El segundo de hoy... hasta mañana.
CAPÍTULO
27
Estoy sentada en el sofá,
aun sin poder creerme que una de mis mejores amigas está embarazada. Estoy
viendo la TV cuando suena el timbre de casa.
- Voy - digo mientras me levanto y voy a abrir.
- Hola, estoy buscando a una
señorita que resulta que hace cuestión de horas es mi novia pero que no me coge
el teléfono. ¿Sebe en que piso vive?
- Que tonto eres – le digo y
halo de la camiseta para besarlo y hacerlo entrar en casa.
- Eso, tú insúltame
gratuitamente además de ignorarme – me recrimina mientras vamos abrazados al
salón.
- Es que llegué de la calle
y se me ha olvidado sacar el móvil del bolso – digo sentándome en el sofá y él
me imita.
- ¿No me echabas nada de
menos? ¿Ni siquiera mandarme una carita por whatsapp? – me pregunta con un
puchero.
- Claro que sí, pero estuve
haciendo cosas – dije al recordar que estuve pensando en Euge desde que se fue.
- Que feo eso eh – dice y se
cruza de brazos mirando al frente.
- ¿Sabes qué pasa? – le digo
acercándome a él. – Que no estoy acostumbrada a tener novio, y menos tan mimoso
como tú.
- Pues ve acostumbrándote
chispita – me dice y me besa. – Venía
invitarte a cenar.
- Suena bien.
- Si quieres podemos llamar
a Euge y Nacho así se reconcilian.
- No, mejor déjalos que se
arreglen solos. Estuve hablando con Nacho esta tarde y espero que haga algo,
ahora toca ver si Euge quiere seguir adelante con él.
- ¿Por qué no? Está enamorada
de él, por mucho orgullo que tenga seguro que el amor puede más.
- Tu madre te sacó de una
película cursi ¿no? – bromeo al escucharlo.
- No voy a pedir perdón por
ser romántico.
- En el fondo me encanta, lo
sabes – le digo desviando el tema Euge, porque al final le cuento todo.
- Bueno, ¿te va o no te va
ir a cenar? – me vuelve a preguntar.
- Claro que sí. Pero no
hasta muy tarde que mañana tengo reunión en la academia para la apertura del
curso.
- A las doce Lalicienta
estará en casa, prometido – dice y me ofrece su dedo meñique – venga promete
con tu dedo meñique – y hago lo que dice – es una manía que me han pegado mis
sobrinos, desde que vieron la película del villano, lo prometen todo así – me
cuenta y yo me río, con él esta vez. - Venga ve a vestirte.
- ¿Ya? Es temprano para
cenar aun.
- Vamos a un restaurante que
está en la sierra.
- ¿En la sierra? – pregunto
sorprendida.
- Sí, pero tranquila que es
cerca. He prometido a Lalicienta que estará aquí a las doce, y cumpliré.
- Vale, ¿algo muy arreglado?
- Ponte lo que quieras,
estarás guapísima.
- No ayudas, me arreglo
mucho o no.
- Es pijo pero informal. ¿Te
sirve? – dice después de haber pensado cómo ayudarme, parece.
- Algo – digo y pongo cara
de circunstancia y él se ríe.
- Viene mi hermana Irene con
su novio Sergio – dice cuando estoy de camino a mi habitación.
- ¿En serio? – le pregunto
girándome. – Peter no hace ni 24 horas que estamos juntos y ya me vas a
presentar a parte de tu familia. Es un poco mucho.
- Habló la que me presentó a
toda su familia en tres días.
- No es lo mismo – me quejo.
- Estamos juntos desde ese
viaje hace un mes y medio.
- Llevas muy bien la cuenta
– le digo y sonrío.
- Ese fin de semana será
inolvidable para mí. – me dice y se acerca para cogerme las manos – Lali, con
mis hermanas no tengo secretos. Desde que te conocí he hablado con ellas mucho
de ti.
- Así me pitaban los oídos –
bromeo y él me da una palmada en el culo.
- Mi hermana me invitó a
cenar y me pidió que vinieras conmigo, por favor.
- Sigo creyendo que es
pronto. Pero está bien, vamos a cenar con tu hermana. – le digo y él sonríe
feliz. Me agarra la cara y me planta un beso. Me despego a la fuerza de él,
porque si no vamos a terminar en la cama de nuevo. Me visto, unos pantalones
color coral, una camisa de media manga color verde agua, tacones y bolso
negros, accesorios turquesas.
Cuando estoy lista, salgo y
busco a Peter pero no lo veo, así que supongo que está en el baño. Busco el
otro bolso para cambiar las cosas al que voy a llevar y escucho que sale del
cuarto de baño.
- Estoy casi lista, dame dos
minutos y termino – le digo sin quitar la vista de los dos bolsos.
- Lali – me llama.
- ¿Qué?
- Me estabas diciendo que
era pronto para conocer a mi hermana, pero ¿no es pronto para esto? – me
pregunta y al no entender lo que dice lo miro y tiene una de las cajas de test
de embarazo de Euge en la mano.
- Peter, yo – intento decir
pero no me salen las palabras.
- ¿No vas a decir nada? – me
pregunta mientras pienso en algo para no contarle lo del embarazo de Eugenia –
Espero que no me hayas dicho nada porque ha sido negativo.
¡GRACIAS! Le grito desde mi
interior porque él me ha dado la respuesta.
- Exacto – le digo y me
acerco a él para coger la caja y tirarla antes de que coja el predictor que
está dentro. – Se me retrasó unos días, y es raro en mí. Así que quise
comprobar que fuera solo un retraso y así es.
- ¿Por qué no me lo has
dicho? – me pregunta serio.
- Porque no quería
preocuparte – <<de aquí a Hollywood>>, pienso para mí misma –
Acabamos de decidir que queremos estar juntos, no quería asustarte.
- Ni me preocupas ni me
asustas – me dice aun serio – no vuelvas a hacerlo. Si te vuelve a pasar, por
favor, dímelo. No quiero que estés sola si vuelve a suceder, por favor – me
pide.
- Perdona, si me vuelve a pasar
te lo cuento y lo hacemos juntos – le digo y le doy un beso, consiguiendo que
me vuelva a sonreír.
- Te quiero – me dice – te
quiero, y pase lo que pase, eso no va a cambiar. Confía en mí por favor, no te
voy a dejar sola a la primera de cambio.
- Lo sé. Sé que puedo
confiar en ti. Solamente tengo que acostumbrarme que ahora te tengo junto a mí
– le respondo, le doy otro beso.
- ¿Nos vamos? – me pregunta
y yo asiento.
Busco las llaves, y salimos
de casa. Nos subimos al coche y nos dirigimos a la sierra, a pasar una buena
velada con mi cuñada menor. Ponemos música y durante el trayecto vamos hablando
y cantando. Cuando pasa un buen rato, veo como entramos en un camino rodeado de
árboles iluminados, bastante romántico todo. Al llegar al final de ese camino,
hay como un hotel totalmente iluminado también. Peter aparca, y nos bajamos.
- Es precioso – le digo
mirando a mi alrededor.
- Deja que veas el
restaurante, tiene un lago detrás y a esta hora se ve espectacular. – me dice
ofreciéndome su mano y la acepto.
Llegamos a la puerta y le
dice al maitre, su apellido y tras
comprobar la lista, nos lleva a una mesa donde veo a una chica rubia, delgada y
al parecer un poco más alta que yo junto a un chico castaño, muy guapo. Ambos
sonríen al vernos.
- Por fin habéis llegado –
dice ella levantándose y dirigiéndose a mí – Seguro que el cuajo de mi hermano
se ha perdido, es malísimo orientándose – me dice ella y me da dos besos – soy
Irene, la hermana pequeña de Peter, estaba deseando de conocerte Lali.
- Encantada Irene, yo
también tenía muchas ganas.
- Mentirosa – me dice Peter
en un susurro – Yo también coletis – le dice a su hermana y la saluda – él es
Sergio, mi cuñado y el valiente que se va a casar con miss coletas.
- Encantada Lali – me dice
Sergio y me da dos besos.
Nos sentamos y se nos acerca
el camarero.
- Hoy te toca pedir a ti,
Don apodos – dice Irene a Peter – Te explico Lali, el que invita a cenar elige
el sitio y el otro elige el vino que vamos a tomar. Es como una tradición que
tenemos. ¿Te gusta el vino?
- Sí le encanta – se me
adelanta Peter – Nos trae Rosso di
Montalcino por favor – le pide Peter
y el camarero se va.
- Buena elección – dice
Sergio.
- Magnífica – digo sonriendo
al recordar que es el vino que pidió cuando fuimos a comer juntos solos, justo
antes de viajar a Irlanda.
Nos traen el vino y pedimos
la comida. No paramos de hablar en ningún momento. Las risas son protagonistas
de la noche, sobre todo cuando Irene decide contarme las travesuras de Peter
cuando era pequeño y este empieza a ponerse rojo como un tomate. Cuando
terminamos la cena, nos despedimos no sin antes decirle a Irene, que me ha
encantado conocerla y espero quedar pronto con ella.
- ¿Nos vamos? – le pregunto
a Peter y este niega.
- Yo prometí que estarías en
casa ante de las doce, pero no dije si era de la noche o de la mañana – me dice
con su sonrisa característica mientras nos adentramos en el hotel. Aún estoy un
poco flipada por la manera tan espectacular que me ha dado coba – Buenas
noches, tengo una reserva a nombre de Peter Lanzani – dice al recepcionista.
- Sí – dice el chico después
de buscar en el ordenador – la habitación 626 caballero – le dice al darle una
tarjeta magnética con ese nombre.
Peter da las gracias y me
hala hacia el ascensor. Lo llama y se abre de seguida. Entra y tira de mí.
- ¿Sabes que esto es como
ponerle los cuernos a mi familia? Has reservado en la competencia – le digo.
- Cierto, fallo mío – dice
sonriendo - ¿No estás enfadada por no haberte dicho la verdad?
- Me gustan que me
sorprendan siempre que sea para bien, claro está. Pero sobre todo me gusta la
sorpresa porque viene de ti – le respondo y lo beso.
Me separo de él al pararse
el ascensor. Buscamos la habitación, Peter abre y al entrar vemos que en la
cama y por toda la habitación hay pétalos de rosas y velas encendidas.
- ¿Han hecho esto para
nosotros? – pregunto sorprendida.
- Pues claro que sí – dice –
se acerca al equipo de música y suena Zenet
–
- Es la canción que me
cantaste cuando estuvimos juntos por primera vez. – le digo emocionada.
- La primera vez que te hice
el amor, no fue todo lo romántico que esperaba. Ahora espero superar las
expectativas.
- Siempre lo haces – le
respondo.
8 comentarios:
que amor peter .. me encantooo .. massssssssss
ayyyy Peter no puede ser más tiernoooo!!!!! ME encanta!
quiero más Inmilla!!!!!!!!!!!!!!! Love u! besos y espero ansiosa el próximo!
Un príncipe!!!!
Solo tiene k pensar en el día a día.
Peter es un tierno mal y x experiencia una se.mal acostumbra mucho cuando el hombre es un tierno me encanta que esten bien
Ruthy
Oye una vosa esa foto son lali y peter? Y es de 2014?
Subiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii otro :DDDDDDDDDDDDD
Hola, sigo siempre tu nove.. podrias postear dos hoy? por lo que leì subis uno el sabado otro el martes u otro el jueves pero no has subido ni el sabado ni el martes..beso
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