Capítulo 40

Buenas tardes!!!!! Descanso de estudiar y paso a subiros nove... me sienta tan mal no poderos subir a pesar de que firmen tanto y me pidáis nove por twitter =( lo siento, pero lo bueno es que ya solo me quedan dos días para hacer el último de mis exámenes.

El día no ha empezado de la mejor manera, pero bueno.... espero que el capítulo os ayude a vosotras a que el día sea un poquito mejor =). Espero que os guste el cap, es igual de largo que el anterior, ya que no puedo subir más capis al menos os subo uno largo.

Bienvenidas a las nuevas lectoras! me alegro que os guste tanto la nove. Luciana tiene un blog nuevo http://losangelitosporsiempre.blogspot.com.es/ y @ta_volvera también tiene blog con nove http://www.tusnovelalitter.blogspot.com.es 

Que disfrutéis del capítulo y prontito vuelvo =) BESOS!!! y miles de gracias por estar siempreeee <3

TWITTER: @Inma_06

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Capítulo 40

- Buen día – saludó Daniela a su hermana estirando sus brazos por encima de la cabeza mientras llegaba a la cocina a darle un par de besos.

- Buenos días enana – respondió Lali el saludo de su hermana con un abrazo - ¿chocolatada o café?

- Un chocolatada fresquita con tostadas ¿puede ser? – preguntó rodeando la barra y sentándose en el taburete.

- Por supuesto – le respondió Lali y le puso a su hermana una chocolatada en la barra de desayuno. Esperó a que las tostadas estuvieran listas y las sirvió en un plato.

- ¿Hay mermelada? – preguntó Dani.

- Sí ¿melocotón o fresa?

- Fresa, pero yo la busco – respondió Dani bajándose del taburete y buscándola en el frigorífico.

- Es tu celular ¿no? – preguntó Lali cuando sonó el sonido de la entrada de un whatsapp.

- Sí – contestó Daniela y miró su móvil. Leyó lo que le habían escrito y sonrió.

- ¿Quién es? – preguntó Lali viendo la sonrisa de su hermana.

- Después soy yo la que se entromete – quiso evadir el tema mientras se untaba una tostada – Es Yeyo – respondió mordiéndose el labio.

- AHH – gritó Lali con la espontaneidad que suele mostrar su hermana pequeña – me muero.

- SSHH – le tapó la boca a su hermana – te va a oír Peter.

- ¿Y qué tiene? Te gusta su hermano, te gusta de verdad… solamente hay que mirarte la sonrisa que se te dibujó en la cara y como te mordiste el labio para saberlo – respondió Lali.

- Sí me gusta en serio – admitió Dani.

- ¿Qué te puso en el mensaje? – preguntó curiosa Lali.

- Me estaba dando los buenos días. Y no le respondí porque vos me distrajiste – agarró rápidamente el móvil y contestó.

- Que ilusión me hace – dijo Lali sonriendo – hacen una pareja hermosa Dani.

- Para un poco… pareja tampoco.

- ¿Por qué no? ¿Yeyo sabe que gustas de él? Porque es muy obvio que él gusta de vos.

- Fue él quien me lo dijo – contó Daniela a su hermana ruborizándose – Fue un poco después del nacimiento de Santino.

- ¿Se declaró? Tengo un cuñado groso – dijo Lali satisfecha.

- Lo estaba ayudando en su casa con unas cosas del instituto y me dijo de una manera muy linda que le gustaba, me preguntó que si yo sentía lo mismo por él y le dije que sí – terminó de confesar Daniela – y nos dimos nuestro primer besó.

- ¿Están juntos y no me dijiste nada? – se hizo la ofendida.

- No lo sabe nadie – se defendió la pequeña – además, estamos empezando.

- ¿Y qué? Me alegro mucho – dijo Lali y rodeó el mostrador para abrazar a su hermana – de verdad me encanta.

- Gracias – Daniela respondió encantada ese abrazo. Y después siguieron desayunando hasta que llegó Peter.

- Buen día – saludó primero a su cuñada, después plantó un beso en los labios de Lali y otro en su panza - ¿Cómo están? – preguntó

- Buen día cuñadito… y estamos muy bien – respondió Daniela - ¿Querés café?

- Que felicidad tenes en la cara – dijo Peter – ¿hay café amor?

- Sí hay – se adelantó a responder Daniela – sentate ahí y te sirvo.

- Gracias – dijo Peter.

- ¿Querés tostadas también amor? – le preguntó Lali y Peter asintió – Ahora vuelvo y te las pongo, me hago pis y no aguanto – dijo riendo y casi corriendo para ir al baño.

- ¿Cuánto de azúcar Peter? – preguntó Daniela.

- Una cucharada y media por favor – pidió.

El móvil de Daniela vibró y ella no lo escuchó Peter lo agarró para dárselo pero vio que era de su hermano. No pudo evitar la tentación y abrió la aplicación del chat.

- ¿Qué haces? – preguntó Daniela al verlo con su móvil en sus manos y soltó rápidamente la taza con café delante de Peter

- ¿Así que ahora sos mi cuñada doblemente? – preguntó Peter.

- ¿Quién te dijo que leyeras? – preguntó algo enfadada y elevando algo la voz.

- Epaa ¿Esos gritos? – preguntó Lali entrando en el salón.

- Tu novio que se meten dónde no lo llaman – contestó ella aun enojada.

- Perdón, pero no pude evitarlo – se disculpó Peter y vio que su novia le echaba una mirada fulminándolo – dale Dani perdóname – dijo acercándose a ella.

- Está bien pero no lo vuelvas hacer – le advirtió.

- Lo prometo – dijo él levantando su mano y después la abrazó - ¿Entonces Yeyo ya me dio una cuñadita? – volvió a insistir Peter y Dani dejó un pequeño golpe en su costado.

- Sos un tarado – respondió Daniela – sí ya lo leíste ¿para qué preguntas?

- Yo sólo leí “en un rato te veo peque”

- Es un tierno Yeyo – dijo Lali sentándose en el taburete.

- Sí, estamos juntos – le confirmó Dani – pero te callas la boca que no lo sabe nadie – volvió a advertirle.

- Está bien no digo nada – buscó con la mirada a Lali - ¿vos lo sabías y no me dijiste nada?

- Me acabo de enterar y obvio que no te iba a decir nada, era un secreto con mi hermana – se defendió Lali.

- Que bonito, ocultarle cosas al padre de tu hijo – entrecerró los ojos.

- Dirás el tarado que va a tener mi hijo por padre ¿no? – lo corrigió Lali bromeando.

- Esa agresión estaba de más morocha – dijo él acercándose a su novia – y te va a costar cara – le dijo en susurros.

- ¿A sí?

- Cuando volvamos de casa de mis padres lo verás – le dijo él para después besarla.

Después de desayunar Lali se duchó mientras Peter y Dani recogían las cosas de desayuno y las habitaciones. Cuando salió, fue el turno de Peter de entrar en el baño, mientras ella se vestía y Dani se preparaba con la ropa que había cogido el día anterior de su casa.

Cuando Peter salió y se vistió, cerraron y apagaron todo y fueron hacia casa de los suegros de Lali – y ya también de Dani -.

- Hola familia! – saludó Peter entrando en el salón y viendo allí a sus padres, sus hermanos y Gastón.

- Hola chicos – se levantó Claudia del sofá - ¿y la pancita de la abuela? – preguntó con ternura mientras acariciaba la barriga plana de Lali.

- Perfectamente – dijo Lali – no me quejo en nada. No tengo mareos, ni vómitos...

- Cierto, el síntoma de embarazo más notorio en Lali es el sueño – dijo Peter riendo y Rochi que estaba junto a él lo golpeó con un cojín – AUCH!!

- No te metas con ella tarado – defendió la rubia a su cuñada.

- Que lindo eh! La defendes a ella antes que a tu hermano.

- Por supuesto, a vos te tenemos demasiado visto Pedrito – intervino Yeyo y se dirigió a Lali para saludarla – Hola cuñadita.

- Hola cuñado, por doble partida – susurro ella sonriendo feliz.

Esperaron un poco para que llegara Ana con Santino y Chris. Mientras Juan había llamado al móvil a Carlos, y lo había invitado a comer, pero la sorpresa para casi todos fue que cuando atendió le respondió que iría con Majo, que estaba con ella.

Cuando ya todos estaban presentes, pasaron una muy buena jornada en familia, divirtiéndose.

Cuando terminaron, Yeyo, Daniela, Rochi y Gastón se pusieron a jugar a la wii, mientras que Peter, Carlos, Juan, Christian charlaban y cuidaban de Santino en el salón. Lali, junto con su hermana mayor, su madre y su suegra estaban en la cocina tomando un poco de mate mientras ayudaban a Claudia a recoger.

- Dale má – insistió Ana para que Majo contara.

- No te podes negar, solo estamos nosotras: tus dos hijas mayores y tu mejor amiga – argumentó Lali.

- Majo apoyaría tu silencio – dijo Claudia – pero me muero de curiosidad por saber yo también – respondió y todas rieron.

- Está bien – aceptó Majo – primero fuimos a cenar, la velada fue muy romántica y muy divertida… Carlos es un hombre genial. Después dimos un paseo, agarrados de la mano como dos quinceañeros y me acompañó a casa…

- ¿Yyyyy? – preguntó Lali.

- Y… lo invité a pasar a casa.

- Y ¿nada más? – preguntó Ana – Dale mamá, son mayorcitos los dos. Tienen  toda la libertad para hacer lo que quieran sin tener que ser juzgados, ni siquiera por nosotras que somos tus hijas.

- Después de tomarnos una copa, Carlos de forma muy galante me invitó a bailar y durante el baile, nos besamos… una cosa llevó a la otra y terminamos haciendo el amor.

- AAAHHH!!!! – gritó Lali y corrió a abrazar a su madre – me alegro tanto por vos mami.

- Sí yo también mamita – y Ana se unió al abrazo.

- Está de sobra decir que yo también me alegro – dijo Claudia espectadora de ese momento – No solo por vos amiga, sino también por Carlos… Juan lo quiere como un hermano, mis hijos y sus primos siempre lo trataron como un tío más. Carlos es un hombre maravilloso y ambos se merecen ser completamente felices.

- Gracias Claudia – dijo Majo agarrando las manos de su amiga – gracias por tener esta maravillosa familia, porque desde que Peter apareció en nuestras vidas todo cambió y gracias a Dios, cambió a muchísimo mejor. Gracias por acogernos a nosotras en tú familia.

- Todo en esta vida pasa por algo, y quizás tuvieses que pasar por ese trago amargo para que a partir de ese momento tanto vos como toda tu familia pueda ser feliz por mucho tiempo – agregó Claudia.

Después de que siguieran charlando un rato más, se unieron a sus respectivas parejas. Lali vio a Yeyo pasar para la cocina a buscar algo y fue a buscarlo.

- Yeyo – lo llamó y él se giró - ¿podemos hablar?

- Creo que sé de lo que quieres hablar – contestó él mientras se servía un vaso de zumo - ¿de tu hermana?

- Sí, es de Daniela.

- Yo quiero a Dani, te lo prometo.

- No dudo de ello hermoso – sonrió Lali – Sólo quiero que la cuides. Es la primera vez que me habla de un chico, creo que es la primera vez que está de novia con alguien en serio.

- Si te sirve de consuelo, yo también – reconoció él.

- Yeyo – entró Daniela buscando a Yeyo.

- ¿Qué hermosa? – preguntó Yeyo.

- Que Gastón te llama…. ¿Qué hacen acá los dos?

- Hablar… y ahora que estás acá voy hablar con los dos – dijo Lali – escúchenme, sé que se quieren y que poco a poco van a ir enamorándose cada vez más. Pero eso implica, conocer cada vez más al otro y lo más probable que es alguna de esas cosas que vayamos conociendo no les guste. Pero eso también forma parte del amor, conocerse y aprender a querer a la otra persona como es.

- Lali – dijo Daniela al ver a su hermana emocionada y la abrazó – me parece que no me acostumbro a que mi sobrino o sobrina te tenga tan susceptible eh! – rio ella.

- Yo tampoco – admitió Lali.

- La, si te quedas más tranquila te prometo que quiero a tu hermana muchísimo y que me gustaría algún día que la nuestra sea una pareja como la que tienen vos y mi hermano – agregó Yeyo mientras le secaba las lágrimas que mojaban sus mejillas, pero esas palabras la hicieron emocionarse aún más.

- Los quiero mucho a los dos – los abrazó Lali.

Cuando ya Lali se había lavado y secado la cara, salió con su cuñado y su hermana y se unieron al resto que compartían risas, mientras jugaban al Just Dance 4.

Un rato más tarde, cada uno se fue a sus respectivas casas, aunque antes, Majo y Carlos dijeron a todos – aunque casi todos lo sabían o lo sospechaban – que estaban juntos.

- Un día completito hoy – afirmó Lali sentándose en el sofá y acurrucándose a Peter, después de que ambos hubiesen cenado.

- Bastante sí. Mi hermano y tu hermana juntos, tú mamá y Carlos… son muy lindas parejas.

- Sí. La verdad lo de nuestros hermanos se veía venir, pero que mi mamá aceptara a Carlos… eso no me lo esperaba.

- ¿Por qué? – preugntó Peter incorporándose un poco y mirándola.

- Porque desde que mi padre se fue por última vez, no tuvo ninguna pareja. No creía que se pudiera enamorar de nuevo, es más ella creía que no se merecía tener a una persona que la cuidara, que la amara…

- ¿Tú papá la maltrató alguna vez? – se atrevió a preguntar Peter.

- No. Sí hubiera hecho eso mi madre jamás lo habría dejado volver. Pero mis hermanas y yo sabemos que de alguna forma siempre se sintió culpable por no poder darnos un padre. Y por eso se “castigaba” quedándose sola… aunque nunca nos lo reconoció, siempre se sintió culpable porque mi padre se fuera.

- Ya ni vos ni tus hermanas se tienen que preocupar porque tu madre vuelva a sentirse sola. Conozco a Carlos y es un hombre increíble. Nunca tuvo suerte cuando se enamoró, pero es una persona íntegra y porque lo conozco, te puedo decir por como habla de tu madre y como la mira que está enamorado de Majo.

- Tú madre nos dijo lo mismo – sonrió Lali.

- Es que Carlos es cómo un tío para mis hermanos, mis primos y para mí.

- También nos dijo eso – y ambos rieron – estuvimos hablando ella Ana, mi madre y yo en la cocina mientras tomábamos mate. Ana y yo aprovechamos que no estaba Dani para que nos contara como les fue la noche.

- Dani no es ninguna niña ya mi amor.

- Ya, pero para mi mamá sí lo sigue siendo y delante de ella no iba a contar nada. Igual, Daniela estaba de lo más bien con mi cuñadito.

- Sí se pasaron toda la tarde pegados como lapas – dijo Peter entre risas.

- Por cierto, aunque quede mucho tiempo para ese momento, quería proponerte que Dani y Yeyo fueran los padrinos de nuestro bebé.

- ¿Segura? – preguntó Peter.

- Sí. Una de las funciones de los padrinos, es cuidar del bebé en caso de que los padres falten, por ende, siempre pensé que tienen que ser igual o más jóvenes que los padres; y que además tienen que ser pareja porque todo sería más fácil para el niño.

- Gorda no nos va a pasar nada… cualquiera que te escuche pensaría… - la interrumpió Peter.

- Ya sé que no nos va a pasar nada, pero siendo lógicos con todo lo que te dije creo que unos padrinos excelentes serían ellos dos.

- Pero están empezando Lali, son muy chicos…

- ¿Y? ¿Sabes que me dijo tu hermano? Que amaba a mi hermana, y que algún día esperaba que la pareja de ellos dos fuera como la nuestra.

- ¿Y no te largaste a llorar? – bromeó Peter.

- Tarado – lo golpeó suavemente Lali – Viendo cómo se miraban hoy, vi el mismo amor que veo cuando se miran Chris y Ana o los grosos que tengo por suegros. Además te dije que te lo quería proponer, si vos tenes otros candidatos…

- Si vos quieres que los padrinos sean Dani y Yeyo por mí perfecto. Y más si ves tanto amor en ellos, confío en tu instinto y además juntos o separados, van a ser unos padrinos geniales y muy babosos.

- ¿Entonces ellos? – preguntó Lali feliz.

- Sí, ellos serán – asintió Peter.

- GRACIAS!! – y Lali se tiró encima de su novio para besarlo.

- Ahora que me acuerdo… esta mañana te advertí que me iba a cobrar que me dijeras tarado.

- Que miedo tengo… ¿Qué me va hacer, señor?

- No dejarla dormir en toda la noche, señorita Espósito – le aseguró Peter para después besarla, levantarla en sus brazos y llevarla al dormitorio para demostrase una vez más, cuanto se amaban.