Capítulo 30 - ¡Ni que fuera verdad!

CAPÍTULO 30

Un par de días después de la quedada con las chicas, me petan el grupo de whatsapp diciendo que ya tienen algunos contactos que seguro que van. Charo consiguió que viniera a cantar dos artistas, así que ya avisé a Sergio para que los apunte para que cuando les pase el listado a la empresa de los carteles, no falten. Estuve todo el día trabajando, apenas vi a Peter excepto el ratito que estuvimos comiendo juntos en la academia. Lo mandé para su casa porque esta pachucho, y ahora que por fin termino de currar, voy para su casa a cuidarlo y mimarlo un poco. Aparco el coche, subo a su casa porque me abre una vecina que estaba entrando y llamo a la puerta de su casa.

- Ey! ¿qué haces tú aquí? – me pregunta sorprendido.

- Vine a cuidarte – le digo y él me hala de la chaqueta para darme un beso.

- Soy muy mal enfermo, te aviso.

- No peor que yo – le digo mientras entramos abrazados y no sentamos en el sofá. - ¿Estás mejor? – le pregunto.

- Sí, con las pastillas que me dio la doctora estoy mucho mejor. Solo tuve destemplanza y me bajó de seguida.

- Mi niño pobrecito que está malito – le digo acariciándole la cara y dándole besitos.

- Sí, me dijo que necesito muchos mimos – me suelta como el que no quiere la cosa.

- No necesito que estés malos para mimarte, nene – le digo y le planto un buen beso.

- Pues llevas dos días que me tienes olvidado.

- Eso es un golpe bajo, estoy trabajando mucho lo sabes – me defiendo – Además por eso también vine, para cuidarte como no lo pude hacer estos dos días atrás.

- Todavía recuerdo que me debes una cena hecha por ti – me dice y me recuerda la vez que cocinó en mi casa cuando aun éramos solo amigos y me lastimé el pie.

- No lo había olvidado. Pero eso pronto para cenar, tenía pensado otra cosita – le digo y voy dándole besos por el cuello – siempre que tengas ganas.

- De ti siempre tengo ganas chispita – me dice y me agarra la cara para mirarme – siempre – me repite y me besa.

El resfriado que tiene no le ha quitado las fuerzas, me coge en brazos y me lleva a la cama. Me desnuda y él mismo se deshace de su ropa. No hay muchos preliminares, hace tres días que no hacemos el amor y nos echamos demasiado de menos como para entretenernos como normalmente nos gusta.

- Te quiero Peter – le digo mientras me pongo sobre él y me empalo. – Eres lo mejor de mi vida, ahora lo sé.

- Yo también te quiero La – me dice y tira de mi para besarme.

Nos acariciamos con devoción y disfruto en sus brazos como jamás lo había hecho antes. Cada vez que hacemos el amor, me transmite algo nuevo y me siento más y más enamorada de él. Nos quedamos acostados un rato jugando con nuestras manos. Le empiezo a hacer cosquillas en la espalda y él se queda adormilado así que aprovecho para levantarme, vestirme y empezar a buscar que tiene en su cocina para ver qué puedo hacer. A decir verdad no encuentro mucho, así que hago cojo patatas para pelarlas y hacer una tortilla; tomate, lechuga, maíz… para una ensalada y con la fruta que tiene, prepara un par de platos graciosos haciendo una carita sonriente con corazoncitos dibujados de sirope de chocolate.

Primero la tortilla, y mientras se va haciendo empiezo con la ensalada que la termino en dos minutos y me pongo a preparar los platos con la fruta.

- ¿Lali? – escucho a Peter llamarme y me asomo a la puerta de la cocina.

- Estoy aquí – le digo y aparece en el salón.

- Me has asustado – dice y se acerca a mí – creía que te habías ido.

- ¿Por qué? – le pregunto.

- Porque no veía tu ropa y me asusté.

- No era plan de estar desnuda haciendo la cena – le digo y después de abrazarlo corro a la cocina.

- Ey – me dice y me sigue - ¿Qué pasa?

- Que se me quema la tortilla – digo riendo – pero logré salvarla a tiempo – y la pongo en un plato, y la pongo junto con la otra comida - ¡Tachán!

- Wow, te lo has currado eh – me dice y me abraza para después besarme – gracias chispita.

- No tienes que agradecer, don apodos – recurro a como lo llama su hermana y se ríe.

Nos sentamos en la mesa que tiene en la cocina. El piso de Peter es más pequeño que el mío: un dormitorio, salón, baño y cocina-comedor.

- ¿Cómo va todo para la fiesta de apertura?

- Muy bien, estoy ansiosa – le digo sonriendo – Ya conseguí la participación de varios artistas que van a actuar y otros que van a asistir de invitados.

- Me alegro mucho La.

- ¿Te llamaron del último casting que has hecho? – le pregunto al recordarlo.

- No, pero la verdad me lo esperaba no es nada nuevo – añade algo desilusionado.

- Peter, déjame ayudarte por favor. Conozco a gente que te puede ayudar.

- No Lali, ya lo hemos hablado incluso antes de estar juntos, me niego a ser actor gracias a mi novia.

- Que no es eso, solo quiero que te den la oportunidad que te mereces – me quejo ante su negativa.

- Si me merezco esa oportunidad la voy a conseguir, sin tu ayuda – me aclara.

- Que orgulloso eres a veces.

- No es orgullo. Solo quiero sabes que de verdad valgo, y no que me cojan por ser un enchufado.

- No estoy hablando de enchufarte, solamente – intento explicarme pero no me deja.

- No La, de verdad. Y vamos a dejar el tema que quiero pasar una buena noche contigo, no discutiendo por favor. – me pide con cara de niño bueno.

- Está bien – acepto.

- Por cierto, he hablado con Nacho. Ha estado hoy aquí.

- Ahora soy yo la que te pide dejar ese tema, estoy muy enfadada con él, se está comportando como un verdadero capullo.

- Entonces si no quieres hablar del tema, no te digo que ha dejado a la azafata – me dice.

- ¿Cómo? – pregunto y se me cae hasta el tenedor - ¿de verdad?

- No, me estoy quedando contigo. – dice y se ríe – Pues claro que es verdad tonta.

- Por fin – digo y suspiro aliviada. – Euge estaba dispuesta a hablar con él, porque no quería seguir haciéndose daño ella, lastimarlo más a él y meterme a mí en medio.

- Pues quizás ahora esto lo cambie todo.

- No estoy muy segura yo – digo pensando en el embarazo y me acuerdo que Peter no lo sabe ¡bocazas!

- ¿Es por Gonzalo? Nacho me dijo que los vio abrazarse hace unos días. – me dice pero me quedo sin saber que contestar – Lali, te conozco ya lo suficiente como para saber que hay algo que no me estás diciendo.

- Es que es algo de Euge y no puedo contarlo Pitt – le digo y se escucha el timbre – Corre ve a abrir – le digo mientras me levanto y voy recogiendo los platos.

- No te vas a escapar chispita – me asegura, me da un pico y va a abrir la puerta.

- Peter – escucho la voz de una mujer que no conozco.

- Sonia – responde él y escucho la puerta cerrarse – pero no llores, tranquila.

Al oír eso me asomo a la puerta de la cocina y los veo parados en la entrada, abrazados.

- No te lo vas a creer – le dice ella, se suelta de sus brazos y lo mira – estoy embarazada, vamos a ser padres.

Escuchar esa frase y que se me caiga el mundo a mis pies, y de paso los vasos que tenías en las manos van a parar al suelo y estallan en pedazos.

- Lali – se gira hacia a mí.

No sé qué decir, no sé qué hacer. ¿Quién es Sonia? ¿Peter va a ser padre?