HOLA!!
Sí lo sé, vengo con un día de retraso pero ayer llegué a casa muy tarde y no me dio tiempo. Gracias por volver a estar ahí a pesar del tiempo sin aparecer por el blog.
Que disfrutéis, hasta mañana.
CAPÍTULO
35
Peter se acerca a mí y me
quita la mano de la mejilla donde me ha pegado mi madre para tirar de mí y
abrazarme.
- En su vida vuelva a hacer
eso señora – le dice.
Intento que no se me salten
las lágrimas. En mi vida mis padres me han levantado la mano, y jamás esperé
que fueran a hacerlo y mucho menos mi madre.
- Pégame si eso va a hacer
que me digas la verdad – salgo del abrazo de Peter y la enfrento – se te acabó
tu cuento de vida perfecta mamá. No sé cómo papá te pudo perdonar algo así,
pero yo lo que no te voy a perdonar es que me hicieras estar con el hijo del
que fue y quizás siga siendo tu amante. No por mí, sino porque con eso volviste
a faltarle el respeto a mi padre, y eso nunca te lo voy a perdonar.
- Eso es algo que queda
entre tu padre y yo.
- Estás muy equivocada. – le
aseguro – Ya sabes mi verdadera historia con Peter y me da igual lo que pienses
de él y de nuestra relación, nos queremos y vamos estar juntos no necesito tu
autorización.
- Vas a salir muy mal parada
de esto, él no te conviene.
- Tú no le convienes a mi
padre y sigue contigo, quizás lo masoquista me venga de familia – le respondo
fría – Vete de mi casa. Si le cuentas a toda la familia la verdad me haces el
favor de hacerlo a mí, aunque seguramente lo vas a hacer aunque no te lo pida.
Adiós – digo abriéndole la puerta de mi casa.
- Cuando te tranquilices y
te comportes como la adulta que eres, me llamas porque esto no se queda así.
No le respondo, sino que
espero a que salga para cerrar la puerta. Peter no tarda en venir a abrazarme.
- Lo siento – me dice
mientras me escucha llorar – tranquila Lali, yo estoy contigo pase lo que pase,
lo sabes.
- Es de lo único que estoy
segura ahora mismo – le respondo y lo beso.
Vamos a la cocina y
preparamos la comida. Me da charla mientras comemos e intenta hacerme reír, y
pongo todo de mi parte para sonreír solo por agradecerle lo que está haciendo.
- ¿Entonces le digo a Sonia
que cenamos juntos esta noche?
- Sí, aquí en casa. Preparo
algo para cenar o pedimos a la calle, como prefieras.
- Si quieres lo dejamos para
otro día Lali, por hoy has tenido suficiente.
- No, me vendrá bien – le
digo y bebo un poco - ¿Te imaginas si le digo a mi madre que va a ser abuela? -
digo sonriendo triste.
Las lágrimas se me vuelven a
saltar y antes de que me dé cuenta ya Peter me está abrazando. Terminamos de
comer y nos sentamos a ver la TV, pero no tardo mucha en quedarme dormida sobre
el regazo de Peter, que se ha encargado de masajearme las sienes y me he
quedado frita. Soy consciente de ello porque me despierta el sonido del móvil
de Peter y el intento de él de levantarse sin moverme mucho para no
despertarme.
- Perdón – me dice sonriendo
y me da un beso.
Me incorporo y va a coger su
móvil que está en la encimera de la cocina. Lo coge y sale al balcón a hablar,
mientras me levanto y voy al baño. Cuando vuelvo está en la cocina sirviendo
café para ambos y preparando tostadas.
- ¿Tanto dormí? – pregunto
al mirar el reloj de pulsera que llevo.
- Pues sí, ya es hora de
merendar preciosa – me dice poniendo las tostadas en una cestita y llevando
después todo en una bandeja a la mesita del salón.
- ¿Quién era? – le pregunto
al sentarme para merendar.
- Mi madre – me responde y
después coge su café – Habló con mi hermana Irene y ella le dijo que te mandara
una invitación para su boda, así que me pidió tu dirección. Le dije que no era
seguro que fueras, pero que te la enviara y tú ya decidirías.
- Jamás rechazaría ir a la
boda de tu hermana. Irene y Sergio son un encanto los dos, además tú me
acompañaste a ver a mi familia, yo no te voy a dejar solo en un momento tan
importante. Si tú quieres que vaya, claro.
- Claro que quiero que me
acompañes – me dice el sonriendo para darme un beso y un abrazo – Te quiero
chispita.
- Yo también te quiero señor
motes – le digo y el ríe – ¿Le confirmaste a Julia y Sonia lo de la cena?
- Sí – responde dándole un
bocado a la tostada – y han dicho que como tú te encargas de la cena, ellas
traen postre y vino.
- Son un encanto. Estoy
segura que nos vamos a llevar muy bien.
- ¿Nada de celos ya? –
pregunta él sorprendido.
- No sé por qué, pero todo
lo que ha pasado con mi madre me ha hecho pensar en nuestra situación. No
quiero más mentiras en mi vida, y no te voy a negar que me siento rara cuando
hablas de ellas. Pero lo que te puedo asegurar, es que no puedo estar celosa de ellas porque cada vez que mencionas a tu hijo estás feliz, y eso es
suficiente para mí. – le digo.
- Te quiero, Lali – dice él,
acercándose a mí, envolviéndome en sus brazos y encaminándonos al dormitorio.
2 comentarios:
K altanera la madre!!!
Como odio a la madreee
Mas tierno piiitt
Maass
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