin reconocer quien era aquel hombre.

- Es alguien que no tuvo que venir, ¿podes irte por favor Guillermo? – le rogó ella.

- Guillermo – susurró Peter comprendiendo quien era aquel hombre.

- Guillermo – repitió aquel tipo – para vos papá, Mariana – dijo tajante.

- Jamás te volveré a llamar así. Chau – sentenció y cuando se iba a ir para el salón la agarraron del brazo, y Lali se giró con una mueca de dolor.

- No te atrevas a ponerle un dedo encima – le advirtió a Peter soltando a Lali de ese agarre – jamás, porque no respondo.

- Salió el caballero andante a defenderla – se burló el padre de Lali – es mi hija y hago lo que se me da la gana.

- Es mi novia y la defiendo de ti y todo aquel que quiera hacerle daño – dijo Peter envalentonándose ante él.

- Por favor Peter, no – le pidió Lali que sabía cómo podía terminar aquella situación y sus nervios aumentaban.

- Está bien – le dijo Peter girándose hacia ella – tranquila, no les hace bien a ninguna de las dos esto, dijo posando su mano sobre el vientre de Lali.

- Voy a ser abuelo – exclamó él – que alegría hija mía – habló como si no se diera cuenta de todo el mal que había hecho.

- NO ME VUELVAS A LLAMAR HIJA – gritó Lali – llevaré tu sangre, pero para ser un padre se necesita mucho más que el lazo biológico. Así que por lo que a  mí respecta, no soy tu hija y 

por ende, ella no es tu nieta. Si aún te queda algo de decencia andate.

- Te guste o no, soy tu padre, y ella es mi nieta. Veo que estas algo alterada así que mejor me voy y vuelvo… - empezó a decir pero Peter lo cortó.

- Nunca vuelvas, ya te dijo que no te quiere ver y mucho menos que te acerques a ella – le advirtió Peter lo empujó fuera de la entrada de su casa y cerró la puerta.

Se giró para buscar a Lali pero ya no estaba junto a él.

- Lali – dijo su nombre llamándola mientras iba al salón.

- Estoy acá – respondió ella entre sollozos. Estaba sentada en el suelo apoyada contra una pared en un rincón del salón.

- Mi amor – fue Peter hacia ella y la abrazó – mi vida, tranquila.

- ¿Cómo tiene la poca vergüenza de presentarse aquí? ¿Cómo sabe que vivo aquí? – repetía Lali una y otra vez – lo odio, lo odio Peter , te juro que lo odio.

- No digas eso, en algo tiene razón te guste o no es tu padre – le dijo él y ella lo miró enfadada – escúchame, es tu padre… un mal padre, pero lo es. Y no digas que lo odias, porque es un sentimiento muy feo, y no me gusta para nada que hables así.

- No sé si te gusta o no, pero es lo que siento. Lo odio, me lastimó mucho a mí, a mi madre y a mis hermanas. Y si me hizo daño vos también deberías de detestarlo – se quejó ella.

- Sé que te duele por todo lo que les hizo, pero no puedes odiarlo. Yo no lo odio – le dijo él.

- Es mi padre no el tuyo – reclamó ella intentando acomodarse en el suelo.

- Vamos a sentarnos en el sillón, así estás más cómoda – le dijo él mientras la ayudaba a levantarse – yo no puedo odiarlo, es más creo que le estoy agradecido.

- Ahora sí que no entiendo nada – dijo ella sentándose en el sillón y Peter a su lado - ¿Agradecido?

- Sí. Gracias a él tengo a mi lado a la mujer que amo – le respondió Peter mientras secaba con sus manos las mejillas de Lali mojada por lágrimas – y dentro de unos meses voy a tener en mis brazos el regalo más maravilloso del mundo – y Lali volvió a llorar – mi amor, no te lo dije para que te pongas a llorar.

- Sí me decís esas cosas es imposible no llorar, te amo – y lo besó – Gracias por estar a mi lado, y gracias por echarlo. Sé que en parte tenes razón en lo que dijiste, pero no puedo no sentir esta rabia y este dolor cuando se habla de él, cuando recuerdo algo o cuando lo veo.

- Ya sé, y te entiendo. Pero ese dolor y esa rabia, ese… odio como vos decís, no te va a dejar vivir. Tienes que intentar perdonarlo porque si no, siempre va haber algo que te lo recuerde y que te lastime por dentro, y nunca vas a poder vivir en paz.

- Cuando te pones tan profundo te detesto… a todo le encontras algo positivo – dijo ella con una media sonrisa.

- Espero que con lo que voy a decir no meta yo la pata – hizo una pausa - Es como lo que te pasó con el tipo que te violó – dijo Peter muy despacio por miedo a causarle más dolor – si no lo hubieras perdonado de cierta forma, sino hubieses entendido por vos misma que ese dolor jamás te dejaría vivir, no me lo habrías contado y mucho menos me hubieras permitido hacer el amor con vos – hablaba mientras acariciaba su mano.

- Quizás tengas razón – admitió Lali y Peter respiró tranquilo por no haberle causado más dolor recordando más cosas de su pasado – y tranquilo no metiste la pata con lo que me dijiste. Siempre tenes las palabras justas para consolarme, para hacerme reaccionar, para que actúe… y solo te puedo dar las gracias por eso.

- ¿Sólo? – preguntó él y ella lo miró extrañada – yo antes que las gracias prefiero unos cuantos besos – y se acercó a ella para besarla y mimarla – te amo.

- Yo también te amo – respondió ella y aceptó los mimos.

Un rato pasaron así en el sofá, hasta que Peter interrumpió ese silencio que a veces se veía interrumpido por los sonidos de sus besos.

- Un día bastante completo el de hoy – dijo él mientras la abrazaba – aunque ahora que estoy acá así con vos, me olvido de lo feo que fue el día.

- No fue tan feo – dijo Lali – antes de que pasara todo lo que me pasó en el parking de la comisaría, Javier me dio una buena noticia.

- ¿Cuál? – preguntó rápidamente Peter.

- No voy a tener que ir a España para testificar en el juicio contra Héctor. Esta mañana llamaron a la comisaría antes de que yo llegara y Javi intervino por mí y la fiscalía dio permiso para que mi declaración fuera por escrito, y solo la utilizarían en caso de necesitarla, mientras tanto no.

- Que bueno mi amor – se alegró Peter y volvió a rodearla entre sus brazos – por fin una buena noticia en el día de hoy.

- Sí, algo bueno – sonrió Lali – mmm… tengo hambre – dijo mientras daba picos a su novio.

- Yo encantado de ser tu cena – admitió él y ambos rieron – termino de preparar la cena.

- Mejor te ayudo y terminamos antes, porque te quiero a vos de postre – le dijo Lali siguiéndolo hasta la cocina.

- Me parece que las hormonas te tienen un poco alterada a vos eh – dijo Peter divertido.

- Nene, a mí no me hacen falta mi revuelo de hormonas por estar embarazada para tener ganas de vos – le advirtió Lali sacando su lado más pasional – eso que te quede bien claro – dijo y lo besó.

- Te amo tanto – repitió Peter mientras la abrazaba.

- Y yo a vos amor – respondió ella para después volverlo a besar.