Capítulo 41

HOLA, HOLA, HOLA!!!!!!!!!! APARECÍ! =) Por fin la semana pasada terminé ya todos los exámenes, pero esta vez no he tenido vacaciones entre un semestre y otro, es decir, terminé la semana pasada pero esta semana empezaba las clases del nuevo semestre, un poco caótico todo.

Pero eso no me ha quitado las ganas de escribir ni muchísimo menos, así que en cuanto he tenido tiempo me he puesto a escribir y aquí os dejo capítulo, y al igual que los dos anteriores, es más largo de lo habitual por llevar un tiempo sin escribir. 

Sé que en estos capítulos no ha pasado nada relevante para la novela, pero los que se aproximan.... Mejor no digo nada más, y os dejo con el cap =)

Muchos besos!! MUACKS! <3

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Capítulo 41

- Buenos días Lali – dijo el doctor – Usted debe ser la madre

- Sí, soy yo. Majo, encantada Dr. Soria

- Lo mismo digo y llámeme Federico, por favor. ¿Y Peter, cómo es que no viene contigo Lali?

- Está trabajando hoy, no podía venir – respondió ella.

- Lo entiendo, de todas formas va a tener muchas ecografías para estar – dijo el médico para restarle importancia.

- Sí, además tengo la esperanza de que mi bebé se deje ver y saber si es bebé o beba, para darle la noticia a su papi – dijo con una sonrisa.

- Pues entonces no perdamos más tiempo.

Se levantaron y Lali se tumbó en la camilla.

- Ya sabés cómo va esto – dijo el médico sonriendo. Ella se levantó la camiseta que llevaba y el doctor le extendió un gel y comenzó a pasarle el ecógrafo.

- ¿Cómo está? – preguntó Majo algo nerviosa.

- Pues por lo que puedo ver, está perfecto el feto mide 9 cm y está en el peso justo. ¿Lali Peter es muy celoso?

- No ¿por qué?

- Me alegro, porque te informo que vas a ser mamá de una bebita qué seguro será hermosa.

- Una nena – dijo Lali emocionada.

- Sí una nena… vamos a poner el ultrasonido así le oímos los latidos – y mientras lo decía iba haciéndolo.

- Va muy rápido – dijo Majo.

- Sí, va un poco más rápido de lo normal. ¿Comiste algo antes de venir?

- Sí, yo le di un poco de chocolate para que la bebé se moviera y así poder verla. ¿Pasa algo? A mí me lo decían cuando estaba embarazada de mis hijas.

- No pasa nada Majo, suele recomendarse para que los bebés se pongan algo más inquietos y se muevan y poder conocer el sexo. Pero esta pequeña sigue un poco alterada todavía. Ya te puedes limpiar Lali.

Lali se limpió el gel y después de acomodarse la ropa se sentó junto a su madre, al otro lado del escritorio del doctor.

- Bueno la pequeña está perfectamente, ahora vamos a asegurarnos de que vos también estás bien. ¿Hace cuánto te hiciste los análisis de sangre y orina?

- Hace una semana.

- Entonces los resultados deben estar – dijo él accediendo a su ordenador e introduciendo los datos de Lali – Lo dicho, acá están.

- ¿Estoy bien?

- Están todos los niveles en su medida correcta, excepto el ácido fólico lo tenés un poco bajo.

- ¿Tengo que tomar algunas pastillas?

- Vas a tomarlas durante este tercer mes de embarazo, y a partir del segundo trimestre de tu embarazo, cuando ya esté más nivelado, ese suplemento médico lo vamos a suplir por una dieta variada pero que contenga legumbres y verduras… son alimentos que contienen esa vitamina.

- De acuerdo. Con respecto al chocolate. Me dijiste antes que alteraba a la pequeña. El problema está en que el chocolate es mi principal y casi único antojo.

- Podes comerlo de vez en cuando y en pequeñas cantidades, pero nunca de noche. Sobre todo porque como te dije el cacao altera al feto y no te va a dejar dormir.

- De acuerdo, intentaré evitarlo lo más que pueda.

- Podés sustituir ese antojo por fruto secos por ejemplo, también en su justa medida, pero la almendra por ejemplo tiene ácido fólico y te puede venir bien.

- Ese era el antojo de mi hermana, los frutos secos – dijo Lali recordando lo que le dijo Ana y Federico rió.

- Bueno, si haces todo lo que te he dicho todo va salir perfectamente. Ahora cuando salgas pide turno para el mes que viene.

- Sólo para ti. No tengo ¿análisis ni nada?

- No, ya a partir del cuarto mes, vamos hacerte los análisis de dos en dos meses, a menos que sientas algún síntoma extraño y o no te sientas bien.

- De acuerdo – asintió Lali y se levantó – muchas gracias por todo Federico.

- Cómo ya le dije a Peter, es mi trabajo. Y estoy encantado de hacerlo. Encantada de conocerte Majo.

- Igualmente.

- Hasta la próxima visita.

- Chau – saludaron madre e hija y salieron de la consulta. Lali pidió cita de nuevo para la próxima visita al ginecólogo, y llamó a Peter pero él no atendió.

- Seguramente tiene que estar con algún paciente.

- Seguro que es eso.

- ¿Vos tenes que venir dentro de poco a la revisión de los 6 meses no? – le preguntó Lali a su madre.

- Sí, y tengo pánico de volver a recaer, de que el maldito tumor se haya reproducido.

- No te preocupes por nada mamá. Mírate, estás perfecta, no tenes ni mareos ni nada. ¿O te sentiste mal y no nos contaste?

- Claro que no mi amor. Pero eso no me quita el miedo ni los nervios.

- Todo va a estar bien ya lo verás.

Juntas salieron del hospital, y dieron un paseo. Majo no pudo evitar entrar a una tienda y comprarle unos pequeñísimos patucos a su nieta.

- Quiero que me dejes comprarle el dormitorio.

- No te enojes, pero primero quiero hablar con Peter… sé que él quería encargarse del cuarto de la beba - aunque él todavía no sepa que tendrá una nena.

- De acuerdo, pero con lo que sea me avisas – aceptó Majo y Lali asintió.

Se fueron a casa de Majo y juntas pasaron allí la mañana, y como Peter no saldría de trabajar hasta las 4 de la tarde, Lali decidió quedarse a comer con su madre y su hermana pequeña, a quién esperaban que llegara del instituto.

- Mamá, ¿tenés pensado algo especial para el cumple de Daniela?

- Quiero prepararle una fiesta acá en casa, pero no sé si a ella le gustará. La casa tampoco es muy grande, entonces estaba planteándome si alquilar un salón. No tuvo una gran fiesta de 15 cómo tuvieron casi todas sus amigas, porque no pudimos permitírnoslo. Pero ahora estamos mucho mejor, y tu hermana se merece una bonita fiesta por sus 18.

- Sería una gran idea, si queres me puedo encargar por las tardes cuando salga del laburo, en buscar salones por internet.

- Está bien – aceptó Majo – Por cierto ¿no te pusieron ninguna pega en la comisaría cunado pediste que no te mandaran a ningún operativo?

- Aun no lo pedí – reconoció Lali – No se lo vayas a decir a Peter. No lo pedí porque no hizo falta, pero te prometo que en esta semana hablo con mi jefe.

- No le digo nada a Peter, pero sólo si solucionas esta situación esta semana Mariana – le advirtió Majo.

- Está bien. Voy poniendo la mesa para cuando llegue mi hermana, comer.

- Sos toda una experta cambiando de tema eh! – reconoció Majo y Lali solo sonrió.

Preparó la mesa, mientras Majo terminaba de hacer la comida.

- Mi amor, poné un plato más. Invité a Carlos – dijo Majo y Lali solo sonrió muy feliz por su madre.

Daniela llegó y estaban esperando a Carlos, cuando sonó el móvil de Lali.

- Hola mi amor – atendió ella.

- Hola hermosa – saludó Peter - ¿Cómo salió todo? Perdón que no atendí cuando me llamaste, y que no te devolví la llamada antes, pero tocaba día de revisión y me pasé todo el día haciendo pruebas… - Peter dejó de hablar cuando oyó a Lali reírse.

- Tranquilo Pitt, no tenés que justificarte. Sé que estás trabajando y no podés atender siempre que querés – dijo Lali.

- Sos hermosa. ¿Qué te dijeron?

- Pues que está todo perfecto, pero que tengo que tomar ácido fólico, me mandó una receta para que las compre en la farmacia.

- Esta tarde vamos a comprarla ¿si?

- Ya las tengo amor. Cuando salí del hospital fui con mi mamá a dar un paseo y las compré. Estoy acá en su casa, estamos esperando a Carlos para comer.

- Que linda familia que tenes eh! – dijo Peter y Lali supo que él estaba sonriendo – Entonces cuando salga voy a recogerte a casa de tu mamá ¿querés?

- Ok te espero acá.

- Supongo que Federico no te dijo si vamos a ser papás de un nene o una nena porque no me lo dijiste ¿no? – preguntó Peter si aguantar más su ansia.

- Sí que me lo dijo – admitió Lali y continuó hablando antes de que Peter lo hiciera – Y no te lo voy a decir por teléfono.

- Lali! – se quejó Peter – no me podes dejar así.

- Sí que puedo, no son noticias para darlas por teléfono mi amor – se justificó Lali.

- Está bien – aceptó refunfuñado él – en un rato te veo. Te amo.

- Y yo a vos – dijo Lali y se despidió.

- ¿Cómo que sabes el sexo y no me dijiste nada? – abordó Daniela a su hermana en cuánto se sentó en la mesa.

- Porque no lo sabe su papá, no lo va a saber nadie.

- Dale, ¿me lo decis por favor? – casi suplicó Dani.

- Está bien, pero no se lo decís a nadie hasta que Peter no lo sepa – le advirtió Lali – Vas a ser tía de una nena.

- Me muero! La primera nena de la 3ª generación – dijo ilusionada y abrazando a su hermana mientras Majo iba a abrir la puerta.

- Que linda imagen – dijo Carlos al llegar al comedor y ver a las hermanas abrazándose entre risas.

- Hola Carlos – lo saludó Daniela y fue a darle un abrazo.

- Hola princesa – le devolvió el abrazo – hola futura mamá.

- Hola Carlos.

Se sentaron a comer, y comenzaron a charlar. Un rato después recogieron la mesa entre todos, y se sentaron en el salón a charlar.

- ¿Entonces está todo perfecto? – le preguntó Carlos a Lali.

- Sí, me mandaron unas vitaminas para el ácido fólico porque lo tengo un poco bajo.

- ¿Y te dijeron que va a ser? – preguntó él.

- Sí – admitió Lali.

- Pero mi cuñadito no lo sabe y no quiere que se entere por alguien que no sea ella – dijo Dani.

- Lo entiendo.

- Bueno, pero a vos te lo puedo decir, siempre que me prometas que no vas a decir nada hasta que no se lo diga yo a Peter después – y Carlos lo prometió – estoy embarazada de una nena.

- Felicidades – dijo Carlos y se levantó para abrazarla y ella lo recibió encantada – estoy seguro que vas a ser una gran madre, Lali.

- Gracias – dijo Lali y se separó de él para agarrarle las manos – yo estoy convencida de que vos vas a ser un gran abuelo.

- ¿Abuelo? – repitió Carlos sin poder creerlo.

- Sí, para mi hija vos vas a ser su abuelo por parte de su mamá.

- Encantado de que ella – dijo poniendo la mano en la barriga de Lali – sea mi nieta. Gracias – y volvió a abrazarla.

Un momento de emociones que rompió el sonido del timbre de la puerta, fue Daniela la encargada de abrir. Era Peter, llegó y después de saludarlos a todos se fueron en el coche de Peter para casa de ambos.

- ¿Me lo vas a decir ya? – insistió Peter por enésima vez cuando abrían la puerta del departamento.

- Sos insistente eh! – dijo Lali colgando la chaqueta en el perchero de la entrada, al igual que el bolso.

- Dale mi amor, estoy ansioso – dijo Lali.

- Veni – ella le tendió la mano y lo llevó hasta el salón para sentarse en el sofá – si te digo que Federico me preguntó si eras celoso, ¿te sirve para saberlo? – preguntó Lali sonriendo.

- ¿Una nena? – preguntó Peter y Lali asintió – A partir de ahora sí que voy a ser celoso – le dijo y se agachó para besarle la panza – así que desde ya ve acostumbrándote pequeñaja.

Lali no pudo evitar emocionarse y reír cuando Peter habló con su panza. Cuando el subió la vista, se limitó a sonreír y besarla.