Capítulo 29 - ¡Ni que fuera verdad!

Aquí va el segundo de hoy y ya estamos en paz =) Mañana vuelvo con el que toca =p Espero que sigáis disfrutando.  ¡¡¡GRACIAS POR LEER Y OPINAR!!!

CAPÍTULO 29

Poco a poco la idea de la fiesta de apertura de la gala va cogiendo forma. Ayer después de comer con Peter intenté hablar con Euge pero dijo que no se encontraba muy bien, que prefería descansar. Así que estoy vistiéndome para bajar a su casa a comer que me ha invitado y hablar de cómo va su tema. Me termino de vestir, cojo el móvil y las llaves y bajo. Toco el timbre y no tarda en abrir.

- Que carita hija – le digo, porque está algo pálida.

- Tengo el estómago revuelto, la doctora me dijo que tengo un principio de catarro y los mocos no me dejan comer lo que debería. Me mandó una dieta especial – me explicaba mientras entrábamos en su casa.

- ¿Y el bebé? ¿Te dijo algo?

- Sí, que está bien. Por eso me mandó la dieta para que me cuide y no le falta alimentación. Estoy de seis semanas La, es de Gonzalo.

- ¿Tenías alguna duda? – le pregunto sorprendida.

- Después de cortar, he estado con varios tíos pero siempre me he cuidado, aunque sabes que eso no es 100% seguro. Pero si echo las cuentas es de él.

- ¿Para eso te acompañó ayer? – le pregunto.

- Sí – responde y nos sentamos a comer – dice que no quiere ser padre Lali.

- ¿En serio? – le pregunto – siempre ha sido un irresponsable egoísta pero sinceramente pensé que esto le cambiaría.

- Pues ya ves que no. – dice triste.

- ¿Qué vas a hacer entonces? – le pregunto.

- Ni se te cruce por la mente que por el simple hecho de que el padre no quiera ni reconocerlo, voy a abortar – me responde algo enfada – Tengo veintisiete años, por suerte me puedo mantener y aunque no estaba en mis planes, es mi hijo y lo quiero. No sé cómo es ser madre pero sé que mi niño me va a enseñar.

- Perdón pero te lo tenía que preguntar – me disculpo – puede que su padre no quiera reconocerlo, pero va a tener una tía que lo va amar con locura y a una madre que lo va a cuidar como una leona.

- De eso estaba más que segura – me dice y me agarra la mano – Gracias por apoyarme siempre.

- Para eso estamos las amigas. Sabes que eres la hermana que la vida me dio, y te puedo asegurar que a ese enano o enana que viene en camino lo voy a consentir como la que más, y no me vas a poder reñir.

- No me lo malcríes que todavía ni ha nacido.

- ¿Cuándo se lo vas a decir a tus padres y a tu hermano?

- Pues no sé, quiero estar un poco más relajada y cuando yo me haga a la idea, se lo diré a ellos.

- El día que te hiciste el test casi nos pilla Peter – le cuento y me mira con cara de circunstancia – Pero tranquila, le dije que era mío, que no le había dicho nada porque dio negativo. Lo que encontró fue la cajita.

- Le puedes decir si quieres a él, pero que no se lo cuente a nadie por favor.

- Es algo que tú y nadie más tiene que decidir cuándo y a quién contarlo. Te aseguro que ya ni se acuerda. Quizás Nacho te llame para pedirte perdón por cómo te trató ayer, lo puse un poco vestido de limpio cuando te fuiste. Te vio con Gonzalo porque vino por la mañana aquí.

- Nacho es un imbécil, me encantaría odiarlo pero no puedo. Lo quiero, estoy enamorada de él y por más que me duela es mi mejor amigo. Creo que tenemos que hablar, porque no es sano para ninguno de nosotros seguir así, y tampoco para ti que te metemos en medio.

Seguimos charlando mientras comemos y después nos sentamos en el sofá con un cacharro lleno de palomitas a ver una película, aunque casi todas me las como yo porque a ella no le apetecen. Cuando termina, miro la hora y me subo a casa para preparar la merienda con mis amigas. Invito a Euge pero no tiene ganas. Subo y empiezo a preparar café, hago algunos dulces y justo cuando termino de poner los platos en la mesita del salón, suena el telefonillo.

- ¿Quién? – pregunto al descorgar.

- Hermanilla al aparto – responde Yari.

- Os abro – digo sonriendo.

Dos minutos después, están entrando por la puerta mis amigas: Yari, Charo, Moni, Clau, Maripaz, Sori y Nai. Las saludo y nos sentamos a comer.

- Que bueno está esto por favor – dice Clau.

- Sí muy bueno todo, pero aquí mi hermanilla – así nos llamamos mutuamente porque desde que la conocí, tenemos muchísimas cosas en común y somos muy parecidas en carácter y la adopté como mi hermana menor. – nos llamó porque necesitaba ayuda, ¿pero pa qué?

- Pues porque, primero quiero invitaros a la fiesta de apertura del curso de la academia, pero también porque necesito que me traigáis a los famosos que conocéis.

- Vamos, que nos invita por interés – bromea Charo.

- Colorada, no me pongas de interesada – me quejo. Ese mote se lo ganó cuando se puso pelirroja y aunque ha vuelto a su color natural, sigue siendo la “colo” del grupo.

- Un poquito eres – bromea Nai – pero yo lo veo bien. Estoy empezando en el mundo de la actuación, pero ya conozco a varios que seguro que se apuntan.

- Yo tengo una gala esta noche, así que mientras maquillo y arreglo a los famosos se lo comento – añade Sori y todas reímos – Publicidad subliminal se llama eso.

- Hablando de publicidad, ¿Vais a mover redes sociales y eso? – pregunta Moni – porque puedo ayudarte, sabes que a eso no hay quien me gane.

- Si sí, todas los sabemos.

- Yo estoy fuera de ese mundillo lo sabes, pero voy a la fiesta la primera – dice Claudia.

- Gracias chicas sois lo más. Maripaz, había pensado que hicieras algún baile o participaras en alguna coreografía si te parece bien.

- Eso no me lo tienes ni que preguntar.

- Yo te hago las fotos – dice Yari – y la Colo seguro que puede traerte a alguno de sus compañeros del programa.

- Además a los invitados que vayan de aquí a que se organice te aseguro que se lo digo – añade la Colo en cuestión.

- Gracias, además quiero contactar con vuestros queridos Auryn así gano más público.

- Oh madre, David, lo amo. Si lo consigues lo quiero ver bien de cerquita eh. Que desde el último concierto no lo veo y tengo penita.

- Sí depresiva está la canaria – dice Sori y todas nos reímos.

Seguimos merendando y organizando como cada una me puede ayudar. No sabía que una red social me podría dar amigas como las que tengo ahora mismo delante y llevar teniéndolas junto a mí desde hace ya seis años. Además de hablar de la fiesta, las pongo al día de mi relación con Peter y es cuando se nota que mis mosqueteras están en casa.