Capítulo 58

POR FIN!!!!! Estoy libre! jajajajaja Se acabó el curso y se acabó muy bien, a pesar de me falta por saber la nota de una asignatura, sé todas las demás y las tengo aprobadas! =) Soy feliz... ahora es cuando se cumple eso de "el que algo quiere algo le cuesta" y "todo esfuerzo tiene su recompensa" =)

Ahora tengo más tiempo para escribir... estos días me los tomé de relax, pero ya me pongo las pilas y me pongo a escribir y a subir capítulos. De momento aquí vuelvo con uno =). Muchas gracias a todas por pasar, leer y comentar la nove =) muchas gracias por estar siempre! =) 

Os recomeindo dos blog que tienen unas historias geniales =) 

Este es de Fátima http://casiangelesresiste.blogspot.com.es/ y este otro es de Mariana http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/

Que disfrutéis de las lecturas, ánimo y mucha suerte a las que aun están de exámenes. BESOSSSS

TWITTER: @Inma_06

Capítulo 58

Se comenzaron a besar lentamente pero el beso fue subiendo de intensidad… pero unos golpecitos en la puerta de su dormitorio los alertó y separó, saliendo de su baño particular y encontrándose ahora en su dormitorio.

- ¿Están visibles? – se escuchó la voz de Rochi al otro lado de la puerta.

- Sí Rochi – contestó Lali riendo y su cuñada abrió.

- Pero estamos visibles por tu culpa taradita, que nos interrumpiste – le aclaró Peter mientras abrazada de costado a Lali.

- Peter – lo retó Lali con un suave golpe en el brazo.

- ¿Posta les corté el mambo? – preguntó Rochi riendo.

- Que hermana más simpática tengo – dijo Peter soltando a Lali y caminando hacia su hermana – me las vas a pagar Rocío.

- ¿Por qué? Yo solo venía a avisarles que ya estamos todos abajo esperándolos, que son unos desconsiderados dejando a sus invitados sin anfitriones – respondió Rochi como si nada.

- Me da igual, me las vas a pagar con algo que odias – dijo Peter.

- Juan Pedro no, odio las cosquillas – le advirtió y recordó la rubia.

- Ya sé y por eso lo voy hacer… empieza a correr porque cuando te pille te enteras pendeja – le contestó Peter y Rochi salió rápida.

- Cuidado con las escaleras que se van a lastimar – dijo Lali y Peter se paró en la puerta del cuarto antes de salir.

- Dale, terminá de arreglarte te esperamos abajo – respondió él y reculó hasta llegar a su novia – te amo – la besó.

- Yo también – lo imitó Lali con beso incluido.

Peter se fue y ella comenzó a vestirse… la primavera se acercaba y los días don tiempo primaveral empezaban a dejarse ver ya aunque estaban en invierno. Lali se terminó de secar el cuerpo y se vistió… ahora que Peter y ella había arreglado todo podía disfrutar el día rodeada de todos los suyos.

- Hola! – casi gritó Lali para saludar a todos y vio que Alma estaba llorando. - ¿Qué le pasa a mi niña? – preguntó ella acercándose a los brazos de Peter.

- Me parece que tiene hambre mi amor – respondió el pasándosela a Lali.

- Y sí, hace una hora debería haber comido pero como estaba tranquilita y no pidió la dejé – le dijo Lali - ¿vamos a comer hermosa? – le hablaba a la bebé – ¿Me alcanzas la gasa Peter? – dijo mientras ella se sentaba en uno de los sillones individuales que había en la terraza.

- Toma mi amor – Lali se acomodó y comenzó a amantar a Alma, cubriéndose su pecho con la gasa pero sin incomodar a su hija, que succionaba complacidamente el alimento que durante los primeros meses su mamá le proporcionaba directamente de su cuerpo – Y tomá, también te traje un vaso de agua. Voy a ver cómo va la carne, así cuando vos termines de darle de comer a Alma, comemos ¿si?

- Ok – respondió Lali y sonrió – ¿me das un beso antes de irte?

- Te lo iba a dar aunque no me lo pidieras, cuando nos interrumpió mi hermana me dejó con ganas de tenerte entre mis brazos – contestó Peter sonriendo pícaramente. La besó y sobre sus labios modulo un te amo que ella respondió con un beso breve.

Diez minutos después cambió a Alma de pecho, así la beba siguió comiendo.

- Que hermosa que es mi ahijada – aclaró Daniela – Queda muy poquito para el bautizo, es más traje la tablet que tengo guardado varias ideas que puedes dar de recuerdo.

- ¿Después de comer las vemos?

- Ok, por mi perfecto – aceptó Dani

- Mi amor – se escuchó la voz de Yeyo acercándose a ellas - ¿Qué querés para tomar?

- Coca-cola por favor – le respondió Dani.

- Ok, ¿Vos querés algo Lali?

- Tengo acá agua, gracias Yeyo – respondió Lali colocando a Alma para que expulsara los gases y Yeyo se fue.

- ¿Se estaba quedando dormida o fue una alucinación mía? – preguntó Dani.

- No fue una alucinación, es muy floja – y ambas rieron.

- Santi también le pasa – intervino Ana – ya no porque no le doy el pecho, pero cuando sí, se me quedaba dormido… Vos no tuviste problema con Alma, pero el peque tardó en poder acostumbrarse en cómo succionar bien.

- ¿Y eso duele? – preguntó la pequeña de las Espósito.

- Al principio un poquito… pero ya después te acostumbras, al menos así me pasó a mí – contestó Lali.

- A mí sí me dolía bastante y por eso tuve que dejar de darle el pecho – dijo Ana.

- Acá tenés mi amor – dijo Yeyo dándole el refresco a Dani.

- Gracias hermoso – agradeció Daniela y lo besó – me voy con vos.

Cuando Lali terminó con Alma, se levantó y con Ana, fue en busca de Carlos y Chris a quienes aún no había visto, porque cuando bajó estaban en el quincho.

- Hola abuelo – dijo cuando vio a Carlos.

- Hola princesita – Carlos se apartó de la parrilla y se acercó a Lali y a Alma, y dejó un suave beso en la cabeza de ella – está enorme, y solo llevo sin verla tres días.

- Está grande porque se parece al padre – intervino Peter.

- Idiota – le soltó Lali ante la joda de su novio.

- Petersito cuidadito con lo que decis, que con mi nena no se mete nadie – defendió Carlos a Lali.

- Si a mí me encanta que seas así La – dijo Peter acercándose a ella.

- ¿Si? – preguntó ella y Carlos cargó a Alma en sus brazos.

- Por supuesto mi amor – respondió Peter atrayéndola entre sus brazos y besándola apasionadamente.

- Cuñadito, que hace poco que terminó la cuarentena, no hace falta que Alma tenga un hermanito tan pronto – se metió Ana para molestar a Peter, algo que adoraba.

- Entre vos y mi hermana nos chafan todo hoy – respondió Peter – Pues ahora por lista, que sepas que la próxima vez que quieras velada romántica con tu marido Santi acá no se queda – dijo Peter claramente siguiendo el juego.

- Eh! A mí no me metás que yo no hice nada, que mi mujer sea un poquito metida no te da derecho a dejarme a mí sin momentos íntimos – dijo Chris.

- Que tarado nene, me tenés que defender a mí, no ponerte de su parte… soy la madre de tu hijo eh! Santi, papá es un desalmado que no defiende a mami – dijo mirando a su hijo que jugaba con su abuela.

- Sos la madre de mi hijo y mi amor eterno – aclaró Christian y la besó. Beso precedido por un “ohhhh”.

- Anita cariño, que Santi no quiere tener hermanitos aún – se metió Peter para separarlos y vengarse por el momento anterior.

Así entre bromas, juegos, risas y amor pasaron la comida. Después todos se pusieron a charlar, los chicos terminaron jugando una pachanguita entre ellos y las chicas estuvieron charlando de todo, hasta que Dani recordó los detalles que faltaban por concretar del bautizo.

- Acá traigo la tablet – dijo Daniela sentándose de nuevo en su lugar – mirá Lali, tengo varios para enseñarte, pero el detalle que más me gusta a mí es el último.

- Mostrame.

- Ahí están todos, el último es mi preferido – dijo dándole el dispositivo electrónico.

- Hay preciosidades – dijeron Claudia y Majo que se habían colocado junto a Lali para ver también, ya que Ana se había unido a jugar con los chicos y ella ya había visto los diseños, y había coincidido con Daniela en el mismo.

- Son hermosos todos. Y sí ,el que vos y Ana prefirieron a mí me encanta, le enseñamos a Peter para ver que dice. Peter ¿podés venir? – lo llamó Lali.

- Dime hermosura – respondió él mientras se acercaba a ellas.

- Acá hay distintos detalles que podemos dar de recuerdo del bautizo de Alma, miralos a ver que te parecen. A mí me gustó el de la última foto.

- A todas nos gustó el mismo – aclaró Claudia y todos rieron.

- Y si les gusta ese, no me puedo oponer porque si no me comerían – acotó Peter mientras miraba las fotos – Ok, por mi perfecto. Me parece muy lindo el último detallito. Pero también podemos hacer que para los niños, que no se queden con las manos vacías le podemos dar este, y se le ponen dentro unos cuantos caramelitos ¿Te parece bien? – propuso Peter.

- Sos un genio – contestó Lali levantándose.

- Ya sé – respondió Peter y ella lo besó después de ambos sonreí, en ese momento Alma se despertó y comenzó a llorar.

- Que conste que ahora no fui yo eh! – dejó claro Ana y se escucharon risas por esos comentarios.

- ¿Qué pasa princesa de papá? – le preguntó Peter mientras la sacaba del moisés y la tomaba en brazos.

- ¿Qué tenes mi amor? – dijo Lali cuando Peter se acercó a ellas.

- Me parece que quiere que le cambiemos el pañal – contestó Peter frunciendo el ceño debido al mal olor.

- Va a ser eso sí – respondió Lali riendo – vení mi amor, vamos a cambiarte.

- No dejá, vos quédate que voy yo a cambiarla – contestó Peter – ahora venimos mami – dijo Peter moviendo la manita de Alma para decir adiós.

- Con lo que me costó que Chris cambiara un pañal – se quejó Ana – ya se acostumbró pero antes era imposible… el tuyo hasta se ofrece a hacerlo.

- Tengo el mejor novio y futuro marido, te lo dije – dijo Lali orgullosa y con una sonrisa muy amplia.

- Hablando de futuro marido… ¿avanzaste algo con la boda? – preguntó Majo.

- Para nada mamá, tengo ahí varias revistas para ver vestidos pero no tengo ganas de ponerme a ver tantas revistas.

- ¿Y si las vemos entre todas? – propuso Ana.

- Sí, porque se te va a echar el tiempo encima Lali – dijo Claudia.

- Ok, las tengo en el atelier, voy a buscarlas – respondió Lali y entró a buscar las revistas, pero al pasar escuchó a Peter en el baño con Alma.

- Gordita, después cuando se vayan todos le vamos a dar vos y yo a mamá el regalo ¿querés? – le preguntó y Alama solo hacía sonreír y gorgojeos – Obvio que le va a encantar. Sos tan hermosa, igual a tu mamá. Las amo tanto a las dos mi amor – le seguía hablando mientras terminaba de ponerle de nuevo la ropa, después de haberle cambiado el pañal. – lista princesa.

 Antes de que Peter saliera se aligeró para buscar las revistas y salir, y se lo encontró en el pasillo.

- Hola mami – dijo Peter cuando vio a Lali - ¿Qué hacés?

- Buscar esto – dijo Lali levantando un poco las revistas – vamos a buscar mi vestido de novia.

- ¿Las ayudo? – propuso Peter mientras seguían camino al jardín.

- ¿No sabes que no puedes ver el vestido? – dijo Lali sonriendo.

- Eso son tonterías. Además escucho vestido de novia y nos imagino casándonos y mi siguiente imagen es quitándote el vestido en nuestra noche de bodas – contestó Peter.

- Te amo – respondió Lali – y quizás esta noche podamos tener una noche de bodas anticipada – soltó Lali y salió al jardín.

Peter salió tras ella y se sentó con Alma sobre la alfombra que Santino estaba jugando.

-  Por mi encantado eh – contestó Peter y con Lali sonrieron, amaban mirarse y entenderse… al igual como amaban decirse cosas que solo ellos entendieran.

- Acá están todas las que tengo, a buscar se ha dicho – dijo Lali soltando las revistas en la mesa y cada una cogió una revista.

- Manos a la obra, porque hoy te encontramos vestido hermanita.

- Sí, y después buscamos el de vosotras – dijo Lali señalando a sus hermanas y su cuñada.- porque las damas de honor tienen que ir hermosas.

- ¿Nosotras? – preguntó Ana.

- Sí, ustedes y las chicas: Euge, Mery y Cande.

- Pues pongámonos a ellos – dijo Claudia.

Y así se quedaron, después de ultimar los detalles del bautizo de Alma, se pusieron con los detalles de la boda de Peter y Lali.

- Se me olvidaba – dijo Daniela – En el auto de Carlos dejé las bolsas con los regalitos que traje del viaje. Lali no sabes cómo disfrutamos Yeyo y yo – dijo feliz – y también traje un pendrive con todas las fotos que nos hicimos.

- Muy bonito cuñada, tres días después de volver te acuerdas de eso – dijo Peter acercándose a ellas.

- Que tarado, sabes que no viene acá desde que volví del viaje. Además tu hermano te lo pudo haber traído pero no lo hizo, así que también decile algo a él – se justificó Daniela.

- Eso echá balones fuera – replicó Peter – dale, ve por ellos que quiero saber que me trajeron.

- ¿Hablan de esto? – dijo Yeyo con dos bolsas en las manos.

- Sí cariño, gracias – agradeció Dani dándole un beso a su novio.

- No sabes Lali, a Santi le compró la camiseta del rey león y se ve tan gracioso con ella – dijo Ana – por cierto Pitt, ¿dónde está?

- Se quedó dormido y lo puse en su coche, junto a Alma que también se quedó dormidita mi princesa – contestó Peter muy baboso.

- Que feo eh! Todo para tus sobrinos y tus cuñados nada… - se quejó Peter cual niño pequeño.

- ¿Y por qué no le decís a tu hermano “mal hermano”? – reprochó Daniela, encantaba de seguirle el juego a Peter.

- Mi amor, no me metas a mí en el medio de ustedes – aclaró Yeyo – además dejá de hacerlo rabiar, y dale ya su regalo.

- ¿Qué me compraste? – preguntó Peter cual niño pequeño.

- Espero que te guste – dijo Daniela dándole un paquete – lo escogió Yeyo, así que las réplicas para él – y todos rieron.

Y empezó a repartir los regalos: para Peter una sudadera, para Lali una pulsera, una taza para los dos y para Alma un peluche, una camiseta del musical también y otra camiseta amarilla con varias lugares reconocidos de Madrid y en la que ponía “Alguien que me quiere mucho me ha traido esta camiseta de… Madrid”.

- Las camisetas aun no le van a estar bien a la peque, pero es que me encantaban – explicó Alma.

- No te preocupes, ya verás que dentro de poco le está bien – contestó Lali doblando de nuevo las camisetas después de haberlas visto.

- Si, porque en la estatura no se parece a vos mi amor – le dijo Peter.

- Que simpático – respondió ella irónica.

- ¿Viste? Soy lo más – aclaró Peter y las carcajadas no tardaron en sonar – Gracias chicos me gustó mucho el regalo y me está perfecto – les dijo Peter a su cuñada y hermano al tiempo que se giraba sobre si mismo para mostrar cómo le quedaba el regalo.  

- Sí muchas gracias chicos – agradeció Lali con un abrazo a cada uno – la pulsera me encantó de verdad. Y la taza es hermosa.

La tarde siguió con más charlas, risas, besos, abrazos, juegos, llantos, pañales… un día en familia al completo.