Capítulo 45

Buenas buenas!!!!!! Aquí la lluvia fastidió un poco el Martes Santo, así que me paso por acá rápido para dejar nove. Gracias por todos los comentarios, aun no me creo algunos de los comentarios que me hacen cuando dicen que extrañan la nove.

¡¡¡QUE DISFRUTÉIS!!! MUCHÍSIMAS GRACIAS =) MUACKS <3

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Capítulo 45

- Acá está todo ya, mate y algo para comer que no probaste bocado me dijeron. Algo dulce te vendrá bien – dijo Euge llegando al salón con una bandeja donde había mate y algunos dulces.

- Gracias China – le dijo Lali cuando Euge se sentó en el sofá junto a ella – gracias por estar acá.

- Ya te dije que dejes de agradecerme – le advirtió su amiga - ¿cómo está mi hermosa sobrina?

- Perfecta, mi doctor me dijo que no le pasó nada a ella.

- Mejor. Te juro que cuando Peter me llamó me asusté, menos mal que todo está bien – dijo aliviada Euge – tenía un tono tan feo tu novio… estaba muy asustado.

- Ya sé – reconoció Lali.

- ¿Qué pasó? Peter me contó que habías tenido un problema pero no me dijo cual.

- Lo que te digo no se lo podes contar a nadie porque está relacionado con un caso – le advirtió Lali y Euge asintió – Un tipo que intentamos acusar de maltrato de género, me buscó para que dejara a su mujer y su familia en paz, y que no tratara de convencer a su mujer para que denunciara… porque ella no quiere denunciarlo, está aterrada.

- Te juro que se me ocurren hacerle muchas cosas a ese tipo, muchísimas cosas le haría antes que encerrarlo… son unos cobardes – dijo enfurecida Euge.

- Yo también amiga, pero no son las formas… Estaba por montarme en mi auto en el parking de comisaría y me acorraló allí contra una columna, me amenazó y después mientras seguía haciéndolo fue cuando casi me asfixia. Creo que no intentó matarme sino asustarme, pero no lo consiguió.

- ¿No te asustaste? Lali estás embarazada cariño.

- A ver, me asusté en el momento y tuve mucho miedo por si me pegaba o me hacía algo que pudiera hacer daño a mi hija. Pero ahora no tengo miedo, él quería que yo me quedara quieta y no lo haré… voy a denunciarlo y tendré un motivo para arrestarlo e intentar que su mujer reaccione.

- Ahora ya sé por qué discutiste con Peter – dijo Euge.

- Volvió a recordarme lo arriesgado que es mi trabajo, pero te juro que jamás me arriesgaré hasta el punto de poner en peligro a mi hija – aclaró Lali.

- Amiga, a vos te conozco desde antes y te conozco mucho más que a Peter. Pero desde que estáis juntos hemos creado él y yo una amistad muy linda y que espero sea para siempre. Está aterrado Lali, solo hace falta mirarlo a los ojos para ver el pavor de que a vos o a mi sobrina les pase algo.

- Ya sé Euge, pero me gusta lo que hago. Me voy a cuidar pero no voy a dejar de hacerlo.

- A cabezota y testadura no hay quien te gane – asintió Euge riendo.

- Le dijo la sartén al cazo – dijo Lali con ironía y se unió a las risas de su amiga – mejor dejemos de hablar de esto, contame de vos porfa… hace tanto que no teníamos estas charlas – admitió Lali con nostalgia.

- De mi… estuve haciendo un casting para publicidad. También hice varios para musicales, y en dos de ellos me dieron esperanzas de pasar a la siguiente fase – contó Euge muy alegre.

- ¡Qué bueno! ¿Y con Nico?

- Con Nico estamos muy bien, justo cuando Peter me llamó estaba por ir a su casa a estar con él.

- Y yo te chafé la tarde – dijo apenada Lali.

- Jamás me fastidiarías nada, vos me necesitabas. Llamé a Nico, se lo conté todo y me fui a por vos. Él viene después para acá y nos vamos a mi casa. Por cierto, creo que deberías llamar a tu madre.

- No quiero preocuparla Euge, estamos bien las dos así que lo veo innecesario.

- Pues yo no, creo que deberías hablar con ella.

Y Lali aceptó el consejo de su amiga. Llamó a su madre y le explicó lo que había pasado, después se encargó de hacer lo mismo con su suegra y su hermana. Todas se alegraron de que la niña y ella estuvieran bien, a diferencia de que su madre, cuando terminó de preguntarle todo los detalles y saber que estaba bien, la había sermoneado: al igual que a Peter, a Majo tampoco le hacía mucha gracia el trabajo de su hija mediana.

Casi eran las 9 de la noche cuando Peter llegó a su casa. Saludó a su amiga con un abrazo y con un corto beso a su novia.

- Me voy a duchar Lali, ¿Euge te quedas a cenar?

- No, gracias. Viene Nico para buscarme – le contó Euge a su amigo, y en ese momento sonó el telefonillo.

Atendieron y era Nico, mientras Peter se metía en el baño el rubio subió a ver como estaba su amiga.

- Enana – la abrazó Nico en cuanto abrió la puerta – no nos des estos sustos eh! – le advirtió.

- ¿Algún día dejarás de decirme enana? Quizás vaya siendo hora Nicolás, estoy embarazada.

- Sí, ya veo que hermosa panza tenes. Pero jamás dejaré de decirte enana. ¿Y cómo está mi mini-enana favorita? – preguntó por la bebé.

- Perfecta – dijo Lali – cada vez más grande y pesa más y más.

- Uff… tené cuidado no vaya a crecer en tu panza tanto que cuando nazca sea como vos a los dos días – bromeó él y los tres allí presentes rieron y se sentaron a charlar.

- Hola Nico – saludó Peter a su, ya, también amigo - ¿Cómo estás?

- Ahora viendo que la enana y la mini-enana están bien, mucho mejor – respondió.

- Bueno, ya que estás acá Peter, nosotros nos vamos yendo – intervino Euge – nos vemos mañana. Cuidate y cuidala amiga – dijo abrazándola y posando las manos en la panza de Lali.

- Eso siempre – respondió Lali ese abrazo – gracias – susurró y ambas sonrieron - Adiós Nico – se abrazó a su amigo.

Peter y Euge se despidieron con un lindo abrazo, después fue el turno del novio de la rubia.

- ¿Qué querés cenar? – le preguntó Peter cuando sus amigos se habían marchado.

- No tengo mucha hambre Pitt – respondió sentándose en uno de los taburetes de la cocina, mientras su novio preparaba algo ligero de cenar.

- Aunque no sea mucho algo tenes que cenar. Hoy no comiste y Euge me dijo que apenas probaste bocado en la merienda. – respondió él, aún seguía algo distante.

- Un sándwich con un jugo por favor – contestó Lali con tono dulce intentando atraer la atención de Peter, pero no lo consiguió así qué decidió hablar – Pitt, mi amor, no podemos seguir así.

- ¿Así cómo?

- Vos sabes cómo… distante, seco, alejado. Perdón, perdón por lo que me pasó, pero no era mi intención sabes perfectamente que jamás, escúchame bien, jamás permitiría que a nuestra hija le pasara algo – dijo ella algo dolida - ¿No vas a decir nada?

- No sé qué decir Lali – respondió él mirándola a los ojos – tengo miedo, terror, pavor… cada vez que te vas por las mañanas a tu trabajo. Y ahora embarazada, ese miedo es doble.

- Vos sabes que esto no pasa siempre, pero tiene riesgos como toda profesión. Riesgos que a veces suceden.

- Ya sé, y te pido perdón por tratarte tan bruscamente en la clínica pero no pude evitarlo.

- No me tienes que pedir perdón, sé cómo te sentís – dijo ella buscando sus manos. Buscaba una reconciliación que fue interrumpida por el timbre – seguro son tu hermana y Cande, me dijeron que quizás pasaban por acá.

Lali fue a abrir la puerta de su casa. Iba dispuesta a matar con la mirada a su cuñada y su amiga por interrumpir ese momento.

- ¿Vos? – preguntó Lali comenzando a ponerse nerviosa e intentó cerrar la puerta.

- Si yo – respondió él muy relajado e impidiendo que lo dejara fuera.