Capítulo 50

HOLA!!!!!!!! Y ¿cómo se presenta el finde? El mío con dos dos celebraciones: cumpleaños y comunión. Así que a disfrutarlos jajajaja.

GRACIAS miles de GRACIAS por estar siempre!!!1 24 comentarios son demasiados me parece para lo poco que estoy subiendo, estoy haciendo lo que puedo y vosotras sois geniales comentando a full a pesar de que yo no esté a full con la nove.

En cuanto a la nove, os adelanto que va llegando a su fina, pero que si queréis ya tengo nueva historia pensada y estoy dispuesta a continuar con el blog si queréis =). Eso sí, seguramente no sería en cuanto terminara esta nove, sino me llevaría un tiempo sin subir por los exámenes y demás =/. Pero ese no es el tema, espero que disfrutéis de este capítulo y que no me odiéis mucho =) OS QUIERO!!!!!! millones de GRACIAS! =)

PD:  noves por recomendar... en realidad ya las recomendé y son 3: el blog de Mivhu que volvió a subir más seguido, el blog de Mery que vuelve con la nove poco a poco y subiendo cuando puede, pero está =) y también el blog de Mariana, que para mí es increíble porque no es la típica historia laliter y sinceramente ME ENCANTA! =)

Ahora sí os dejo con el cap! =) <3

TWITTER: @Inma_06

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Capítulo 50

Y llegó el día de la fiesta de Daniela. Peter se levantó y preparó el desayuno para él y Lali. Cuando lo tenía todo preparado lo llevó a la cama para desayunar juntos allí.

- Que bien huele – dijo Lali al despertar.

- Preparé tostadas y hay mermelada de melocotón para vos que tanto te gusta – le respondió Peter.

- Antes que nada mi beso sino no soy persona – le pidió Lali con un mohín.

- Eso no me lo tenes que pedir mi amor – la besó levemente – encantado de besarte todas las mañanas, todas las tardes… todos los días y durante todo el día – le aclaró y volvió a besarla ahora más apasionadamente.

Juntos se pusieron a desayunar mientras se mimaban y charlaban.

- ¿Me alcanzas el teléfono? -  le pidió Lali a Peter – tengo que felicitar a la cumpleañera.

- Tenemos – la corrigió Peter y ella sonrió.

Peter le dio el teléfono a Lali y llamó a su hermana, cuando contestó ambos se pusieron a cantar el Feliz cumpleaños.

- Gracias! – casi gritó Dani.

- Felicidades cariño, ¿estás nerviosa? – le preguntó Lali.

- Creo que estoy más ansiosa que nerviosa, tengo muchas ganas que llegue la fiesta.

- Pues queda un poquito de tiempo todavía así que paciencia – le dijo Peter para calmarla.

- Ya, por eso pensé que para que se me hiciera menos dura la espera podrían venir a comer a casa ¿no? Comer en familia todos juntos – les propuso.

Lali y Peter se miraron y fue él quien contestó.

- ¿A qué hora estamos allá? – le preguntó Peter.

- A las dos de la tarde está bien, gracias por venir.

- Nos vemos en un rato Dani, besos para todos – le dijo Lali despidiéndose de su hermana – creo que nos tenemos que levantar ya.

- Aun nos queda un ratito para estar en la cama – se quejó Peter acostándose de nuevo.

- Yo tenía otro plan – le respondió Lali levantándose y caminando lentamente para la puerta del baño y parándose en la misma – tenía ganas de darme un baño relajante, pero veo que no tenes ganas de acompañarme.

- Por supuesto que quiero acompñarte, pretendía quedarme en la cama con vos, pero si en vez de la cama es el baño no me quejo – contestó él levantándose y alcanzándola en el cuarto de baño para besarla y abrazarla.

Pasaron un buen rato en el baño, juntos, donde los gestos y demostraciones de cariño se dieron en todas sus formas; ambos salieron porque se les haría tarde para ir a comer.

- Creo que me voy a llevar la ropa para vestirme allá, no sé qué hacer – dijo Lali dubitativa.

- Como vos quieras, pero quizás sea mejor que nos llevemos la ropa para prepararnos allí y salir hacia el salón para comprobar que todo esté bien, ¿no crees? – propuso Peter.

- Sí, una buena idea – sonrió Lali.

- Obvio si tenes un novio que es un genio.

- Hola señor Ego – rió ella por ese comentario.

Lali comenzó a vestirse mientras Peter hacía la cama. Cuando terminó el comenzó a vestirse y para cuando Lali estaba vestida guardó la ropa de ambos para la fiesta en una maleta. Una vez tuvieron todo listo, partieron en el coche de Peter hacia casa de la familia de ella.

- Últimamente me marean mucho los viajes en auto – dijo Lali bajando del coche.

- Entonces intentaremos que manejes o viajes en auto lo menos posible – respondió Peter mientras abría el maletero y sacaba la bolsa con la ropa – además dicen que para las embarazadas es bueno andar.

- Disimuladamente me dijiste gorda – bromeó Lali parándose junto a él y frunciendo el ceño.

- Hombre un poco más gorda estás – respondió él con la maleta en la mano y cerrando la puerta del maletero – ahora te aseguro que esa panza que tenés me vuelve loco – continuó para terminar besándola.

- Tan unidos como siempre – interrumpieron esa escena.

- O quizás más – dijo Lali – hola Carlos – lo abrazó.

- Hola Lali, ¿cómo están las dos? – respondió él aun abrazándola.

- Muy bien, la verdad no me puedo quejar porque no es muy revoltosa – contestó Lali.

- Esperemos que cuanto nazca y crezca siga siendo igual – intervino Peter – Una cosa, soy yo al que conoces de toda la vida Carlitos, que feo que la saludes a ellas antes que a mí.

- ¿Celoso grandullón? Lo siento Peter, pero ella me dio la oportunidad de ser abuelo – dijo feliz – además, a vos te quiero como a un sobrino, pero ahora Lali para mí es como una hija.

- Y vos como un padre para mí, te lo aseguro – contestó ella sonriendo.

Era verdad, él en este poco tiempo que lo conocía le había dado más cariño y amor que su propio padre. Pero esa escena fue interrumpida.

- Pues lamento informarte Mariana, que te gusto o no soy YO tu padre y el abuelo de esa niña que estás esperando – se escuchó detrás de ella una voz que la reconocería toda su vida.

- ¿Qué haces acá? – dijo Peter al mismo tiempo que se movía rápidamente para atraer a Lali detrás de él y quedar en medio de su padre y ella – Te dijo que no te quería volver a ver y yo te advertí que te mantuvieras alejado.

- Muchacho, sos muy iluso si pensaste que les iba hacer caso, además estoy hablando con mi hija, no te metas – se encaró con Peter.

- Basta – ordenó Lali tirando del brazo de Peter e interponiéndose entre él y su padre – Peter no, no quiero una pelea acá por favor – le pidió – y vos te lo pido por favor, ándate.

- No me voy a ir, vine a ver a mi mujer y mi hija pequeña – contestó Guillermo.

- Eso sí que no te voy a dejar – intervino Carlos que había permanecido al margen hasta el momento – Majo dejó de ser tu mujer desde el día que la abandonaste y te fuiste.

- Vos no te metas imbécil, que pasa ¿sos el nuevo novio de mi mujer? – volvió a repetir – Yo quiero a mi familia y por eso estoy acá.

- ¿Familia? Vos no sabes lo que es eso – respondió Lali mientras sus ojos comenzaban a aguarse – Nos dejaste, te fuiste, escapaste… nos abandonaste dos veces, eso no lo hace un marido y menos un verdadero padre de familia. Si es verdad que querés a eso que llamas tu familia, vete y no le amargues el cumpleaños a mi hermana Daniela.

- ¿Es el cumpleaños de Dani? – preguntó como si no hubiese oído otra cosa.

- Seremos tu familia, pero claro es difícil acordarse de la fecha de nacimiento de tus hijas cuando no estuviste con ellas. Sí, hoy Daniela cumple los 18 y dentro de un par de meses harán 18 años desde la última vez que nos dejaste para irte sin decir nada y sin importarte dejarnos solas a nosotras tres y a mí mamá.

- Lali cariño, vos no sabes cómo fueron las cosas, yo no podía quedarme no sabía ser padre ni ser marido pero ahora sí – se defendió intento acariciarle la mejilla pero ella se apartó.

- ¿Es un chiste? Como podes ser tan caradura por favor. ¿Ahora sí sabes? Pues déjame decirte que mínimo llegas 18 años tarde. Olvídate una vez más de nosotras y márchate, que eso sí que sabes hacerlo y de maravilla – contestó ella elevando la voz y las lágrimas ya comenzaban a caer por sus mejillas.

Estaban en la acera de casa de la madre de Lali, y aunque no estaban gritando los tonos que estaban usando eran un poco más alto de lo normal y al final pasó lo que Lali no quería: que su hermana y su madre supieran que el padre de las chicas había vuelto.

- Lali, ¿qué pasa? – preguntó Daniela saliendo al ver el estado de su hermana – tranquila no le hace bien a mi sobrina que te pongas así – dijo mientras la abrazaba y Lali se dejaba abrazar.

- Estoy bien tranquila – contestó saliendo del abrazo – vamos para dentro ¿sí?

- No. ¿Quién es usted? – preguntó Daniela mirando a su padre: la última vez que Guillermo se fue ella tenía dos meses de nacida y desde niña no veía una foto de él con sus hermanas.

- Guillermo – se escuchó decir a la madre de Lali detrás de ellas.

- ¿Guillermo? – preguntó Daniela - ¿Usted es mi padre?

- Si hija soy yo – respondió él sonriendo intentando acercarse a ella pero ella volvió a abrazarse a Lali.

- No entiendo que haces aquí ¿CÓMO TIENES LA POCA VERGÜENZA DE VENIR? – gritó Majo que pronto fue calmada por Carlos quien no dudó en rodearla con sus brazos

- Tranquila mamá – dijo Daniela a Majo y miró de nuevo a Guillermo - No me llame hija, lo único que le debo es que estuviese con mi madre para que ella quedara embarazada. Pero un padre es mucho es más que eso ¿sabe? – respondió y salió de los brazos de Lali para quedar delante de él y mirándolo a los ojos siguió hablándole – un padre es el que está cuando su hija llora, un padre es que el que está para recoger a su hija del colegio o esperarla con los brazos abiertos para cuando llegue y acurrucarla contra su cuerpo. Un padre es el que pasa las noches en vela cuando su hija está enferma, un padre es el que da amor, un padre es el que te dice que no pasa nada cuando te caes y te haces una herida… un padre es el que te enseña a andar en bici, el que cuelga en su trabajo los dibujos que sus hijas le hacen por el día del padre, el que te arropa por la noche y te dice que sos la princesa del cuento que cuenta para hacerte dormir…

- Hija no digas eso, yo a ustedes las qui… - intentó hablar pero Daniela lo interrumpió.

- No vuelva a llamarme hija – le advirtió hablando lentamente – no soy su hija, no se merece el honor de recibir el título de padre. Un padre hubiese estado abrazándome cada noche cuando nos enteramos de que mi mamá estaba enferma, pero usted no estuvo ahí. Gracias a Dios estuvieron mis hermanas que son de fierro, para darme amor, abrazarme y prometerme que nada malo iba a pasar… Usted no estuvo ni en ese momento ni nunca, porque para Ana y Lali estuvo algunos años, pero después de que yo naciera no aguantó más de dos meses – dijo y se limpió las lágrimas que comenzaban a caer por sus mejillas - Sin embargo le tengo que dar las gracias en algo – le dijo intentando sonreír – ¿ve esa imagen? – le preguntó señalando a Majo llorando en brazos de Carlos – gracias a que se fue hoy tengo una familia completísima, incluyendo un novio  para mi madre que la ama, que la protege y la cuida y que nos quiere y nos trata a nosotras tres como sus hijas. Como ve no le hizo falta a mi mamá para criarnos, ella nos enseñó que todo en la vida pasa por algo y que de todo se aprende y tiene algo positivo: y lo positivo de que NUNCA haya estado para mí y mis hermanas es que hoy puedo disfrutar de una familia, y puedo llamar papá a alguien que sí se lo merece – concluyó y caminó hacia Carlos para abrazarlo.

- ¿La tenés bien enseñada eh María José? – habló Guillermo – No podes ser tan - de nuevo fue interrumpido.

- No sé lo que vas a decir ni me importa – dijo Lali – pero ya humillaste bastante a mi madre varias veces a lo largo de su vida, no te voy a permitir ahora que se te pase por la cabeza el insultarla. Vete y no vuelvas. No te lo voy a volver a repetir. La próxima vez que te acerques a mi familia pido una orden de alejamiento a la policía, te aseguro que no van a tener ningún problema en dármela – le aclaró Lali.

Ante la advertencia de Lali y las duras y sinceras palabras de Daniela, no le quedó otra a Guillermo que marcharse tras mirar a los ojos a la madre de sus hijas. Una vez se había alejado, Lali comenzó a llorar y temblar y Peter la atajó en sus brazos porque temía que terminara desvaneciéndose.

- ¿Qué pasó acá? – preguntó Yeyo llegando – Ey! Dani mi amor – exclamó cuando la vio llorando y abrazada a Carlos.

- Ya te vas a enterar – le dijo Carlos mientras soltaba a Daniela para que se consolara en los brazos de su novio.

- Sí, pero mejor vamos dentro así pueden tranquilizarse ¿sí amor? – le preguntó Peter a Lali y tras ella asentir caminaron hacia el interior de la casa.